Friday, May 24, 2024

Lucas 21:7-24 Por causa de mi nombre

 

Por causa de mi nombre

Lucas 21:7-24

Objetivo: Fortalecernos en todo tiempo, siendo fieles testigos del nombre de nuestro salvador.

 

Versículo a memorizar: Y esto os será ocasión para dar testimonio. Lucas 21:13

 

Introducción: Después de que Jesús estuvo enseñando en el templo, se encontraba en el atrio (patio) del templo y de frente a la “sala del tesoro”, donde había 13 (trece) recipientes en forma de trompeta donde se recibían las ofrendas, y observó a los ricos que ponían cantidades considerables de dinero para buscar ser alabados por su generosidad, pero observó también a una mujer que, además de ser viuda, también era pobre, esta dio dos (dos) monedas de cobre que eran las de menor valor del sistema monetario de ese momento, y le dijo a sus discípulos que humanamente, la ofrenda de la vida había sido la más pequeña, ya “muchos ricos echaban mucho” (Mr. 12:42); sin embargo, espiritualmente la ofrenda de los ricos no significaba mucho, ya que esos ricos echaban de lo que les sobraba, a diferencia de la vida, cuya ofrenda no la había hecho desde su abundancia, sino desde su pobreza y necesidad, había entregado como ofrenda lo que tenía para vivir, todo lo que tenía para sustentarse, mostrando que tenía fe en que su Dios le daría el sustento necesario.

 

Desarrollo:

Vs. 7-8. El engaño

7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder?

Marcos, en el pasaje paralelo, coloca este acontecimiento en el monte de los olivos, frente al templo donde habían estado, parece que los discípulos habían quedado inquietos sobre las palabras de Jesús sobre el futuro de los edificios del templo, por lo que le hicieron estas dos preguntas muy concretas sobre la destrucción del templo en forma privada.

 

8 Él entonces dijo: Mirad (presten atención, tengan cuidado) que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre (usando mi nombre), diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos (detrás) de ellos (no los sigan).

Jesús comienza su respuesta con una advertencia de que debemos ser muy cuidadosos y estar muy atentos, ya que habrá engañadores, que sin duda serán enviados por Satanás y procurarán engañar a los hombres, poniendo su atención en falsos profetas que solo los alejen más de Dios, y esto no solo antes de la destrucción del templo, que sucedió en el año 70 dC, sino aún después de eso, y se hará más notorio cuando la segunda venida de Cristo se acerque, quienes dirán ser el Cristo (ungido) de Dios, incluyendo al último de ellos que será el anticristo, conocido como el hombre de pecado, el hijo de perdición, quien se sentará en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios (1 Jn. 2:18). Sobre eso, Jesús advierte en no ir detrás de ellos, ya que es solo un engaño del enemigo.

 

Esta misma advertencia también la hace Pablo en 1 Timoteo 4:1 Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.

 

V. 9-19. El testimonio

9 Y cuando oigáis de guerras y de sediciones (revoluciones), no os alarméis (no tengan miedo); porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente (enseguida).

10 Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino

11 y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias (epidemias); y habrá terror y grandes señales del cielo.

El Señor advierte a sus discípulos, que oirán de guerras, que a medida que se acerque el tiempo, se incrementarán y también habrá revoluciones como la que los judíos hicieron contra Roma y que, como respuesta, el Imperio Romano respondió atacando a Jerusalén y destruyendo el Templo.

 

Jesús también les anunció que se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo; y que cuando eso este pasando, no deben de alarmarse o de tener miedo, ya que han sido avisados de que esas cosas pasarán y que además es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente.

 

En la lógica humana y pecaminosa, siempre se pregunta; ¿Por qué Dios permite todas esas adversidades?, sin entender como aquí se describe, que es parte del plan de Dios, y que sirven para ser una forma en la que Dios hace un llamado a volverse a Él, además de ser una manifestación de la angustia que sufre la creación esperando el día de su redención como dijo Pablo en Romanos 8:22 Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora.

 

12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre.

