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Versículo a memorizar: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres.” Lucas 4:18a
Introducción: Jesús, después de haber sido bautizado y ungido por el Espíritu, Santo comenzó su ministerio, siendo llevado por el mismo Espíritu al desierto, donde fue tentado por Satanás durante 40 días y saliendo victorioso al citarle al diablo la Escritura en cada una de sus tentaciones.
Desarrollo:
Vs 16-21 La revelación del Mesías
16 Vino a Nazaret, donde se había criado (había crecido); y en el día de reposo (sábado) entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Jesús vino a Nazaret que era una pequeña ciudad en Galilea, Lucas nos dice que es donde Jesús había crecido desde pequeño y hasta que tuvo 30 (treinta) años de edad, lo que haría que fuera muy conocido en ese lugar, sin embargo; este evento no sucedió inmediatamente después de la tentación en el desierto, Jesús pasó antes por Capernaum (Lc 4:23), que se considera el lugar basó primordialmente su ministerio y por Caná (Jn 2:1)
Jesús dedicaba su tiempo a enseñar, era algo que Jesús hacía habitualmente (Lc 4:15), y lo hacía en las sinagogas, que eran las asambleas donde los judíos se reunían, especialmente los sábados, y lo hacían para leer el Antiguo Testamento y ser instruidos en Sus enseñanzas; eso fue lo que hizo Jesús en la sinagoga de Nazaret, donde se levantó a leer; es decir, la lectura la hará de pie, y el comentario lo hará sentado (Lc 4:20)
17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro (desenrollando el rollo), halló (encontró) el lugar donde estaba escrito:
El encargado de la sinagoga, lo debía haber invitado a leer, ya que la fama de Jesús ya se había extendido (Lc 4:14), es muy probable que hubiera mucha gente en ese lugar por la misma razón, y fue el mismo encargado que le dio el rollo o libro para leer del profeta Isaías.
Según algunos historiadores, en las reuniones sabatinas en la sinagoga, se acostumbraba a que todos recitaran la “Shema”, que es una oración que se encuentra en Dt 6:4-9, y se procedía a leer una porción de la ley de Moisés y otra porción de los profetas, después de esto se hacía una reflexión o comentario sobre esos pasajes, especialmente sobre los de los profetas, y se terminaba con la oración sacerdotal que se encuentra en Nm 6:24-26.
Es muy probable, aunque la Biblia no lo menciona, que para esa época, los judíos ya habían comenzado a dividir las porciones bíblicas a leer los sábados en la sinagoga, de tal forma que, en un año, cubrieran todas; de ser así, sería más entendible porque Jesús no escogió que leer, sino que le dieron el libro de Isaías, y quizá, hasta le dijeron que pasaje debería de leer, y en un plan perfecto de Dios, era el pasaje que hablaba del Mesías.
18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido (consagrado) para dar buenas nuevas (buenas noticias) a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos (presos), Y vista a los ciegos; A poner en libertad (rescatar) a los oprimidos (maltratados);
El pasaje que Jesús leyó se encuentra en Isaías 61:1-2 1El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados.
Isaías profetiza sobre el siervo del Dios, que no solo traería un mensaje de ánimo, sino también de esperanza a todos aquellos abatidos y cautivos.
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido. Esto sucedió después de que Jesús fue bautizado por Juan el bautista y cuando fue ungido con el Espíritu Santo que descendió del cielo en forma de paloma y que permaneció con Jesús, como lo relata Pedro en Hechos 10:37-38 37Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: 38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Para dar buenas nuevas a los pobres. Su función primaria era la de proclamador del evangelio, de las buenas noticias de salvación a los pobres, no parece hablar de los que no tienen recursos materiales, sino de los pobres en espíritu, de los cuales es el reino de los cielos como dice Mateo 5:3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos y que al no tener nada, solo les queda recibir la gracia que Dios ofrece.
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón. El hombre sin Dios, no solo tiene el corazón lastimado, sino duro y el entendimiento entenebrecido, como dice Efesios 4:18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón. Pero Cristo fue enviado para sanar esos corazones.
A pregonar libertad a los cautivos. Jesús anunciaría a los que estuvieran encadenados en tinieblas, que en Él hay libertad, para que ya no anden en tinieblas, sino en luz como dice Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Y vista a los ciegos. A los que estuvieran cegados espiritualmente, les daría vista para que pudieran poner sus ojos en las cosas de arriba, como dice Colosenses 3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
A poner en libertad a los oprimidos. Satanás y el pecado tiene esclavizados a los hombres sin la posibilidad de poder ser liberados, y solo Jesucristo, que es Dios, les puede dar libertad como dice Pablo en Romanos 6:17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados.
