Thursday, December 28, 2023

Lucas 16:19-31 La única opción

 

La única opción

Lucas 16:19-31

 

Objetivo: Una vez más ser exhortados a tiempo a escuchar con atención y de manera personal la Palabra de Dios.

 

Introducción: Los fariseos, que eran avaros, se burlaron de Jesús cuando le escucharon enseñar a sus discípulos la parábola del mayordomo infiel, que les enseñaba que debían invertir las riquezas temporales de este mundo en el reino eterno, por lo que Jesús se dirigió a ellos y les dijo que vivián una vida de apariencias, tratando de quedar bien con la gente que los admiraba, pero delante de Dios que conocía sus corazones, lo que hacían era abominable, por lo que les dirigió esta parábola de Lázaro y el rico, ellos de identificarían rápidamente con el rico ya que eran avaros (Lc. 16:14) y que pensaban que la abundancia de bienes era una evidencia de ser “bendecidos” por Dios y que el hecho de ser hijos biológicos de Abraham, les garantizaba el acceso al cielo.

 

Desarrollo:

19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura (elegante) y de lino fino (ropa fina), y hacía cada día banquete con esplendidez (comidas muy caras).

Esta parábola es la única donde usa un nombre propio, el de Lázaro, lo que ha llevado a pensar a algunos comentaristas que podría no ser una parábola, sino el relato de una historia real.

 

Jesús presenta al primer personaje, un hombre rico, del que no menciona su nombre, pero su nueva condición social la mostraba de tres maneras, primero por sus ropas exteriores, el color púrpura en las vestimentas de lana de esa época se producía por un molusco (caracol) llamado múrice, lo que hacía que fuera muy caro y por consiguiente solo lo podían pagar los reyes y gente de la nobleza. Y segundo sus ropas interiores, que estaban tejidas de lino fino, que generaba una textura muy agradable y que era originaria de Egipto, por lo que lo hacía también muy caro.

 

La tercera forma de mostrar su riqueza era hacer fiestas con abundancia de comida, fiestas que no eran en forma esporádica, sino en forma diaria, lo que muestra que este hombre vivía para satisfacerse, vistiendo lujosamente y ocupándose de la diversión diaria.

 

20 Había también un mendigo (hombre muy pobre) llamado Lázaro, que estaba echado (tirado) a la puerta de aquel, lleno de llagas,

21 y ansiaba saciarse (quería llenarse) de las migajas (sobras) que caían de la mesa del rico; y aun (hasta) los perros venían y le lamían las llagas.

Jesús presenta al segundo personaje y le pone nombre, Lázaro, que es nombre hebreo derivado de Eleazar que significa ayudado por Dios o Dios es mi ayuda. El contraste con el rico es muy evidente, este hombre pobre se encuentra tirado en el suelo a la puerta de la casa del rico y lleno de llagas o ulceras que le llenaban el cuerpo, lo que hacía que su aspecto fuera muy desagradable, se encuentra desesperadamente hambriento, deseando por lo menos comer las migajas de pan que los ricos usaban para limpiarse las manos cuando comían, migajas que usualmente tiraban a las calles y eran comidas por los perros, que aprovechaban para lamer las heridas del mendigo lo que quizá le causaba un poco de alivio.

 

22 Aconteció que murió el mendigo (hombre muy pobre), y fue llevado por los ángeles al seno (lado) de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.

Los fariseos a los que Jesús les habla, pensaban que las riquezas eran resultado de la bendición de Dios, mientras que la pobreza era todo lo contrario, Jesús en seguida les enseñará cuando ambos personajes dejan esta vida, que eso estaba fuera de la realidad, ciertamente uno murió enfermo y el otro disfrutando de los placeres de esta vida, pero ambos murieron, en eso no hubo distinción, la diferencia comienza a notarse cuando del rico solo se menciona que fue sepultado, seguramente su entierro fue con mucho glamour, muy ostentoso, pero en el terreno humano, todas sus riquezas se quedaron en este mundo, mientras que Lázaro, cuya sepultura quizá fue muy simple, fue llevado por ángeles al seno de Abraham en el terreno espiritual.

 

El seno de Abraham es una figura lingüística para referirse al cielo en donde los creyentes en Cristo están con Dios después de la muerte física. Lázaro se encontraba ahora disfrutando de ese lugar en forma permanente, lo que para él el cambio fue glorioso.

