Objetivo: Entender que como
parte de la familia de la Dios, debemos correr con paciencia la carrera que
tenemos por delante a fin de dar testimonio de la fe, de la misma manera que
desde los días de Abel lo ha hecho nuestro pueblo; puestos los ojos en Jesús,
el autor y consumador de la fe.
Versículos a
memorizar:
“Por tanto,
nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,
despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia
la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” Hebreos
12:1-2
Introducción:
En el Capítulo 11 de Hebreos
vimos Ejemplos de como la fe ha operado a lo largo de la historia de nuestro
pueblo, la fe produjo obras extraordinarias en hombres ordinarios, y también
operó la fe en aquellos de los que habla los versículos 36 al 40 que dice que en
otros, guardar la fe resulto en vituperios, azotes, quebranto, soledad,
pobreza, y aun cuando alcanzaron buen testimonio no recibieron lo prometido,
pero corrieron legítimamente la carrera de la fe (2 Tim 2:5).
Desarrollo:
V1.
La Carrera
1 Por tanto, nosotros
también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube (personas) de testigos,
despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia (estorba), y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante.
El escritor de Hebreos hace
una alanogía de nuestra vida como una carrera deportiva, que era bien
conocida en el primer siglo, recordemos que los receptores de esta carta eran
judíos que se habían convertido al cristianismo y que estaban siendo
perseguidos, y comenzaron a estar dudosos de permanecer en la fe.
El autor de Hebreos ya nos
había dicho que nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de
los que tenemos fe para preservación del alma (10:39); es decir, usando esta nueva analogía; somos
de los que corremos la carrera de la fe.
Tan grande nube
de testigos. Esas personas son testigos
de cómo nosotros conducimos nuestras vidas, sino hace referencia a los testigos
(que dieron testimonio) del capítulo 11, quienes son un testimonio de fe y
perseverancia para nosotros.
Por tanto,
nosotros también. Al igual que los
destinatarios de la carta, y que los hombres y mujeres del Cap.11, nosotros debemos
caminar en fe, creyendo la promesa de Dios, a pesar de las dificultades
temporales.
Nos da ahora 3 (tres) instrucciones para correr la
carrera:
1. Despojarnos de todo peso. No habla de cosas que son pecado, pero que se vuelven un peso para
correr la carrera como los afanes de la vida, las frustraciones familiares o
laborales, y tonas las banalidades que
aveces cargamos y que nos detiene la carrera.
2. Despojarnos del pecado. El pecado; en cualqueira de sus manifestaciones, evitar que avancemos en
la carrera, nos detiene. Que
nos asedia. También puede ser traducido
como que nos estorba o que nos enreda
3. Correr con paciencia la carrera que tenemos por
delante. Correr la carrera con paciencia significa
hacerlo con determinación, con constancia; habla de aquel que no se aparta de
la fe aun ante las circunstancias más adversas y nos dice que esa carrera esta
por delante; es decir, aquel que la esta corriendo no voltea para atrás.
Aplicación práctica: Nosotros también, al igual que los
destinatarios de la carta, y que los hombres y mujeres del Cap. 11, debemos
correr la carrera de la fe a pesar de las dificultades temporales que se nos
presentan.
Vs 2-4.
El Entrenador / Nuestro Ejemplo
2 puestos los ojos (Fijemos la mirada) en Jesús, el autor (iniciador) y consumador (perfeccionador) de la fe, el cual por
el gozo puesto delante de él sufrió (soportó) la cruz,
menospreciando el oprobio (vergüenza), y se sentó a la diestra del trono
de Dios.
El autor de Hebreos tomó los
primeros 10 capítulos para mostrarnos las
credenciales de Jesús como Dios que Salva, el sumo sacerdote que intercede por
nosotros, y en los tiempos de Su carne, el ejemplo perfecto para enseñarnos a
correr la carrera de la fe.
En el capítulo 11 nos dio varios
ejemplos de lo que la fe produce y ahora nos invita a que pongamos nuestros ojos en ese Jesús, solo podremos correr esta carrera mientras veamos
a Jesús, y tengamos nuestra mirada fija en Él, quien es nuestro centro, nuestra
inspiración y nuestro ejemplo.
El cual por el
gozo puesto delante de él sufrió la cruz. No es que Jesús consideraba la cruz
como un gozo, pero Él podía ver más allá del horror de la cruz y del oprobio o vergüenza
por la que tuvo que pasar y disfrutar del gozo que produciría al Padre por el
pago de nuestras iniquidades, siendo inocente, combatió el
pecado hasta el final y todo por el gozo de glorificar al Padre, quien al final
lo hizo que se sentara a la
diestra del trono de Dios.