Jesús les advierte a sus discípulos, lo que ya les había dicho, que en el mundo tendría aflicción (Jn. 16: 33), que el anunciar el evangelio de salvación que hay en el nombre de Jesucristo, traería siempre adversidad, la hubo desde la creación de la Iglesia en el día del pentecostés y la habrá hasta que el Señor vuelva, habrá aumento o disminución de la persecución, pero nunca habrá un tiempo donde no este presente, ya fuera en sinagogas, en cárceles o en juicios de gobiernos, como le sucedió a Pablo que lo presentaron frente a procuradores romanos como Felix y Festo (Hech. 23:24, 24:47).

 

La persecución por causa del nombre de Jesús, es un costo bienaventurado, como se los dijo el Señor en el sermón del monte como dice Mateo 5:10-12 10Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

 

13 Y esto os será ocasión para dar testimonio.

Todas esas persecuciones, encarcelamientos y juicios, tienen un propósito, el de dar testimonio personal de Cristo en nuestras vidas y del efecto eterno de su evangelio. En ocasiones, las persecuciones y la prisión, será el medio que Dios use para permitirnos predicar el evangelio de salvación; por medio de estar preso y en juicio es que Pablo pudo presentar en evangelio en la casa del Cesar y personas de la administración del mismo Emperador romano de su tiempo  (Fil. 4:12).

 

El principio es claro, así como persiguieron a Cristo, también lo harán con sus verdaderos seguidores (Jn. 15:20), quienes viviendo una vida de acuerdo a lo que Dios dice, serán objetos de molestia para el mundo como dijo Pablo en 2 Timoteo 3:12 Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.

 

14 Proponed en vuestros corazones (háganse el propósito) no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa;

15 porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan.

Jesús les dice que cuando estén en esas dificultades por causa del nombre y que aparentemente solos, sin amigos o hermanos en la fe, no deben de preocuparse en que dirán o como presentarán el evangelio ya que Jesús mismo estaría con ellos como se los dijo también en la gran comisión de Mateo 28:19-20 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén, en otras palabras, que el cómo responder en esas ocasiones especificas no les inquiete o no les cause ansiedad, ya que se les dará que decir con sabiduría divina cuando se encontrarán frente a los jueces, los adversarios podrían resistir o contradecir a los discípulos, pero no al Señor de ellos.  

 

16 Mas seréis entregados (traicionados) aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros;

17 y seréis aborrecidos (odiados) de todos por causa de mi nombre.

A causa de la fe en Cristo, se podrían romper los lazos más firmes como son los lazos familiares, el nombre de Cristo puede causar tal división familiar, que generará un odio religioso irracional donde los mismos padres, hermanos, parientes o amigos sean los que entreguen a los discípulos a las autoridades por el único delito de ser cristianos, y eso los lleve a la muerte, como sucedió en los primeros años de la Iglesia donde la autoridades condenaron a Esteban por identificarse con Cristo (Hech. 7:54-60) y también al apóstol Jacobo (Hech. 12:2), pero no todos serían mártires como esos dos, pero si se generará un aborrecimiento general de los que no creen en Cristo. contra aquellos que muestran su lealtad a Jesús. Lo mismo advirtió el apóstol Juan en 1 Juan 3:13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece, por lo que podemos concluir que todos los discípulos tendremos, en mayor o menor medida, este aborrecimiento general por nuestra fe.

 

18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá (se perderá).

Con esta frase el Señor les enseña que cuando nada de lo que les ocurra a sus discípulos por cauda del nombre de Jesús, pasará desapercibido por Dios, siempre sucederán en la permisión divina, nada pasará fuera del control de Dios, y siempre pasará con un propósito específico, para fortalecer nuestra fe y/o para dar testimonio de nuestro Dios, ya que como dijo Pablo, que todas las cosas, incluyendo estas persecuciones, nos ayudan a bien (Rom. 8:28). No debe haber temor en quien se sabe amado y protegido por Dios.

 

19 Con vuestra paciencia (perseverancia) ganaréis vuestras almas.

Los pasajes paralelos dicen ”el que persevere hasta el fin, este será salvo”, lo que nos clarifica lo que Lucas quiso decir en esta frase, que la condición para conseguir la vida en un entorno de persecución y dificultades, no es simplemente tener paciencia, sino mediante un aguante firme y continuado que será una evidencia de los verdaderos discípulos del Señor, solo aquellos perseverarán hasta el fin, y no será por ninguna virtud humana o un esfuerzo personal, sino por la fe puesta en ellos de parte de Dios.

