Objetivo: Reflexionar en nuestra
identidad como "cristianos" (ministros de un nuevo pacto) a fin de
establecer los parámetros bíblicos que nos permitan cumplir con nuestra misión
en este mundo.
Versículo a
Memorizar: No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar
algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios. 2 Cor 3:5
Introducción: Después
de que Pablo hace referencia a esa carta que envió a sus amados discípulos de
Corinto en la que con mucha tribulación y angustia del corazón les había
escrito con muchas lágrimas para confrontarles acerca de su conducta y sobre
aquella persona ofendido Pablo y a la Iglesia, pero que después se había
arrepentido, les hizo un llamado a la unidad en Amar, Perdonar, Consolar,
Confirmar en Amor y Obedecer para que Satanás no ganara ventaja sobre ellos;
así como en predicar el mensaje de salvación en Cristo con Sinceridad, como de
parte de Dios.
Desarrollo:
1.- Somos una comunidad (vs. 1)
1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a
nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación
para vosotros, o de recomendación de vosotros? (¿O
acaso tenemos que presentarles o pedirles a ustedes cartas de recomendación,
como hacen algunos?)
Al parecer, se habían
levantado unos líderes en Corinto que se oponían a Pablo y a su ministerio, que
problablemente habían llegado con algunas cartas de recomendación firmadas por
alguien que no era ni Pablo ni algún otro ápostol y debido a eso, Pablo hace
estas dos preguntas retóricas que tienen como respuesta obvia un “No”, al ser
parte de una comunidad donde asistimos y donde servimos, no necesitamos entre
nosotros cartas de recomendación.
2.- Llamados a contar una historia (vs. 2)
2 Nuestras cartas sois vosotros,
escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;
Pablo nos muestra que
sus cartas de recomendación son mucho mejores que las de sus oponentes, ya que
las de él son cartas vivas, personas, discípulos, son los mismos Corintios, que
estaban en el corazón de Pablo por el entrañable amor que les tenía (2 Cor 2:4)
y las vidas transformadas de éstas personas contaban una historia, su vida
pasada de deshonra a Dios y su vida actual donde Jeseus recibe honra.
3.- Seguimos a Jesús (vs. 3)
3 siendo manifiesto (es evidente) que sois carta de Cristo expedida (Servida o ministrada) por nosotros, escrita no con tinta, sino
con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne
del corazón.
Las cartas o epístolas
de Pablo presentaban a Cristo, y la Iglesia de Corinto ilustrada áqui como una
carta no podía ser la excepción, cada uno de ellos eran una Carta de Cristo
quien es su autor y que habían sido expedidas (Gr Diakonéo. Servidas/ministradas)
por Pablo y los otros servidores que estuvieron en Corinto, a decir; Silvano y
Timoteo (2 Co 1:19). Pablo atribuye toda la gloria a Jesúcristo, el solo se
consideraba un escriba o quizá solo un mensajero de esas cartas vivas. Para
escribirla no ha ocupado la tinta y el papel; pues esta carta es de índole
espiritual, ha sido escrita con el Espíritu Santo. Cristo es el Autor pero por
medio del Espiritu Santo quien es el que dá vida.
Los
Cristianos seguimos a Cristo porque le pertenecemos, y no seguimos a nadie mas,
ni a personas, ni a imagnes, ni a filosofias, porque somos cartas escritas por
Cristo.
Aplicación práctica
de ésta sección: Si nosotros somos esas cartas vivas de
Cristo, ¿Qué es lo que los hombres leen en ti? ¿Están viendo al autor de la
carta que es Cristo? ¿están viendo al instrumento con la que se escribieron que
es el Espiritu Santo vivo?
4.- El cristiano es aquel que ha experimentado un milagro (vs. 4-6)
4 Y tal confianza tenemos mediante
Cristo para con Dios;
La palabra clave es “Confianza”
es decir Pablo tenía seguridad de que él mismo era una carta viva, que Jesús le
había salvado y le había llamado a predicar el evagelio, y más aún le había
animado varias veces al hacer su tarea, y Pablo tenía toda la certeza de que en
Cristo todas las promesas de Dios son Si y Amén (2 Cor 1:20) y de esa manera se
conducía.
5 no que seamos competentes (Capaces) por nosotros mismos para pensar algo como
de nosotros mismos, sino que nuestra competencia (Capacidad) proviene de Dios,
Pablo dice que nadie en
si mismo es competente, sino que el orígen de esa capacidad es Dios. Lo
importante de un cheque no es el destinatario ni el monto, sino la firma de
autenticidad, así nosotros como cartas de Cristo no tenemos valor en nosotros
mismos, sino en el hecho de que la carta la escribió Jesús mismo con el
Espiritu Santo vivo.
6 el cual asimismo nos hizo ministros
(Siervos o Servidores) competentes (Preparados) de un nuevo pacto (Alianza, Testamento, Acuerdo solemne), no de la letra, sino del espíritu;
porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
En los cristianos ha
pasado un milagro, Dios mismo nos ha dado de Su espíritu y nos ha hecho ministros
(servidores) del nuevo pacto en Cristo.
La letra mata. La ley en si misma no
es mala, más bien es perfecta como dice el Salmo 19:7,10 7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 10 Deseables
son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que
la que destila del panal. ¿Y entonces como es que mata?, es que al ser
tan perfecta y con ella medir los hombres pecadores nos determina culpables y decreta
el veredicto a esa culpa es la muerte (Rom 3:23).
La ley moral de Dios no fue dada para
ser cumplida sino para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el
juicio de Dios como dice Romanos
3:19-20 19 Pero sabemos que todo lo que la ley
dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo
el mundo quede bajo el juicio de Dios; 20 ya que por las obras
de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de
la ley es el conocimiento del pecado.
Por lo que la perfecta
ley moral de Dios (Los 10 Mandamientos) dada en tablas de piedra, nunca tuvo la
idea de ser cumplida por los hombres, sino que solo nos inculpara de pecado y
nos llevara a buscar un Salvador, mismo que Dios proveyó en la persona de
Cristo como dice Gálatas 3:24 De manera que la ley
ha sido nuestro ayo (Turor o Maestro), para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos
justificados por la fe. Ya que al nunca estar en posibilidades de
cumplirla solo nos llevaria a Cristo que nos justifica por la fe en Él y no en
el cumplimiento de la ley.
El espíritu vivifica. El Espíritu Santo es
el que da vida espiritual a las personas como se lo indicó Jesús a Nicodemo en Juan 3:6-6 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto
te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el
reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo
que es nacido del Espíritu, espíritu es.
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