Objetivo: “No invoquen con sus labios el nombre de otros dioses. Ni siquiera los
mencionen. Cumplan ustedes con todo lo que les he ordenado”. Éxodo 23:13 (RVC)
Desarrollo:
Vs 1-3. Confronta la
mentira
1 No admitirás falso rumor. No te
concertarás con el impío para ser testigo falso.
2 No seguirás a los muchos para hacer
mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios;
3 ni al pobre distinguirás en su causa.
En cuanto a los pleitos, la evidencia tiene que ser
verídica; además, no se debe hacer favoritismo al pobre por compasión (v. 3),
ni al rico pervirtiendo la justicia. La justicia no debe tener escalas que
favorecen a un nivel social sobre otro; la justicia debe ser imparcial para
todos (ver Lev. 19:15). Se condenan rumores falsos (v. 1), acuerdos perversos y
el seguir a la mayoría para hacer el mal (v. 2) o para quedar bien con los
“ricos,” es decir, con los “grandes” “poderosos.”
Vs 4-5. Pone fin a
nuestras diferencias
4 Si encontrares el buey de tu enemigo o
su asno extraviado, vuelve a llevárselo.
5 Si vieres el asno del que te aborrece
caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a
levantarlo.
Al encontrar un animal extraviado del enemigo, devuélveselo,
o si ves caído debajo de su carga el asno del que te aborrece, no lo dejes
abandonado. Probablemente el enemigo se refiere a un hebreo que había sido un
adversario en un pleito legal. De todos modos, la demanda por la justicia va
más allá que las relaciones personales o legales. El concepto se acerca a las
palabras de Jesús de amar al enemigo (Mat. 5:44). En cuanto al segundo mandato,
hubiera sido más difícil ayudar a un animal de un enemigo mientras que
estuviera presente el adversario (ver Deut. 22:4). Sin embargo, era más
importante hacerlo en su presencia.
Jesús hablo del amor a los enemigos en Mateo 5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid
a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
ultrajan y os persiguen.
Vs 6-9. Nos hace más
como Jesús
6 No pervertirás el derecho de tu
mendigo en su pleito.
7 De palabra de mentira te alejarás, y
no matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío.
8 No recibirás presente; porque el
presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos.
Se ofrece protección al necesitado, al inocente y al justo.
Se dan dos admoniciones al pueblo de Dios: (1) no acusar falsamente a nadie, y
(2) no recibir soborno, lo cual ciega a los que ven con claridad y pervierte
las palabras de los justos (v. 8).
La palabra necesitado es diferente a la usada para el pobre
en el v. 3, la cual se refiere a un hombre empobrecido. El necesitado es una
referencia más bien a un hombre pobre que es piadoso.
9 Y no angustiarás al extranjero; porque
vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en
la tierra de Egipto.
Antes se había amonestado a Israel contra la opresión del
extranjero (22:21). Aquí la ley indica que se le debía dar el mismo trato en un
pleito que el que recibiera un hebreo. La justicia debía ser igual para todos.
Otra vez el Señor los hace recordar su historia; no debían ser injustos para
con los extranjeros debido a su sufrimiento pasado, ni para vengarse ni para
sacar alguna ventaja personal del extranjero.
Vs 10-13. Trae a nuestro
corazón descanso
10
Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás su cosecha;
11 mas el séptimo año la dejarás libre,
para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias
del campo; así harás con tu viña y con tu olivar.
El año sabático era en ciclo de años lo que el sábado era
para la semana (ver Lev. 25:1–7, 20–22). Según el texto, su finalidad era
social o humanitaria; sin embargo, se incluían valores ecológicos y económicos
también. Por medio de él se preservaba la naturaleza y la economía por dejar en
barbecho las tierras, pues se renovaban y se hacían más productivas, a la vez
que ofrecían una fuente de bienestar social para los necesitados y un refugio
para los animales del campo. Tal como el sábado, el motivo era religioso; Dios
es dueño de todo y se preocupa por el mundo y por todo lo que vive en él.
Aunque no lo indica el texto, probablemente no todos
observaban el año simultáneamente, para no desequilibrar la economía; además de
eso, ¿habría ayuda para los pobres únicamente en el año sabático? De todos
modos, la ley era para todas las tierras y para todos los productos. En el año
sabático se prohibían las labores de siembra y de cosecha.
Originalmente se destinaba el producto espontáneo del
campo a los pobres; más tarde se amplió la ley para que el producto sirviera de
alimento para el dueño, sus siervos, el jornalero, el forastero residente, el
ganado y los animales que hubiera en la tierra de uno (Lev. 25:1–7). Solían
hacerse los contratos de arrendar la tierra a base del año sabático, después
del cual todo se volvía a su dueño.
12 Seis días trabajarás, y al séptimo
día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo
de tu sierva, y el extranjero.
Tal como se encuentra en Deuteronomio 5:14, la razón por
el sábado era humanitaria
13 Y todo lo que os he dicho, guardadlo.
Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca.
Jehova es Dios celoso (20:3–5): No mencionaréis los nombres de otros dioses,
ni se los oiga en vuestros labios. El mencionar el nombre de un dios era
reconocerlo e invocar su supuesto poder.