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Versículo a memorizar: “Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel.” Lucas 2:32
Introducción: Lucas viene de relatarnos el nacimiento de Jesús en Belén, y las buenas noticias que el ángel le dio a los pastores que después de ver al niño, anunciaron a mucha gente de Su nacimiento, ahora relata las 3 (tres) ceremonias que sucedieron 8 (ocho), 30 (treinta) y 41 (cuarenta y un) días después del nacimiento para mostrar que Jesús y Su familia cumplían con todo lo que la ley indicaba, ya que así era necesario, que Jesús, como el hombre perfecto, cumpliera toda la Ley, y además de vivir sin pecado, pudiera rescatar a su Pueblo como dice Gálatas 4:4-5 4Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Desarrollo:
Vs. 21-24. Nacido bajo la ley
21 Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto (dicho) por el ángel antes que fuese concebido.
Esa es la primer ceremonia, la ley de Moisés instruía que la circuncisión de los niños debía ser al octavo día (Lv 12:3) y eso es lo que hicieron José y María con su hijo, debemos recordar que era una señal externa del pacto que Dios había hecho con Abraham (Genesis 17) para su pueblo, y era el momento en el que se acostumbraba poner el nombre a los niños, José y María confirmaron que el nombre del niño sería Jesús como Dios les había puesto que significa Dios-Salvador, ya que esa era la obra que realizaría, nombre que les había sido comunicado por el ángel a María en Lucas 1:31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, y como también José había sido instruido por un ángel en sueños como dice Mateo 1:21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor
23 (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz (primer hijo varón) será llamado santo (dedicado, consagrado) al Señor),
Esa es la segunda ceremonia, como Dios había guardado a los primogénitos hebreos de no morir cuando los sacó de Egipto (Ex 12:12), se estableció en la Ley que todo primogénito le pertenecía a Dios y debería de ser consagrado al servicio a Dios como dice Éxodo 13:2,12 2Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es. 12dedicarás a Jehová todo aquel que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos serán de Jehová. Sin embargo, cuando el pueblo adoraba a un becerro de oro en Sinaí, excepto los levitas, Dios tomó a los levitas para su servicio como dice Números 8:14,18 14Así apartarás a los levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas. 18Y he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, pero aún era necesario redimir al primogénito pagando 5 (cinco) monedas de plata como dice Números 18:15-16a 15Todo lo que abre matriz, de toda carne que ofrecerán a Jehová, así de hombres como de animales, será tuyo; pero harás que se redima el primogénito del hombre; también harás redimir el primogénito de animal inmundo. 16De un mes harás efectuar el rescate de ellos, conforme a tu estimación, por el precio de cinco siclos (monedas de plata), conforme al siclo del santuario, que es de veinte geras.
El recorrido entre Belén y Jerusalén es de aproximadamente de 9 (nueve) kilómetros.
24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos (pichones de ploma).
Esa es la tercera ceremonia, Lucas le llama la presentación al Señor, pero inmediatamente aclara que se refiere a redención del primogénito. La ley indicaba que era necesaria una purificación de las mujeres que habían dado a luz un hijo, ya que se consideraba ceremonialmente impura durante 7 (siete) días si el hijo era varón como dice Levítico 12:2b La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días más otros 33 (treinta y tres) días hasta esta ceremonia de purificación como dice que sucedía Levítico 12:4 Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación. El hecho de que José y María trajeran tórtolas o palominos, muestra que en ese momento eran de bajos recursos financieros, ya que no tenían para traer un cordero como lo muestra Levítico 12:6-8 6Cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de reunión, al sacerdote; 7y él los ofrecerá delante de Jehová, y hará expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley para la que diere a luz hijo o hija. 8Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia.
Aplicación Práctica: Observamos claramente que José y María estaban comprometidos con guardar las ceremonias de la Ley, no solo en ellos sino en Jesús también, todo esto guiado por Dios para que Jesús cumpliera toda la ley aún desde pequeño, de la misma manera nosotros debemos estar comprometidos con Dios en obedecerle.
