Tuesday, March 18, 2025

Romanos 8:33-39 Más que vencedores

 

Más que vencedores

Romanos 8:33-39

Objetivo: Fortalecer nuestro entendimiento de la seguridad de nuestra salvación.

 

Versículo a memorizar: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” Romanos 8:37

 

Introducción: Pablo viene de enfatizar la seguridad que los creyentes tienen en el plan soberano de Dios. Romanos 8:28 asegura que todas las cosas, buenas y malas, cooperan para el bien de quienes aman a Dios y han sido llamados según Su propósito: ser conformados a la imagen de Cristo (v.29). Dios nos conoció y predestinó antes de la fundación del mundo, asegurando nuestra justificación y futura glorificación (v.30). Pablo declara que, si Dios está con nosotros, nada puede vencernos (v.31), pues Él entregó a Su propio Hijo por nosotros, garantizando que suplirá todo lo necesario para nuestra vida espiritual (v.32). La imagen de Cristo en nuestras vidas se debe reflejar en nuestro diario vivir , reflejando Su amor, perdón y humildad. Debemos también confiar en la obra terminada de Cristo, sabiendo que nuestra salvación es segura y que Dios nos capacita para cumplir Su propósito.

 

Desarrollo:

V. 33. ¿Quién nos acusará?

33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica (los hace justos).

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Pablo continúa presentando preguntas retóricas que refuerzan la seguridad que los creyentes tenemos en Cristo. La palabra "acusará" viene de la palabra griega Strong 1458 <egkaléo>, que significa "presentar cargos legales contra alguien". Pablo usa una imagen judicial en la que alguien intenta levantar una acusación contra los hijos de Dios.

 

Sin embargo, la respuesta implícita es que nadie puede hacerlo con éxito, porque Satanás quien es el acusador de los creyentes (Ap. 12:10), ya ha sido derrotado por la obra de Cristo en la cruz; y si nuestra

conciencia quisiera acusarnos, Dios es mayor que nuestra conciencia como dice 1 Juan 3:20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.

 

Dios es el que justifica. La palabra "justifica" viene de la palabra griega Strong 1344 <dikaióo>, que significa declarar justo o absuelto de culpa. A los que Dios conoció, predestinó y llamo, también los justificó (Rom. 8:28-29), nos ha declarados como justificados según dice Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, que es cuando somos reconciliados con Dios. Recordemos que no somos justificados por nuestras buenas acciones, sino por la gracia de Dios a través de la fe en Cristo como dice 2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él; debido a eso no hay ninguna condenación para los que estamos en Cristo como dice Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

 

Si Dios ya nos ha declarado justos por medio de la fe en Cristo, ninguna acusación contra nosotros tendrá éxito.

 

Aplicación práctica: No nos dejemos engañar por las acusaciones del enemigo que, aunque nos acusa día y noche (Ap. 12:10), Cristo es nuestro defensor como dice 1 Juan 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Tampoco permitamos que otras personas nos hagan dudar de la gracia de Dios, ni mucho menos la culpa por nuestros pecados pasados, recordemos que Cristo pagó por ellos y la justificación es una obra completa y definitiva en Cristo. Nuestra identidad está en ser justificados por Dios, por lo que podemos tener seguridad en nuestra salvación.

 

V. 34. ¿Quién nos condenará?

34 ¿Quién es el que condenará (castigará)? Cristo es el que murió; más aun (incluso), el que también resucitó, el que además está a la diestra (derecha) de Dios, el que también intercede (ruega) por nosotros.

¿Quién es el que condenará? Como nadie puede acusar a los escogidos de Dios porque Dios mismo los ha justificado. Ahora, Pablo responde a otra pregunta: ¿Quién es el que condenará? La palabra griega para "condenará" viene de la palabra griega Strong 2632 <katakrínō>, que significa condenar, dar sentencia contra alguien, declarar culpable.

 

La única persona con la autoridad para condenar es Cristo. Sin embargo, en lugar de condenarnos, Él murió, resucitó, ascendió y ahora intercede por nosotros, por lo tanto, no hay nadie que nos condene.

 

Cristo es el que murió. La muerte de Cristo es la base de nuestra justificación como dice Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros, Jesús pagó nuestra deuda de pecado en la cruz, por lo que no hay ninguna condenación para los que estamos en Él (Rom. 8:1).

 

Más aún, el que también resucitó. Cristo no solo murió, sino que resucitó, venciendo la muerte y asegurando nuestra justificación como dice Romanos 4:25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación. La resurrección de Jesús nos asegura vida eterna y victoria sobre el pecado y la muerte (1 Cor. 15:55-57).

 

El que además está a la diestra de Dios. Después de su resurrección, Jesús ascendió al cielo y está sentado a la diestra de Dios, como dice Hebreos 1:3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. La diestra simboliza el honor, el poder y la autoridad que le fueron otorgados como recompensa por haber cumplido plenamente su obra mediadora. Jesús reina con autoridad y poder absoluto (Ef. 1:20-21).

