Objetivo:
Ayudar al jóven a aprender la primera lección de nuestra herencia como
hijos de Dios.
Introducción:
Alrededor de
50 dias antes, recién habían salido de Egipto, Dios ya les ha mostrado Su mano
fuerte y Su brazo extendido al sacarlos de la esclavitud donde estaban, vencer
en el mar rojo al ejercito de Egipto, proveerles maná para alimentarles,
sacarles agua de la roca para que bebieras ellos y sus ganados, y aun les dio
la victoria sobre los amalecitas que los atacaron pro la retaguardia, habían
llegado al monte Sinaí (también llamado monte Horeb) donde Dios se le había
aparecido a Moisés en una sarza que ardía sin quemarse.
Dios les
había mandado limpiarse por dias y venir
a las faldas del monte a esuchar lo que tenía que decirles, y fue allí donde
alrededor de 2 millones de Israelitas esucharlos de parte de Dios los 10
mandamientos con un despliegie de la gloria de Dios que incluía una nube muy
espesa, truenos, relampagos, fuego en la punta de la montaña que desprendia una
columna de humo, y un sonido de trompeta que iba en aumento, e incluso el mismo
monte se estremecía y esta fue la respuesta del pueblo a ese hecho:
Desarrollo:
18 Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el
sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y
se pusieron de lejos.
La
manistestación de Dios de esa manera, produjo en ellos temor y se alejaron
cuando era tiempo de acercarse a Dios.
19 Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos;
pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.
El pueblo no
quería esuchar a Dios así, su temor mayor es que morirían, por lo que le piden
a Moisés que sea su mediador entre Dios y ellos, el pueblo con anterioridad
había despreciado el liderazgo de Moisés, pero ahora si quieres que solo él sea
el que hable con Dios y luego hable con ellos.
El temor no
venía solamente de ver y oir los relampagos y truenos, ni del sonido de
trompeta y el fuego con humo en la cima, sino de haber escuchado de parte de
Dios los mandamientos que les había dado como dice Hebreos 12:18-20 18Porque no os habéis acercado al monte que se
podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la
tempestad, 19al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la
cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, 20porque
no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte,
será apedreada, o pasada con dardo; no podían soportar lo que se les
ordenaba, es decir; supieron desde el mismo momento en que Dios les dio la Ley
que no podrían cumplirlas, que si Dios les pedia eso para acercarse a Él, mejor
deberían estar lejos para no morir.
20 Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros
vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.
Moisés les
anima a que no teman lo que ven y oyen, que esa manifestación tan poderosa de
Dios tenía el propósito de probarlos, pero que si deberían de tener temor, pero
temor a Dios y no a los eventos sobranaturales que estaban viviendo, ya que le
temor a Dios tiene la finalidad de que no pequen como dice Proverbios 16:6b … y verdad se corrige el pecado, Y con el temor de Jehová
los hombres se apartan del mal.
Diez
Mandamientos, no fueron dados para que el pueblo muriera, sino para que viviera
(Dt. 5:24) Era el pecado el que producía la muerte (Ro. 7:9-11). Así que, aun
el temor era una parte de la enseñanza divina; Israel, tendría que aprender la
importancia de obedecer las implicaciones del pacto, y el temor producido era
el primer paso en su educación. Más tarde vendría el evangelio y con él se
vería la lección del perfecto amor que echa fuera el temor (1 Jn.4:17-19) y
cubre multitud de faltas (1 Pe. 4:8), como el medio perfecto de redención y
reconciliación.
Así que la
primera lección que deberían de aprender es la de temer al Señor por lo que
pide y proceder al arrepentiemiento, y la segunda lección es la fe que nos
lleva al amor de Dios en Cristo Jesús que nos salva.
21 Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad
en la cual estaba Dios.