Vs. 25-35. Simeón
25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso (obediente a Dios), esperaba la consolación (restauración, liberación) de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre (con) él.
Este Simeón es relatado por Lucas únicamente en este pasaje, su nombre significa “el Señor ha oído”, no parece pertenecer a la clase alta de la sociedad o de los sacerdotes, parece describir simplemente a un hombre sobre el cual estaba el Espíritu Santo y eso lo llevaba a ser justo, es decir a conducirse justamente en el trato con sus semejantes y también a ser piadoso; ósea, con una vida en obediencia a Dios, que además espera la liberación de Israel, que es una forma de decir que esperaba al Mesías que habría de liberar a su pueblo.
26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte (no moriría) antes que viese al Ungido (Cristo, Mesías) del Señor.
Como el Espíritu le había revelado, (aunque no se nos dice como) que no moriría hasta que viera con sus propios ojos al Ungido, al Mesías, al Cristo, algunos suponen que Simeón era de edad avanzada, pero no lo dice la Biblia ese detalle, por lo que pudiera o pudiera no ser un anciano en esos momentos.
27 Y movido (guiado) por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito (cumplimiento) de la ley,
Simeón fue impulsado por el Espíritu para que ese mismo día, a esa misma hora, fuera al templo, donde los padres; es decir, José, el padre adoptivo y María, la madre biológica llegaron con el niño Jesús, específicamente se encontrarían en un lugar del templo llamado el “atrio (patio) de las mujeres”, ya que era hasta allí donde las mujeres podían acceder, y donde se llevaban a cabo las ceremonias mencionadas anteriormente.
28 él le tomó en sus brazos, y bendijo (alabó) a Dios, diciendo:
Lucas no lo menciona, pero sin duda, el Espíritu Santo le reveló a Simeón que ese niño que estaba siendo presentado en el templo, era el Mesías que él había estado esperando, es muy probable que hubiera más mujeres y niños siendo presentados al Señor, lo más natural es que esperaba la llegada del Mesías ya como un adulto, como un libertador, por lo que tuvo que ser el Espíritu quien le dijera que era ese niño a quien él esperaba, por lo que cariñosamente lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios, también es de notar que José y María no pusieran ninguna resistencia en que un hombre desconocido tomara al niño en sus brazos.
29 Ahora, Señor (Soberano), despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra (promesa);
En este relato de Lucas sobre lo que dijo Simeón, usa la palabra Señor, pero no es la palabra generalmente usada de <Kurios> que significa amo o dueño, sino que usa la palabra en Griego Strong 1203 <despótes> que significa gobernador absoluto o soberano.
Y la palabra despedir es muy interesante también siendo la palabra en griego Strong 630 <apolúo> que tiene el significado de dejar libre, de aliviar, de despachar, de soltar, por lo que parece que Simeón considerándose solo como un siervo, se ésta refiriendo a su partida de esta vida, que la puede dejar en paz, ahora que se le había cumplido lo que Dios le había dicho.
30 Porque han visto mis ojos tu salvación (al Salvador),
La razón de la alegría y la alabanza que pronuncia Simeón a Dios es porque había visto con sus propios ojos el plan de salvación de Dios, tenía en sus brazos al Salvador esperado.
31 La cual has preparado en presencia (a la vista) de todos los pueblos;
Este plan de salvación de Dios por medio de Cristo, no era un plan oculto, estaba a la vista de todos, el Mesías enviado no era solo para Israel, sino para todos los pueblos, sin distinción o exclusividad de alguno, nadie quedaría excluido del plan de Dios.
32 Luz para revelación (alumbrar) a los gentiles, Y gloria (honra) de tu pueblo Israel.
Jesús sería gloria del pueblo de Israel, el pueblo que Dios escogió para mostrar Sus atributos y luz en medio de las tinieblas para todas las naciones como profetizo Isaías 49:6 … Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.
33 Y José y su madre estaban maravillados (admirados) de todo lo que se decía de él.
Desde la anunciación del ángel, pasando por Elisabet, las profecías de Zacarías, lo relatado por los pastores y ahora lo declarado por este hombre Simeón, tenían a José y a María asombrados de todo lo que se decía del niño Jesús.