19 A predicar (anunciar) el año (tiempo) agradable (favorable) del Señor.
Todo lo que Jesús venía a hacer y a proclamar, tenía que ver con el tiempo agradable del Señor; es decir; el tiempo que Dios determino para la mostrar Su buena voluntad para con los hombres (Lc 2:14), Dios se agrada con Su plan de salvar a los hombres por medio Su gracia y la fe puesta en Jesucristo.
Algo muy interesante es que Jesús suspendió aquí la lectura de Isaías 61:2b, evitando leer “y el día de venganza del Dios nuestro”, ya que ese día del juicio, no sucedería en su primera venida, que es en lo que Jesús se está enfocando.
20 Y enrollando (cerrando) el libro, lo dio al ministro (encargado de la sinagoga), y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos (detenidamente) en él.
Después de haber leído y el mismo enrollar el rollo, se lo entrego al encargado de guardar el libro, y se sentó, Jesús hizo lo que los maestros judíos hacían en ese tiempo, se sentaban cuando iban a enseñar, y esto es lo que seguía después de la lectura del pasaje, una reflexión de parte de maestro que la había leído, por eso relata Lucas que todos los ojos de lo que estaban en la sinagoga, estaban fijos en Jesús, esperando su enseñanza sobre ese pasaje, sin duda, allí se encontraban, el presidente de la sinagoga, los ancianos, los ayudantes y los asistentes en general de ese día, y todos están muy atentos sobre lo que Jesús estaba por enseñar.
21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante (en presencia) de vosotros.
Y comenzó a decirles. La estructura de esta frase, parece indicar que no fue un discurso asi de corto, sino que resume la enseñanza que Jesús les dio en ese momento.
Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Jesús les declara tres cosas primordialmente, 1) que Él es el Mesías del que había hablado Isaías en ese pasaje, 2) que todo lo leído era el ministerio que llevaría a cabo, y 3) que, en ese mismo momento, ante los ojos de los asistentes, se estaba cumpliendo esa profecía dicha alrededor de 700 años antes.
Vs 22-30 EL rechazo del diagnóstico
22 Y todos daban buen testimonio (hablaban bien) de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia (tan bellas) que salían de su boca, y decían (se preguntaban): ¿No es este el hijo de José?
Al parecer, hubo por lo menos 2 (dos) visitas de Jesús a Nazaret, esta al principio de su ministerio, y una un año después, registrada en Marcos 6 y Mateo 13, y pudiera ser que Lucas junta el relato de ambas.
Todos hablaban bien de Él, y se maravillaban de las palabras llenas de gracia con la que les enseñaba, pero también se asombraban de saber que había sido su vecino por años, conocían a su familia y sabían que José era su padre (Lc 3:23), lo habían visto crecer y dedicarse a ser artesano (carpintero), y hoy se presentaba delante de ellos con esas declaraciones de ser el Mesías y con un mensaje de gracia, lo que causaba en ellos desconcierto, algunos quizá se escandalizaron o se sintieron ofendidos.
Lo que no entendían era que ellos conocían solo su humanidad, pero que ese día les estaba revelando su deidad, era Dios manifestado en carne, el Emanuel, que traducido es Dios con nosotros (Mt 1:23)
23 Él les dijo: Sin duda (seguramente) me diréis este refrán (proverbio): Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.
Esa posición de incredulidad que mostraron fue la que llevó a Jesús a expresar en palabras los que ellos estaban pensando o estaba a punto de citarle el refrán de “Médico, cúrate a ti mismo”, con ese proverbio se muestra la actitud hostil que tenían los de Nazaret en ese momento como si dijeran “te dices que eres médico y ni siquiera puedes curar tus propias enfermedades”, mostrando también menosprecio por Él.
Es probable que mucha gente había ido a la sinagoga porque habían ya escuchado como Jesús había manifestado su poder en la ciudad vecina de Capernaum, y habían asistido sin ningún interés espiritual, sino con el deseo de ver algo sobrenatural y estaban reclamando que con ellos hiciera lo mismo o aún más que en otros lugares por ser su propia ciudad.