Aplicación práctica: La misma mentalidad de que Dios sea glorificado, permitiría a estos
judíos-cristianos y a nosotros mismos el poder mantenerse en la fe.
3 Considerad a (meditar en) aquel que sufrió tal
contradicción (oposición) de pecadores contra sí mismo, para
que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar (rendirse).
4 Porque aún no
habéis resistido hasta la sangre (muerte), combatiendo contra
el pecado;
Estos Judíos-Cristianos estaban
muy desanimados porque estaban empezando a padecer una persecución social y
económica pero no todavía hasta la sangre; es decir, todavía no estaban muriendo por su fe, por eso les anima,
recordándoles que están siguiendo los pasos de Jesús cuando estuvo en la
tierra. Saber que Jesús no nos pide más de lo que él mismo experimentó, y que
Él conoce exactamente por lo que estamos pasando; permite que nuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Vs 5-11. El Régimen
de Entrenamiento
5 y habéis ya
olvidado la exhortación (el consejo) que como a hijos se os dirige,
diciendo: Hijo mío, no menosprecies (no tomes a la ligera) la disciplina del
Señor, Ni desmayes (desanimes, entristezcas) cuando eres
reprendido (regañado) por él;
6 Porque el Señor al que ama, disciplina (corrige), Y azota (castiga) a todo el que recibe
por hijo.
Esta cita de Proverbios
3:11-12 y nos recuerda que la disciplina de Dios nunca debe ser tomada como una
señal de rechazo de parte de Dios, es
más bien una señal de amor y de que nos trata como Sus hijos.
Disciplina. No habla de golpes sino de entrenamiento, de la
educación de un padre a un hijo, de ordenanzas, de amonestación de palabra, que
ciertamente pude terminar corrección física y/o castigo.
Reprendido. Viene de convencer, de confrontar, de redargüir,
corregir de palabra o con castigo
Azota. Esta palabra
si significa, golpear o lastimar.
7 Si soportáis la
disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el
padre no disciplina?
8 Pero si se os deja
sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois
bastardos (no hijos legítimos), y no hijos.
Dios os trata
como a hijos. La corrección de Dios nunca
es para castigarnos, ni por su justicia para hacernos pagar por nuestros
pecados, ya que eso fue hecho una vez y para siempre en la cruz, Su corrección
es solamente motivada por Su amor para con Sus hijos.
9 Por otra parte,
tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos (respetábamos). ¿Por qué no
obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
Los venerábamos. La idea es mostrarnos que deberíamos ser más
sumisos y respetuosos con la corrección de nuestro Padre celestial; que con la
corrección de nuestros padres terrenales. Por lo tanto; nunca debemos
despreciar a Dios por Su disciplina, aunque no sea agradable. Cuando nos
resentimos y le reclamamos a Dios, es porque nos consideramos iguales a Dios,
en vez de vernos como Sus hijos.
10 Y aquéllos (nuestros padres en
la tierra), ciertamente por pocos días nos disciplinaban como
a ellos les parecía, pero éste (Dios) para lo que nos es provechoso (para nuestro bien), para que
participemos de su santidad.
Pero éste para
lo que nos es provechoso. Los padres humanos, incluso
con la mejor intención, sólo pueden disciplinar imperfectamente, porque carecen
del conocimiento perfecto, pero Dios que todo lo sabe; puede disciplinarnos
perfectamente, con mejores y más duraderos resultados que los que pueda lograr
incluso el mejor padre terrenal.
Aplicación
práctica: Entender que toda la
disciplina que viene de Dios busca hacernos mas santos.
11 Es verdad que
ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza (de pena, de dolor); pero después da
fruto apacible (de paz, agradable, tranquilo) de justicia a los
que en ella han sido ejercitados.
El autor de Hebreos quiere
que veamos más allá del proceso de la disciplina que no es causa de gozo, quiere
que veamos el resultado que es un fruto de paz, un resultado agradable de
justicia en aquellos que han sido ejecitados.
Ejercitados. En el antiguo lenguaje Griego, es una
palabra del mundo del atletismo; así como el atleta es ejercitado para su
competencia, así lo somos nosotros – como “Atletas espirituales” de Dios para
la carrera de la fe.
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