martes, 29 de julio de 2025

Romanos 12:17-21 Procurad lo Bueno

 

Procurad lo Bueno

Romanos 12:17-21

Objetivo: Aprender a vivir nuestra vida procurando lo bueno por causa de la justicia del evangelio. (1 Pe. 2:21-23)

 

Versículo para memorizar: “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” Romanos 12:21

 

Introducción: Pablo enseñó cómo debe vivirse el amor verdadero entre los creyentes. Pablo exhorta a servir a Dios con esmero, evitando la pereza, y siendo fervientes en espíritu, es decir, con un corazón encendido por el amor de Cristo. Nuestro servicio no debe ser por apariencia, sino como siervos que buscan agradar a Dios.

 

El creyente debe alegrarse por la esperanza que tiene en Cristo, ser paciente en medio de la tribulación y constante en la oración, reconociendo que la vida cristiana es una mezcla de gozo por lo que viene y sufrimiento en el presente. También nos llamó a compartir con los necesitados, practicar la hospitalidad con generosidad, y ser sensibles a las cargas de otros.

 

Además, Pablo llamó a bendecir a quienes nos hacen daño, y a no devolver mal por mal. El amor se muestra al alegrarnos sinceramente con los que triunfan y al llorar con los que sufren. Esto exige humildad, empatía y madurez.

 

Finalmente, el llamado fue a vivir en armonía, sin orgullo, sin creernos más que otros, y relacionándonos con todos por igual. El amor cristiano se evidencia al preferirnos unos a otros, manteniendo así la unidad del cuerpo de Cristo.

 

Desarrollo:

V. 17. Evitar la venganza y buscar el bien

17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.

No paguéis a nadie mal por mal. Pablo sabe que la naturaleza caída del ser humano tiende a buscar represalias cuando somos maltratados, pero eso no mostraría amor, por eso nos advierte contra la venganza personal o la retribución negativa cuando somos ofendidos. También se lo dice Pablo a la iglesia de Tesalónica en 1 Tesalonicenses 5:15 Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros y para con todos.

 

La ley del “ojo por ojo y diente por diente” en el Antiguo Testamento (Éx, 21:24; Lv. 24:20) no era una invitación a la venganza personal, sino un principio judicial para limitar la retribución y evitar los abusos. El corazón humano, por naturaleza caída, tiende a excederse en el castigo: si alguien le quitó un ojo, querrá quitarle los dos o incluso la vida. Esta ley, entonces, tenía como propósito establecer justicia proporcional, impidiendo represalias excesivas. Se trataba de proteger a la sociedad del ciclo interminable de venganza. El castigo debía corresponder al daño causado, ni más ni menos, y debía ser aplicado por las autoridades, no por la víctima. Jesús, al referirse a esta ley en Mateo 5:38-39, no la contradice, sino que llama a sus discípulos a ir más allá de la justicia retributiva, respondiendo al mal con gracia, mostrando el carácter de Dios a través del perdón y la misericordia.

 

Procurad lo bueno delante de todos los hombres. La palabra ‘Procurad’ <pronoeō>, (Strong 4306), significa prever, anticiparse, cuidar de, planificar con esmero, por lo que implica un esfuerzo activo por hacer el bien, por hacer ‘lo bueno’, que se refiere a lo que es moralmente excelente, noble, bello a los ojos de Dios, y esto debemos hacer no solo con los hermanos de la Iglesia sino ‘delante de todos los hombres’, ya que de esa manera, nuestro testimonio de amor debe ser visible y coherente para los de fuera de la comunidad cristiana, y eso glorifica al Padre como dijo Jesús en Mateo 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

 

Hacer el bien, aun cuando nos hacen mal, no es debilidad; es imitar a Cristo, quien no devolvió mal por mal como dice 1 Pedro 2:23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.

 

V. 18. Vivir en paz

18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad (vivan) en paz con todos los hombres.

Pablo reconoce que la paz no siempre depende de nosotros. Hay situaciones donde, por causa de la verdad o del evangelio, la paz externa puede ser imposible, como dijo Jesús en Mateo 10:34-36 34No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. 35Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36y los enemigos del hombre serán los de su casa, pero fuera de eso, la exhortación de Pablo implica hacer todo lo que esté en nuestras manos para buscar la paz; es decir, vivir en armonía, estar en buenos términos, no tener conflictos abiertos, pero sin comprometer la verdad, o la santidad como dice Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor, y puede ser que a pesar de nuestro esfuerzo, los otros rechacen la reconciliación, aun así, debemos seguir mostrando amor y orando por ellos, como dice Mateo 5:44b … orad por los que os ultrajan y os persiguen.

