La Fe sin Obras en Muerta Santiago 2:14-26
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Objetivo: Entender que la fe debe mostrarse en la obediencia a la ley de la libertad.
Versículo a memorizar: “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto,
así también la fe sin obras está muerta.” Santiago 2:26
Introducción:
Santiago ha ido mencionado como es que se ve la verdadera fe diciendo “la religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta”:
1.- Visita a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo (1:27)
2.- No hace acepción de personas (2:1)
3.- Se demuestra en obras (2:17)
4.- Refrena la lengua (3:2)
5.- No hace amistad con el mundo (4:4)
Etc, en este pasaje se enfocará a como la fe se muestra, como la fe actúa y eso nos va perfeccionado (madurando).
Desarrollo:
14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará (sirve) si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la (esa) fe salvarle?
Hermanos míos. Santiago sigue haciendo exhortaciones, pero con amor, no poniéndose sobre ellos, sino como un igual, como un hermano.
¿De qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? Es una pregunta retórica, y la respuesta es “que no aprovecha de nada”, lo primero que observamos es que la fe debe de ser provechosa, debe de servir, no solo al que la tiene, sino a los que están alrededor de él/ella.
¿Podrá la fe salvarle? Una segunda pregunta retórica, en el sentido de que si esa fe que dice la persona tener, pero que no se demuestra con sus hechos, ¿será verdadera? Si una persona dice que tiene fe, pero no se demuestra, existe una muy grande posibilidad de que no sea una fe verdadera, por lo cual, la persona no es salva.
Por lo tanto, Santiago no esta hablando de que, si somos salvos por fe, que eso es claro en la Escritura como en Efesios 2:8-9 8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe, sino que esta poniendo en duda si la fe que alguno dice tener, fe que no se ve en sus hechos, le alcanza para salvarse, y la respuesta a esa pregunta retórica es un rotundo “no”.
15 Y si un hermano o una hermana están desnudos (sin que vestirse), y tienen necesidad del mantenimiento (alimento) de cada día,
Santiago ahora pone una ilustración de esa fe sin obras y no usa a algún extraño o desconocido, sino a un hermano o hermana en evidente necesidad, una persona que no tiene con que vestirse, o con que abrigarse, ni tampoco tiene que comer; es decir, esta en una situación muy desesperada.
16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz (que te vaya bien), calentaos (abrígate) y saciaos (come), pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha (sirve)?
La respuesta de esa persona que dice tener fe, pero que no acompaña esa fe con amor a una necesidad muy evidente de un hermano es la de decirle solo palabras de aliento, pero no de hacer nada al respecto de esa necesidad.
¿De qué aprovecha? Una vez más, una pregunta retórica, la respuesta es “de nada aprovecha”.
La verdadera fe de una persona es provechosa para él/ella y para los que le rodean, que no fue el caso del ejemplo que puso Santiago, donde la supuesta fe que la persona decía tener no se mostro a la hora de ver una necesidad de un hermano, por lo que podemos concluir que no es una fe genuina.
17 Así también la fe (por si sola), si no tiene obras (no se demuestra), es muerta en sí misma.
Santiago mismo concluye que esa fe que no se demuestra con obras, esta muerta en sí misma; es decir, que nunca tuvo vida, no es que era una fe viva y luego murió, sino que nunca tuvo una fe viva, nunca fue una fe genuina.
La fe se manifiesta en amor a Dios y en amor al prójimo, en otras palabras, las obras dan testimonio de nuestra fe en Dios.
18 Pero (sin embargo) alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
Santiago ahora usa otro supuesto, uno de dos personas, una que afirma que tiene fe pero no tiene obras, y otra que insiste que tiene obras pero carece de fe, ambos están separa la fe de las obras, y ese precisamente es el tema de Santiago que la fe actúa juntamente con las obras (como lo enfatizará en el v. 22)
La persona con fe sin obras. Santiago ya estableció que la verdadera fe no puede existir separada de las obras.