 

 

 

23 Y en el Hades (lugar de los muertos, infierno) alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno (junto a él).

Ni Lázaro ni el rico estuvieron en un lugar intermedio, sino que ambos al morir fueron enviados a su lugar de destino eterno como también dice Hebreos 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, Lázaro en el cielo y el rico en el Hades, que sería el lugar de los muertos sin salvación, conocido también como el infierno, que es descrito como un lugar de miseria, de continuo tormento y sin la posibilidad de arrepentimiento.

 

La Escritura nos muestra que el acceso al cielo es por fe, no fue por el hecho de ser pobre, ni el rico al infierno por ser rico, de hecho, Abraham también fue muy rico y estaba en el cielo, ya que le creyó a Dios en fe como dice Génesis 15:6 Y creyó (Abram) a Jehová, y le fue contado por justicia.

 

Los fariseos consideraban que solo por el hecho de ser judíos o descendientes de Abraham, estaban destinados para ir al cielo, el relato de Jesús los ha de haber sorprendido mucho, cuando dice que el hombre rico estaba en el hades y que desde ese lugar de tormento levantó sus ojos y no solo vio a Abraham y a Lázaro junto a él, sino que los pudo reconocer aun dejando la temporalidad de esta vida, de la misma manera que Pedro, Juan y Jacobo reconocieron a Moisés y a Elías en el monte de la transfiguración (Lc. 9:33).

 

24 Entonces él, dando voces (gritó), dijo: Padre Abraham, ten misericordia (compasión, lástima) de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado (sufriendo mucho) en esta llama (fuego).

El rico era judío, ya que llama a Abraham como padre (ancestro), a quien le pide que se compadezca de su situación de tormento, ese mismo rico que nunca mostró misericordia por el mendigo que estaba fuera de su casa, ahora le ruega por misericordia a Abraham y le pide que envié a Lázaro para que con una gota de agua en su dedo, mitigue el sufrimiento en el que se encuentra en medio de esa llama permanente para aquellos que no se reconciliaron con Dios como dice 2 Tesalonicenses 1:8-9 8en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.

 

En el relato podemos ver que el rico de alguna manera entiende la razón por la que se encuentra allí, ya que no le pide a Dios misericordia, no a Abraham que le ayude a salir de allí, solo que le mitigue su paladar sediento.

 

25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes (te iba muy bien) en tu vida, y Lázaro también males (le iba muy bien); pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado (sufres).

Abraham le contestó de inmediato, si lo reconoció como hijo (descendiente), para confirmarle a los oyentes que el solo hecho de ser judíos no los pondría en el seno de Abraham, ya que solo se salvan los que son hijos de Abraham por la fe como dice Gálatas 3:7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham, a quienes están destinada la promesa y los pactos, mostrando que el hecho de ser rico (bendecido por Dios como ellos creían) y descendiente biológico de Abraham no sería suficiente para estar en el cielo.

 

Abraham le recuerda que contraste de la vida de ambos en la tierra, el rico había recibido muchos bienes y había disfrutado grandemente, mientras que Lázaro en esa vida terrenal recibía males; es decir, una vida llena de penalidades para hacer, el punto es que esas posesiones del rico eran intransferibles para la vida eterna, todo su dinero que tuvo en la tierra no podía usarlo ahora para tener un poco de agua, y de la misma manera los males de Lázaro tampoco se transfirieron a la vida eterna, ya que ahora tenía consuelo.

 

26 Además de todo esto, una gran sima (abismo) está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.

Además de que las posesiones o males terrenales eran intransferibles, la situación eterna de ambos era irreversible, un abismo infranqueable separaba a los justificados de los perdidos, lo que contradice la enseñanza no bíblica de un lugar temporal (purgatorio) donde después de un tiempo se puede salir y llegar al cielo, ya que la condenación no es temporal sino eterna.

 

27 Entonces le dijo: Te ruego (suplico), pues, padre, que le envíes (mandes a Lázaro) a la casa de mi padre,

28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique (advierta), a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento (sufrimiento).

