Bendición y Maldición Gálatas 3:15-29
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Versículo a memorizar: ““Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” Gálatas 3:29
Introducción:
En el capítulo uno y dos de esta carta, Pablo defendió su apostolado por medio del relato de su conversión, contando que; el evangelio que predicaba le había sido dado por Jesús directamente y que no lo recibió de ningún ser humano y relató que expuso ese evangelio de libertad en Cristo a los apóstoles que caminaron con Jesús (Pedro y Juan, así como a Jacobo hermano del Señor, quien era el pastor de la Iglesia en Jerusalén), que todos, estuvieron de acuerdo era el mismo evangelio que ellos predicaban y reconfirmó que hay un solo evangelio de libertad, relatando un incidente que sucedió con el apóstol Pedro.
En el capítulo tres Pablo ha estado demostrando como la Escritura da testimonio que de la salvación es solo por fe, sin ninguna obra de la Ley y ahora enfatizará su punto mostrando que la promesa que Dios le hizo a Abraham es superior a la ley, ya que fue antes, fue ratificada y fue dada directamente a Abraham y no con intermediación como se le dio la ley a Moisés.
Desarrollo:
15 Hermanos, hablo en términos humanos (terrenales): Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado (respaldado), nadie lo invalida (anularlo), ni le añade (agregarle).
Hermanos. Una expresión de amor que demuestra que cuando les llamo “Gálatas insensatos” (Ga 3:1), era un regaño como el de un padre a un hijo que le reprende pero que no deja de amarlo.
Hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre. Para explicar su punto, Pablo toma una ilustración de la vida cotidiana de la época, un convenio, contrato o pacto entre hombres, que eran los acuerdos legales para alguna compra-venta o algún servicio, o incluso algún testamento.
Una vez ratificado nadie lo invalida, ni le añade. En el caso de un testamento, cuando se ratifica legalmente frente a un notario, quien le da legalidad a la voluntad de la persona, ya no puede agregársele ni quitarle nada, a menos que sea la misma persona que lo quiera cambiar. Esta es la misma idea que Pablo tomará para el pacto que Dios hizo con Abraham, si Dios es inmutable (que no cambia), y respaldo con un juramento ese pacto que hizo con Abraham, pues ciertamente no va a cambiar en nada.
16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente (descendiente). No dice: Y a las simientes (descendientes), como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente (descendiente), la cual es Cristo.
Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas. En Génesis 12, Dios le prometió a Abraham que tendría una descendencia incontable como las estrellas del cielo, en Génesis 15, Dios hizo un pacto unilateral de sangre donde Abraham era el beneficiario de ese pacto, y en Génesis 22:15-18, Dios ratifica ese pacto jurando por si mismo donde termina diciendo Génesis 22:18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz, que el versículo que Pablo toma de referencia para mostrar que la promesa fue hecha en forma singular, no refiriéndose a todos los descendientes de Abraham, sino a un solo de su descendencia, la cual Pablo clarifica que es Cristo.
Y es que es solo en Cristo que son benditas (bendecidas) todas las naciones de la tierra, ya que con su muerte y resurrección a todos los gentiles le da acceso al perdón de pecados y a la gracia de Dios.
17 Esto, pues, digo: El pacto (alianza) previamente ratificado (respaldado) por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga (anula), para invalidar (dejarla sin valor) la promesa.
La promesa dada a Abraham en Gn 12, pactada con sangre en Gn 15 y ratificada bajo juramento en Gn 22, sucedió 430 años de que Dios le diera la ley a Moisés en el Sinaí. El punto es que la promesa es mas importante ya que se dio con anterioridad y que como estaba ratificada, pues no se le puede agregar nada, por lo que la ley no invalido la promesa.
18 Porque si la herencia es por (se basa en) la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió (otorgó) a Abraham mediante la promesa.
La herencia eterna (justificación) es el resultado de la promesa de que un descendiente de Abraham sería el mesías, si esa herencia (justificación) fuera por la ley; es decir, por algún mérito, entonces ya no es por una promesa, sino por una obra, y desde que Dios se la dio a Abraham, se la dio por medio de la promesa. Esta explicación para poder determinar que la ley y la promesa no se pueden juntar, y es que la ley no fue dada para poder ser justificados delante de Dios, la razón de la existencia de la ley la explicara Pablo en los siguientes versículos.
19 Entonces, ¿para qué sirve (cuál es el propósito) la ley? Fue añadida (dada) a causa de las transgresiones (pecados, desobediencia), hasta que viniese la simiente (descendiente) a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador (intermediario).
A la explicación anterior de que la ley no fue dada para poder alcanzar salvación (justificación) por medio de ella, traería la pregunta de que entonces, ¿para qué sirve la ley?, y la respuesta es muy clara, que fue dada a causa de las transgresiones; es decir, a causa del pecado, no fue dada para hacerla y obtener salvación, sino para que mostrara el carácter moral de Dios y así el hombre supiera lo que es pecado y no lo que no es pecado.
Ejemplo, si una persona miente y las personas alrededor también mienten y todos ven la mentira como algo normal, todos comienzan a pensar que mentir no esta mal, pero cuando Dios dice “No mentiras”, eso hace que la mentira sea un pecado, que ese hombre se sienta pecador y venga a Dios a pedirle perdón por hacer algo (mentir) que Dios lo considera pecaminoso.
Hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa. La ley entonces estaba hecha para inculpar de pecado, no para quitar el pecado, ya que el único que puede quitar el pecado es Cristo, quien es la simiente a la que fue hecha la promesa.
Y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. Dios le entregó la ley a Moisés por medio de ángeles (Hech 7:38,53, Heb 2:2)
20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.
Este versículo en la versión DHH lo pone de la siguiente manera “pero no hay necesidad de intermediario cuando se trata de una sola persona, y Dios es uno solo.”
La razón por la que Pablo menciona esto es para resaltar que la promesa (pacto) tiene mas valor que la ley, ya que la promesa Dios se la dio a Abraham directamente, mientras que la Ley a Moisés se la dio por un mediador, los ángeles, lo que hace que la promesa tenga mayor peso que la ley.
21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera (Claro que no!); porque si la ley dada pudiera vivificar (dar vida), la justicia fuera verdaderamente por la ley.
Si la ley pudiera justificar, así como la promesa puede hacerlo, entonces serían dos caminos opuestos (contrarios) para poder ser salvos, pero como la ley no fue dada para salvación, hace que ambas no sean contrarias.
22 Mas la Escritura lo encerró todo (nos aprisionó) bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.
La ley escrita nunca tuvo la intención de salvar, sino de mostrar todo el pecado, y una vez que el hombre y la mujer se reconocieran como pecadores delante de Dios, entonces suplicaran por un salvador, y ese salvador fue dado también por Dios a los creyentes, Jesucristo.
23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados (presos) bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada (dada a conocer).
Antes de buscar un salvador, necesitamos que la ley nos revele nuestra condición de pecado, por eso dice Pablo que primero estábamos confinados (encerrados, acorralados) bajo la ley, aquella que les muestra a los hombres que tan pecadores son, y de allí nos lleva a que pongamos la fe en Cristo.
En una analogía, la ley sería el espejo que nos muestra lo desarreglado que estamos, pero el solo hecho de vernos en el, no nos arregla nada, solo muestra la condición que tenemos.
En otra analogía, un estudio medico como rayos X, resonancia magnética, ultrasonido etc, solo tiene la finalidad de mostrar el problema que el paciente tiene, pero no le arregla ese problema, solo se lo revela, no es sino hasta que pasa por todo el tratamiento medico que la persona se sana, de la misma manera la Ley solo muestra el problema que tenemos de Pecado, pero no es sino hasta que venimos a Cristo (la promesa) que ese problema es quitado.
24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo (tutor, guía), para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo (tutor, guía),
Pablo usa una analogía para explicar la función de la ley y de la promesa (cristo), para mostrar que no son contrarias y que la ley es buena si se usa con el propósito con el que fue creada como dice 1 Timoteo 1:8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente.
Ayo. Palabra griega <paidagogós>, de donde viene la palabra en español de pedagogo, que era una persona en esa época que en una casa adinerada se encargaba del cuidado de los niños, darle sus primeras enseñanzas y de llevarlos a la escuela cuando ya estaban mas grandes.
Pablo dice que, así como ese siervo llevaba cuidaba al muchacho y lo llevaba a la escuela, de la misma manera, la Ley es como ese siervo que con mucho cuidado nos lleva a Cristo, pero cuando ya estamos en Cristo, la función de ese ayo, ese siervo ha terminado.
26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;
Pablo dice que los Gálatas, así como nosotros también, si hemos puesto nuestra confianza en la obra de Cristo Jesús, nos volvemos hijos de Dios, de la misma manera que está expresado en Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
No habla de un bautismo en agua, sino un bautismo en Cristo, la palabra en griega para bautismo es <baptizó> que significa estar completamente cubierto, en le caso del bautismo en agua es estar completamente cubierto de agua, y en este caso; el Espíritu nos bautiza en Cristo para salvación, nos cubre completamente en Cristo, por eso dice pablo que terminamos revestidos de Cristo.
28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Y como somos revestidos en Cristo, y traspasados al reino de Cristo, en ese reino no hay ninguna diferencia como en este mundo en cuando a raza (judío o griego), en cuando a estatus social (esclavo o libre) o en cuando a genero (varón o mujer), en el reino de Dios, todos somos uno en Cristo.
29 Y si vosotros sois de (pertenecen a) Cristo, ciertamente linaje (descendencia) de Abraham sois, y herederos según la promesa.
La pertenecía a la simiente (descendencia) de Abraham no es algo que esté determinado por la descendencia física, sino por la fe en Cristo Jesús.
Pablo termina con esta idea; no existe más la pared intermedia que separaba a los judíos de los gentiles, por consiguiente, los judaizantes no tienen ningún derecho de exigir algo más a los gentiles que tienen una fe real en Jesucristo. Dios reconoce solamente una nación, la nación de los creyentes como dice 1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable, y como creyentes en Cristo somos linaje de Abraham por la fe y herederos legítimos de la promesa que se centra en Cristo Jesús.
Aplicación Práctica: Aprovechar la función de guía de la ley, para ser guiados a la mano de la Jesucristo, quien es la promesa de Dios para las naciones.
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