 

Vs. 20-24. La señal

20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.

Recordemos que Jesús había dicho que no quedaría piedra sobre piedra de aquellos esplendorosos edificios del templo, lo que llevó a los discípulos a preguntarle qué; ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder? Jesús se enfoca al cumplimiento inmediato, lo que terminó sucediendo 40 (cuarenta) años después, ya que en el año 70 (setenta) cuando el ejército del Imperio Romano, comandadas por Tito Vespasiano, quién después se convirtiera en Emperador, rodearía primero y destruiría después a Jerusalén con todos sus majestuosos palacios, sus grandes construcciones y su Templo, no dejando piedra sobre piedra.

 

21 Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella.

22 Porque éstos son días de retribución (juicio), para que se cumplan todas las cosas que están escritas.

Jesús detalla la gravedad de la situación que se avecinaba, y las decisiones que debían tomarse por aquella calamidad, los que estuvieran en Judea que era la región a la que pertenecía Jerusalén, se les recomendaba huir, no tomar a la ligera la llegada del ejecito romano, sin importar su lugar de residencia, deberían de huir por su vida, luego se refiere a los que estaban dentro de Jerusalén, a los que también les aconseja que se vayan cuando vean al ejército llegar, y por último a los que residían en Jerusalén, pero que al momento de la llegada del ejército se encontraban fuera de la ciudad, trabajando en los campos, a ellos les dice que no entren a la ciudad, que no les importe sus pertenencias o posesiones que tengan en ella si querían salvar su vida.

 

Jesús les dice que ese evento era inevitable ya que venía como una retribución de parte de Dios; es decir, como un juicio de Dios al rebelde pueblo judío que residía en Jerusalén. Dios mostró la gracia en su máxima expresión, enviando primero a Juan el Bautista que les pedía arrepentirse y quien presentaría a Jesús como el mayor regalo de Dios para la humanidad que se arrepintiera, pero al rechazarlo, ese tiempo de gracia se estaba terminado. Ese juicio de Dios a Jerusalén no era el primero, ya había pasado anteriormente cuando el imperio babilónico la había destruido como consecuencia de no arrepentirse a pesar de que Dios les mando profetas para eso.

 

23 Mas ¡ay de las que estén encintas (embarazadas), y de las que críen (que tengan niños de pecho) en aquellos días! porque habrá gran calamidad (aflicción, dolor) en la tierra, e ira (castigo) sobre este pueblo.

Jesús exclama un “ay” de dolor para aquellas mujeres que estuvieren embarazadas o con niños pequeños, ya que la huida de una ciudad a los montes o a algún lugar donde pudieran estar seguros es difícil, y pues se dificulta aún más en esas condiciones de maternidad, y de la angustia de que sus pequeños perdieran la vida en esa situación donde habría gran calamidad en Jerusalén y en el pueblo judío que estuviera habitando la ciudad en ese momento.

 

24 Y caerán (morirán) a filo de espada, y serán llevados cautivos (prisioneros) a todas las naciones; y Jerusalén será hollada (pisoteada) por los gentiles (no judíos), hasta que los tiempos de los gentiles (no judíos) se cumplan.

Jesús detalla algunas de las situaciones por la que pasarían, como lo que registran los historiadores, que muchos fueron muertos a espada, según el historiador Josefo, más de un millos de personas perecieron en esa invasión, otros fueron llevados cautivos por el imperio romano como prisioneros de guerra, y usados como esclavos en algunas naciones hasta donde se extendía el amplio imperio romano, el templo de Jerusalén donde no se permitía entrar a los gentiles, fue pisoteado por el ejército romano que era gentil, de donde los soldados entraron a destruirlo por completo y quienes estarían en Jerusalén hasta que “los tiempo de los gentiles se cumplan”; lo que quizá se refiere que desde esa época y hasta 1948 que es cuando se restituyó el país de Israel en Jerusalén, o quizá se refiera hasta la segunda venida del Señor y su reino sea establecido.

 

Aplicación práctica:


Fortalecernos en todo tiempo, siendo fieles testigos del nombre de nuestro salvador.

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