El rico entendía que su situación no cambiaría ahora que estaba en la eternidad, y comprendió que era en la vida terrenal donde se tomaban las decisiones que tendrían trascendencia eterna, por lo que le hace un ruego mas a Abraham, que envíe a Lázaro a su casa paterna donde tiene cinco hermanos, ya que, en su afecto fraternal, no quiere que ellos vayan a aquel lugar de tormento.

 

Su petición es que Lázaro regrese al mundo de los vivos y les dé testimonio de cómo es la vida eterna con Dios y sin Dios, para que en vida puedan ellos arrepentirse. Sin duda esos cinco hermanos vivían una vida semejante a la que el rico tenía, por lo que sus destinos serían igual al de él.

 

29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos (háganle caso).

Abraham le contesta de una forma muy concreta, que a los que deben de hacerle caso es a Moisés y a los profetas; en otras Palabras, que la Escritura (Antiguo Testamento) a la que ellos tenían acceso, traza claramente el plan de salvación por fe, que vendría por medio del Mesías (enviado) de Dios, el cual era Cristo Jesús.

 

30 Él entonces dijo: No (no les harán caso), padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán (volverán a Dios).

El rico se opone a la respuesta de Abraham, como diciéndole que está equivocado, que su idea es mejor, que, si manda a Lázaro a alguien que se levantara d entre los muertos, sus hermanos temerían tanto que los llevaría a creer la verdad de cómo es la vida después de la muerte. Con esta respuesta sigue mostrando que nunca creyó en la Palabra de Dios, ni lo hace ahora que está en el Hades, piensa que una manifestación sobrenatural tendría más efecto que la Palabra de Dios en la vida de ellos.

 

31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán (convencerán) aunque alguno se levantare de los muertos.

Jesús pone en el relato unas palabras de Abraham que son muy contundentes, que solo la Palabra de Dios puede producir arrepentimiento como dice Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios, ni un mensaje motivador, ni eventos sobrenaturales que impacten a la gente, ni ningún tipo de experiencia espiritual como oír voces o tener sueños pueden producir que la gente conozca la verdad que Dios reveló en Su Palabra, la cual es la única opción para conocer el plan de salvación Dios que es en Jesucristo y proceder al arrepentimiento para ser salvos.

 

El ejemplo más claro de eso es que esos líderes religiosos supieron de la resurrección de otro Lázaro (el de Betania, hermano de Marta y María) y lejos de convencerlos, lo querían matar a él también (Jn. 12:10), y ni aun cuando supieran de que Jesús se levantó de entre los muertos, los llevaría a creer.

 

Aplicación Práctica: Una vez más ser exhortados a tiempo a escuchar con atención y de manera personal la Palabra de Dios.

Tuesday, December 19, 2023

Lucas 16:14-18 Sublime Abominación

 

Sublime Abominación

Lucas 16:14-18

 

Objetivo: Escapar de esta sublime abominación, pidiéndole a Dios que su ley nos redarguya mostrándonos el verdadero camino a su Reino.

 

Introducción: Lucas ha venido relatando acerca de la oposición de los religiosos contra Jesús, que comenzó a desde la invitación que le hizo un fariseo para que comiese con él en su casa (Lc. 11:37), a quienes les dijo que limpiaban lo de afuera del vaso y del plato, pero por dentro estaban llenos de rapacidad y maldad (Lc. 11:39) y a partir de ahí, Jesús empieza a redargüirles su corazón endurecido por la hipocresía de la religión, (Lc. 12:1-2) con enseñanzas, señales y parábolas a fin de persuadirlos de su peligrosísima actitud, advirtiendo a sus discípulos de que se guardaran de la levadura de los fariseos que es la hipocresía (Lc 12:1).

 

Una y otra vez el Señor también ha advertido a sus discípulos de tener cuidado con la avaricia (Lc. 12:15) y hasta ha contado parábolas al respecto de esta necia obsesión en presencia de los religiosos de su tiempo (Lc. 12:16-21) como la del rico insensato que solo quería acumular para sí, sin saber que ese día le iban a pedir su alma (Lc. 12:20), y prosiguió a invitándonos a todos a considerar a las aves del cielo y a los lirios del campo para mostrarnos que Dios es el gran proveedor de los que desarrollan el propósito para el que fueron creados que es manifestar la Gloria de Dios (Is. 43:6-7) (Mt. 6:33).

