Saturday, June 23, 2018

Éxodo 9:1-35 El Soberano Corazón del Hombre al Desnudo


Objetivo: Ayudar al jóven a dar gracias a Dios eternamente por su misericordia que evita que se muestren las intenciones de nuestro perverso corazón.

Versículo a memorizar: “Yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado en toda la tierra” Éxodo 9:16

Desarrollo:
Vs.1-7 Quinta Plaga (en el Ganado)
1 Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
El mensaje de Dios ha sido el mismo, ya que la libertad de Su pueblo tiene un propósito, el cual es servirle.

2 Porque si no lo quieres dejar ir, y lo detienes aún,
3 he aquí la mano de Jehová estará sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con plaga gravísima.
Esta plaga mataría a los ganados de todo tipo, mismos que les servian para comer, para trabajar, para trasnsportarse, etc, lo que ocasionaría una gran crisis en el país de Egipto.

4 Y Jehová hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel.
5 Y Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra.
Una vez más, como desde la cuarta plaga de las moscas, Dios haría una distinción entre los Egipcios y los Israelitas, no permitiendo que ningun ganado de los hebreos muriera, mostrando así el gran poder de Dios.

6 Al día siguiente Jehová hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno.
Al día siguiente, cuando Dios había dicho; sucedió lo que Dios había dicho, la Palabra de Dios siempre se cumplirá en la fecha indicada.

7 Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir al pueblo.
Faraón vió lo que Dios había hecho en Egipto, y mando a alguien a verificar si lo que Moisés había dicho de parte de Dios era verda, y así fue, ningun ganado de los hebreos se había afectado y eso probablemente produjo celos y molestia en su corazón que lo llevaron a enducererlo y no dejó ir al pueblo de Israel.

Vs.8-12 Sexta Plaga (de Ulceras)
8 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón;
9 y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto.
Dios manda a Moisés a que se presente de nuevo con el Faraón y le muestre gráficamente aventando polvo al aire lo que Dios tenía pensado para esta Sexta plaga.

10 Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido que produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias.
Todo este tiempo Moisés y Aarón han estado obedeciendo lo que Dios les ha dicho, poniendo mas contraste con la terquedad de Faraón de no querer obedecer a Dios.

11 Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios.
Estos hechiceros que casi con seguridad también eran como los “medicos” en ese entonces, son los mismos que con sus encantamientos habían imitado las 3 primeras plagas y había facilitado que el corazónd e Faraón se endureciera, ahora ellos mismos estan sufriendo de esta plaga y ni siquiera tienen el poder para curarse ellos mismos, por lo que no pudieron presentarse delante de Moisés.

12 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés.
En esta ocasión es Dios mismo quien endurece el corazón de Faraón ya que aún no ha terminado de mostrar Su poder.

Vs.13-35 Séptima Plaga (de Granizo)
13 Entonces Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
Esta vez, Dios le da incluso el horario a Moisés donde debe presentarse delante del Faraón para que le de el mismo mensaje que le ha dado desde el principio.

14 Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra.
15 Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra.
16 Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra.
Dios revela otra razón del envió de estas plagas;
1) Para mostrar en Faraón Su poder y
2) Para que Su nombre fuera anunciado en toda la tierra.

17 ¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir?
La soberbía era el problema en el corazón de Faraón que le impedía obedecer al Dios de los hebreos a pesar de haber recibido ya tantas plagas.

18 He aquí que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy pesado, cual nunca hubo en Egipto, desde el día que se fundó hasta ahora.
19 Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes en el campo; porque todo hombre o animal que se halle en el campo, y no sea recogido a casa, el granizo caerá sobre él, y morirá.
Dios le advierte a Faraón por medio de Moisés a cerca de este juicio de granizo y le menciona que no es un granizo normal, que de este tipo ran grave no había pasado en Egipto desde que se fundó.

20 De los siervos de Faraón, el que tuvo temor de la palabra de Jehová hizo huir sus criados y su ganado a casa;
21 mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus criados y sus ganados en el campo.
Dios en Su misericordia les avisó que vendría esa plaga de granizo y les dio tiempo para que aquellos que temieron las palabras de Dios y las pusieron en sus corazones, guardarán los animales y los siervos y no tuvieran perdida ese día, pero aquellos que no consideraron las palabras de Dios como verdaderas, sufrieron las consecuencias.

22 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto.
23 Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto.
24 Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada.
Parece que ese fuego era producto de los rayos que caían con el granizo y producían que los lugares donde caían se quemaran, eso además de tan grande granizo, sin duda causo una norme devastación en Egipto.

25 Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país.
26 Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.
Dios continuó mostrando distinción entre Su pueblo de Israel y el pueblo de Egipto, ya que en Gosén donde habitaban los hebreos no hubo granizo.

27 Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos.
28 Orad a Jehová para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y yo os dejaré ir, y no os detendréis más.
Aunque parece una declaración de arrepentimiento de parte de Faraón no es así, ya que confiesa que solo esa vez es que ha pecado, cuando en realidad ha desobedecido la Palabra de Dios muchas veces anteriormente, por lo que no parece ser un verdadero arrepentimiento, y de hecho lo manifestará al no dejar ir al pueblo de Israel, a pesar de haberlo prometido.

29 Y le respondió Moisés: Tan pronto salga yo de la ciudad, extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra.
30 Pero yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía la presencia de Jehová Dios.
Moisés ha ido conociendo más a Dios y a Faraón, de Dios sabe que le orará y cesará la devastación como lo ha hecho Dios anteriormente cuando Moisés oraba, pero Moisés también ha aprendido a cerca del Faraón y sabe que no los dejará ir como ha dicho ya que ni Faraón ni sus siervos temen al Dios de israel.

31 El lino, pues, y la cebada fueron destrozados, porque la cebada estaba ya espigada, y el lino en caña.
32 Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados, porque eran tardíos.
El granizo y el fuego consumieron todo lo que estaba maduro, pero lo que aún no maduraba quedo sin ser destuido.

33 Y salido Moisés de la presencia de Faraón, fuera de la ciudad, extendió sus manos a Jehová, y cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no cayó más sobre la tierra.
34 Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos.
35 Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel, como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.
Una vez que el Faraón ya no tenía el problema del granizo, su corazón se volvió a endurecer y no dejó ir a los hijos de Israel.

Aplicación Práctica:
1)    Saber que todos nuestros corazónes son duros y pecadores como el de Faraón, que si han sido transformados es por la intervención de Dios a nuestras vidas que con Su misericordia nos ha cambiado el corazón de pieda que teníamos por uno de carne.
2)    Ser diligentes como Moisés y Aarón en obedecer lo que Dios nos mande como El diga y cuando El diga.
3)    Temer a Dios y guardar Su Palabra en nuestros corazones para ponerla por obra y no sufrir perdida.

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