El Desprecio vs el Deseo Salmo 10:1-18
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Versículo a memorizar: “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído”. Salmo 10:17
Introducción:
Este salmo 10 se podría subdividir como sigue:
- La desesperada oración del justo (1-4)
- La despiadada conducta del malo (5-13)
- La determinada respuesta de Dios (14-18)
Sobre el Título del Salmo 10: Plegaria pidiendo la destrucción de los malvados
Autor. No de dice quien es el autor de este Salmo, se cree que podría ser el mismo David y que el salmo 10 es la continuación del Salmo 9; la razón es que, en su idioma original, el hebreo, cada frase de los dos salmos comienza con una letra del abecedario y forman un acróstico que va en orden, el salmo 9 llega hasta la mitad del abecedario, y el salmo 10 comienza en la siguiente letra después del salmo 9 y termina con el abecedario.
La forma en la que estudiaremos este salmo, es que David esta describiendo al hombre sin Dios, los cuales éramos también nosotros antes de que el Señor nos alcanzara, y que aun tenemos esa naturaleza caída dentro de nosotros que tiene toda la capacidad para hacer lo que este salmo menciona que hacen los malvados, pero como el Espíritu de Dios también mora en nosotros, estamos en constante conflicto en hacer lo que la carne quiere y lo que el espíritu quiere como lo expreso Pablo en Romanos 7:18-20 18Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
Dios mismo le dijo a la casa de Judá que eran rebeldes y soberbios, que hacían injusticia y decían mentiras, pero que los haría humildes y que los haría confiar en el Señor como dice Sofonías 3:11-13 11En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás en mi santo monte. 12Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová. 13El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice.
Desarrollo:
Vs. 1-4 La desesperada oración del justo
1 ¿Por qué estás lejos, oh Jehová, Y te escondes en el tiempo de la tribulación (angustia)?
El salmista comienza con una pregunta retórica que muestra, que se siente abandonado por Dios, y le pide de su presencia en el tiempo de angustia, eso no significa que Dios lo ha dejado, simplemente que es así como el se siente en ese tiempo de angustia.
No hay hijo de Dios que no haya pasado por este sentir en algún momento de dificulta, o simplemente al al ver la injusticia en quienes viven sujetos al sistema de valores de este mundo, donde parece que Dios esta lejano.
2 Con arrogancia el malo (malvado) persigue al pobre (indefenso); Será atrapado en los artificios (las trampas) que ha ideado (ha puesto).
Comienza a describir al hombre sin Dios, al cual le llama “el malo” y lo describe con una actitud de soberbia en si mismo y una acción de persecución al pobre, aquí “el pobre”, no habla de una persona sin recursos financieros, mas bien una persona indefensa, que carece de medios para defenderse de los ataques de los malvados, y el salmista dice que ellos mismos caerán en esas trampas que habían elaborado para atrapar al indefenso.
3 Porque el malo (malvado) se jacta (alardea, presume) del deseo de su alma, Bendice (alaba) al codicioso (ambicioso), y desprecia a Jehová.
La actitud de estos hombres sin Dios, es que presumen de todos los deseos y sueños que tienen y de los que han cumplido, aún si esos logros fueron conseguidos con una ambición desbordada, la cual el no la ve mal, al contrario, alaba a aquellos como el que la tiene y por el contario, no toma en cuenta para nada a Dios.
4 El malo (malvado), por la altivez (soberbia) de su rostro, no busca a Dios; No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.
En el versículo anterior ya nos dijo que este malvado no busca a Dios, aquí añade la razón por la que no lo busca, y es la altivez o soberbia, que es un sentimiento de superioridad que provoca que vea a los demás con desprecio, de hecho, agrega el salmista, no hay ningún pensamiento en el que consideré a Dios y como saben que sus obras con malas, no quieren acercarse a Dios como dice Juan 3:19-21 19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Vs. 5-13 La despiadada conducta del malo
5 Sus caminos son torcidos en todo tiempo; Tus juicios (leyes) los tiene muy lejos de su vista (no los puede entender); A todos sus adversarios (enemigos) desprecia.
Las decisiones de estos hombres, al no tomar en cuenta a Dios, nunca son derechas, siempre son torcidas, y son así por que no toman en cuenta los juicios o los estatus que Dios ha dejado en Su Palabra.
Otra característica de su comportamiento es que desprecia a todos los que el considera si enemigos, aunque ellos llegaran a hacer algo bien, los va a menospreciar siempre.
6 Dice en su corazón (para sí mismo): No seré movido (fracasare) jamás; Nunca me alcanzará el infortunio (los problemas).
Como ha ido prosperando en los deseos de su corazón engañoso, el piensa que nunca va a fracasar, que siempre le ira bien y que nunca tendrá problemas, lo que es una actitud de soberbia, ya que hay muchas cosas que el no puede controlar, pero eso el no lo considera.
7 Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude (mentiras); Debajo de su lengua hay vejación (ofensas) y maldad.
Como están alejados de la vedad (que es la Palabra, Cristo y el Espíritu) pues de su boca solo sale maldad, como maldiciones, engaños, mentiras, palabras para ofender a los demás y hacerlo sentirse superiores a ellos.