 

Debido a eso, Jesús ha venido enseñando muchos preceptos del reino de Dios, regresando frecuentemente a tratar con este enorme peligro, hasta llegar a decirnos clara y tajantemente en el versículo anterior que no se puede servir a Dios ya las riquezas (Lc. 16:13).

 

Desarrollo:

14 Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros (amantes del dinero), y se burlaban de él.

Cerca de Jesús encontramos muy seguido a los fariseos, pero Lucas ya ha mencionado anteriormente que el propósito de esa cercanía era para acecharle (Lc. 6:7, 14:1), para observarle detenidamente y encontrarle alguna falta para poder acusarle.

 

La enseñanza de Jesús recién dada en forma de parábola era para sus discípulos, donde les decía que usaran sus riquezas terrenales en extender el reino eterno, pero a los fariseos les pareció digno de burla e hicieron muecas para restarle importancia a esa enseñanza, quizá lo hicieron de una manera muy notoria para que la gente de alrededor, notara su desprecio, pero la realidad de esa actitud es que eran avaros, amantes del dinero, y Jesús venía de decir que no se puede amar a Dios y a las riquezas (Lc. 16:13) y ellos pensaban que sí, además de que generalmente poseían varias posesiones personales.

 

15 Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos (se hacen pasar por justos) delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime (elevado, alta estima, de mucho valor), delante de Dios es abominación (detestable, sin valor).

Entonces les dijo. Su burla no pasó desapercibida por Jesús, quien se dirige ahora a estos fariseos, para decirles con franqueza cuál es su condición delante de Dios, lo que ciertamente era una reprensión, pero llena de amor como dice Proverbios 27:5 Mejor es reprensión manifiesta (franca, abierta) que amor oculto.

 

Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres. Estos líderes religiosos se hacían pasar por justos, tenían una conducta externa que ellos consideran que eran un ejemplo a seguir, pero solo se hacían pasar por hombres justos, para poder enriquecerse como dice Lucas 20:46-47 46Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 47que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; estos recibirán mayor condenación.

 

Mas Dios conoce vuestros corazones. Jesús les recuerda que Dios conoce sus corazones, esos corazones que ocultaban delante de los hombres, en realidad eran corazones perversos, llenos de hipocresía y avaricia,  y no recordaban que todos los corazones están expuestos delante de Dios como dice Hebreos 4:13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. 

 

Porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación. Su aparente piedad era muy reconocida por los hombres, se esforzaban mucho para mostrar ante la gente una altura moral que en realidad no tenían, pero que producía que las personas los tuvieran en alta estima, sin embargo, su realidad es que lo hacían con orgullo y por vanagloria que es algo que Dios detesta.

 

No caigamos en esa actitud religiosa de apariencia, que es hipocresía, mejor pidámosle a Dios como lo hacía David en el Salmo 139:23-24 23Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.

 

16 La ley y los profetas eran (llegan) hasta Juan (el bautista); desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan (luchan) por entrar en él.

La ley y los profetas eran hasta Juan. La ley, todos los profetas, incluyendo a Juan el Bautista, tenían un solo objetivo, anunciar el plan de salvación que se cumpliría en la venida del Mesías. Juan el bautista quien fuera el último profeta del antiguo testamento, fue el que tuvo el privilegio, no solo de anunciar, sino de presentar a Jesús como el redentor del mundo como quedó registrado en Juan 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, debido a eso es que Jesús lo consideró como el mayor de los profetas cuando dijo en Lucas 7:28 Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él, y es que Juan anunció que en Jesús se cumplía la ley y los profetas, pero nosotros, que seríamos esos más pequeños en el reino de Dios somos mayores que Juan el bautista porque somos los beneficiarios de la venida del redentor, ya que Juan fue decapitado antes de la cruz de Cristo.

 

Jesús dijo que Moisés hablo de él en Juan 5:45-47 45No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. 46Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 47Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?, y también los profetas como le dijo a los discípulos que iban en el camino a Emaús según Lucas 24:27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

 

Así que, una vez que Jesús vino a esta tierra, siendo el cumplimiento de la ley y lo profetas, esa etapa estaba cumplida, así podemos decir que hasta Juan era la ley, después de él, es el evangelio.

