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Versículo a memorizar: Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Lucas 5:24
Introducción: Un resumen general hasta este momento según lo relatado por Lucas es que Jesús fue ungido por el Espíritu en su Bautismo, inmediatamente después puesto a prueba por Satanás, tentándolo en el Desierto y saliendo victorioso, Jesús visitó y declaró en la sinagoga de Nazaret que Él es el cumplimiento de la profecía de Isaías, aplicando para Él la lectura de:
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.”
El relato de Lucas nos dice que el ministerio principal de Jesús era el de la enseñanza, pero no nos ha dicho que enseñaba, eso vendrá en capítulos posteriores, ahora se ha enfocado en relatar acontecimientos que muestran que es quien dijo ser:
· Al ser al liberar a un endemoniado en la sinagoga de Capernaum,
· Al sanar a la suegra de Pedro y a muchos enfermos que le trajeron aquella misma noche,
· Al producir la pesca milagrosa con la que llamó a Pedro y a los otros discípulos a seguirle,
· Al sanar a un leproso en una de las ciudades donde predicaba,
· Y ahora, en este pasaje, al perdonarle los pecados a un paralítico y además sanarle.
Desarrollo:
17 Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores (maestros) de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar.
Aconteció un día. Lucas no detalla ni el lugar ni el tiempo de este evento, se cree que sucedió alrededor del primer año de ministerio de Jesús, el evangelio de Marcos ubica este relato en la ciudad de Capernaúm, probablemente en la casa de Pedro como dice Marcos 2:1-2 1Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra, y Mateo indica que venía de la ciudad Gadara, de otro lado del mar de Galilea, donde había liberado al endemoniado gadareno (Mt 8:28-34).
Que él estaba enseñando. Lucas ha ido dejando muy claro que el ministerio principal del Señor Jesús era la enseñanza de la palabra y la predicación del reino de Dios como Jesús mismo dijo en Lucas 4:43-44 43Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. 44Y predicaba en las sinagogas de Galilea, y ese mismo propósito es el que debe de tener Su iglesia en la actualidad.
Y estaban sentados los fariseos. Los fariseos eran el grupo religioso y político más grande de Israel, surgieron después del regreso de los judíos del cautiverio en Babilonia, con la intención de que el pueblo no volviera a desobedecer la palabra de Dios, pusieron normas y reglas humanas muy estrictas que no estaban en la Ley, creando una religión de reglas y prohibiciones humanas alejadas del propósito de la Palabra de Dios. El otro partido político y religioso en la época era el de los saduceos, al que pertenecían la mayoría de los sacerdotes y quienes tenían diferencias significativas de creencias con los fariseos.
Y doctores de la ley. En un término que se usa para los escribas, también mencionados como los maestros de la ley, eran quienes transcribían las escrituras, y al dedicarse a eso, se hacían expertos en la ley, por lo que eran los encargados de instruir en las sinagogas, y tenían buena reputación entre el pueblo, estos podían ser tanto del grupo de los fariseos como el de los saduceos.
Los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, de Judea y Jerusalén. Estos habían venido de varios lugares de Galilea, que se encuentra al norte de Israel, también de Judea, que sería el sur de Israel y de Jerusalén, que técnicamente de encontraba en la región de Judea, pero se consideraba como un lugar especial, no solo por ser la capital, sino por ser el centro religioso y de adoración de Israel y donde se encontraba el Templo.
No se nos dice ni cuantos eran, ni que estaban haciendo allí, pero no es difícil de suponer que, ya que formarían parte de bloque opositor a Jesús, que con sus milagros y enseñanza estaba atrayendo a mucha gente, lo que sin duda causaba un celo en ellos, que estaban perdiendo autoridad y popularidad frente al pueblo, quizá estaban allí con la intención observar minuciosamente lo que Jesús dijera o hiciera, y de allí poder tener algo en su contra, porque además sabían que era un carpintero de Nazaret, y que no había ido a ninguna escuela rabínica como ellos.
Notemos entonces que, se encontraban escuchando sus enseñanzas un grupo muy diverso de gente, sus discípulos, la multitud y los religiosos de la época, es decir, un grupo compuesto por fariseos y escribas.