 

El que también intercede por nosotros. Cristo no solo reina, sino que intercede continuamente por nosotros, actuando como nuestro Sumo Sacerdote como dice Hebreos 7:25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos, Jesús intercede continuamente por nosotros, asegurando que nuestra fe permanezca firme y que el enemigo no tenga poder sobre nosotros (1 Jn. 1:12).

 

Aplicación práctica: Confiemos en que no hay condenación para los que estamos en Cristo, pues Su sacrificio es suficiente para perdonar todo pecado. Descansemos en Su resurrección, porque la vida eterna es una realidad para nosotros por victoria de Cristo sobre la muerte. Vivamos con la certeza de que Jesús reina con poder y autoridad, y no hay circunstancia fuera de Su control; y cuando nos sintamos débiles, oremos con confianza, sabiendo que Jesús intercede por nosotros para permanecer firmes en la fe.

 

Vs. 35-36. ¿Quién podrá separarnos del amor de Dios?

35 ¿Quién nos separará (apartará) del amor de Cristo? ¿Tribulación (sufrimiento), o angustia (dificultades), o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

¿Quién nos separará del amor de Cristo? Pablo presenta otra pregunta retórica. Esta surge porque los creyentes enfrentamos sufrimientos, pruebas y oposición, y el Espíritu Santo por medio de Pablo quiere reafirmarnos que ninguna circunstancia puede romper el vínculo con el amor de Cristo.

 

La palabra "separará" viene de la palabra griega Strong 5563 <chōrízō>, que significa dividir, apartar, poner una distancia. Pablo pregunta si hay algo que pueda romper nuestra relación con el amor de Cristo.

 

La respuesta implícita es ¡Nada puede hacerlo! Como Cristo mismo lo dijo en Juan 10:28-29 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

 

Tribulación. Se refiere a las dificultades generales de la vida, a la presión y a los sufrimientos por causa de Cristo, aunque enfrentemos aflicciones como Jesús dijo en Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo, Cristo está con nosotros en medio de ellas.

 

O angustia. Puede referirse a cuando nos sentimos atrapados, sin salida, ya que la palabra “angustia” viene de la palabra griega Strong 4730 <stenochōría>, que sígnica estrechez, dificultad extrema, crisis emocional o mental, como lo menciona Pablo en 2 Corintios 4:8a que estamos atribulados en todo, mas no angustiados, aun en momentos de desesperación, el amor de Cristo por nosotros nos da esperanza.

 

O persecución. Significa hostigamiento, sufrimiento por la fe, rechazo por seguir a Cristo, como Jesús advirtió que sucedería en Mateo 5:10-12 10Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.11Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros, la persecución no significa que Dios nos ha abandonado; al contrario, muestra que pertenecemos a Él.

 

O hambre. Significa falta de comida o necesidades básicas, y pudiera referirse a cuando estas privaciones son sufridas por el evangelio, como Pablo que aprendió a vivir en escasez y en abundancia confiando en Cristo como dijo en Filipenses 4:11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación, aun en ese tiempo, el amor de Cristo permanece fiel y nos sustenta en toda situación.

 

O desnudez. Significa falta de ropa, pobreza extrema, vulnerabilidad, como cuando Pablo experimentó frío y falta de vestido en 2 Corintios 11:27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez, nuestra verdadera seguridad no está en lo material, sino en el amor de Cristo por nosotros.

 

O peligro. Significa riesgos de muerte, amenazas constantes, como las que relata Pablo que enfrentó en 2 Corintios 11:26 en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos, aunque enfrentemos peligros, Dios, por su amor en Cristo, es nuestro refugio.

 

O espada Se refiere a la violencia o la muerte violenta, persecución mortal. Pablo y muchos cristianos murieron por su fe, como también fue el caso de Jacob, que se relata Hechos 12:2 Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan, aunque enfrentemos la muerte, nuestra vida eterna está asegurada en Cristo.

 

Aplicación práctica: Nada nos separa del amor de Cristo, no importa cuán difícil sea la prueba, Su amor sigue firme y no debemos dejar que el sufrimiento nos haga dudar de Dios. El sufrimiento no es señal de abandono, pues enfrentar tribulación, angustia o persecución es parte de nuestra vida como discípulos de Cristo. Además, Cristo sufrió por nosotros y está con nosotros en cada prueba. Nuestra seguridad no depende de la ausencia de problemas, sino de la presencia de Cristo en ellas.

 

36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo (expuestos a la muerte); Somos contados (tratados) como ovejas de matadero.