24 Y añadió: De cierto os digo (les aseguro), que ningún profeta es acepto (bien recibido) en su propia tierra.
Jesús les habla de una forma muy solemne con la frase “de cierto os digo”, asegurándoles que lo que va a decir es de absoluta verdad, que si un profeta, que es aquel que habla al pueblo de parte de Dios, fuera despreciado, lo sería en su propia tierra, Marcos lo registra con más detalle en Marcos 6:4-6 4 Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. 5 Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. 6 Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando, esa incredulidad impidió que pudiera hacer milagros en esa ciudad, salvo unos cuantos.
25 Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días (tiempos) de Elías, cuando el cielo fue cerrado (no llovió) por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;
26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de (la ciudad de) Sidón.
27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado (sanado), sino Naamán el sirio (del país de Siria).
Jesús procede a poner 2 (dos) ejemplos históricos de lo que acaba de decir, usando a Elías y a Eliseo, que eran profetas muy conocidos y muy apreciados, dos profetas que Dios envió a Su pueblo en momentos de mucha dificultad.
Elías vivió en un tiempo de sequía de 3 (tres) y medio años (1 Re 17), que Dios permitió por la rebeldía y pecado de Israel, y fue Dios mismo quien envió al profeta a la ciudad de Sarepta (fuera de Israel), donde una viuda vio resucitar a su hijo y tener provisión permanente de harina y aceite como dos grandes milagros de Dios. Jesús dice que sin duda había muchas viudas con necesidad en ese tiempo de sequía en Israel, pero que el profeta fue a enviado fuera de Israel a una mujer extranjera en la pequeña ciudad de Sarepta, que pertenecía a la región de Sidón en Fenicia.
Eliseo, quien fuera sucesor de Elías, vivió en una época donde la lepra era un problema generalizado en el mundo de entonces, lo que provocó que en Israel también hubiera leprosos, pero el que el profeta Eliseo limpió de esa enfermedad, no era israelita, sino que fue un general del país de Siria, llamado Naamán (2 Re 5).
Con estos ejemplos, Jesús les estaba enseñando que los milagros de parte de Dios, no eran concedidos por pertenecer a una ciudad o por el simple hecho de ser Israelitas, que Nazaret no tenía ningún derecho sobre Capernaúm, ni porque Jesús hubiera vivido allí entre ellos, Dios los concede a su total discreción.
La visita de Jesús a Nazaret, no la hizo porque tuviera alguna preferencia sobre ellos, la hizo porque estaba enseñando en las sinagogas de Galilea (Lc 4:15), y Nazaret era una de las tantas ciudades de esa región, pero en lugar de recibirlo con alegría, se sentían con el derecho de ver milagros, por el simple hecho de que Jesús había vivido entre ellos algunos años.
28 Al oír estas cosas, todos (los que estaban) en la sinagoga se llenaron de ira (se enojaron mucho);
29 y levantándose, le echaron (sacaron) fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre (lo más alto) del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle (tirarlo al precipicio).
Esos 2 (dos) ejemplos que Jesús dio del favor de Dios a los gentiles y no a los Israelitas, los llenó de ira, y su siguiente acción fue tratar de matarlo, este no será el único intento de terminar con la vida de Jesús, se alcanza a observar la obra de satanás detrás de estos intentos de homicidio para evitar que Jesús llegue a la Cruz.
La predicación de Juan el bautista era dura y directa y hacía enfurecer a los religiosos, la predicación de Jesús era llena de gracia (Lc 4:22) y también producía ira, por lo que podemos concluir que no es la forma de predicar lo que hacer que la gente se moleste, sino la verdad que se predica es la que les incomoda.
Los asistentes se apoderaron de Jesús y lo llevaron fuera de la ciudad, a lo alto de un monte, eso debió llevar un tiempo, mucha gente enfurecida con un solo propósito, despeñar a Jesús; es decir, aventarlo por el barranco para que cayera y muriera.
30 Mas (pero) él pasó por en medio de ellos, y se fue (de Nazaret).
Los malos deseos de aquellos hombres se vieron frustrados, no era el tiempo, ni la forma en que Jesús debería de morir, simplemente comenzó a caminar en medio de ellos y se fue, sin usar la violencia y sin que nadie pudiera impedirlo, simplemente siguió su camino y se fue rumbo a Capernaum (Lc 4:31), a continuar con su ministerio de enseñar y predicar el evangelio.
Aplicación Práctica: Recordar que la salvación de Dios es reservada para aquellos que reconocen su bancarrota espiritual y animarnos a compartir el Evangelio mientras vivimos el año agradable del Señor.
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