 

V. 19. Dejar la venganza a Dios

19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira (el castigo) de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.

No os venguéis vosotros mismos, amados míos. La palabra ‘Venguéis’ <ekdikeō> (Strong 1556), significa tomar justicia por mano propia, vengarse, castigar al ofensor. Aquí Pablo prohíbe la venganza personal, sabiendo que es natural en el corazón humano caído, pero que es contraria

 

Sino dejad lugar a la ira de Dios. Significa entregar la justicia al Señor y permitirle a Él ejecutar su ira santa en el momento que Él quiera.

 

Porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. La palabra ‘venganza’ <ekdikēsis> (Strong 1557), es diferente a la anterior, aquí significa la justicia aplicada por Dios, no por el hombre.

 

Pablo cita Deuteronomio 32:35 Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo su pie resbalará, porque el día de su aflicción está cercano, y lo que les está preparado se apresura. La justicia le pertenece a Dios, ya que solo Él tiene el conocimiento perfecto y la autoridad para juzgar con rectitud como dice el Salmo 7:11a Dios es juez justo.

 

V. 20. Amor activo hacia el enemigo

20 Así que (Más bien), si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego (carbones encendidos) amontonarás sobre su cabeza (harás que le arda la cara de vergüenza).

Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber. El enemigo es aquel adversario que nos odia o actúa hostilmente contra nosotros. El Espíritu Santo, por medio de Pablo, nos manda mostrarle un amor activo y tangible, no solo de palabras, sino atendiendo sus necesidades básicas de forma práctica. La frase ‘dale de comer’ <psōmizō> (Strong 5595), significa literalmente “dar bocado a bocado”, lo que implica un cuidado personal y afectuoso hacia quien nos ha hecho daño.

 

Pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.  La frase ‘ascuas de fuego’ <anthrax> (Strong G439), significa brasas encendidas; es tomada de Proverbios 25:21-22 21Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; y si tuviere sed, dale de beber agua; 22 porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, y Jehová te lo pagará, y citada por Pablo, no se refiere a una forma velada de venganza espiritual. Al contrario, tiene un propósito redentor y misericordioso.

Estas “ascuas de fuego” representan el poder del bien para confrontar la conciencia del pecador. Cuando respondemos al mal con actos concretos de amor, como dar de comer o de beber al enemigo, el resultado es una profunda vergüenza interior que puede llevar al arrepentimiento.

 

No se trata de que sean “quemados con la culpa”, sino conmovidos por la gracia. El fuego de estas ascuas no es destructor, sino purificador, y apunta a que el enemigo se quebrante al ver que no respondimos con odio, sino con compasión.

 

V. 21. La victoria del bien

21 No seas vencido (No te dejes vencer) de lo malo, sino vence con el bien el mal.

No seas vencido de lo malo.  Pablo advierte que el mal puede dominarnos si actuamos conforme a nuestra naturaleza caída, manifestando lo que es destructivo o moralmente perverso. Esto ocurre cuando respondemos con odio, venganza o indiferencia, en lugar de hacerlo con el amor que proviene de Dios.

 

Sino vence con el bien el mal.  La palabra ‘vence’ <nikaō> (Strong 3528), de la misma raíz que “Nike”, significa ganar la victoria, conquistar o superar. Al responder con el bien; es decir, lo que es intrínsecamente bueno y noble, reflejamos el carácter de Cristo y alcanzamos una victoria tanto moral como espiritual. Jesús nos dejó esa enseñanza en Mateo 5:38-42 38Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; 40y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.

 

Aplicación práctica: Aprender a vivir nuestra vida procurando lo bueno por causa de la justicia del evangelio. (1 Pe. 2:21-23)

sábado, 19 de julio de 2025

Romanos 12:11-16 Prefiriéndonos los Unos a los Otros

 

Prefiriéndonos los Unos a los Otros

Romanos 12:11-16

Objetivo: Buscar la unidad del cuerpo de Cristo, prefiriéndonos los unos a los otro.