Pablo cita el Salmo 44:22 Pero por causa de ti nos matan cada día; somos contados como ovejas para el matadero, el cual es un clamor del pueblo de Israel en tiempos de persecución y sufrimiento. Este Salmo expresa el dolor de aquellos que, a pesar de su fidelidad a Dios, enfrentan grandes pruebas. Pablo usa esta referencia para mostrar que el sufrimiento de los creyentes no es una sorpresa ni una señal de que Dios ha dejado de amarlos, simplemente que Dios ha permitido que Su pueblo pase por dificultades a lo largo de la historia, muchas veces como una concesión como dice Filipenses 1:29 Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, pero siempre ha sido fiel.

 

Vs. 37-39. Más que vencedores  

37 Antes (Por el contrario), en todas estas cosas (en medio de todos nuestros problemas) somos (salimos) más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Antes, en todas estas cosas. Este versículo es una respuesta directa a la pregunta que Pablo hizo: "¿Quién nos separará del amor de Cristo?" (Rom. 8:35), después de enumerar tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro y espada (Rom. 8:35-36), Pablo proclama que a pesar de todas estas cosas, somos más que vencedores en Cristo.

 

Somos más que vencedores. La frase “más que vencedores” viene de una sola palabra griega, Strong 5245 <hypernikōmen>, que significa superar completamente, tener una victoria abrumadora, conquistar con absoluta superioridad, lo que no nos habla de una victoria común, sino una victoria total y completa. Es que no solo sobrevivimos o resistimos las pruebas, sino que las enfrentamos con la certeza de que Cristo ya ha vencido y sabiendo que las vencemos con un propósito eterno

 

Por medio de aquel que nos amó. Pablo no deja de resalta que a victoria no viene de nuestra fuerza, sino por medio de Cristo, no vencemos por nuestras capacidades o méritos, la fuente de nuestra victoria es el amor de Dios manifestado en Cristo como dice 1 Corintios 15:57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo, nuestra victoria es posible porque Dios nos amó primero enviando a Cristo quien murió por nosotros, resucitó y ahora intercede por nosotros.

 

38 Por lo cual estoy seguro (convencido) de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados (demonios), ni potestades (poderes), ni lo presente, ni lo por venir (lo futuro),

39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es (se ha manifestado) en Cristo Jesús Señor nuestro.

Por lo cual estoy seguro. Pablo no expresa una opinión o una posibilidad, sino una convicción firme, una certeza absoluta basada en el carácter inmutable de Dios.

 

De que ni la muerte. La muerte es la mayor incertidumbre para el ser humano, pero para el creyente, la muerte no es una separación de Dios, sino la entrada a Su presencia como dijo Pablo en Filipenses 1:21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

 

Ni la vida. Las luchas, tentaciones y cargas diarias no pueden separarnos del amor de Dios. Aun en medio de sufrimientos y pruebas, Dios sigue siendo fiel como dice 2 Corintios 4:8-9 8que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos.

 

Ni ángeles, ni principados, ni potestades. Estos términos se refieren a seres espirituales, tanto ángeles como fuerzas demoníacas. Principados y potestades (Ef. 6:12) representan estructuras de poder espiritual en el mundo. Pablo está diciendo que ningún poder sobrenatural tienen poder para romper el amor de Dios por nosotros, porque Cristo ya venció a todos los poderes de las tinieblas como dice Colosenses 2:15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

 

Ni lo presente. No importa qué pruebas, tribulaciones o ataques enfrentemos hoy, nada de lo que sucede ahora puede separarnos de Dios.

 

Ni lo por venir. No hay futuro incierto para el creyente. Nada que ocurra en el futuro puede cambiar el amor de Dios por nosotros, porque Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos como dice Hebreos 13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

 

Ni lo alto, ni lo profundo. Estos términos pueden referirse a cualquier dimensión del universo. "Lo alto" podría representar el cielo y "lo profundo" el abismo (infierno), por lo que la idea es que no hay lugar en todo el cosmos donde el amor de Dios no nos alcance como dice el Salmo 139:7-10 7¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? 8Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. 9Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, 10Aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.

 

Ni ninguna otra cosa creada. Pablo termina su lista haciendo una declaración para incluir absolutamente todo lo que existe. Nada de la creación, separe del amor de Dios en Cristo, ni siquiera nosotros mismos podemos anular la obra de Cristo.

 

Nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. El amor de Dios es eterno, inmutable e inquebrantable. Nuestra seguridad está en Cristo, quien es el vínculo que nos une con el amor eterno de Dios.  Nuestra salvación es segura porque Cristo es el que nos guarda como dice Juan 10:28-29 28y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

 

Aplicación práctica: Vivamos con seguridad en el amor de Dios, porque no importa lo que enfrentemos, Él nunca nos abandonará. No temas al futuro, ya que ni la muerte ni las dificultades de la vida pueden romper nuestra relación con Dios, descansemos en Su fidelidad recordando que el enemigo no puede separarnos de Dios.

 

Conclusión: Fortalecer nuestro entendimiento de la seguridad de nuestra salvación.

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