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Objetivo: Fortalecer nuestro enfoque eterno, disfrutando nuestra bienaventuranza presente.
Versículo a memorizar:
Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Lucas 10:22
Introducción:
Jesús designó a 70 (setenta) de sus discípulos, y los envió de dos en dos a toda ciudad donde Él iría, para que le prepararan el camino, sanando a las personas y anunciando el evangelio, y les dio instrucciones muy precisas para depender de la provisión de Dios en cuanto a su seguridad y su sustento, por eso les dijo que fueran sin dinero, sin provisiones y sin repuesto de sandalias, además de pedirles que fueran enfocados en la misión, por lo cual, no deberían perder tiempo en saludar a nadie en el camino.
También les mencionó que habría ciudades o poblados donde no los recibirían, y que esas ciudades tendrían un juicio al final de los tiempos; pero, aun así, deberían de salir de aquella ciudad mostrando misericordia y recordándoles que “el reino de Dios se había acercado”. Ahora Lucas nos relata lo que sucedió cuando esos 70 (setenta) regresaron.
Desarrollo:
Vs. 17-20. El regocijo eterno
17 Volvieron los setenta con gozo (contentos), diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan (nos obedecen) en tu nombre.
Volvieron los setenta con gozo. No se nos dice cuanto tiempo duró la misión, pero sin duda no fue muy larga ya que la Cruz se encuentra a 2-3 semanas de suceder. Y a pesar de que los había enviado como “corderos en medio de lobos” (Lc. 10:3), regresaron los 70 (setenta), por lo que es evidente que la promesa de protección de los discípulos fue cumplida. Además, regresaron con gozo, eso quiere decir que la misión había sido un éxito.
Diciendo: Señor. No usan el termino de maestro, sino de Señor, la palabra en griego es Strong 2962 <kúrios> que significa el de suprema autoridad, soberano, ungido, dueño, Dios; era el termino griego para traducir el nombre de Jehová del hebreo del Antiguo testamento. Sin embargo, no podemos determinar que esos discípulos reconocían la deidad de Jesús, pero con ese título si queda claro que no lo consideraban como un simple hombre, por lo menos lo reconocían como el Mesías esperado.
Aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Es altamente probable que al llevar el mensaje hayan sido despreciados o rechazado en algunos lugares, como Jesús les advirtió que podía pasar (Lc. 10:10-11), sin embargo, la alegría que mostraban era, al parecer, porque habían podido predicar el evangelio en muchos lugares y habían sido bien recibidos, quizá hicieron también muchas sanidades como Jesús se los pidió (Lc. 10:9), pero sobre todo, venían admirados de que habían usado el nombre de Jesús, y eso había sido suficiente para que los obedecieron a liberar a las personas que habían endemoniado, y reconocían que no eran ellos, sino la autoridad del nombre de Jesús el que lo había hecho.
18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Entre la predicación del evangelio, la sanidad de enfermos y la liberación de demonios que hicieron los discípulos en la misión que Jesús les había encargado, Les cuenta que vio a Satanás caer del cielo como un rayo, al parecer durante la misión de los 70 (setenta), como evidencia de la derrota súbita o repentina de Satanás ante Jesús y sus enviados; y la clara victoria del evangelio sobre le reino diabólico, esto quizá como un anticipo ya que es en la Cruz que esa victoria sería finalizada.
19 He aquí os doy potestad (poder) de hollar (pisotear) serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones. Jesús ya les había dado autoridad para sanar enfermos y predicar el evangelio (Lc. 10:9), invocaron el poder del nombre de Jesús y los demonios les obedecieron (Lc. 10:17), y ahora les da un poder todavía mayor, un poder contra el mal, les da la autoridad para pisotear a serpientes y escorpiones. Jesús usa a estos animales que se caracterizan por tener un veneno mortal, como figura de demonios y/o espíritus malignos, los cuales serían aplastados por esta autoridad dada a los discípulos.
Y sobre toda fuerza del enemigo. Esa autoridad estaría sobre ellos para usarla en general sobre cualquier fuerza del enemigo.
Y nada os dañará. Esta promesa no significa que los discípulos no tendrían adversidades o incluso que murieran al llevar a cabo su ministerio, pero sería por la voluntad de Dios y no por ninguna fuerza de maldad contra ellos, de la misma manera, por ejemplo que cuando Pablo fue mordido por una víbora, los nativos del lugar pensaron que se moriría, pero Pablo “ningún daño padeció” (Hech. 28:5)
20 Pero (no obstante) no os regocijéis (alegren) de que los espíritus se os sujetan (los obedecen), sino regocijaos (alégrense) de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
Jesús les da una amorosa advertencia, que, no obstante que estaban contentos por el resultado de la misión, les dice que su gozo futuro no debe estar basado a los resultados que obtengan, ya que hay un gozo mayor a ese, y es que sus nombres están inscritos en los cielos; es decir, que sus nombres están inscritos en el libro de la vida (Ef. 4:3, Ap. 20:15), donde se inscriben de forma permanente a todos los que creen y rinden su vida a Jesucristo como dice Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, y ese gozo no viene de algo que ellos hayan hecho, sino de algo que Dios hizo por ellos desde antes de la fundación del mundo como dice Efesios 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.
