La palabra de fe que predicamos Romanos 10:1-10 |
Versículos a memorizar: “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” Romanos 10:9-10
Introducción: Pablo viene de enseñar que la salvación no depende del linaje humano ni del esfuerzo, sino de la soberana misericordia de Dios. Citando a Oseas, demuestra que Dios llamó "pueblo mío" a los que antes no lo eran, incluyendo a los gentiles (Os :23; 1:10). El profeta ilustró cómo Israel, por su infidelidad, perdió su estatus, pero sería restaurado solo por la compasión divina, no por méritos.
Pablo también cita a Isaías para mostrar que no todos los descendientes físicos de Israel serían salvos, sino un remanente escogido por gracia (Is. 10:22-23). La fidelidad de Dios se manifiesta en preservar una descendencia fiel, mientras que el juicio justo recae sobre los incrédulos (Is. 1:9).
Pablo explica como conclución que los gentiles, que no buscaban justicia, la alcanzaron por fe, mientras que Israel, buscando la justicia mediante obras de la ley, tropezó con Cristo, la “piedra de tropiezo” (Is. 8:14; 28:16). Jesús es la piedra viva, quien es fundamento para los que creen, pero roca de caída para los que confían en sus propias obras.
Desarrollo:
Vv. 1-2. Un celo sin conocimiento
1 Hermanos, ciertamente el anhelo (deseo) de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación.
Hermanos. Pablo continúa su carta con una expresión fraternal a todos los cristianos en Roma, muchos de los cuales eran gentiles, pero se sigue refiriendo con afecto a sus compatriotas judíos.
Ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Pablo ya había mencionado la tristeza y dolor que tenía por sus compatriotas judíos en Romanos 9:2-3 2que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne (Israelitas). Ahora Pablo expresa un profundo deseo emocional, no solo intelectual, sino un deseo en su corazón que lo lleva a orar intensamente por la salvación de su pueblo, no simplemente por una mejor calidad de vida, sino porque reciban el evangelio de salvación que solo hay en Cristo Jesús como Pedro les dijo en Pentecostés a los judíos en Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Aplicación Práctica: El creer firmemente, como Pablo, en la elección soberana de Dios (Rom. 9) no debe apagar nuestra pasión por evangelizar; al contrario, debe encenderla aún más. Si realmente creemos en Su soberanía, entendemos que Dios ha decretado no solo quiénes serán salvos, sino también cómo serán salvos; y los medios que Él ha escogido son la predicación del evangelio (Rom. 10:14) y la oración de los santos (Col. 4:3).
2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de (gran deseo de servir a) Dios, pero no conforme a ciencia (conocimiento pleno).
Porque yo les doy testimonio. Pablo habla como testigo participante, él mismo fue fariseo (Fil. 3:5-6) y tuvo el fervor religioso de los judíos. Conoció de primera mano su equivocada pasión.
De que tienen celo de Dios. La palabra celo, viene de la palabra griega Strong 2205 <zelōs>, que significa ardor, fervor, entusiasmo. El problema de Israel no era falta de deseo de servir a Dios, sino que su devoción estaba mal dirigida, podrían ser muy eran sinceros, pero estaban sinceramente equivocados.
Pero no conforme a ciencia. La palabra ciencia, viene de la palabra griega Strong 1922 <epignōsis>, que significa conocimiento profundo, pleno o correcto. El celo de los judíos se basaba en su deseo de cumplir la ley mediante obras, además de haber añadido muchas tradiciones que no eran bíblicas. Cristo es la sabiduría de Dios como dice 1 Corintios 1:24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios, y nosotros tenemos la mente de Cristo, como dice 1 Corintios 2:16
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
Pablo sabía que Israel tenía celo, religión y tradición, pero no salvación. Ya lo había profetizado Oseas 4:6 Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento.
Aplicación Práctica: El celo sin el conocimiento bíblico puede llevar a la perdición; por eso, nuestra pasión por Dios debe estar fundamentada en Su Palabra y centrada en Cristo. No basta con ser sinceros o religiosos, debemos asegurarnos de conocer a Dios como Él se ha revelado en la Escritura y guiar a otros a esa verdad, no a una religión o tradición que son vacías.
