Monday, May 13, 2019

Hebreos 3:1-19 El Peligro de la Incredulidad


Objetivo: Ayudar al jóven a identificarse como casa de Cristo, reteniendo firme hasta el fin nuestra confianza del principio y el gloriarnos en la esperanza.

Introducción: Para poder tener mejor entendimiento de esta carta, recordemos que los receptores eran judíos habían creido en Cristo como el Mesías que esperaban como nación, eran inmaduros en su fe y además estaban siendo perseguidos por su fe en Cristo, esa mala combinación estaba produciendo que algunos de ellos pensaran en regresar a su fe Judía debiendo rechazar publicamente a Cristo, de aquí la urgente advertencia del escritor de Hebreos de mostrarles las razones por las que no deberían de hacer eso.

En el primer capítulo, consideramos la superioridad de Cristo sobre los profetas del Antiguo Testamento, y su superioridad sobre los ángeles como una base para la exhortación que nos hizo en el capítulo 2 de que con mas diligencia atendamos las cosas que hemos oido del evangelio de Cristo, no sea que nos deslicemos y nos mostró que Cristo sera el gobernante supremo en el mundo venidero, el escritor de Hebreos sabe, como judío que era, el alto aprecio que su pueblo tiene por Moisés, por lo que ahora mencionara que Jesús es superior a Moisés y dará varios argumentos.

Desarollo: 
Vs 1-6 Jesús superior a Moisés
1 Por tanto, hermanos santos (santificados), participantes del llamamiento celestial, considerad (fijar en la mente) al apóstol (enviado) y sumo sacerdote de nuestra profesión (que profesamos), Cristo (mesías, ungido) Jesús;
Por tanto, debido a que Jesús encarnó como un hombre, lo que hizo que por un tiempo fuera hecho menor que los ángeles, y en esa condición pudiera ser nuestro sumo sacerdote para expiar nuestros pecados y librarnos del temor de la muerte, santificándonos, apartándonos para Él y no avergonzándose de llamarnos Hermanos, ahora se dirige a la Iglesia como hermanos santos.

Participantes del llamamiento celestial; es decir, que desde el cielo fueron llamados o que tienen un llamado para ir al cielo, de ambas formas habla de la gracia de Dios sobre sus vidas al haberles hecho el llamado sin el cual no podrían participar de él como dice 2 Timoteo 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, además de que ese llamado es irrevocable como dice Romanos 11:29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

Ese llamado del Padre es para venir al Hijo como dice Juan 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero, por cierto, esa palabra trajere es un llamado muy enfático que puede equivaler incluso a arrastrar, por lo que Dios ejerce la acción espiritual suficiente para que todo llamado pueda ir al Hijo.

Debido a que hemos sido participantes del llamamiento celestial, la invitación (casi mandato) es a considerar, a pensar seria y diligentemente en Cristo Jesús, a fijar en su mente las funciones de Jesús para con nosotros, la de apóstol, que en su significado mas básico quiere decir “enviado” o “embajador”, ya que no solo trae un mensaje, sino que representa al que envía el mensaje, y ciertamente Jesús es un eviado de Dios a los hombres con el mensaje de salvación por gracia como dice Juan 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él,  también debemos considerar su función de sumo sacerdote, quien era el que representaba al pueblo delante de la presencia de Dios y quien llevaba a cabo la expiación de los pecados sobre el propiciatorio como lo mencionó en Heb 2:17, además de que le pone el título de Cristo que significa el ungido (poner aceite sobre la cabeza de alguien, para realizar una función sagrada, como los reyes y sacerdotes), la palabra ungido que tiene el mismo significado de la palabra hebrea para Mesías, consoderado como El Ungido de Dios.

Nuestra profesión; es decir, que nosotros lo confesamos con nuestra boca como dice Romanos 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. La palabra profesión viene de homologar, decir lo mismo, y es que todos los cristianos nos hemos homologado con Cristo, por eso Pablo decía ya no vivo yo, si que Cristo vive en mi (Gal 2:20), y esa confesion/homologación siempre resulta en permanencia.

Aplicación Práctica: Consideremos que hemos confesado a Jesús como nuestro salvador, quien es el enviado de Dios y nuestro sumo sacerdote, y si hemos puesto nuestra confianza en Jesús para poder salvarnos, debemos también poner nuestra confianza en Jesús en nuestra vida diaria.

2 el cual es fiel (obediente) al que le constituyó (lo nombró, a Dios), como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.
El escritor de Hebreos, siendo el judío como los destinatarios de la carta, se anticipa a la posible pregunta que tuvieran estos, ya les quedo claro que Jesús es mayor de los ángeles, quienes intermediaron para darle la ley a Moisés, pero ¿Qué de Moisés? Al que tenían en tan alta estima y quien ciertamente recibió la ley, no una; sino dos veces, quien hablaba con Dios cara a cara y en quién se reflejaba la glora de Dios mismos sobre su rostro.