Y el poder del Señor estaba con él para sanar. El ministerio de sanidad de Jesús ya se había manifestado con anterioridad, pero, al parecer, es en este momento de su ministerio, era donde se estaba desarrollando con mayor intensidad, lo que hacía que su fama creciera más y más, y quizá, esa fue la razón de la visita de los religiosos de lugares tan distantes.
18 Y sucedió (aconteció) que unos hombres que traían en un lecho (una camilla) a un hombre que estaba paralítico (que no podía caminar), procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él.
Y sucedió. Es decir, mientras estaba Jesús enseñando dentro de esa casa en Capernaum llena de oyentes.
Que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico. Marcos detalla que eran 4 (cuatro) hombres (Mr 2:3) que traían a una persona que no podía caminar, cargándolo en una camilla, quizá eran amigos o familiares del paralítico.
Procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. Estos hombres sin duda conocían a Jesús y su poder para sanar la enfermedad de su amigo o familiar, y decidieron llevarlo delante de Jesús, quizá habían visto o escuchado sobre sanidades que Jesús había hecho en esa ciudad con anterioridad, al parecer, en esa misma casa como se relató en Lucas 3:40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
19 Pero no hallando cómo hacerlo (meterlo) a causa de la multitud (de que había mucha gente), subieron encima de la casa (a la azotea), y por el tejado le bajaron con el lecho (la camilla), poniéndole en medio, delante de Jesús.
Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud. La intención de los hombres que transportaban al paralítico era llevarlo delante de Jesús, pero al llegar, se encontraron que la casa estaba llena y mucha gente que no había podido entrar, se había acomodado alrededor de la casa, para intentar escuchar la enseñanza.
Subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho. Esos 4 (cuatro) amigos o familiares del paralítico, no desistieron al verse imposibilitados de meter al paralítico por la puerta y llevarlo frente a Jesús, por lo que, al buscar alternativas, pensaron en bajarlo por el techo, lo que no sería fácil, ya que dicen los historiadores que algunas casas llegaban a tener una escalera de piedra por el exterior de la casa, pero era muy angosta y regularmente sin protección, y eso complicaría subir a una persona en una camilla.
Poniéndole en medio, delante de Jesús. Lucas no menciona como subieron, pero si que lo bajaron por el techo y lo pusieron delante de Jesús, y Marcos da más detalle de que tuvieron que hacerle un hueco al techo como dice Marcos 2:4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico, los historiadores dicen que los techos se hacían de vigas cruzadas de madera que cubrían con un material compuesto de ramas y barro pisado, en algunos casos, tejas de techo, lo que parece que no es una construcción muy fuerte para sostener a 4 (cuatro) hombres, al paralítico y su camilla, por lo que tuvieron que hacerlo con mucho cuidado, además de ingeniárselas para amarrar al paralítico y sujetar la camilla para ir bajándola con cautela, de modo que no se lastimara nadie.
Es interesante observar que para la palabra lecho, Lucas usa en el versículo 18 la palabra griega <klíne> para referirse a una camilla de enfermo, mientras que, en este versículo, usa la palabra griega <klinídion> que hace referencia a una camilla mas pequeña, quizá solo el colchón de la camilla, lo que hace sentido, ya que, si retiraban la estructura de la camilla y solo dejaban el colchón, el hueco que tenían que abrir en el techo se requería más pequeño.
No se nos relata que paso con los que estaba dentro de la habitación mientras al techo le hacían un hueco, que pensaba el dueño de la casa (quizá Pedro) al ver eso, si Jesús tuvo que interrumpir su enseñanza, pero sin duda todos tuvieron que haberse sorprendido.
20 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son (han quedado) perdonados.
Al ver él la fe de ellos. No queda claro si “la fe de ellos” era la de los 4 (cuatro) hombres que ayudaron al paralítico a entrar o si incluye al paralítico también, los asistentes quizá vieron un acto de amor y de creatividad al bajar al paralítico por el techo, pero Jesús vio la fe genuina de ellos. La fe no es algo tangible en sí misma, pero se ve claramente por las obras que produce, y vio como el Padre se los había traído como dice Juan 6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera y Juan 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. Pero no es la fe de los amigos o familiares la que lo va a salvar, sino la misericordia de Jesús que tratará con individualmente a nivel personal.
