Guardaos de toda avaricia Lucas 12:13-21 |
Versículos a memorizar: “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” Lucas 12:15
Introducción: Después de que Jesús salió de una comida que tuvo con fariseos y escribas, donde les mostró su verdadera condición de hipocresía, se juntó una muy numerosa multitud, pero Jesús se dirigió primeramente a sus discípulos para advertirles que se cuidaran de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía, y enseñarles sobre el temor de Dios, ahora hará otra advertencia, que se cuiden de la avaricia.
Desarrollo:
13 Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta (reparta) conmigo la herencia.
Le dijo uno de la multitud. Jesús recién terminó de dar una enseñanza espiritual profunda sobre el temor de Dios y sobre el amoroso cuidado que Dios tiene para los suyos y, al parecer, uno de entre la multitud aprovechó esa pausa, pero claramente no entendió lo que Jesús dijo, o simplemente estaba tan enfocado en su problema material de la herencia que no escuchó nada, pero vio aquí una oportunidad de que el Señor le ayudara a resolverlo.
Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. La forma en que esta persona le pide ayuda al Señor, nos hace ver que él pensaba que su hermano lo estaba defraudando, quizá era el menor de dos hermanos y el hermano mayor se negaba a compartir la herencia con él, quizá porque quería mantener la herencia unida para que no se desperdiciara, o quizá, siendo el hermano menor, no le parecía justo que el hermano mayor tuviera doble porción de la herencia, no se nos da detalles sobre la causa del problema.
Es muy probable que este hombre haya venido a Jesús sabiendo que, como era rabino o maestro como le llama, podía influenciar en que su hermano cumpliera la ley de la herencia que se encuentra regulada en varios pasajes del Antiguo Testamento como Deuteronomio 21:15-17 y Números 27:8-11.
14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor (árbitro)?
Jesús se niega definitivamente a cumplir con la petición, quizá porque era un tema puramente material, además de que había autoridades que se debían de encargar de eso, y Jesús estaba enfocado en su ministerio primordial. Mucho más elevado que atender cosas terrenales como salvar a los perdidos como dice Lucas 19:10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
15 Y les dijo: Mirad, y guardaos (cuídense) de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste (depende) en la abundancia de los bienes que posee.
Y les dijo. Jesús aprovecho esa interrupción con una petición tan material, que la aprovecha para dar una enseñanza espiritual que puede afectar el corazón del hombre y su conducta, la avaricia, lo que era un problema común y generalizado.
Mirad, y guardaos de toda avaricia. La palabra avaricia viene del griego Strong 4124 <pleonexía> que está relacionada con la codicia, el fraude, la extorsión y la ambición. La avaricia es el deseo desordenado de tener cosas y acumularlas sin compartirlas con nadie, que produce una sed de “tener más”, lo que muestra un enorme egoísmo, debido a eso Pablo dice que la avaricia es idolatría como dice Efesios 5:5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios; es decir, la adoración de sí mismo en lugar de la adoración a Dios.
El mandamiento de Jesús es cuidarse de la avaricia; es decir, del deseo desmedido de una persona por atesorar riquezas sin compartirlas con nadie. Casi siempre llega como resultado de la codicia, que es deseo excesivo (descontrolado) por la búsqueda de riquezas, estatus o poder, y una vez que se consigue, la persona se esclaviza a ella, no quiere desprenderse de nada de lo que posee.
En la cultura de hoy a menudo la avaricia y la codicia son justificadas o incluso admiradas por mucha gente, o son simplemente confundidas con “tener ambición de superarse”; sin embargo, los hijos de Dios debemos aprender a estar contentos en cualquier situación en la que nos encontremos como dijo Pablo en Filipenses 4:11-13 11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Claramente tener dinero o riquezas no es un problema, hay muchos hombres de Dios con abundante riquezas en las Escrituras como Abraham, Isaac, Job, David, Salmón, José de Arimatea, etc., el problema no es la riqueza en sí, sino el corazón que el hombre tiene por esas riquezas, como Pablo lo mencionó, que el verdadero problema no era el dinero, sino el amor al dinero en 1 Timoteo 6:6-10 6Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 9Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 10porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
Porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. La palabra vida que Jesús utiliza aquí es la Strong 2222 <zoé> que habla de una vida espiritual, a diferencia de la palabra <bíos> que solo se refiere a la vida biológica, <zoé> habla de una vida completa.
En otras palabras, Jesús dice que poseer bienes no es igual a vida, ya lo había dicho antes de otra manera en Lucas 9:25 Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?, puede ser que una persona este sobrada de bienes, pero eso no significa que tiene una vida plena, y mucho menos que esos bienes le puedan facilitar obtener la vida eterna.
16 También les refirió (contó) una parábola, diciendo: La heredad (las tierras, el campo) de un hombre rico había producido mucho.
Jesús relata una parábola para enseñar con cosas cotidianas, una enseñanza espiritual; relacionada cn la avaricia, esta parábola solo se encuentra en el evangelio de Lucas y en ningún otro, Jesús menciona a un agricultor que había hecho mucha riqueza gracias a lo que había sembrado, vayamos observando lo siguiente:
1) Sus riquezas son lícitas, no se enriqueció con algún negocio deshonesto.