Aplicación Práctica. No debemos gozarnos por lo que hacemos o le servimos a Dios, sino que el verdadero gozo permanente es debido a lo que Él hizo por nosotros.
Vs. 21-24. La bienaventuranza presente
21 En aquella misma hora (En ese mismo momento) Jesús se regocijó (lleno de alegría) en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos (instruidos), y las has revelado (mostrado) a los niños (sencillos). Sí, Padre, porque así te agradó (lo has querido).
En aquella misma hora. En aquel mismo momento que regresaron los regocijados 70 (setenta) enviados y que Jesús les enseño que el verdadero gozo debería de venir de lo que Dios hizo por ellos.
Jesús se regocijó en el Espíritu. Jesús se llenó de alegría en el Espíritu, y eso produjo una expresión de agradecimiento, como cuando Jesús dio gracias al Padre por haberle oído en la resurrección de Lázaro y alzando los ojos al cielo dijo “Padre, gracias te doy por haberme oído” (Jn. 11:41)
Y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra. La oración de Jesús comienza con una expresión de alabanza y un reconocimiento a la soberanía de Dios como el poseedor y el gobernante supremo de todo lo creado, tanto en el cielo como en la tierra.
Porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. La oración de agradecimiento de Jesús al Padre era porque la obra de salvación que le había encomendado, estaba siendo ocultada del entendimiento netamente humano, por muy sabio e instruido que estuviera, sin la revelación de Dios, los sabios y expertos conforme al conocimiento de este mundo nunca podrán entender el plan de salvación que hay en Cristo Jesús, lo considerarán una locura como dice 1 Corintios 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir (entender) espiritualmente, y ese entendimiento o revelación espiritual, Dios se la dio por gracia a los que son sencillos como los niños, y aceptan la salvación como un regalo del Padre, que les permite poner su confianza en Jesús como dice 1 Corintios 1:21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Sí, Padre, porque así te agradó. El deseo de Dios que muestra su buena voluntad siempre fue así, que el entendimiento del plan de salvación no estuviera basado a la capacidad humana, sino al poder de Dios como dice 1 Corintios 1:18-25 18Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 19Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 20¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 25Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
22 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar (dar a conocer).
Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre. No solo la creación fue hecha por Jesús como dice Juan 1:3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho, sino que Dios se las entregó por amor como dice Juan 3:35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano, dándole toda potestad sobre la creación como dice Mateo 28:18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, incluyendo el juicio al final de los tiempos como dice Juan 5:22-23 22Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
Y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo. La única forma de conocer a Dios Padre es por medio del Hijo, ya que es solo por Cristo que podemos conocer al Padre, en Jesús se hace visible el Invisible, como dice Juan 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer, lo que Jesús mismo declaró también en Juan 14:6-7 6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar . Ahora bien, ese conocimiento no es del intelecto humano, viene al hombre solo por revelación de Jesús y de conocer a Dios como Salvador y a Jesús como el que ejecutó ese plan de salvación es que viene la vida eterna como dice Juan 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
23 Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados (Dichosos) los ojos que ven lo que vosotros veis (están viendo);
Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte. Las siguientes palabras de Jesús no eran para todos, solo para sus discípulos, casi con seguridad habla de los 70 (setenta) que recién regresaron de la misión que los había enviado, más los 12 (doce) que estaban permanentemente con Él.
Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis. Les dice que ellos eran dichosos, y que esa bendición provenía de haber visto lo que otros no pudieron ver.
24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron. Estos discípulos vieron a Jesús, el Mesías esperado por los reyes como David y anunciado por los profetas del antiguo testamento como Isaías, quienes eran cercanos a Dios, anhelando que llegara el Mesías en su tiempo y no lo vieron. Los discípulos ahora tenían frente a ellos a Dios encarnado, no eran mejores que los reyes o los profetas, simplemente eran bendecidos por estar en el tiempo donde Jesús caminó en esta tierra como dice Juan 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Pero la bendición era doble, no solo lo vieron, sino que pudieron oír sus enseñanzas, los reyes y los profetas trataban de comprender el plan de salvación de Dios para los hombres, pero estos discípulos escucharon el plan de salvación directamente del ejecutor de ese plan, de Jesús; además de todas sus enseñanzas.
Aplicación Práctica: Fortalecer nuestro enfoque eterno, disfrutando nuestra bienaventuranza presente.