Vv. 3-5 Ignorando la justicia de Dios
3 Porque ignorando (no conociendo) la justicia de Dios (Que Dios es el que hace justos a los hombres), y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado (sometido) a la justicia de Dios;
Porque ignorando la justicia de Dios. La palabra ignorando, viene de la palabra griega Strong 50 <agnoeō>, que significa no conocer, pasar por alto, e incluso negarse a reconocer, lo que implica que no se trata solo de desconocimiento inocente, sino de una ignorancia voluntaria; Israel se negó a aceptar (rechazó) la justicia de Dios que es en Cristo como le dijo Pablo a los corintios en 1 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Y procurando establecer la suya propia. En lugar de aceptar la justicia provista por Dios, Israel intentaba construir su propio camino hacia la salvación por medio de obras, tradiciones humanas que ellos mismos habían establecido, y un legalismo que los hacía parecer muy religiosos. Ignoraron lo que el profeta Isaías había declarado respecto a cualquier intento humano de justicia en Isaías 64:6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia (sucios); y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
No se han sujetado a la justicia de Dios. Sujetarse o someterse implica rendición, reconocer autoridad y depender de algo fuera de uno mismo. La justicia de Dios se recibe por fe como dice Romanos 1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá, Dios es quien justifica de principio a fin, pero se ve estorbada por la soberbia del corazón humano que rechaza depender completamente de la gracia de Dios.
4 porque el fin (la culminación) de la ley es Cristo, para justicia a (ser justificado) todo aquel que cree.
Porque el fin de la ley es Cristo. La palabra fin, viene de la palabra griega Strong 5056 <télos>, que significa meta, propósito, cumplimiento, culminación. La ley encuentra su propósito final en la persona de Cristo, quien vino a cumplirla como Él mismo dijo en Mateo 5:17 No penséis que he venido para abrogar (anular, suprimir) la ley o los profetas; no he venido para abrogar (anular, suprimir), sino para cumplir.
La ley nos muestra el estándar de justicia de Dios, y la incapacidad humana de llegar a esa justicia, por lo que nos debe llevar a la necesidad de un Salvador, y ese Salvador es Cristo como dice Gálatas 3:24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo (tutor, guía), para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. En Cristo termina el todo intento humano de justificarse por medio de obras.
Para justicia a todo aquel que cree. Esta justicia no es alcanzada por medio de la ley, sino por medio de la fe en Cristo como dice Romanos 3:21-22 21Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él, y esa justicia está disponible para todo aquel que cree, ya sean judíos o gentiles, sin distinción como dice Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
5 Porque de la justicia que es por (se basa en) la ley Moisés escribe así: El hombre que haga (cumpla) estas cosas, vivirá por ellas.
Para enfatizar su punto, Pablo contrasta dos tipos de justicia:
· La justicia que es por la ley: basada en el cumplimiento perfecto de los mandamientos (méritos humanos).
· La justicia que es por la fe (vv. 6-8): basada en Cristo.
Pablo cita lo escrito por Moisés en Levítico 18:5 Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos (por ellos), implica que la vida (justificación) depende del cumplimiento de los mandamientos, esta justicia por la ley exige obediencia perfecta de la ley, el problema es que nadie puede cumplirla perfectamente, como dice Santiago 2:10 Cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos, entonces, este tipo de justicia no es posible para el hombre caído, porque todos hemos pecado como dice Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.
Vv. 6-10. La justicia que es por la fe
6 Pero la justicia que es por (se basa en) la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo);
7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).
8 Mas (bien) ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra (el mensaje) de fe que predicamos:
Pero la justicia que es por la fe dice así. Pablo cita Deuteronomio 30:11-14 11Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. 12No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? 13Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? 14Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas, y lo interpreta cristológicamente:
No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? Esta pregunta retórica revela la actitud del corazón incrédulo que piensa que debe hacer algo extraordinario para alcanzar la justicia.