 

Desde entonces el reino de Dios es anunciado. Desde la llegada de Jesús, ya no se anunciaría la llegada del Mesías, sino el reino de Dios que el trajo y a partir de que comenzó su ministerio, debía de anunciarse, como dicen los siguientes pasajes; Juan 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad, y ese verbo hecho carne, que hizo morada con nosotros, cuando comenzó su ministerio, después de haber sido bautizado por Juan en el Jordán, sus primeras palabras fueron las que registra Mateo 4:17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado, reino de los cielos que Jesús les mando anunciar a los doce discípulos cuando los mando de dos en dos como dice Lucas 9:2a Y los envió a predicar el reino de Dios, de la misma manera que indicó a los setenta que más delante también envió en parejas como dice Lucas 10:9-11 9y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios. 10Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid: 11Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.

 

Y todos se esfuerzan por entrar en él. En sentido positivo, Jesús estaría diciendo que con la predicación de arrepentimiento de Juan el Bautista y el anuncio del reino de Dios en las enseñanzas de Jesús, todos se apresuraban (están ansiosos en) participar de ese reino, pero ya lo diría Jesús que ese esfuerzo p esa violencia solo la tendrían algunos como dijo en Mateo 11:12 Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan, ya que es necesario el arrepentimiento para perdón de pecados.

 

17 Pero más fácil es que pasen (desaparezcan) el cielo y la tierra, que se frustre (caiga) una tilde (una marca insignificante de una letra) de la ley.

La ley del Señor es perfecta (Sal. 19:7), y es inquebrantable por ser la Palabra de Dios, tanto las promesas, las bendiciones, los pactos y los juicios que en ella hay, se cumplirán en su totalidad, y es que si algo de la Palabra de Dios, por muy pequeño que fuera no se cumpliera, pondría en duda la soberanía y la inmutabilidad de Dios, por eso Jesús mismo dijo en Mateo 24:35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

 

La tilde es una pequeña marca que distingue una letra de otra en el alfabeto hebreo, en español sería como la rayita que tiene una Q que la hace diferente de la O, o el puntito de la i que la diferencia de la l.

 

La Ley es tan perfecta, que Jesús no vino a suprimirla, sino a cumplirla como él mismo dijo en Mateo 5:27 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir, pero debemos entender el propósito por lo que la ley fue dada, no fue dada para poder alcanzar salvación (justificación) por medio de ella, sino para que mostrara el carácter moral de Dios y así el hombre supiera lo que es pecado y no lo que no es pecado como dice Gálatas 3:19-29:

 

19 Entonces, ¿para qué sirve (cuál es el propósito) la ley? Fue añadida (dada) a causa de las transgresiones (pecados, desobediencia), hasta que viniese la simiente (descendiente) a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador (intermediario).

Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones. Ejemplo, si una persona miente y las personas alrededor también mienten y todos ven la mentira como algo normal, todos comienzan a pensar que mentir no está mal, pero cuando Dios dice “No mentiras”, eso hace que la mentira sea un pecado, que ese hombre se sienta pecador y venga a Dios a pedirle perdón por hacer algo (mentir) que Dios lo considera pecaminoso.

Hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa. La ley entonces estaba hecha para inculpar de pecado, no para quitar el pecado, ya que el único que puede quitar el pecado es Cristo, quien es la simiente a la que fue hecha la promesa.

Y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. Dios le entregó la ley a Moisés por medio de ángeles (Hech 7:38,53, Heb 2:2)  

20 Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.

Este versículo en la versión DHH lo pone de la siguiente manera “pero no hay necesidad de intermediario cuando se trata de una sola persona, y Dios es uno solo.”

La razón por la que Pablo menciona esto es para resaltar que la promesa (pacto) tiene más valor que la ley, ya que la promesa Dios se la dio a Abraham directamente, mientras que la Ley a Moisés se la dio por un mediador, los ángeles, lo que hace que la promesa tenga mayor peso que la ley. 

21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera (Claro que no!); porque si la ley dada pudiera vivificar (dar vida), la justicia fuera verdaderamente por la ley.

Si la ley pudiera justificar, así como la promesa puede hacerlo, entonces serían dos caminos opuestos para poder ser salvos, pero como la ley no fue dada para salvación, hace que ambas no sean contrarios, ya que la ley inculpa y la promesa es la que salva.

