El don y la transgresión Romanos 5:12-21
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Versículos para atesorar: Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro. Romanos 5:20-21
Introducción: Pablo destacó el inmenso amor de Dios, manifestado en la justificación, reconciliación y salvación a través de Jesucristo. La justificación no se alcanza por obras, sino por la fe, lo que trae paz con Dios. Esta paz, lejos de ser emocional, implica una reconciliación profunda, eliminando la enemistad entre Dios y la humanidad.
La justificación da acceso a la gracia divina y asegura una esperanza firme en la futura gloria de Dios. Pablo mostró la importancia de alegrarse incluso en medio de tribulaciones, ya que estas producen paciencia, carácter probado y esperanza, respaldadas por el amor de Dios derramado en los corazones mediante el Espíritu Santo.
El sacrificio de Cristo es central, ya que Jesús murió en el momento exacto establecido por Dios, no por personas justas, sino por pecadores. Este amor incondicional contrasta con lo raro que es que alguien ofrezca su vida por otro, pero gracias a la muerte vicaria (sustituta) de Jesús, somos justificados y salvos de la ira divina, y ahora reconciliados, la vida resucitada de Cristo asegura nuestra continua salvación.
Fuimos llamados a regocijarnos en Dios, quien, por medio de Jesucristo, nos ha reconciliado con Él mismo. Esta reconciliación es motivo de gozo, esperanza y gratitud, reflejando la fidelidad de Dios y Su amor incondicional hacia los pecadores. Debemos gloriaros en el amor de aquel que murió para salvarnos.
Desarrollo:
12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por (medio de) un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (y como todos hemos pecado, todos tenemos que morir).
Pablo presenta a Adán como el representante de la humanidad, y el medio por el cual el pecado entró al mundo, Adán y Eva desobedecieron el mandato de Dios al comer del fruto prohibido del árbol del conocimiento del bien y del mal. Eva, engañada por la serpiente, tomó del fruto, comió y lo compartió con Adán, quien también comió como dice Génesis 3:6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Al ser Adan la figura representativa de la humanidad, su pecado afectó a todos los que descendieron de él. Ese acto de desobediencia marcó la entrada del pecado y la muerte al mundo, trayendo separación de Dios y afectando no solo a toda la humanidad, sino también a la creación.
En otras palabras, la caída de Adán afectó a toda la humanidad, heredándole una naturaleza de pecado y por consiguiente, mostrándo la necesidad de redención como muestra Efesios 2:1-3 1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
13 Pues antes de la (que hubiera) ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de (toma en cuenta el) pecado.
Pues antes de la ley, había pecado en el mundo. Pablo señala que el pecado ya estaba presente desde el tiempo de Adán hasta la entrega de la Ley en el Sinaí. Esto demuestra que la caída de Adán afectó a toda la humanidad, incluso antes de que existiera un sistema legal que lo evidenciara, lo vemos desde que Caín, impulsado por celos y enojo tras el rechazo de su ofrenda y la aceptación de la de Abel por parte de Dios, llevó a su hermano al campo y lo mató, siendo el primer homicidio en la humanidad como en Génesis 4:8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató, este acto es una evidencia de la existencia del pecado antes de la Ley, y aunque la Ley no había sido dada, la humanidad ya estaba en una condición de rebelión contra Dios debido a la desobediencia de Adán.
Y así el pecado pasó a todos los hombres, al grado que la maldad de la humanidad llegó a su punto máximo, con pensamientos continuamente inclinados al mal, como dice Génesis 6:5 vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal, esto llevó a Dios a lamentar haber creado al hombre y a planear un juicio global mediante el diluvio universal.
Pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. Sin una Ley escrita que identificara claramente el pecado, la transgresión no se atribuye formalmente como violación de una norma explícita. Sin embargo, esto no significa que las personas fueran inocentes, sino que el pecado no estaba definido legalmente como una infracción; sin embargo, la humanidad seguía siendo responsable ante Dios, de la misma manera que los gentiles, que no tienen la Ley, y son guiados por su conciencia (Rom. 2:14-15).
14 No obstante (sin embargo), reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun (incluso) en los que no pecaron a la manera de la transgresión (desobediencia) de Adán, el cual es figura (símbolo, representación) del que había de venir (Cristo).
No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés. Aunque el pecado no se regulaba formalmente, las consecuencias del pecado, la muerte física y espiritual, estaban presentes desde Adán hasta Moisés a quien le fue entrega de la Ley en el Sinaí.
Aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán. La muerte, como resultado del pecado, afectó a todos los seres humanos, incluso a los que no habían pecado de manera consciente como Adán, quien recibió un mandato explícito de Dios y lo desobedeció como dice 1 Timoteo 2:14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. La muerte de los hombres prueba que, aunque la Ley de Moisés no existía, el pecado seguía presente en la naturaleza pecaminosa que Adán transmitió, ya que todos los seres humanos están conectados a Adán y, por consecuencia, afectados por su pecado.
El cual es figura del que había de venir. Adán es descrito como una figura, como un “tipo” de Cristo. Ambos actúan como figuras representativas, como representantes de la humanidad: Adán representando a la humanidad caída y Cristo representando a la nueva creación en la redención, como dice 1 Corintios 15:21-22 21Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados, y 1 Corintios 15:45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer (último) Adán, espíritu vivificante; así que, mientras Adán trajo el pecado y la muerte, Cristo trae justicia y vida a lo que creen en Él, ambos afectan a la humanidad, pero sus resultados son opuestos.
La transgresión de uno (Adán) vs. la gracia de uno (Cristo)
15 Pero el don (regalo del favor inmerecido de Dios) no fue como (no se puede comparar con) la transgresión (desobediencia); porque si por la transgresión (desobediencia) de aquel uno (Adán) murieron los (trajo muerte a) muchos, abundaron mucho más (más grande, más importante es) para los muchos la gracia (favor inmerecido) y el don (regalo) de Dios por la gracia (gratuitamente) de un hombre, Jesucristo.
Pero el don no fue como la transgresión. Pablo procede ahora a mostrar el contraste entre el don y la trasngresión, y como don de Dios es más poderoso que los efectos de la transgresión de Adán.
Como “don” se refiere al don de la justicia de Cristo, el cual es un regalo gratuito de la gracia de Dios, como dice Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; y como “transgresión” se refiere a la desobediencia de Adán que afectó a toda la humanidad, trayendo muerte espiritual y física a todos los hombres como dice 1 Corintios 15:22a Porque así como en Adán todos mueren.
Porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios. La gracia de Dios no solo contrarresta los efectos del pecado de Adán, sino que los supera, la obra de Cristo trae justificación y vida eterna para todos los que creen como dice Juan 1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia, el don de Dios en Cristo no solo restaura lo perdido, sino que sobreabunda, asegurando vida eterna y comunión con Dios como dice Efesios 3:20a Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.
Por la gracia de un hombre, Jesucristo. El sacrificio de Cristo es un acto de gracia inmerecida, demostrando el amor de Dios hacia una humanidad caída, siendo además Cristo, el único "hombre" quien tuvo una obediencia perfecta como dice Mateo 5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir, y quien vivió una vida sin pecado como dice Hebreos 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
La obediencia de Jesús, contrasta con la desobediencia de Adán.
El juicio y la condenación vs. justificación
16 Y con el don (regalo del favor inmerecido de Dios) no sucede como en el caso de aquel uno que pecó (no puede compararse con la consecuencia del pecado de Adán); porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación (fue declarado culpable), pero el don (regalo del favor inmerecido de Dios) vino a causa de muchas transgresiones (muchos pecados) para justificación (ser declarados justos ente Dios).
Pablo contrasta las consecuencias del pecado de Adán con los efectos del don de Dios a través de Cristo. Mientras que el pecado de Adán trajo juicio y condenación no solo a la humanidad, sino incluso a la creación como dice Génesis 3:17-18 17Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo; el don de Dios supera por completo este juicio al traer justificación como dirá Pablo más adelante en Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro, y a diferencia del juicio que vino por un solo pecado, el don de la gracia fue la respuesta de Dios a las muchas transgresiones, esto muestra la abundancia y suficiencia de la obra de Cristo como dice 2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
El reino de muerte vs. el reino de vida
17 Pues si por la transgresión (pecado) de uno solo (Adán) reinó la muerte, mucho más (con más razón) reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia (favor inmerecido) y del don (regalo) de la justicia (ser declarados justos).
Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte. Cómo el pecado de Adán trajo la muerte al mundo, se estableció sobre toda la humanidad, un "reinado" de muerte, que es el resultado directo de la desobediencia de Adán, quien fue el representante de la humanidad. La muerte no solo afecta el cuerpo físico, sino que incluye la separación espiritual de Dios, como dice Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.
Mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo. Cristo no solo anula los efectos del pecado de Adán, sino que provee algo mucho mayor: la vida eterna, estableciendo un “reinado” de vida, como Él mismo dijo en Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Este reino de vida no es solo un reino en el futuro, sino que comienza en el presente, pero es solo para los que reciben a Jesucristo, quien es “la abundancia de la gracia y del don de la justicia” como dice Romanos 3:24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Condenación universal vs. justificación universal
18 Así que, como por la transgresión (desobediencia) de uno (Adán) vino la condenación a todos los hombres (Dios declaró que todos merecían morir), de la misma manera por la justicia de uno vino (Cristo) a todos los hombres la justificación de vida (Dios nos declara justos y nos da la vida eterna).
