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Versículo a memorizar: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” Lucas 6:46
Introducción:
En este primer mensaje del Señor a sus discípulos en el evangelio de Lucas, el Señor Jesús enseña a los discípulos sobre aquella vida diferente a la del reino del mundo y congruente con la del reino de Dios. Esta incluye bendición por reconocer nuestra dependencia espiritual (Lc 6:20-22), y acciones intencionales que muestran misericordia aún a quienes procuran nuestro mal (Lc 6:27-34) las cuales nos llevan a parecernos a nuestro Padre (Lc 6:35-38), y a formar además el tesoro o la provisión que mostrará la obra de Dios, es decir; el fruto de Dios en nosotros (6:43-45).
La vida de las personas con Cristo, es diferente, es una vida transformada, las cosas de la vida pasada quedan atrás, y comienzan una nueva vida en el nuevo reino dice 2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas, y su mente se sigue trasformando cada día para parecernos a Cristo como dice Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta, y que debemos anhelar al despojarnos cada día de nuestra vida anterior sin Cristo cono dice Efesios 4:22-24 22En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad, y edificando cada día más sobre Cristo como fundamento como dice Romanos 15:2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación y 1 Tesalonicenses 5:11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.
Desarrollo:
Vs.46. La evidencia del fundamento correcto. (1 Juan 2:6, Efesios 5:1, 2 Pedro 3:14).
46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
Jesús termina este sermón del valle con una advertencia contra el peligro del autoengaño, dice que hay personas que llaman a Jesús Señor, que viene de la palabra griega Strong <kúrios> que significa, máxima autoridad o soberano, y que es la forma en la que, en ese tiempo, los esclavos llamaban a sus amos. Incluso, dice que le llamaban Señor con insistencia, “Señor, Señor”, sin embargo, era solo algo que creían en sus mentes o lo decían con su boca, ya que, en la realidad, en su vida práctica en forma cotidiana, no reconocían el señorío de Cristo, porque no hacían lo que Jesús les decía.
Es posible que hasta tuvieran una doctrina correcta, y una vida de aparente piedad, pero sin obediencia, y ese es el verdadero peligro, autoengañarse pensando que con eso es suficiente, sin entender que la evidencia de una verdadera conversión a Cristo es la obediencia, que comienzan a hacer lo que Jesús dice y a anda como el anduvo como dice 1 Juan 2:6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo, o como se los dijo Pablo a la Iglesia de Éfeso en Efesios 5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
Aquel que es oidor, pero no hacedor se engaña a sí mismo, como dice Santiago 1:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
V. 47 La provisión continua para el fundamento correcto
47 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.
Jesús detalla las tres cosas que un verdadero discípulo debe hacer para obtener su provisión de Cristo, 1) venir a Él siempre, no solamente para ser instruidos por Él, sino también, venir a Él cuando batallamos o tropezamos, sabiendo que siempre encontraremos perdón de nuestro amoroso Padre, 2) Oír Sus palabras, por medio de las enseñanzas escritas que nos dejó en toda la Escritura y, 3) hacer las palabras oídas, es decir; poner en práctica las enseñanzas recibidas.
En seguida Jesús ilustrará su punto por medio de una parábola o semejanza.
V. 48 Edificando sobre el fundamento correcto
48 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.
El Señor compara a aquel que oye y hace la palabra, con un hombre que edifica una casa, pero que tuvo que cavar y ahondar hasta encontrar una roca sólida donde poner los fundamentos de su casa. La semejanza es clara, es una ilustración de la vida personal, que en este caso está siendo construida sobre la roca, y esa roca es Cristo como dice 1 Corintios 10:4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo, este edificador no quiso construir en la superficie, sino que, cavó y cavó hasta que encontró la roca estable para comenzar a construir.
Y aunque esa persona obedezca y dependa de Cristo, eso no evita que su vida pase por dificultades, Jesús describe la difícil situación por la que pasa esa casa ya construida, una lluvia torrencial e inesperada provoca una inundación que produce que el rio se desborde y se salga de su cauce normal, y golpee con ímpetu, es decir; con mucha fuerza contra esa casa, todo eso representan las pruebas en todas las áreas de nuestra vida como las tentaciones, persecuciones, enfermedades, etc. Pero cuando ese escenario violento pasó y regreso la calma, la casa permaneció en pie, había aguantado esa tempestad y seguía sirviendo para ser habitada por su edificador.
La razón por la que esa casa permaneció firme a pesar de las pruebas, dice Jesús que fue porque estaba fundada en la roca, de la misma, la única manera que nuestras vidas pueda resistir las adversidades presentes y futuras es que nuestra vida este fundada sobre Cristo.
Una vez que esta persona comprueba que la casa no cayó a pesar de los fuertes embates, enfrentará las siguientes adversidades confiando y dependiendo de su fundamento, que es Cristo y permanecerán firmes como dice 2 Tesalonicenses 2:15 Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
V. 49 Edificando sin fundamento
49 Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.
En el relato paralelo, Mateo describe a este hombre como un hombre insensato (Mt 7:26); es decir, no sabio, ya que oyó las enseñanzas de Jesús, quizá hasta aprendió muy bien la doctrina, incluso es posible que algunas ilustraciones le hayan quedado en su mente, pero no las tuvo en su corazón, lo que es obvio ya que no hizo lo que se le enseñó; ósea, no puso en práctica lo aprendido, nunca dio fruto.
Jesús lo compara también con un hombre que edifica una casa, igual que el hombre del versículo anterior, quizá construyó en la misma zona o hasta construyó una casa igual o mejor que el anterior, pero la diferencia en notoria, este no cavó y ahondo hasta encontrar el cimiento firme para edificar su casa, se puso a construirla sobre la tierra, o sobre la arena (Mt 7:26).
De la misma manera, la vida de las personas se puede construir sin el fundamento que es Cristo, y quizá se ve una construcción de buen aspecto, hermosa por fuera, y en apariencia parece bien construida, ya que recordemos que los cimientos no es algo que se ve, pero cuando vienen las mismas pruebas que llegaron al que construyó sobre la roca, y con la misma intensidad, cuando la lluvia cayó repentinamente, cuando el rio se desbordó y comenzó a pegar con ímpetu sobre esa casa, la casa no se pudo mantener en pie y se terminó cayendo, y la ruina o fractura de aquella casa en grande.
Estas personas son las que esperan recibir la bendición de Dios, pero rechaza el compromiso de seguir a Dios y hacer lo que Dios dice.
Conclusión: Ambos tenían la intención de construir, ambos trabajaron, ambos usaron el mismo material, quizá construyeron en la misma área casas semejantes, a los dos le llego el mismo tipo de adversidad con la misma intensidad, la diferencia consistió en el fundamento, eso hizo que una casa permaneciera y la otra cayera.
Aplicación Práctica:
Los Falsos Cimientos son aquellos que nos dan una aparente seguridad, pero nunca nos podrán ayudar a presentarnos limpios delante de Dios, que será la mayor prueba de todas, los falsos cimientos son: las religiones, el dinero, las buenas obras, la filosofía etc.
El Verdadero Cimiento para nuestra vida es Jesús. El que escucha y hace lo que Dios pide, pone una base firme y fuerte para su vida actual y la venidera. Es Indispensable reconocer la necesidad de "construir" nuestra vida con las enseñanzas de Jesucristo y Él mismo como nuestro cimiento presente y futuro.
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