 

Introducción: Pablo hizo un llamado a vivir un amor genuino, no fingido, reflejando el amor <agápē>, que es sacrificial y divino, imposible de producir por naturaleza humana caída. Este amor es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo (Rom. 5:5). La exhortación “aborreced lo malo” implica odiar intensamente el pecado, y “seguid lo bueno” significa aferrarse firmemente a lo que refleja el carácter de Dios.

 

Pablo hizo otro llamado, el de amar con amor familiar y amor fraternal cultivando ternura y respeto mutuo entre hermanos, así como honrar a otros proactivamente, que además es evidencia de humildad cristiana.

 

El amor genuino se muestra en acciones concretas: buscar el bien del prójimo, honrarlo, servir con sacrificio, aborrecer el mal y adherirse al bien, dependiendo de Dios como única fuente de amor verdadero.

 

Desarrollo:

Vv. 11-13. Amor activo

11 En lo que requiere diligencia (esfuerzo), no perezosos; fervientes (ardientes) en espíritu, sirviendo al Señor;

En lo que requiere diligencia. Pablo exhorta a los creyentes a que en todo lo relacionado con su servicio a Dios, lo hagan con esmero, con entusiasmo, con esfuerzo diligente, evitando la apatía o indiferencia.

 

No perezosos. La palabra ‘perezosos’ es la palabra griega <oknērói> (Strong 3636), que significa tardos, negligentes, indolentes. Por lo que pablo nos da una advertencia contra el desánimo o la falta de motivación en el servicio a Dios. Un verdadero discípulo no debe servir con un corazón frío o indiferente, sino que debe impulsarlo el amor a Cristo como dice 2 Corintios 5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe (impulsa, obliga), pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron.

 

Fervientes en espíritu. La palabra ‘fervientes’ literalmente significa “hervir” o “estar en ebullición”, por lo que Pablo nos deja la imagen es de un espíritu encendido, apasionado y vibrante en su servicio a Dios, no es un fuego de emociones, sino la obra del Espíritu Santo en la vida del creyente.

 

Sirviendo al Señor. Pablo usa la imagen del esclavo voluntario que reconoce a Cristo como su Señor absoluto y se dedica a hacer Su voluntad, la misma idea se las dice Pablo a la iglesia de Colosas en Colosenses 3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. No se trata de ser vistos por los hombres, sino de agradar a Dios en todo. 

 

12 gozosos (alégrense) en la esperanza; sufridos (pacientes) en la tribulación; constantes (perseverantes) en la oración;

Gozosos en la esperanza. El gozo del que habla Pablo, no depende de las circunstancias sino de la esperanza, que es Cristo como dice Hebreos 6:18b-19 18basirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 19La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo.

 

La palabra ‘esperanza’ <elpís> (Strong 1680), significa esperar con confianza; es decir, una expectativa confiada del bien que Dios ha prometido, especialmente la vida eterna y la glorificación con Cristo como le dijo pablo en Tito 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

 

Sufridos en la tribulación. La palabra ‘sufridos’ <hypomenō> (Strong 5278), que significa permanecer bajo presión, resistir con paciencia, soportar firmemente sin huir. Mientras la palabra ‘tribulación’ <thlîpsis> (Strong 2347), que significa “presión”, se refiere a las dificultades, persecuciones o angustias que el creyente enfrenta en este mundo.

 

El llamado del Espíritu Santo por medio de Pablo es a permanecer firmes bajo el sufrimiento, recordando que las pruebas producen carácter y esperanza como dijo en Romanos 5:3-5 3Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado, la paciencia es en la tribulación termina siendo una bienaventuranza como dice Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida.

 

Constantes en la oración. La oración no es un recurso de último momento, sino una disciplina continua, debemos perseverar con esfuerzo, ser diligentes en la oración que nos fortalece en la esperanza y nos sostiene en la tribulación. También lo dijo Pablo en Colosenses 4:2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias.

 

La vida cristiana es una tensión entre el gozo de la esperanza futura y el sufrimiento presente, donde el Espíritu Santo produce en nosotros la capacidad de soportar con paciencia, mientras anclamos nuestra vida a Dios por medio de la oración.

 

13 compartiendo para (ayuden a) las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad (reciban bien a quienes los visitan).

