Objetivo: Ayudar al Jóven a responder correctamente al llamado
que Dios nos hace para liberar a su pueblo de la esclavitud del pecado y
depender del “YO SOY.”
Versículo a memorizar: “Moisés respondió
a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos
de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo” Éxodo 3:11-12a
Introducción: Moisés había nacido
en Egipto, criado por su madre misma y adoptado después como hijo de la hija
del Faraón donde fue en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en
sus palabras y obras (Hech. 7:22), pero siempre se identificó con su pueblo
Israel, a los 40 años de edad salió de Egipto ya que el Faraón quería matarlo
porque Moisés había matado a un egipcio tratando de defender a un hebreo, y
llegó a la tierra de Madian donde se caso y tuvo hijos y estará por otros 40
años mas, por lo que será a los 80 años cuando Dios se le aparece y lo manda a
Egipto a rescatar al pueblo de Israel.
Bosquejo:
Vs. 2:23-25. La necesidad del llamado de Dios.
23 Aconteció que después de muchos días murió el rey de
Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y
subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.
24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con
Abraham, Isaac y Jacob.
25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció (tomo en cuenta)
Dios.
Dios escucho el clamor de Su pueblo,
se acordó del pacto que había hecho con Abraham (Gn 12:3), que le reafirmó a
Isaac (Gn 26:4) y le recordó a Jacob (Gn 28:14), los miró y los reconoció, es
decir, los tomo en cuenta ya que eran aquellos de los que le había dicho a
Abraham en Génesis
15:16 Y en la cuarta generación volverán
acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.
Ese cumplimiento de la cuarta
generación se puede ver en la tribú le Leví, siendo él la primera generación
que entro a Egipto, tuvo a Coat (2), este a Amram (3) y el tuvo a Moisés (4)
<Ex 6:20>. También se observa en la tribu de Judá (1), Fares (2), Hezron
(3), quien tuvo a Caleb (4) el compañero de Josué cuando entraron a la tierra
prometida <1 Cr 2:3-5,18>. Dios no siempre actua en el tiempo que deseamos, pero siempre lo
hace en el tiempo preciso, ya que Él es el único que conoce los mejores tiempos
para actuar.
Vs. 3:1-5. La preparación del llamado de Dios.
1 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote
de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte
de Dios.
El oficio de Moisés en Madian era de
pastor de ovejas, y para este tiempo ha pasado 40 años allí, y no tiene ni
ovejas propias, apacenta las de su suegro, pareciera que hubo alguna sequía que
lo obligo a llevar al ganado a una distancia lejana, pasando por el desierto y
llegando a un monte llamado Horeb, que a partir de que Dios se le aparezca,
será llamado el monte de Dios
2 Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego
en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza
no se consumía.
3 Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande
visión, por qué causa la zarza no se quema.
El Ángel del Señor que más adelante
se mostrará como Dios mismo, pudiera ser casi con toda seguridad la
personificación de Jesucristo antes de su encarnación, y la zarza o arbusto
ardiendo sin consumirse fue el objeto que Dios usó para llamar la antención de
Moisés, la zarzá pudiera representar a los hijos de Dios que aún cuando pasan
por pruebas de fuego no son consumidos porque Dios está en medio de ellos.
4 Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio
de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.
5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies,
porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.
Dios llamó doble a Moisés por su
nombre y le dió su primera instrucción que no se acercara si no se quitaba el
calzado de sus pies, ya que ese lugar era santo. Todo lugar donde Dios esta lo
vuelve santo y no puede tener contacto con el pecado, el calzado de Moisés
representaba su contacto con este mundo, ¿Qué es lo que te impide a ti
acercarte a Dios que debes quitar antes de venir mas cerca de su presencia?.
Sin duda Moisés se quitó los zapatos, ya que Dios le siguió hablando, si no lo
hubiera hecho, la conversación allí hubiera terminado.
Vs. 3:6-10. La explicación del llamado de Dios.
6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios
de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo
de mirar a Dios.