Aplicación práctica: Esos son los verdaderos amigos que debemos tener o debemos ser, aquellos que ponen su tiempo y esfuerzo para acercarnos a Jesús y no para alejarnos de Él, aquellos que son portadores de camillas para traer a los necesitados a Jesús.
Le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. Ante el asombro de todos los presentes, Jesús retomó la palabra para dirigirse al paralítico, ni él, ni sus amigos en la azotea habían hecho ninguna petición a Jesús, quizá pensaban que era muy obvia la miserable condición del paralítico y la evidente necesidad de sanidad que requería; sin embargo, Jesús se fue primero a la más grande necesidad que el paralítico tenía, la del perdón de sus pecados, literalmente diciéndole “tus pecados han quedado perdonados” declarando con claridad que los pecados individuales que aquel hombre quedaban, en ese momento, perdonados en su totalidad.
Tanto el paralítico como sus amigos o familiares pensaban que la necesidad más grande que el tenía era su sanidad y poder tener movilidad en su cuerpo, sin embargo, aunque pudiera caminar el resto de si vida sobre esta tierra, terminaría siendo una bendición temporal, y no cambiaría su destino eterno. Pero ahora había recibido una bendición inmensamente mayor, y con trascendencia eterna, la del perdón de sus pecados, que ahora le permitiría restaurar su relación con Dios, le habían sido quitados los pecados, que eran el obstáculo que le impedían reconciliarse con Dios.
Observemos que el paralítico no reclamó su sanidad física, aceptó que el Señor sólo le perdonara sus pecados, parece que el entendió que eso era lo que realmente necesitaba, más que ninguna otra cosa.
Aplicación Práctica: Es muy común pensar que los verdaderos problemas son; la pobreza, las guerras, la enfermedad, o cosas como esas, que hacen que la vida en este mundo sea difícil, pero el diagnóstico divino, es que el verdadero problema del ser humano es el pecado, y ese problema afecta tanto a pobres como ricos, a los cultos e incultos, incluso a los paralíticos.
21 Entonces los escribas (maestros de la ley) y los fariseos comenzaron a cavilar (pensar), diciendo: ¿Quién es este que habla blasfemias (cosas ofensivas contra Dios)? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?
Los escribas y fariseos que siempre buscaban los primeros lugares en las reuniones (Lc 14:7), seguramente estaban muy cerca de Jesús, y no estaban allí para aprender, sino para buscar algún error en sus enseñanzas para poder acusarlo o por lo menos, desprestigiarlo, y con lo que acababan de oír tenían un buen argumento, ya que es Dios el principal ofendido con los pecados de los hombres, como Jesús mismo enseño en la parábola del hijo prodigo en Lucas 15:18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, indicando que al que había ofendido primeramente con su conducta era a Dios y después a su padre, y como solo el ofendido puede perdonar la ofensa, pues era solo Dios quien podía perdonarle sus pecados, y en eso estaban en lo correcto.
Si Jesús dice que puede personar pecados, se está haciendo como Dios, si no es Dios, entonces ciertamente es una blasfemia; es decir, una expresión que se dice en contra de Dios, que tenía como consecuencia en la ley, la pena de muerte (Lv 24:16), y es lo que ellos pensaron, pero lo que no consideraron, es que, si Jesús es Dios, entonces si podía perdonar pecados, y entonces si era el Mesías que estaban esperando, el Santo Hijo de Dios (Lc 1:35)
22 Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis (pensáis) en vuestros corazones?
Aquellos hombres no dijeron nada, solo lo pensaron interiormente, pero Jesús les mostró que sabía lo que estaban pensando, mostrando el atributo de Omnisciencia, que solo le pertenece a Dios y confirmaba la identidad de Jesucristo como Dios, lo que los dejo en silencio porque ninguno contestó la pregunta de Jesús.
23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
Jesús hizo una nueva pregunta, si era más fácil perdonarlo o sanarlo, y aunque todos la escucharon, evidentemente estaba dirigida a los religiosos allí presentes, los que siguieron sin contestar ninguna de las preguntas.