8 Se sienta en acecho (espiando para atacar) cerca de las aldeas; En escondrijos (escondites) mata al inocente. Sus ojos están acechando al desvalido (indefenso);
9 Acecha en oculto, como el león desde su cueva; Acecha para arrebatar (atrapar) al pobre; Arrebata (arrastra) al pobre trayéndolo a su red.
10 Se encoge, se agacha, Y caen en sus fuertes garras muchos desdichados (indefensos).
El salmista usa una alegoría para describir a los malvados, que son como un animal salvaje, un depredador como el león que ocupa una técnica de asechar a su presa; es decir, crea todo un escenario de engaño para matar a su presa, se esconde para no ser visto, se va acercando a su presa muy sigilosamente para no ser descubierto y espera el momento oportuno para atacar rapiditamente con sus fuertes garras.
De la misma manera estos hombres sin Dios, hacen todo un escenario para parecer buenas personas pero en realidad están buscando maltratar a los indefensos para poder demostrar su superioridad sobre ellos.
11 Dice en su corazón (para sí mismo): Dios ha olvidado; Ha encubierto su rostro (se tapa la cara); nunca lo verá.
Su forma de pensar es incorrecta, saben que han hecho mal, pero como aparentemente sigues prosperando en sus torcidos caminos, piensan que Dios ya olvido lo que hicieron, o que si los vio, pero hace como que no lo ve, de tal forma que nunca serán castigados.
12 Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano (brazo); No te olvides de los pobres (indefensos, afligidos).
El salmista exclama una suplica de ayuda a Dios para que intervenga en favor de los indefensos que están siendo maltratados por estos malvados.
Levántate, Jehová. Mas que un acto físico de alguien que esta acostado o sentado y se va a levantar, el salmista quizá toma la frase que usaba Moisés como un grito de Guerra cuando movía el arca del Pacto como dice Números 10:35-36 35Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen. 36Y cuando ella se detenía, decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel.
Alza tu mano. Es otra frase de combate que implica el deseo de que Dios intervenga en la situación que se esta viviendo, que Dios levante su mano en contra de los opresores.
13 ¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho (piensa para sí mismo): Tú no lo inquirirás (llamarás a cuentas).
Al conocer la locura que es no tomar en cuenta a Dios, el salmista ahora se hace una pregunta muy lógica, ¿Cuál es la razón por la que el malo menosprecia a Dios?, a la cual es mismo contesta; es por su equivocada forma de pensar, ya que cree Dios nunca lo llamará a cuentas y al no considerar que un día todos estaremos frente a Dios y le tendremos que dar cuenta de nuestros hechos, lo lleva a menospreciar a Dios.
Confía en lo que siente en su corazón, pero desconoce que el corazón es engañoso como dice Jeremías 17:9-10 9Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 10Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Hasta aquí, podríamos resumir estos versículos diciendo “la maldad solo genera maldad, y es la misma maldad quien atrapa a sus malvados iniciadores”.
Vs. 14-18 La determinada respuesta de Dios
14 Tú lo has visto; porque miras el trabajo (opresión) y la vejación (maltrato), para dar la recompensa con tu mano; A ti se acoge (confía) el desvalido (indefenso); Tú eres el amparo (ayuda) del huérfano.
Aquí comienza el contraste, el salmista reconoce que a Dios no se le ha pasado nada y que el ha visto todo el maltrato que los malvados han hecho a los indefensos y que Él hará justicia, ya que es en Dios en quien confía el indefenso y es Dios quien tiene especial cuidado en ayudar a los huérfanos.
15 Quebranta (rompe) tú el brazo del inicuo (malvado), Y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna.
El salmista ora por justicia pidiéndole a Dios que detenga al malvado y que quite la maldad que se usa para perseguir a los indefensos.
16 Jehová es Rey eternamente y para siempre; De su tierra han perecido (han sido borradas) las naciones.
El salmista declara la soberanía y el poder de Dios, que como rey no solo gobierna sobre todas las naciones de la tierra, sino que tiene toda la autoridad para juzgar a todas las naciones enemigas de Dios, que de permanecer así, serán borradas.
17 El deseo de los humildes (indefensos) oíste, oh Jehová; Tú dispones (animas) su corazón, y haces atento tu oído,
18 Para juzgar (defender) al huérfano y al oprimido (maltratado), A fin de que no vuelva más a hacer (sembrar) violencia el hombre de la tierra.
Dios es el que ha dispuesto el corazón de las personas para convertirlos de rebeldes a humildes, el que les dio un corazón de carne en lugar de piedra que tenían como dice Ezequiel 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
A esos hijos de Dios que ahora son humildes, Dios pone atento Su oído y escucha sus oraciones que piden que defienda al huérfano y al oprimido, y que saben que Dios tiene el poder, la autoridad y el deseo de finalizar con las actitudes de maldad que traen injusticias a la humanidad.
Aplicación Práctica: Saber que Dios recompensará al corazón del hombre, juzgará al que le desprecia y escuchará al que tiene deseo para con Él.
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