Por lo que el escritor de Hebreos aprovecha para mencionar una similitud entre Jesús y Moisés, que ambos fueron fieles Jesús fue fiel, Jesús fue obediente a Dios como Su embajador, y Moisés lo fue el toda la casa de Dios, lo que no solo se limita al tabernáculo que Dios le mandó construir, sino que fue obediente a todo lo que la casa de Israel se refiere, es decir a la familia de Dios.

3 Porque de tanto mayor gloria (honor) que Moisés es estimado digno éste (Jesús), cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo (contruyó).
Sin embargo, aunque ambos, Jesús y Moisés fueron fieles, y sin disminuir la honra de Moisés, hay una indiscutible superioridad de Jesús, el escritor de Hebreos nos dice que Jesús tiene mayor gloria y dignidad, y su argumento es que el que construye es más importante que la casa misma, la gente podrá admirar la belleza de una casa o edificio y decir palabras de alabanza, pero el tributo y la honra son reservadas para el arquitecto que la construyó. En otras palabras, Jesús fue el constructor de la casa de Dios, mientras que Moisés era solo una parte de la casa.

4 Porque toda casa es hecha por alguno (tiene un constructor); pero el que hizo todas las cosas (el constructor de todo) es Dios.
Dios es el creador de todo, incluyendo la casa y todo lo ha hecho por medio del Hijo como nos lo mencionó en Hebreos 1:2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo razón por la cual Jesús es superior a Moisés.

5 Y Moisés a la verdad fue fiel (obedicente) en toda la casa (el servicio) de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir (de parte de Dios);
El escritor de Hebreos no menosprecia a Moisés, exalta su fidelidad en el servicio a Dios, pero declara su posición de Siervo, esta palabra no viene de Doulos que significa esclavo sino viene de la Strong 2324 Dserápon; servidor de baja categoría, pero que ofrece sus servicios voluntariamente, Moisés fue un gran siervo administrador que servía libremente al pueblo de parte de Dios, sacándoles de Egipto, guiándo al pueblo y caminando con ellos por 40 años hasta las fronteras de la tierra prometida. Moisés se llamaba a si mismo siervo (Ex 14:31) y Dios también le llamaba siervo cmo dice Números 12:7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa.

6 pero (en cambio) Cristo como hijo sobre (al frente) su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos (mantenemos) firme (creyendo) hasta el fin la confianza y el gloriarnos (enorgullecernos) en la esperanza.
En contraste con el Moisés que era el siervo administrador, Jesús es el Hijo, el dueño y construtor, los siervos sirven transitoriamente en la casa, el hijo está en forma permanente en la casa y eso hace una gran diferencia, Moisés estaba en la casa y Jesús esta sobre la casa.

La cual casa somos nosotros, los hermanos santos, los participantes del llamamiento celestia, los miembros que ahora formamos una familia espiritual, la Escritura nos muestra que la Iglesia de Cristo no es un edificio, sino un cuerpo formado por todos los creyentes de donde la Cabeza es Cristo como dice Romanos 12:5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros, lo que no nos da una unión religiosa, o una unidad temporal, sino a la misma unidad que tiene Jesús con el Padre como dice Juan 17:21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

Si retenemos firme hasta el fin la confianza, no es un si condicionado, sino un si de evidencia; es decir, no es que si retenemos la confianza hasta el fin seremos parte de la familia espiritual, más bien, si retenemos la confianza la confianza hasta el fin, es evidencia de que somos parte de la familia espiritual.

Gloriarnos en la esperanza. La esperanza produce gozo en la vida cristiana, aun en medio de grandes conflictos, la esperanza no disminuye porque esta relacianda a Jesús mismo, cuando se vuelva una realidad gloriosa cuando venga por los suyos o nosotros vayamos a donde Él.

Vs 7-19 Advertencia sobre la incredulidad
7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo (en la Escritura): Si oyereis (escucharas) hoy su voz,
Salmos 95:7-11 7Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, 8No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto, 9Donde me tentaron vuestros padres, Me probaron, y vieron mis obras. 10Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos. 11Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo.

El salmo esta dirigido a “el pueblo de su prados y las ovejas de su mano”; es decir, al pueblo de Dios y comienza con una expresión de anhelo de que todos oyeran la voz de Dios.

8 No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación (rebelión), en el día de la tentación (prueba) en el desierto,
No endurezcáis vuestros corazones. La invitación a mantener sensible el corazón a la voz de Dios, ya que un corazón endurecido, no acepta la instrucción divina y comienza a alejarse de Dios, un ejemplo de corazón endurecido es el del Faraón, que hasta 6 veces endureció su corazon para no atender al mandato de Dios de dejar ir a Su pueblo.

Esta exhortación va acompañada de un hecho histórico que sucedió a los pocos dias de la salida de Egipto y que se encuentra registrado en Exodo 17, donde el pueblo altercaba con Moisés por falta de agua diciendo frases como “¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?”, tentando así a Dios, dudando en su capacidad de proveerles agua y dudando del propósito de Dios al sacarles de egipto, como su el propósito fuera matarlos en el desierto.