Compartiendo para las necesidades de los santos. La palabra ‘Compartiendo’ <koinōnéō> (Strong 2841), significa tener en común, participar, contribuir, compartir activamente. Está relacionada con la palabra <koinonía> (comunión), lo que implica no solo dar de lo nuestro, sino participar en las cargas y necesidades de otros, como dice Gálatas 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

 

La comunión cristiana se expresa también cuando compartimos de las cosas materiales, así hizo la iglesia primitiva desde el principio como dice Hechos 2:44-45 44Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Este compartir surge del amor de Cristo en nosotros, no de una obligación ,como dice Pablo en 2 Corintios 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

 

Practicando la hospitalidad. La palabra ‘Practicando’ <diōkō> (Strong 1377), significa literalmente perseguir, esforzarse, ir tras de algo con intensidad. No es algo pasivo; es un llamado a buscar oportunidades de servir con hospitalidad.

 

La palabra ‘hospitalidad‘ <philoxenía> (Strong 5381), es el amor a los extraños, la disposición a recibir y atender a otros, especialmente creyentes, y más si son perseguidos o viajeros, que era el contexto del hospedaje en primer siglo.

 

Esto mismo dijo el escritor de Hebreos en Hebreos 13:2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.

 

La hospitalidad es una marca del creyente maduro, es un mandamiento para todos los cristianos como dice 1 Pedro 4:9 9Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones, pero un requisito para líderes como dice 1 Timoteo 3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar.

 

Vv. 14-15. Amor empático

14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.

Bendecid a los que os persiguen. La palabra ‘Bendecid’ <eulogéō> (Strong 2127), de donde viene nuestra palabra en español ‘elogio’, que significa hablar bien de, alabar, invocar bendición sobre alguien. Implica orar sinceramente para que Dios obre en la vida de quienes nos hacen daño como dijo Jesús en Mateo 5:44a Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen….

 

El llamado a amar a los enemigos es distintivo de los cristianos, ya que ese amor no surge del corazón humano caído, sino es fruto del Espíritu (Gál. 5:22).

 

Bendecid, y no maldigáis.  La palabra ‘maldigáis’ <kataraomai> (Strong 2672), significa invocar el mal sobre alguien, desear daño o venganza. Eso es contrario al amor, por eso Pablo prohíbe toda actitud o palabra que refleje odio o resentimiento; de la misma manera que lo hizo Pedro en 1 Pedro 3:9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.

 

15 Gozaos (alégrense) con los que se gozan; llorad con los que lloran.

Gozaos con los que se gozan. La palabra ‘Gozaos’ <chaírō> (Strong G5463), significa regocijarse, alegrarse, estar contento. Aquí implica una participación sincera en la alegría de los demás, sin envidia ni comparación.

 

Esta exhortación requiere humildad y madurez, porque el corazón caído tiende a competir o a resentirse ante el éxito ajeno.

 

Lo mismo le dijo Pablo a la iglesia de Corinto en 1 Corintios 12:26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él; y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.

 

Llorad con los que lloran.  La palabra ‘Llorad’ <klaiō> (Strong G2799), significa derramar lágrimas, gemir, lamentar con dolor genuino. Es más que simpatía; es una empatía activa que entra en el sufrimiento del otro. Jesús mismo lloró con los que lloraban (Jn. 11:35)

 

Como cuerpo de Cristo, debemos estar presentes en los momentos de pérdida, aflicción o angustia, mostrando compasión sincera; eso mismo le dijo Pablo a la iglesia de Galacia en Gálatas 6:2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

 

En una cultura de individualismo, la iglesia debe ser una familia que comparte tanto las alegrías como las lágrimas.

 

V. 16. Amor humilde

16 Unánimes (Tengan un mismo sentir) entre vosotros; no altivos (arrogantes), sino asociándoos (solidarios) con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión (No presuman de sabios).

Unánimes entre vosotros. La palabra ‘Unánimes’ <phroneō> (Strong 5426), significa literalmente “tener un mismo sentir”, “pensar lo mismo”. Se refiere a unidad de mente y propósito en el cuerpo de Cristo como dice Filipenses 2:2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. No es uniformidad forzada, sino armonía en Cristo.

 

No altivos. Altivos <hypsēla> (Strong 5308), significa pensar cosas elevadas, tener pensamientos soberbios, actitudes orgullosas. Es un llamado a la humildad frente al orgullo espiritual o al orgullo social, en lugar de eso debemos actuar con humildad como dice Filipenses 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.

