Objetivo: Ayudar al jóven a comprender el
propósito por el cual Dios permite la tribulación en la vida de su pueblo.
Versículo a memorizar: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo Padre de misericordias y Dios de toda consolación”. 2 Corintios 1:3
Introducción: 2a
de Corintios al parecer fué escrita en el 3er viaje misionero de Pablo;
probablemente los capítulos del 1 al 6 desde Efeso y Troas y del 7 al 13 desde
Filipos o Tesalónica en el año 55 (1 año después de escribir 1a de Corintios),
después de ésta carta Pablo les visitaría una vez más por un periodo de 3
meses.
El tema principal de esta porcion de la Escritura
es la Consolación que viene después de las tribulaciones que padecemos. Dios
nos ha dejado Su Palabra para nuestro consuelo como dice Romanos
15:4-5 4Porque las
cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de
que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. 5 Pero
el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo
sentir según Cristo Jesús.
Desarrollo:
1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios,
y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los
santos que están en toda Acaya:
2 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del
Señor Jesucristo.
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación.
Pablo describe dos Atributos muy importantes de Dios, la misericordia y
la consolación, el “Padre de” significa que Dios es el origen o a la fuente de
la misericordia y la consolación. Que insensato es pensar
que el consuelo en la tribulación de los seres humanos puede venir de vicios o
pecados, que solo le harán olvidar por un tiempo la tribulación y empeorarán la
situación. La única y verdadera consolación que salva viene de Dios en Cristo
Jesús.
1) La promesa del
consuelo (v4a)
4a el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones,
La
promesa es clara; TODAS las tribulaciones que los hijos de Dios tienen, siempre
encontrarán consolación en Dios, el Padre de toda consolación.
2) El propósito del consuelo (v4b)
4b para que podamos también nosotros
consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación
con que nosotros somos consolados por Dios.
El consuelo no termina en nosotros; nos
habilita para dar de gracia lo que de gracia he recibido, y nos convierte en un
instrumento de consolación. Ahora podemos entender que no debemos buscar
consuelo tan solo para nosotros, sino buscar consuelo para consolar a otros. Quienes nunca han sufrido, solo pueden hablar
de conceptos de consolación, pero jamás podrán transmitir consuelo, ni sabrán
tener compasión de otros, por esta razón es que Dios permite la tribulación
sobre Su Pueblo. Nadie puede dar lo que no tiene.
3) Los parámetros del consuelo (v5)
5 Porque de la manera que abundan en nosotros las
aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra
consolación.
Las aflicciones de las que nos habla
éste pasaje son las que pasamos por ser Cristianos, las mismas que padeció
Jesucristo.
4) El parentesco en el consuelo (v6-7)
6 Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación
y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la
cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también
padecemos.
7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme,
pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois
en la consolación.
Dios siempre busca la salvación en
los hombres, pero esta vendrá depués de ser consolados y ésto, después de ser
atribulados; es decir, muchas veces son nuestros sufrimientos los que nos hacen
acercarnos a Dios, y Él nos confronta con nuestro pecado pero al mismo tiempo
con consuela con la obra de Cristo en la Cruz y nos salva de la condena de
estar separados de Dios para siempre.
5) El poder del consuelo (v8-9)
8 Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de
nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados
sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la
esperanza de conservar la vida.
9 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte,
para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los
muertos;
Probablemente Pablo se refiera al
incidente que nos cuenta el libro de Hechos en el Capítulo 19 que les sucedió en
Efeso donde los artesanos estaban muy molestos porque sus figuras de ídolos ya
no se vendían como antes y culparon a Pablo de eso, e hicieron una revuelta que
Pablo y algunos mas que estaban con el sintieron que morirían, y alli es cuando
Dios les consoló.
6) La perpetuidad de su consuelo (v10)
10 el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos
que aún nos librará, de tan gran muerte;
Y no solo les consolo, sino que les
libro de esa muerte. El consuelo de Dios es para siempre, porque aún si
perdieramos la vida física, nos consuela saber que estaríamos en su misma presencia
y le veríamos cara a cara.
7) La participación en el consuelo (v11)
11 cooperando también vosotros a favor nuestro con la
oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el
don concedido a nosotros por medio de muchos.
Aunque Dios nos ha prometido
consolarnos en todo, Pablo nos muestra aquí la necesidad de pedir oración de
nuestros hermanos en la fe cuando nos encontremos en tribulación, y así poder
dar juntos gracias a Dios.
Aplicación Práctica: Cuando vengan aflicciones o tribulaciones a nuestra vida por causa de Cristo, ahora debemos saber que siempre Dios nos consolará y que además podremos usar esa misma consolación para consolar a otros de nuestros hermanos en la fe que estén pasando por algo parecido.