Gracia para el Alma Adúltera Santiago 4:1-10
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Objetivo: Humillarnos delante del Señor, a fin de que Su Gracia purifique nuestra alma.
Versículo a memorizar: “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.” Santiago
4:10
Introducción:
Santiago ha ido mencionado como se muestra la verdadera fe cuando es probada:
1.- La Prueba de la Adversidad:
Cuando la adversidad es externa, la verdadera fe se muestra enfrentándolas con sumo gozo, ya que sabemos que ella producirá en forma inmediata paciencia y en mediano plazo que seamos perfectos y cabales, es decir maduros e íntegros (Stgo 1:2-4), y cuando la adversidad es interna; es decir, por medio de nuestras propias tentaciones, la verdadera fe de demuestra por medio de soportarlas o resistirlas (Stgo 1:12).
2.- La Prueba del Amor al Prójimo:
Cuando existe una necesidad, la verdadera fe se muestra mostrando amor al prójimo, participando activamente en cubrir esas necesidades como en el visitar a las viudas y los huérfanos mientras nos guardamos sin mancha del mundo (Stgo 1:27), no haciendo acepción de personas en la Iglesia; es decir, no teniendo favoritismos por su apariencia (Stgo 2:1-4), supliendo para las necesidades de vestido y comida de los hermanos en necesidad (Stgo 2:15-16), etc. Recordando que la verdadera fe siempre tiene una evidencia en las obras, como la fe de Abraham que actuó su fe al sacrificar a Isaac, quien era el hijo de la promesa (Stgo 2:21) o la fe de Rahab que se mostró al recibir a los mensajeros hebreos y mandarlos de regreso por otro camino (Stgo 2:25).
3.- La Prueba de la Lengua:
Cuando sabemos que la lengua es un órgano indomable (Stgo 3:8), la verdadera fe se muestra por medio de una conducta de obras en sabia mansedumbre (Stgo 3:13) y aplicando la sabiduría que viene de lo alto (Stgo 3:17) para poder llevar a cabo nuestra función de sembrar en paz el fruto de justicia (Stgo 3:18) que es el evangelio de la salvación que hay en Jesucristo.
4.- La prueba de la amistad con el mundo:
Ahora Santiago tomará la relación que tenemos con el sistema de valores de este mundo como una prueba de la fe genuina.
Desarrollo:
El Alma Adultera (vs 1-4)
1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos (conflictos) entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones (malos deseos), las cuales combaten (luchan) en vuestros miembros?
Esta pregunta que hace Santiago viene como resultado de lo que comento en los versículos anteriores, la sabiduría que no desciende de lo alto, es terrenal, animal, diabólica y esa produce celos y contención, y da como resultado perturbación y toda obra perversa (Stgo 3:15-16), a lo que Santiago pregunta cual es el origen de esos conflictos que había entre los miembros de la Iglesia, y no parece referirse a un problema en ocasional, sino que parece ser algo recurrente y generalizado en la Iglesia. El mismo provee la respuesta haciendo una pregunta retórica, el origen de esos problemas entre hermanos de la fe, vienen de dentro de cada uno de ellos, de sus propias pasiones.
Pasiones. Viene de la palabra en griego <jandáno> que significa deleite sensual, malos deseos; en otras palabras, el hombre escoge placeres terrenales que van contra la voluntad manifiesta de Dios en Su Palabra.
2 Codiciáis (desear algo), y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar (obtener); combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
Cuando Dios ya no gobierna la vida del hombre, el placer toma el control, y se manifiestan las codicias, que es el deseo de tener algo material que otra persona tiene, se manifiesta la ira producto de la envidia al grado de querer incluso matar a la persona, Jesús mismo equiparó el homicidio con la ira (Mt 5:21-22). La codicia y la envidia hacen que la persona tenga una vida de conflictos y las peleas todo el tiempo.
Pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Santiago implica que sus lectores no estaban orando, no estaban pidiendo a Dios en oración, y por eso no tenían lo que deseaban.
3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal , para gastar (satisfacerse) en vuestros deleites (placeres, pasiones).
Y aun cuando oraban, la respuesta a sus oraciones era un “No” de parte de Dios, y la causa de esa negativa a las peticiones no era culpa de Dios, sino de los hombres que estaban metiendo en sus oraciones, peticiones para satisfacer sus propias pasiones, peticiones para satisfacer deseos egoístas, con una mala intención o con un propósito equivocado.
Cuando Jesús dijo en Juan 14:13-14 13Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. Implicaba que, si usábamos Su nombre en oración, nos era necesario pedir de acuerdo a Su voluntad también, y esa voluntad la tenemos expresada en Su Palabra y el propósito de la oración y de la concesión de parte de Dios a esa petición, es que el Padre sea glorificado en el Hijo.
4 !!Oh almas adúlteras (infieles)! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Santiago usa un lenguaje figurativo, ya que el contexto no habla de un tema de la moral, sino en el sentido de infidelidad espiritual, como diciendo que debiendo ser fieles a Dios en conducta y debiendo pedir de acuerdo a lo que Dios expresa en Su Palabra, se comportaban como infieles, alejándose de Dios y dejándose llevar por sus propios deseos.