Así como el pecado de Adán trajo condenación universal a la humanidad, por ser su representante, y su desobediencia afectó a todos, transmitiendo la naturaleza pecaminosa y el juicio divino; de la misma manera, a través de la obediencia perfecta de Cristo y Su sacrificio en la cruz, trajo justificación suficiente para todo el mundo, pero efectiva para todos los que creen en Él como su representante, como Jesús mismo dijo en Juan 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
La desobediencia de uno constituyó pecadores vs. la obediencia de uno constituye que justos
19 Porque así como por la desobediencia de un hombre (Adán) los muchos fueron constituidos (pasaron a ser) pecadores, así también por la obediencia de uno (Cristo), los muchos serán constituidos (pasaron a ser declarados) justos.
La desobediencia de Adán hizo a todos pecadores, esto significa que todos nacemos con una inclinación al pecado como dice David el Salmo 51:5 He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre, y aunque lo heredamos, todos somos responsables de nuestras propias transgresiones, por lo que somos constituidos pecadores. Mientras que la obediencia perfecta de Cristo ofrece justicia a quienes creen en Él como dice Hebreos 5:8-9 8Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen, en Cristo somos declarados justos, no por mérito propio, sino por la justicia que nos es acreditada (transferida) de Cristo.
20 Pero la ley se introdujo (fue entregada) para que el pecado abundase (para que la gente se diera cuenta de la magnitud de su pecado); mas cuando el pecado abundó (pero mientras más pecaba la gente), sobreabundó (Dios lo superó con )la gracia;
La Ley fue dada a través de Moisés, no como medio para justificar al hombre, sino para revelar y definir el pecado. Al establecer un estándar divino, la Ley hace evidente la pecaminosidad de la humanidad como dice Pablo en Romanos 7:7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás, aunque el pecado es grande y extendido (abundó), la gracia de Dios es muchísimo mayor, donde el pecado esclaviza, la gracia libera y transforma. La gracia de Dios, no solo cubre el pecado, sino que lo vence, proporcionando justificación y vida eterna a través de Cristo.
21 para que así como el pecado reinó para (trayendo) muerte, así también la gracia (favor inmerecido) reine por (darnos) la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
Desde la desobediencia de Adán, el pecado ha reinado como una fuerza dominante en la humanidad, conduciendo inevitablemente a la muerte física y espiritual de los hombres. Pablo presenta a el pecado como un rey que gobierna con autoridad destructiva sobre todos los que están bajo su dominio, y la consecuencia inevitable del pecado, es la separación de Dios, tanto temporal como eternamente.
De la misma manera opera la gracia de Dios, esa gracia no ignora el pecado; sino que satisface la justicia de Dios mediante el sacrificio perfecto de Cristo, permitiendo que los creyentes sean declarados justos y como consecuencia, los creyentes a la vida eterna en comunión con Dios. Esta vida no es solo futura; es una realidad presente que transforma al creyente desde el momento de su justificación que únicamente puede ser posible por medio de Jesucristo, Señor nuestro.
Conclusión: Recibir la abundancia de la GRACIA y el DON de la JUSTICIA de CRISTO para vida eterna.
El don y la transgresión (Tabla comparativa de los contrastes)
Versículo |
Tema |
Transgresión |
Don de Dios |
5:15 |
La transgresión de uno (Adán) vs. la gracia de uno (Cristo) |
La transgresión de uno (Adán) trajo la muerte para muchos. |
La gracia de Dios y el don de la gracia, por un hombre (Jesucristo), abundan para muchos. |
5:16 |
El juicio y la condenación vs. justificación |
El juicio que siguió a una transgresión resultó en condenación. |
El don que siguió a muchas transgresiones resultó en justificación. |
5:17 |
El reino de muerte vs. el reino de vida |
Por la transgresión de uno (Adán), reinó la muerte. |
Por la justicia de uno, los que reciben la abundancia de la gracia, reinarán en vida por medio de Jesucristo. |
5:18 |
Condenación universal vs. justificación universal |
Una transgresión trajo condenación a todos los hombres. |
Un acto de justicia trajo justificación de vida a todos los hombres. |
5:19 |
La desobediencia de uno constituyó pecadores vs. la obediencia de uno que constituye justos |
Por la desobediencia de un hombre (Adán), muchos fueron hechos pecadores. |
Por la obediencia de un hombre (Jesucristo), muchos son hechos justos. |