El pueblo se
mantuvo lejos, pero no así Moisés que sabía que Dios no había venido a
destruirles, y se acerco a la parte alta del monte donde se encontraba la
espesa nube que oscurecia lo que Moisés veía, pero él sabía que del otro lado
de la nube estaba Dios mismo con toda Su gloria.
22 Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel:
Vosotros habéis visto que he hablado desde el cielo con vosotros.
23 No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis.
Dios le da
un mensaje a Moisés para que lleve al pueblo, de que elllos han visto la
manisfestación de Dios y han oido Su voz al decirles los 10 mandamientos, pero
en realidad no le han visto, así que les dice que no vayan a hacer ninguna
imagen que trate de representar a Dios de ninguna forma y de ningun material ya
que no habría en esta tierra creada algo que pudiera representar al Dios
creador.
Su verdadera
respresentación sería cuando Dios mismo viviera a la tierra en la persona de
Cristo Jesús y Él reflejara a Dios como dice Juan 1:18
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él
le ha dado a conocer.
24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus
holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde
yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.
Lo que Dios
si les permitió es que continuaran con los holocaustos y ofrendas de paz que
hacían cuando sacrificaban ovejas y vacas, ya que lo que era importante es que
siguieran entendiendo que sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados (Heb
9:22).
Les dice que
para esos sacrificios solo lo hagan con un montículo de tierra, que no es
necesario mas para que no se desenfoquen en el cordero a sacrificar que
representa a Cristo y que es el verdaramente importante, además que de no les
da permiso de hacer ese altar de tierra donde ellos quieran, sino que lo limita
a que lo hagan donde Dios les indique, ya que al adorar a Dios hay que hacerlo
a Su manera.
25 Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería;
porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás.
Dios sabe
que habrá algun momento donde esten el terrenos pedregosos donde no haya mucha
tierra, y previendo eso les dice que ese altar también lo pueden hacer de
piedra, solo que no tallen la piedra, ni le pongan adornos, ya que eso echaría
a perder ese altar.
Dios sabe
que el corazón del hombre tiende a la idolatría, si tallaban ese altar, le iban
a comenzar a dar un valor especial, que luego se convertiria en un lugar santo
y lo terminarían adorando, desenfocándose así de lo importante que era la
ofrenda y no el altar en sí.
26 No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se
descubra junto a él.
Esos altares
no debería de tener escaleras, ya que ellas harían que el sacerdote que
ofreciera el sacrificio estuviera mas arriba de los demás y pudiera comenzar a
creerse él el importante, además que entre mas alto subiera, más se vería su
ropa interior, ya que al usar túnicas en esa época, la parte debajo de su
túnica se descubriría.
Aplicación Práctica:
A la Iglesia
evangélica le ha dado inquietud enseñar sobre el temor de Dios, y lo ha tratado
de minimizar a un “temor reverente” o un “respeto”, sin embargo en este pasaje
vemos que la intención de Dios de manifestarse de esa manera al pueblo era que
temieran en gran manera, ya que ese temor realmente les alejaría de pecar y los
volvería sabios como dice Proverbios 1:7 El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la
sabiduría y la enseñanza.
Imagina que
tu estas amarrado a unas vias del tren, y el tren viene hacia a ti con gran
velocidad, no le tendrías un “respeto” o un “temor reverente”, tendría un gran
temor, un terror, sabiendo lo que ese tren hará cuando te pase por encima, así
es también cuando estamos esclavizados por el pecado y sabemos que habrá un dia
cuando Dios se presente, eso nos debe de causar gran temor a Dios y debe
producir en nosotros arrepentimiento constante.
Dios os ha
liberado del pecado y ya no estamos mas es esa vía del tren atados, ahora
estamos sobre el tren, que sigue a gran velocidad y seguirá destuyendo lo que
se encuentre a su paso, pero nosotros ahora vivimos confiados de que no veremos
la ira de Dios sobre nuestras vidas, sino el amor de Dios mostrado en la cruz
de Cristo.
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