La persona con obras si fe. Su argumento es que hacer buenas obras es más importante que creer en una determinada doctrina, para eso, Santiago establecerá con el ejemplo de Abraham y Rahab que mostrará que las obras aceptables ante los ojos de Dios no pueden ser hechas sin la verdadera fe, ya que, de ser así, esas son obras humanas, “obras de caridad”, pero no las obras que Dios ha preparado como dice Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
19 Tú crees que Dios es uno; bien haces (¡Muy bien!). También los demonios creen, y tiemblan (de miedo).
Santiago se enfoca en los que dicen que creen, que tienen fe, pero no esa fe no se demuestra por sus obras, y les dice se comparan con los demonios, que también creen, pero sus obras son solo hechos de maldad, en conclusión, ningún ángel caído puede reclamar para sí la salvación en base a creer en Dios.
El solo creer intelectualmente a la verdad de las Escrituras, sin demostrar adhesión a Dios, no es una verdadera.
Los demonios que aún confesaron el nombre de Cristo durante el ministerio de Jesús (Mr. 1:24), y que conocen Hijo de Dios, y que ese conocimiento les hace temblar, eso no podía salvarlos, solo tienen conocimiento, pero no tienen obras de fe u obras de amor que vienen siempre en conjunto con la verdadera fe.
Vs. 20-24. La fe de Abraham
20 ¿Mas quieres saber (convencerte), hombre vano (tonto), que la fe sin obras es muerta (inútil)?
En la parte final de su consideración de la fe y de las obras, Santiago va a las Escrituras para demostrar que desde el punto de vista histórico la fe y las obras son las dos caras de una misma moneda, que van en conjunto, aquí es como si les dijera, ¿Quieren evidencia Bíblica? y se las va a dar.
21 ¿No fue justificado (declarado justo) por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
Todos reconocían a Abraham como el padre de la fe, es precisamente al que tomará Santiago como ejemplo.
Abraham fue considerado justo ante los ojos de Dios porque confió en Él (Gn 15:6) y esa fe se mostro hasta el punto de sacrificar a Isaac, el hijo de la promesa, como Dios se lo había pedido (Gn. 22:2, 9).
22 ¿No ves que la fe (confianza en Dios) actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó (demostró) por las obras?
La fe de Abraham se pudo “ver”, ¿Cómo?, cuando esa fe actuó juntamente con sus obras, y esa fe llegó a su perfección (a estar completa o madura) cuando se tuvo que mostrar y Abraham así lo hizo.
23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.
Aunque la declaración de justificación de Dios a Abraham se dio en Gn 15 y el sacrificio de Isaac se da en Gn 22, el argumento de Santiago es que si bien, la fe y las obras no están siempre juntas, siempre habrá una evidencia en hechos de la verdadera fe en Dios.
Fue llamado amigo de Dios. Esto es, compañero de Dios, y las referencias las encontramos en 2 Crónicas 20:7, así como en Isaías 41:8.
24 Vosotros veis (como pueden ver), pues, que el hombre es justificado (declarado justo) por las obras, y no solamente por la fe.
Santiago concluye diciendo “ya ven”, como Abraham, actuó en base a su fe y que esa verdadera fe no se quedó sin evidencia, de la misma manera para todos los hombres, la fe que es genuina siempre se mostrará con hechos de fe.
Vs. 25-26. La fe Rahab la ramera
25 Asimismo (de igual manera) también Rahab la ramera (prostituta), ¿no fue justificada (declarada justa) por obras, cuando recibió (hospedó) a los mensajeros (espías) y los envió por otro camino?
Ahora Santiago pone otro ejemplo Bíblico, pero se va de un extremo a otro, de Abraham, el padre de la fe a Rahab, que no era hebrea, era una gentil que vivía en Jericó y que por oficio se dedicaba a la prostitución, pero que mostró hospitalidad a los espías hebreos, los escondió en su techo cuando ellos peligraban, y los envió por de regreso por otro camino, todo eso como muestra de la fe que tenía en el Dios de Israel como dice Josué 2:9-10 9Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. 10Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido.
En cuando a la fe que actúa, Rahab ocupar el mismo lugar junto a Abraham, ya que ambos mostraron su fe por medio de sus obras de fe.
26 Porque (en resumen) como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Santiago concluye su punto en forma de resumen señalando que la fe por si sola está muerta, del mismo modo en que el cuerpo sin el espíritu está muerto, en otras palabras, la fe que está viva se expresa en obras hechas en obediencia a la Palabra de Dios.
Aplicación Práctica: La verdadera fe es provechosa para los que están a nuestro alrededor, es una fe que se muestra por medio de nuestra vida, no es una fe estática, sino una fe que actúa y se va perfeccionado.
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