La respuesta obvia que seguro han de haber pensado era que, era más fácil decir que los pecados eran perdonados, ya que, de eso, no había forma de como comprobarlo, pero sanar el enfermo, requería una evidencia de sanidad en ese momento que mostrara su autoridad sobre la enfermedad.
Cuando pensamos en qué resultaba más fácil para Jesús, tenemos que concluir que perdonar sus pecados era realmente mucho más difícil, porque eso implicaba ir a la Cruz.
24 Pues para que sepáis (demostrarles) que el Hijo del Hombre tiene potestad (autoridad) en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho (camilla), y vete a tu casa.
Jesús ahora les va a demostrar de dos maneras que Él es el Mesías, que Él es Dios encarnado; la primera, auto poniéndose el título del “Hijo del Hombre”, (título que aparece más de 80 veces usado por Jesús en los evangelios), título que aparece en Daniel 7:13 y que solamente aplica para al Mesías que los judíos estaban esperando, y la segunda, haciendo lo que los oyentes consideraban más difícil, decirle al paralítico que se sanara y mostrarlo, al hacer lo más difícil, implicaba que también podía hacer lo más fácil, y con esto corroborar no solo que tenía autoridad sobre las enfermedades, sino que era Dios, y que podía perdonar pecados en la tierra, esta frase es de mucha importancia, porque no importa el lugar en la tierra donde alguien se encuentre, Jesús tiene potestad para perdonarle sus pecados.
(Dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Con la sanidad del paralítico se confirmaba su autoridad para perdonar pecados, por eso ahora Jesús se dirige al paralítico en forma específica y le da una triple orden en imperativo de soberanía; Levántate, lo que implicaba que en ese momento debía de quedar sanado, y no con una sanidad paulatina, sino completa y de inmediato, y para poder mostrar su completa recuperación motriz, que no solamente se había podido parar, sino que tenía flexibilidad para tomar si camilla y salir caminando del lugar en presencia de todos, le mandó que tomara su lecho y se fuera a su casa.
25 Al instante, levantándose en presencia (ante la mirada) de ellos, y tomando el lecho (la camilla) en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando (alabando) a Dios.
El milagro sucedió de inmediato, el hombre pudo obedecer el mandato de Jesús, se levantó en presencia de todos los asistentes que estaban dentro y fuera de la casa, y ante los ojos de sus amigos o familiares que se encontraban en el techo, tomo la camilla donde lo habían bajado y donde estaba recostado todo ese tiempo y se fue caminando de esa casa, el cambio fue asombroso; había entrado como un pecador y paralítico llevado por cuatro amigos, pero había salido un hombre justificado y por su propio pie, por eso salió alabando a Dios.
26 Y todos, sobrecogidos de asombro (se quedaron admirados), glorificaban (alababan) a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.
Todos los que presenciaron aquel milagro quedaron asombrados, los perversos pensamientos de los escribas y fariseos quedaron sin argumentos y sin duda muy confundidos, es muy probable que muchos de los presentes, sus discípulos entre ellos, ya habían visto otros milagros con anterioridad, pero aquí descubrieron que Jesús también tenía poder y autoridad para perdonar pecados, así que, glorificaron a Dios llenos de temor, Lucas dice que diciendo “hoy hemos visto maravillas”, mientras Marcos registra que exclamaron "Nunca hemos visto tal cosa" (Mr 2:12).
A la pregunta de que hicieron los religiosos en el versículo 21 de ¿Quién era Jesús?, y después de estudiar todo el pasaje podemos contestar:
1. Dios omnisciente. Ya que conocía los pensamientos de los fariseos.
2. Dios que perdona pecados. Perdonó los pecados del paralítico actuando en su propio nombre.
3. Dios con autoridad sobre las enfermedades. Demostrando Su poder para sanar al paralítico.
4. El Mesías prometido. Jesús uso ese título de “El Hijo del Hombre” dado para el Mesías en Daniel 7:13
Aplicación Práctica: Reconocer a través de este evento con el paralítico, la prioridad del ministerio de Jesús de perdonar pecados, que lo llevo a la cruz para poder pagar por los pecados de los hombres.
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