2) Tenía posesiones como graneros, y campos para cultivar de gran tamaño, que le permitieran cosechar mucho y otros bienes que él le llama “mis bienes” (v.18).
Hasta aquí, no encontramos un problema en las riquezas, el problema estará en el corazón de este agricultor como Jesús lo relata enseguida.
17 Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos (granos, cosecha)?
3) El agricultor sembró, pero Dios fue el que bendijo su trabajo y permitió que el campo fuera tan fértil, y que las condiciones climáticas fueran apropiadas, lo que permitió mucha cosecha y no vemos ningún agradecimiento del agricultor a Dios como proveedor de esa riqueza, cuando la Escritura nos dice en 1 Tesalonicenses 5:18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
18 Y dijo: Esto haré: derribaré (destruiré) mis graneros (almacén para cereales), y los edificaré mayores (más grandes), y allí guardaré todos mis frutos (granos) y mis bienes;
4) No pensó en compartir de esos granos con personas que tuvieran necesidad, cuando la Jesús enseñó que en eso hay bienaventuranza como dice Hechos 20:35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
5) No se consideraba como administrador de las riquezas de Dios, por lo que no consultó a Dios, ni a personas sabias sobre qué hacer con sus riquezas, él confía en su propia sabiduría y termina no siendo muy sabio al querer derribar sus graneros, lo que tendría un costo, y construir unos más grandes para guardar la cosecha de ese año, que tendría un costo todavía más alto, no consideró que desconoce cómo le irá el siguiente año, si no cosecha como esta vez, sus graneros nuevos y grandes se quedarán vacíos, parecía más sabio construir graneros adicionales a los que ya tenía o rentar algunos por ese año, y así, ser prudente y realista con las cosechas inciertas de los siguientes años, cayó en el engaño de las riquezas, se ha olvidado de Dios y se está ahora en él cualquier deseo de obedecer a Dios y a Su palabra como dice Mateo 13:22 El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
19 y diré a mi alma (me diré a mí mismo): Alma, muchos bienes tienes guardados (almacenados) para muchos años; repósate (descansa), come, bebe, regocíjate (diviértete).
6) Muestra un corazón egoísta que solo piensa en él mismo, la vida de ese hombre era gobernada por su “yo”, y es claro con la repetición de las palabras haré, diré, mi o mis, además de ser jactancioso pro hacer alarde de sus bienes acumulados, y hablándole a su alma (a sí mismo) para que descanse, coma, beba y se divierta, como si lo material en esta vida fuera lo más importante, en lugar de hablarle a su alma como diría David en el Salmo 103:1-2 1Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
20 Pero Dios le dijo: Necio (tonto), esta noche vienen a pedirte tu alma (vas a morir); y lo que has provisto (acumulado para ti mismo), ¿de quién será?
7) Este agricultor rico, piensa que su futuro por muchos años será de paz, abundancia y alegría solo por el hecho de tener bienes materiales, por lo que claramente no ha considerado la muerte como una posibilidad, de allí que Jesús le llama necio, insensato, con falta de juicio, ya que esa posibilidad que él no había considerado, sería una realidad para él esa misma noche, donde sería llamado a dar cuentas a Dios y de sus riquezas no se llevaría nada.
Y ¿quién disfrutaría de todo lo que acumuló? Pues otros, él no, le sucedió lo que dijo Salomón en Eclesiastés 6:1-2 1Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres: 2El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso.
21 Así es el (así le ocurre al) que hace (acumula) para sí tesoro (riquezas), y no es rico (y es pobre) para con Dios.
Esta parábola la podríamos titular “el rico pobre”, ya que era rico para él, pero pobre para con Dios, delante de Dios era un miserable y pobre, aun en medio de muchos bienes terrenales, su esperanza de paz estaba en los bienes que poseía, sin considerar que la paz que él buscaba, solo viene de Dios como dice Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
Podemos resumir los errores del personaje de la parábola de la siguiente manera:
a) Confundió el propósito de la vida, pensando que la razón de vivir era disfrutar de las riquezas y gozar de los placeres temporales, y no considerando que fuimos creados para la gloria de Dios como dice Isaías 43:7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.
b) Se creía dueño de su propio futuro, no consideró a Dios en él, prefirió las riquezas temporales que las riquezas eternas, hacía alarde de sus posesiones en lugar de gloriarse en conocer a Dios como dice Jeremías 9:23-24 23Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. 24Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.
c) Se equivocó en el uso de las riquezas terrenales, su avaricia lo llevo a acumular riqueza en lugar de compartirla con otros, de mostrar un corazón misericordioso con los necesitados, y le terminó pasando lo que Dios le advierte a la iglesia de Laodicea en Apocalipsis 3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Versículo de cierre: Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (concedidas por gracia).
Aplicación Práctica: Contrarrestar la necedad de la avaricia siendo ricos para con Dios.