 

Sino asociándoos con los humildes. La palabra ‘asociándoos’ <synapagomai> (Strong 4879), significa literalmente “ser llevado con” o “dejarse llevar con”, mientras que la palabra ‘humildes’ <tapeinos> (Strong 5011), literalmente significa “bajo”, “de posición humilde”, “modesto”, como se usa en Santiago 1:9 El hermano que es de humilde <tapeinos> condición, gloríese en su exaltación.

 

Pablo exhorta a identificarse con las personas de baja posición, sin buscar a los de alta posición, ni menospreciar a quienes tienen menos. En otras palabras, no hacer distinción entre los hermanos en Cristo por su posición social, como también se nos exhorta en Santiago 2:2-4 2Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, 3y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; 4¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?

 

El evangelio derriba barreras sociales, en Cristo no hay distinción entre rico y pobre, sabio e ignorante, como dice Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

 

No seáis sabios en vuestra propia opinión. Pablo advierte contra el orgullo intelectual y la autosuficiencia, como también lo advierte el Proverbio 3:7 No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal. La verdadera armonía en la iglesia requiere morir al orgullo y buscar el bien de los demás.

 

Aplicación práctica: Buscar la unidad del cuerpo de Cristo, prefiriéndonos los unos a los otro.

martes, 15 de julio de 2025

Romanos 12:9-10 El Amor no Fingido

 

El Amor no Fingido

Romanos 12:9-10

Objetivo: Aferrarnos cada día al único amor que es capaz de producir en nosotros un amor no fingido.

 

Versículo para memorizar: “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.” Romanos 12:9

 

Introducción: Pablo enseñó que, como miembros del cuerpo de Cristo, hemos recibido dones por gracia para edificar la iglesia y no para engrandecernos. Pablo nos exhortó a cada creyente a pensar con sensatez, evitando el orgullo y recordando que todo lo que tenemos proviene de Dios. Cada uno tiene una función única pero complementaria, como partes de un mismo cuerpo donde Cristo es la cabeza. Los dones mencionados incluyen profecía, servicio, enseñanza, exhortación, generosidad, liderazgo y misericordia, los cuales deben ejercerse con humildad, diligencia y alegría. La transformación cristiana genuina se refleja en el uso de estos dones para servir a otros y glorificar a Dios, no en competencia ni comparación. Esto nos llama a vivir en unidad y dependencia mutua, recordando que sin Cristo no hay vida ni fruto.

 

Desarrollo:

V. 9. Agápē

9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.

El amor sea sin fingimiento. La palabra ‘Amor’ <agápē>, (Strong 26), significa amor sacrificial, divino, centrado en el bienestar del otro.

 

La frase ‘sin fingimiento’, viene de una sola palabra griega <anypokritos> (Strong 505), que literalmente significa “no hipócrita”, “no actuado”, “genuino”.

 

En el NT se usa <agápē> para describir el amor de Dios, un amor incondicional, sacrificial y perfecto. Este amor no surge de los afectos naturales del hombre caído,  como enseña Romanos 5:5 Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. El amor ágape viene de Dios y es obra del Espíritu Santo en el creyente. Por naturaleza, el hombre está muerto en delitos y pecados (Ef. 2:1), y sus afectos están torcidos (Jer. 17:9); por tanto, no puede producir un amor que busca el bien supremo de otro sin esperar nada a cambio.

 

Dios es la fuente del amor <agápē> como lo dice el apóstol Juan en 1 Juan 4:8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. Aquí, el verbo “es” indica que el amor no es solo una cualidad de Dios, sino su esencia misma. Él no simplemente “tiene” amor; Él es amor.

 

El amor <agápē> se manifiesta supremamente en Cristo como dijo Pablo en Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

 

Pablo exhorta a la Iglesia que se profesen amor, pero que no sea superficial y mucho menos ni motivado por algún interés personal, es el mismo llamado que hizo el apóstol Pedro en 1 Pedro 1:22 Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro, y el apóstol Juan en 1 Juan 3:18 No amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Dios en estos pasajes nos llama a amar como Él nos amó, aun cuando sea incómodo o no correspondido.

 

Aborreced lo malo. La palabra ‘Aborreced’ <apostygéō> (Strong 655), es una palabra fuerte, ya que significa odiar intensamente, apartarse con repulsión. Dios nos llama a odiar el pecado como Él lo hace; la frase ‘lo malo’ <ponēros>, (Strong 4190), sigficica lo que es malvado en esencia y efecto. Este mismo llamado lo hace el salmista en el Salmo 97:10 Los que amáis a Jehová, aborreced el mal.