(Esto es, para traer abajo a Cristo). Este comentario de Pablo responde a la idea implícita: ¿Quién subirá al cielo para hacer descender a Cristo (el Mesías)? La respuesta es: nadie, porque Cristo ya descendió del cielo, como dice Juan 6:38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
O, ¿quién descenderá al abismo? Esta es la segunda pregunta retórica que Pablo toma de Deuteronomio 30:13, y revela la misma actitud del corazón incrédulo que piensa que debe hacer algo extraordinario para alcanzar la justicia.
La palabra abismo, viene de la palabra griega Strong 12 <ábyssos>, que puede referirse al reino de los muertos, el Hades (lugar de los muertos, sepulcros).
(Esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Pablo ahora aplica esta expresión a la resurrección de Cristo. La idea es: ¿Quién puede descender al lugar de los muertos para traer a Cristo? La respuesta es: nadie, ¡Cristo ya ha resucitado! Y lo ha hecho con poder, como dice Romanos 1:4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos.
Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Pablo continúa el argumento, citando Deuteronomio 30:14, con una pregunta clave que introduce la conclusión: la justicia por la fe no está lejos, sino cerca. No se trata de subir al cielo ni de bajar al abismo, sino de recibir la Palabra de Dios que ya ha sido revelada. Dios ha puesto Su Palabra tan cerca que puede ser creída y confesada.
Esta es la palabra de fe que predicamos: Pablo identifica esta "palabra cercana" como el evangelio de la fe en Cristo que predicaba.
9 que si confesares (reconoces) con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó (resucitó) de los muertos, serás salvo.
Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor. La palabra confesares, viene de la palabra griega Strong 3670 <homologéō>, que significa hablar lo mismo, afirmar públicamente, reconocer en voz alta, por lo que se trata de un reconocimiento genuino, público y voluntario de que Jesús es el Señor, del griego Strong 2962 <Kyrios> que significa, Señor, dueño, amo, soberano; es decir, persona con autoridad absoluta sobre otra persona.
<Kyrios> es la palabra en griego que usaron los traductores de la Septuaginta (traducción del hebreo al griego) para traducir el nombre de Dios YHWH (יהוה) más de 6,000 veces, por lo que confesar a Jesús como <Kyrios> es reconocerlo como Dios, y único digno de nuestra fe, obediencia y adoración, como dice Filipenses 2:10-11 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos. La palabra creyeres, viene de la palabra griega Strong 4100 <pisteuō>, que significa confiar, depender, entregarse, por lo que no es un simple acuerdo mental, sino fe sincera desde el interior, que reconoce que la resurrección es la prueba de que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, ya que resurrección de Cristo de entre los muertos es central para la salvación.
Serás salvo. El resultado de una fe sincera y una confesión auténtica es la salvación eterna, ya que somos perdonados de pecados, imputados de la justicia de Cristo, reconciliados con Dios y por lo tanto salvados de la ira (juicio) de Dios, como Jesús dijo en Juan 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
10 Porque con el corazón se cree para justicia (ser justificado), pero con la boca se confiesa (reconoce a Jesús) para salvación.
Porque con el corazón se cree para justicia. El corazón representa todo el ser interior de la persona: mente, voluntad y emociones, nos una creencia superficial, sino una confianza total en que Jesús murió por tus pecados y resucitó para darte vida eterna, y es entonces cuando Dios te declara justos, limpios de culpa, como dice Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Pero con la boca se confiesa para salvación. Confesar es declarar públicamente con nuestras palabras quién es Cristo para nosotros, es testificar que Él es nuestro Señor, sin vergüenza, con firmeza para que Jesús nos confiese delante del Padre como dijo en Mateo 10:32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Creer y confesar no son dos requisitos separados; la fe justifica, y la confesión es la evidencia visible de esa fe salvadora. La fe verdadera nace en el corazón y se expresa naturalmente con la boca y con la vida.
Aplicación Práctica: Si alguien dice que cree en Cristo, pero no lo confiesa con su boca ni lo refleja en su vida, su fe no es verdadera. Por otro lado, si alguien habla de Cristo e incluso hace obras, pero no ha creído de corazón, no es salvo; solo tiene una religión vacía.
Aplicación Práctica Final: Recibir la palabra de fe que predicamos, creyendo en Jesús para justicia y confesándole para salvación.
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