Santiago coloca una afirmación en forma de pregunta, esperando que sus lectores respondan lo mismo que el responde, que los valores de Dios y el sistema de valores de este mundo son contrarios, por lo que no se puede tener una relación con ambos, de allí la idea del adulterio espiritual, de la misma manera que una mujer no puede tener una relación con un hombre diferente a su esposo, de la misma manera los hijos de Dios no podemos relacionarnos con el mundo, de lo contrario nos constituiríamos enemigos de Dios.
Hemos sido puestos en el mundo, pero no para aliarnos con él como Jesús nos modeló y lo dijo en Juan 17:16-18 16No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.17Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
La Mayor Gracia (vs 5-6)
5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela (ama) celosamente?
Santiago quiere probar con las Escrituras lo que acaba de afirmar probablemente cita Deuteronomio 6:15a porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está. El celo de Dios no es un celo humano, es un celo santo, que quiere que solo estemos con Él, pero además es porque eso también nos conviene a nosotros mismos.
6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste (se opone) a los soberbios (orgullosos), y da gracia a los humildes.
Pero él da mayor gracia. Esta frase de que Dios da mayor gracia, es un completo contraste a la descripción que Santiago hizo del hombre que codicia, que tiene envidia, que no pide en oración y cuando pide, pide para sus vanidades, como diciéndonos que toda esa maldad del hombre es superada por la gracia de Dios que es mayor que cualquier corazón malvado del ser humano.
Esa “Mayor Gracia” la vemos reflejada cuando Dios dio a Su Hijo en la cruz para rescatarnos de nuestros delitos y pecados, todos hemos recibido de Su gracia como lo menciona Juan 1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
Santiago continúa citando escritura del Antiguo testamento para ratificar que Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes, probablemente hace referencia a Proverbios 3:34 Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia.
Mientras las personas orgullosas (soberbias) no reconocen que necesitan de Dios, las humildes por el contrario son aquellas que aceptan lo que Dios dice, que son pecadores y que necesitan de la gracia de Dios para poder reconciliarse con el, por eso es que Dios resiste a uno y da gracia al otro.
La Humillación (vs 7-10)
Es claro que somos de los que queremos recibir la gracia de Dios, y como esa gracia, Dios se la da a los humildes, la pregunta sería ¿y que es o que debo hacer para ser humilde? Santiago no deja esa pregunta a la discreción de cada quien, ya que para unas personas ser humilde es una cosa y para otras personas puede ser otra cosa, mas bien nos detalla un camino de humillación en los siguientes versículos, de una forma breve pero muy específica:
7 Someteos (obedezcan), pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
El sometimiento a Dios, es ponerse bajo Su autoridad, dejar de ser orgullosos creyendo que nosotros podemos llevar nuestra vida y tomar nuestras decisiones sin tomar en cuenta a Dios y a lo que ha dicho en Su Palabra, es obedecer la voluntad de Dios expresada en la Biblia, cuando oramos “hágase tu voluntad”, estamos dejando de ser orgullosos y nos estamos sometiendo voluntariamente a lo que Dios decida con respecto a eso que estamos orando.
El sometimiento a Dios, también nos ayuda a resistir las tentaciones que el diablo promueve, así que, con el sometimiento a Dios ganamos doblemente, e incluso el diablo se alejará de nosotros
8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo (inconstantes), purificad vuestros corazones.
El acercamiento a Dios intencionalmente en nuestro devocional diario, asistiendo a la Iglesia, a los estudios Bíblicos, etc es una forma de mostrar un corazón humilde, y lo mejor es que Dios mismo se acercará a nosotros, nos rodeará con Su cuidado y de Su gracia,
Santiago califica a sus lectores de “pecadores” y “de doble ánimo”; es decir, de inconstantes en las cosas espirituales y ciertamente es una realidad en nuestras vidas, por eso es que necesitamos de la gracia de Dios, pero nos es necesario aun viviendo en la gracia, limpiar las manos, que es una forma que se usaba en el Antiguo Testamento para hablar de una purificación espiritual y de purificar los corazones, y la única forma de obtener eso es pasando tiempo de comunión con dios en Oración y en Su Palabra.
9 Afligíos (entristézcanse), y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
El arrepentimiento hacia Dios es indispensable en la humillación, por eso Santiago habla de Afligirse, lamentarse de llorar y de tristeza, todo eso es lo que el pecado produce en los hijos de Dios, pero en Cristo siempre hay perdón de pecados como dice 1 Juan 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
Santiago no está diciendo que un cristiano debe andar asi todo el tiempo, ya que cuando ha confesado su pecado y este ha sido perdonado en la Cruz, la persona estará contenta y agradecida a Dios.
10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará (enaltecerá).
Santiago cierra esta idea regresando al tema de la humillación y haciendo referencia una vez mas a la Escritura, probablemente de Ezequiel 21:26 así ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona; esto no será más así; sea exaltado lo bajo, y humillado lo alto, esta misma idea de la necesidad que tenemos de ser humillados delante de Dios y que como consecuencia Dios nos levantará (exaltará) también la confirma el Nuevo Testamento en 1 Pedro 5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.
Aplicación Práctica: Humillarnos delante del Señor, a fin de que Su Gracia purifique nuestra alma.
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