 

Seguid lo bueno. La palabra ‘Seguid’ <kolláō> (Strong 2853) significa pegarse, unirse como pegamento, aferrarse. Dios nos llama estar pegados a ‘lo bueno’ <agathos> (Strong 18), que es aquello que refleja el carácter de Dios.

 

Antes de desarrollar una relación genuina con nuestros hermanos (miembros del cuerpo de Cristo) como la que se describe en los versículos 10 al 17, necesitamos aferrarnos cada día al amor de Dios, recibido mediante Jesucristo nuestro Señor (1 Jn. 4:7-21). Solo al aferrarnos en Cristo podemos amar con <agápē> como dijo Jesús en Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

 

El fruto del Espíritu es el amor <agápē>  (Gál. 5:22), este no es un esfuerzo humano, sino el resultado de una vida conectada a Cristo; por eso, el mandamiento de amar como Cristo amó (Jn. 13:34) sería imposible si no fuera acompañado por la regeneración y el poder del Espíritu Santo.

 

Aplicación práctica. Debemos reconocer nuestra incapacidad natural para amar con el amor <agápē>. Sin embargo, al mismo tiempo, debemos vivir en comunión con Su Palabra y obedecerla, además de pedir a Dios en oración que Su amor sea derramado continuamente en nuestros corazones, para que podamos amar como Él nos amó.

 

V. 10. Philéō

10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.

Amaos los unos a los otros con amor fraternal.  La palabra ‘Amaos’ <philóstorgos> (Strong 5387), significa afecto tierno, propio de familia, mientras que ‘Amor fraternal’ <philadelphia> (Strong 5360), significa cariño entre hermanos, como el que pide el escritor de Hebreos en Hebreos 13:1 Permanezca el amor fraternal.

 

La iglesia es una familia espiritual. Debemos cultivar afecto sincero, mostrando ternura no solo con palabras y sino también con hechos.

 

Este amor fraternal nos recuerda Juan 21, donde vemos el uso de estas palabras de amor sacrificial y amor fraternal, Juan 21:15-17 15Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas <agapáō> más que estos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo <phileō>. Él le dijo: Apacienta mis corderos. 16Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas <agapáō>? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo  <phileō>. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas <phileō>? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo <phileō>. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

 

Jesús confronta amorosamente a Pedro, quien lo había negado tres veces. Jesús le pregunta tres veces: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?”

 

Las primeras dos veces dos veces, para la palabra ‘amor’ Jesús usa la palabra griega <agapáō>, pero en la tercera vez, Jesús usa <phileō>.

 

Pedro responde con <phileō> cada vez, reconociendo humildemente sus límites, que no lo puede amar con amor <agápē>, y observamos como las tres veces Jesús le responde con un mandato pastoral en cada ocasión; “Apacienta mis corderos” (v.15), “Pastorea mis ovejas” (v.16), “Apacienta mis ovejas” (v.17), indicando que mientras se produce el amor <agápē> en Pedro aferrándose a Dios, el amor <philéō> es suficiente para integrarnos al cuerpo de Cristo y servir a nuestros hermanos,

 

En cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.  La palabra ‘Honra’ <timē> (Strong 5092) que significa valorar, dar respeto y reconocimiento. Mientras que ‘Prefiriéndoos’ <proēgéomai>  (Strong 4285) significa adelantarse, tomar la iniciativa en honrar.

 

No debemos esperar ser honrado para honrar a los demás, debemos ser proactivo en reconocer a otros, no como adulación, sino como expresión de amor humilde, ya que, para poder hacerlo, es necesaria la humildad, a la cual nos hace también un llamado Pablo en Filipenses 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo, y Pedro en 1 Pedro 5:5: Revestíos todos de humildad en vuestro trato mutuo.

 

Aplicaciones prácticas finales: Un amor genuino (sin fingimiento) se manifiesta en acciones concretas:

 

    Busca el bien de los demás.

    Honra a los demás, tomando la iniciativa en el reconocimiento.

    Se muestra en un servicio sacrificial.

    Implica aborrecer activamente el mal y adherirse a lo bueno.

    Depende de la fuente divina del amor de Dios.

Romanos 12:17-21 Procurad lo Bueno

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