34 Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, este está puesto para caída (causar caída) y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (rechazada, opuesta)
Después de bendecir a ambos padres, Simeón se dirige a María para alertarle que el ministerio más delante de Jesús causaría que muchos tropezaran o cayeran y al mismo tiempo, otros se levantaran como más adelante diría el apóstol Pedro en 1 Pedro 2:6-8 6Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. 7Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; 8y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Cristo es la gran señal de Dios para los hombres, pero Simeón le advierte a María que, a pesar de eso, sería Él rechazado por varios en Israel y en el resto del mundo también, quienes no lo aceptarán como el Salvador enviado por Dios como dirían Juan 12:37-38 37Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él; 38para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?
35 (y una espada traspasará (atravesará) tu misma alma), para que sean revelados (descubiertos) los pensamientos de muchos corazones.
A continuación, Simeón menciona un acontecimiento que afectará a María de forma personal, que una espada traspasará su alma, lo que parece indicar el gran dolor que tendrá María en los acontecimientos de la Cruz, cuando vea el rechazo hacia su hijo, los golpes, las burlas, la corona de espinas y finalmente la crucifixión.
Aplicación Práctica: Observamos como Simeón era guiado por el espíritu Santo y eso lo llevaba tener su esperanza en el Mesías que habría de venir, y en una conducta de justicia con los demás y piedad u obediencia a Dios
Vs. 36-38. Ana
36 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada (anciana), pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad (matrimonio muy joven), 37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.
Ese mismo momento del encuentro de Simeón con el niño Jesús y sus padres, se encontraba Ana, de quien Lucas detalla que era profetiza, de la tribu de Aser y que era de edad avanzada, algunos creen que tenía más de 100 (cien) años, pero en algunas traducciones, los 84 (ochenta y cuatro) años que se mencionan aquí, lo ponen como la edad que ella tenía en ese momento, de cualquier forma era una mujer anciana, pero que no se apartaba del templo, en donde servía de día y de noche, y lo hacía por medio de ayunos y oraciones.
38 Esta, presentándose en la misma hora (en aquel mismo momento), daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención (liberación) en Jerusalén.
Al encontrarse Ana en el mismo lugar y a la misma hora, sin duda vio y oyó lo que Simeón declaró sobre el niño Jesús, por lo que no solo dio gracias a Dios, sino que comenzó a proclamar la llegada del Salvador a todos aquellos que también esperaban al Mesías y a la liberación de Jerusalén.
Aplicación Práctica: Observamos como Ana era una servidora en el templo y una adoradora de Dios, por medio de sus ayunos y oraciones, a quien Dios le concedió el privilegio de revelarle al Mesías de niño y le dio la oportunidad de que lo anunciara a otros, de la misma manera nosotros debemos servir al Señor y proclamar a otros de las buenas nuevas de salvación que hay en Cristo Jesús.
Vs. 39-40. José y María
39 Después de haber cumplido con todo lo prescrito (que se mandaba) en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
Lucas no relata la presencia de los sabios del oriente que llegaron a Belén, ni su huida a Egipto como lo relata Mateo, quizá porque ya existía el evangelio de Marcos y Mateo, o quizá solo porque no están en el propósito de este evangelio, y solo menciona que regresaron a Nazaret, al norte de Israel donde José y María vivián antes de ir a Belén donde nació el niño Jesús.
40 Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia (el favor) de Dios era sobre él.
Lucas termina este relato con un estilo muy particular, como lo hizo en el relato del nacimiento de Juan el Bautista (Lc 1:80), simplemente resumiendo ahora que Jesús se desarrollaba físicamente como cualquier otro niño, creciendo y haciéndose más fuerte, pero también apunta que se llenaba de sabiduría, que es la aplicación en la vida diaria del conocimiento, y que contaba con la gracia o el favor de Dios que estaba todo el tiempo sobre Él.
Aplicación Práctica: Disponernos a participar con la gloria de nuestro pueblo.
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