Dios le dice que es el Dios de su
padre Amram, quien junto con Jocabed le habían instruido sobre su fe, y también
el Dios de sus antepasados los patriarcas que sin duda Moisés había escuchado
de ellos y de su andar en el Señor.
La respuesta de Moisés cuando
entendió que estaba hablando con el mismo creador del universo, fue de temor y
se cubrio los ojos, lo que lo llevo a solo oir a Dios y así poder conversar con
el, nos recuerda la fe no viene por el ver, sino por el oir a Dios como dice Romanos 10:17 Así que la fe es
por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo
que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he
conocido sus angustias,
8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y
sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche
y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del
heveo y del jebuseo.
9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante
de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.
Dios se presenta a Moisés como un
Dios cercano que esta al pendiente de lo que pasa su pueblo.
10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que
saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
Dios le dice a Moisés claramente
cual es su llamado, ir a Faraón y sacar al pueblo de Israel de Egipto.
Vs. 3:11-13. La respuesta al llamado de Dios.
11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que
vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
Moisés había llegado, llevado por
Dios; a un punto donde no se sentía capaz de esa tarea que 40 años atrás la
quería llevar a cabo con sus propias capacidades, mismas que le estorbaban a
Dios para poder usarlo como ahora lo hará.
12 Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te
será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al
pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.
Dios no le contesta su pregunta, ya
que ciertamente Moisés no era nadie, lo que haría Dios es usar a un “Nadie”
para mostrar su poder y le dice lo que cualquiera desearía oir, que fuera
porque Dios estaría con el.
La señal de que habían salido de
Egipto era que iba a servir a Dios en ese monte, así mismo sucede hoy, la
evidencia de que los hijos de Dios hemos sido sacados de la esclavitud del
pecado es que le sirven a Dios.
13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de
Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si
ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
Moisés comienza a exponer sus dudas
sobre el llamado que Dios le acaba de hacer, y le pregunta sobre Su nombre.
Vs. 3:14-15. La revelación del Dios del llamado.
14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así
dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
YO SOY EL QUE SOY, tiene la idea de
mostar que Dios es eterno, se puede traducir como “Soy el que era, el que es y
el que será”, “el siempre existente”, o “el que existe por el mismo”.
15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de
Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y
Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él
se me recordará por todos los siglos.
Jesús que es Dios mismo, varias
veces dijo que el era el “Yo Soy” como en Juan 8:58 Jesús les
dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy, y
ese es el nombre que es sobre todo nombre como dice Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre
bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Vs. 3:16-22. La descripción del llamado de Dios.
16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el
Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció
diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;
17 y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la
tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del
jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.
18 Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al
rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado;
por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que
ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios.
19 Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por
mano fuerte.
Dios le da instrucciones a Moisés de
como comenzar, sería contactanto a los ancianos de Israel, la gente mas madura
que representaba al pueblo. Dios le dice que esos ancianos oiran su voz y que
juntos vayan con el Faraón y le digan que irán al desierto a adorar a su Dios y
aún le advierte a Moisés que Faraón no los dejará ir.
20 Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis
maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.
21 Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los
egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías;
22 sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda
alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre
vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto.
La mano extendida de Dios produciría
dos cosas: 1) Herir por medio de maravilas a Egipto, 2) Gracia a su pueblo ante
los egipcios cuando salieran que llevaría plata, oro y vestidos.
Aplicación Práctica:
1)
Responder correctamente al llamado que Dios de sacar a las
personas de la esclavitud del pecado, diciendo “Heme Aquí”
2)
Saber que para llevar acabo el llamado de Dios, no se ocupa
ninguna habilidad o capacidad humana, sino solamente dejar operar el poder de
Dios en sus vidas.
3)
Que la eviencia de que hemos sido sacados de la esclavitud
del pecado, es que servimos a Dios, no solo en la Iglesia, sino en nuestra casa
obedeciendo a nuestros padres, en la escuela compartiendo el evangelio con otras
personas o discipulando a nuevos creyentes.