Objetivo: Ayudar al jóven a
observar como Dios nos lleva a darnos cuenta de nuestro pecado.
Versículo a memorizar: “Y decían el uno al otro:
Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de
su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros
esta angustia” Génesis 42:21.
Introducción: El el capítulo anterior José interpreto el sueño
del Faraón que ningún mago o sabío habia podido hacerlo, y le dijo que las 7
vacas gordas y las 7 espigas lindas, representaban 7 años de abuncancia que la
tierra de Egipto tendría, y que las vacas flacas y las espigas delgadas,
representaban 7 años de hambruna que llegarían inmediatamente después de los
años de abundancia.
Todo esto hizo que
Faraón pusiera a José como el segundo hombre a cargo de todo el imperio de
Egipto, solo debajo de Faraón, le dio esposa y esta le dio 2 hijos, y asi
pasaron los 7 años de abundancia que José había interpretado del sueño del
Faraón, y comenzaron los 7 años de escases y la tierra de Egipto asi como todos
los otros paises tuvieron hambre y venían a José a comprarle trigo.
Desarrollo:
1 Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus
hijos: ¿Por qué os estáis mirando?
2 Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended
allá, y comprad de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos.
3 Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en
Egipto.
Probablemente los hijos
de Jacob quien ahora tiene alrededor de 130 años, habían oido también que había
alimento en Egipto, pero quizá no querían ir ya que recordaban lo que había
pasado 20 años atrás, cuando vendieron a su hermano José a los Ismaelitas que
lo venderían a Egipto y quizá sea esa culpa que comienzan a sentir lo que los
tiene paralizados a pesar de ver la gran necesidad de conseguir alimento para
ellos y para sus familias, ya que todos estos hermanos tienen ya alrededor de
los 40 años, quizá la mayoria con esposas e hijos.
4 Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus
hermanos; porque dijo: No sea que le acontezca algún desastre (desgracia).
Benjamín andara
alrededor de los 30 años, por lo que no es un pequeño, pero su padre Jacob no
quiso que fuera a Egipto por el miedo de que algo malo le pasara a él también
com había acontecido con su otro hijo José, ya que ambos eran hijos de su amada
esposa Raquel quien había fallecido cuando dio a Luz a Benjamín.
5 Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que
venían; porque había hambre en la tierra de Canaán.
6 Y José era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el
pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él
rostro a tierra.
7 Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo
como que no los conocía, y les habló ásperamente (con rudeza),
y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de
Canaán, para comprar alimentos.
8 José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le
conocieron.
Este encuentro de José,
quien tendría en este momento 37 o 38 años con sus hermanos, sucede 20 años
después de que lo habían vendido, José reconoce a sus hermanos pero ellos a
José no, ya que con mucha probabilidad José parece un egipcio en su forma
fisica y de vestir, quiza con los ojos pintados, además que les habla en
Egipcio y todo eso hace que los hermanos de José no se den cuenta de que es él.
9 Entonces se acordó José de los sueños que había tenido
acerca de ellos, y les dijo: Espías sois; por ver lo descubierto (desprotegido) del
país habéis venido.
José recordo el sueño que
Dios le había dado, que se describe Génesis 37 y que en tantos problemas lo
metió con sus hermanos, pero ahora se estaba cumpliendo gracias al cuidado que
Dios había tenido con José todo este tiempo.
10 Ellos le respondieron: No, señor nuestro, sino que tus
siervos han venido a comprar alimentos.
11 Todos nosotros somos hijos de un varón; somos hombres
honrados; tus siervos nunca fueron espías.
12 Pero José les dijo: No; para ver lo descubierto del país
habéis venido.
José les acusa de espías
como una estrategía para poderlos retener y pensar un plan con ellos.
13 Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos,
hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con
nuestro padre, y otro no parece.
14 Y José les dijo: Eso es lo que os he dicho, afirmando que
sois espías.
15 En esto seréis probados: Vive Faraón, que no saldréis de
aquí, sino cuando vuestro hermano menor viniere aquí.
16 Enviad a uno de vosotros y traiga a vuestro hermano, y
vosotros quedad presos, y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad en
vosotros; y si no, vive Faraón, que sois espías.