Dios lo resolvió mandando a Moisés a tocar con su vara la peña (roca) de Horeb donde salio agua par darles, por esa razón Moisés renombro ese lugar como dice Éxodo 17:7 Y llamó el nombre de aquel lugar Masah (prueba o tentación) y Meriba (exasperación o querella), por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?

9 Donde me tentaron vuestros padres (antepasados); me probaron (tentaron), Y (aun cuando) vieron mis obras cuarenta años.
Esa tentación de la paciencia de Dios fue de las primeras de muchas más que se fueron dando durante los 40 años en el desierto como dice por Ejemplo Números 14:22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, y parece que 10 es solo un número simbólico que representa algo completo, como si indicara que la provocación a Dios llego hasta el límite aun cuando todo ese tiempo vieron las portentosas obras que Dios hizo con ellos.

10  A causa de lo cual me disgusté (enojé) contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando (extraviados, descarriados, equivocados) en su corazón, Y no han conocido mis caminos.
Disgusté. Sentirse indignado, dolido a causa de la rebeldía del pueblo. Dios expresa lo que observa en ellos que su corazón siempre esta vagando, no era algo ocasional sino que siempre se estaban alejando de Él, y es que un corazón extraviado, siemore andarea en caminos extraviados alejandose de su creador, el rebelde no conoce los caminos de Dios porque no los caminos de Dios son sendas de obediencia.

11 Por tanto, juré en mi ira (enojo): No entrarán en mi reposo (descanso).
Llego un momento que debido a esa rebeldía, Dios tomo una decisión, como una sentencia del Juez supremo, de que no entrarían en Su reposo; es decir, que no entrarían en la tierra prometida, y es que cuando estaban en la frontera con esa tierra, Moisés mando 12 espías (uno de cada tríbu) a reconocer la tierra de Canaán para ver como eran sus habitantes, la cantidad de ellos y si las condiciones de esa tierra y de las ciudades. Hicieron ese recorrido durante 40 días y regresaron con el reporte que menciona Números 13:23-33 Diez de los espías dijeron que la tierra era buena, pero que las ciudades estaban fortificadas y que había gigantes en ellas, y que sería imposible conquistarlas, lo que entristeció mucho al pueblo.

Dios les había prometido desde Abraham que les daría esa tierra, promesa que la reiteró a Isaac, Jacob y Moisés, sin embargo volvieron a dudar del poder y la palabra de Dios, dejándose llevar por lo que vieron 10 de los espías (excepto Caleb y Josué) por lo que Dios determinó que los varones rebeldes que no quisieron ir a la guerra no entrarían en ella como dice Números 14:1-28

Vs 7-11 Advertencia contra la incredulidad
12 Mirad (Cuídado) hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo (pecaminoso) de incredulidad (no confiar en Dios) para apartarse (alejarse, caerse) del Dios vivo;
13 antes exhortaos (anímense a confiar) los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice (mientras dura ese): Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Recordando ese ejemplo bíblico, el autor de Hebros da la exhortación de que no tengamos un corazón malo de incredulidad que nos aparte del confiar en lo que Dios ha dicho, y más bien que los animemos unos a otros, que entusiamemos a nuestros hermanos y nos dejemos entusiasmar por ellos.

14 Porque somos hechos participantes (compañeros) de Cristo, con tal que retengamos (mantengamos) firme hasta el fin nuestra confianza del principio,
15 entre tanto que se dice: Si oyereis (escuchas) hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones (no sean tercos, necios), como en la provocación (rebelión).
16 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron (se rebelaron, no quisieron obedecer)? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés?
17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado (enojado) cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron (muertos) en el desierto?
18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo (descanso), sino a aquellos que desobedecieron (no creyeron)?
19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad (porque no creyeron, no confiaron en Dios).
La exhortación a los que somos participantes con Cristo, es que debemos retener la fe en Él y no volver atrás, no volver a Egipto y en el caso de los Hebreos no volver a depender de la Ley dada a Moisés para alcanzar la promesa, ya que ni Moisés ni el pueblo que salió de Egipto pudieron entrar, sino que en Josué vemos representada la gracia de Jesucristo que nos introduce a la tierra prometida. Nuestra salvación no depende de nuestra obediencia a la Ley, nuestra obediencia depende de nuestra fe en Cristo.

Aplicación Práctica: El pueblo de Dios creyó que Dios los podía sacar de la esclavitud pero no creyó que los podía meter a la tierra prometida a pesar de que Dios se lo había prometido, pecando de incredulidad. Así pudieramos estar también nosotros que creemos que Dios nos puede dar vida eterna pero no creemos que puede mandarnos a nuestra futura esposa o esposo, y esogemos por nosotros mismos, o Dios no puede rescatar los matrimonios, o la gente se divorcia, o que Dios no puede permitir alguna enfermedad, etc etc.

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