A José se le hace
extraño que no estuviera Bejamín con ellos, quizá piensa que le han hecho lo
mismo que a él, así que les propone mandar a alguien a buscarlo.
17 Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días.
18 Y al tercer día les dijo José: Haced esto, y vivid: Yo
temo a Dios.
19 Si sois hombres honrados, quede preso en la casa de
vuestra cárcel uno de vuestros hermanos, y vosotros id y llevad el alimento
para el hambre de vuestra casa.
20 Pero traeréis a vuestro hermano menor, y serán verificadas
vuestras palabras, y no moriréis. Y ellos lo hicieron así.
José piensa mejor las
cosas en esos 3 días, y quizá piensa que la familia de Jacob (mujeres, nueras,
nietos) están pasando hambre ne Canaán y que si manda solo a uno de sus
hermanos de regreso no podrá llevar suficiente comida para todos ellos, por lo
que cambia la estrategia y solo pide quedarse con uno de ellos hasta que
regresen con Benjamín su hermano menor.
21 Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado
contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y
no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
22 Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y
dije: No pequéis contra el joven, y no escuchasteis? He aquí también se nos
demanda su sangre.
23 Pero ellos no sabían que los entendía José, porque había
intérprete entre ellos.
Toda esta situación ha
producido en los hermanos de José una reflexión sobre lo que hicieron con el 20
años atrás, y le llaman “pecado”, es aquí cuando se despierta su conciencia y
pueden reconocer que el tiempo y la distancia no han podido borrar sus hechos,
ya que solo en Jesús hay verdadero perdón de pecados.
24 Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a
ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a vista de
ellos.
José está conmovido por
ver que sus hermanos por fin han reconocido que lo que hicieron fue un pecado,
de entre ellos escoge a Simeón para que se quede como garantía de que regresarean
con Benjamín.
25 Después mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y
devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen
comida para el camino; y así se hizo con ellos.
26 Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de
allí.
27 Pero abriendo uno de ellos su saco para dar de comer a su
asno en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal.
28 Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo
aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados dijeron el
uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?
El que tuviera el dinero
y el trigo no era algo bueno, ya que los podían acusar de ladrones, y eso les
imposibilitaría regresar por Simeón y por mas comida cuando la que llevan se
les terminara.
29 Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le
contaron todo lo que les había acontecido, diciendo:
30 Aquel varón, el señor de la tierra, nos habló ásperamente,
y nos trató como a espías de la tierra.
31 Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados, nunca
fuimos espías.
32 Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no
parece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.
33 Entonces aquel varón, el señor de la tierra, nos dijo: En
esto conoceré que sois hombres honrados: dejad conmigo uno de vuestros
hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y andad,
34 y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que
no sois espías, sino hombres honrados; así os daré a vuestro hermano, y
negociaréis en la tierra.
Sin duda fue un fuerte
golpe para Jacob, el saber que su hijo Simeón se había quedado encarcelado en
Egipto y que la única forma de que regresara es que mandara a Benajmín, cosa
que no estaba dispuesto a hacer.
35 Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en
el saco de cada uno estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los
atados de su dinero, tuvieron temor.
El temor era que ahora a
todos los podrían acusar de ladrónes, si de por sí ya los habían acusado de
espías, lo que hace que la situación se vuelva muy complicada.
36 Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis
hijos; José no parece, ni Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí
son todas estas cosas.
37 Y Rubén habló a su padre, diciendo: Harás morir a mis dos
hijos, si no te lo devuelvo; entrégalo en mi mano, que yo lo devolveré a ti.
Que sigerencia tan
incoherente es la que hace Rubén, como si eso que propone hiciera sentir mejor
al anciano Jacob.
38 Y él dijo: No descenderá mi hijo con vosotros, pues su
hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le aconteciere algún desastre en
el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol (sepulcro).
Jacob está decidio a no
poner en riesgo la vida de Benjamín.
Aplicación práctica:
Aprender que la conciencia nos acusa
de pecado, aún de pecados pasados que parecen olvidados, pero cuando esto pasa,
debemos saber que en Jesús hay perdón de pecados como dice 1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad, por lo tanto no tardemos en venir a confesar
nuestras falta a Aquel que es el Único que puede perdonar pecados, a Jesucristo
nuestro Señor.