 

22 Mas la Escritura lo encerró todo (nos aprisionó) bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

La Ley escrita nunca tuvo la intención de salvar, sino de mostrar todo el pecado, y una vez que el hombre y la mujer se reconocieran como pecadores delante de Dios, entonces suplicaran por un salvador, y ese salvador fue dado también por Dios a los creyentes, Jesucristo.

 

23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados (presos) bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada (dada a conocer).

Antes de buscar un salvador, necesitamos que la Ley nos revele nuestra condición de pecado, por eso dice Pablo que primero estábamos confinados (encerrados, acorralados) bajo la ley, aquella que les muestra a los hombres que tan pecadores son, y de allí nos lleva a que pongamos la fe en Cristo.

 

En una analogía, la Ley sería el espejo que nos muestra lo desarreglado que estamos, pero el solo hecho de vernos en él, no nos arregla nada, solo muestra la condición que tenemos.

 

De la misma manera que un estudio medico como rayos X, resonancia magnética, ultrasonido etc., solo tiene la finalidad de mostrar el problema que el paciente tiene, pero no le arregla ese problema, solo se lo revela, no es sino hasta que pasa por todo el tratamiento médico que la persona se sana, de la misma manera la Ley solo muestra el problema que tenemos de pecado, pero no es sino hasta que venimos a Cristo, que es la promesa, que ese problema es quitado.

 

24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo (tutor, guía), para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.

25 Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo (tutor, guía),

Pablo usa una analogía para explicar la función de la Ley y de la promesa (Cristo), para mostrar que no son contrarias y que la Ley es buena si se usa con el propósito con el que fue creada como dice 1 Timoteo 1:8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente.

 

Ayo. Palabra griega <paidagogós>, de donde viene la palabra en español de pedagogo, que era una persona en esa época que en una casa adinerada se encargaba del cuidado de los niños, darle sus primeras enseñanzas y de llevarlos a la escuela cuando ya estaban más grandes.

 

Pablo dice que, así como ese siervo cuidaba al muchacho y lo llevaba a la escuela, de la misma manera, la Ley es como ese siervo que con mucho cuidado nos lleva a Cristo, pero cuando ya estamos en Cristo, la función de ese ayo ha terminado.

 

26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;

Pablo dice que los Gálatas, así como nosotros también, si hemos puesto nuestra confianza en la obra de Cristo Jesús, nos volvemos hijos de Dios, de la misma manera que está expresado en Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

 

27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

No habla de un bautismo en agua, sino un bautismo en Cristo, la palabra en griega para bautismo es <baptizó> que significa estar completamente cubierto, en el caso del bautismo en agua es estar completamente cubierto de agua, y en este caso; el Espíritu nos bautiza en Cristo para salvación, nos cubre completamente en Cristo, por eso dice Pablo que terminamos revestidos de Cristo.

 

28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Y como somos revestidos en Cristo, y traspasados al reino de Cristo, en ese reino no hay ninguna diferencia como en este mundo en cuando a raza (judío o griego), en cuando a estatus social (esclavo o libre) o en cuando a genero (varón o mujer), en el reino de Dios, todos somos uno en Cristo.

 

29 Y si vosotros sois de (pertenecen a) Cristo, ciertamente linaje (descendencia) de Abraham sois, y herederos según la promesa.

La pertenecía a la simiente (descendencia) de Abraham no es algo que esté determinado por la descendencia física (por sangre), sino por la fe en Cristo Jesús.

Pablo termina con esta idea; no existe más la pared intermedia que separaba a los judíos de los gentiles, Dios reconoce solamente una nación, la nación de los creyentes como dice 1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable, y como creyentes en Cristo somos linaje de Abraham por la fe y herederos legítimos de la promesa que se centra en Cristo Jesús, por eso Pablo habla de la Iglesia de Cristo en esta misma carta como “el Israel de Dios” (Gal. 6:16)

18 Todo el que repudia a (se divorcia de) su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada (divorciada) del marido, adultera.

Jesús no está cambiando radicalmente de tema, sigue hablando a los líderes religiosos como los fariseos que se justificaban a ellos mismos (Lc. 16:15), mostraban una apariencia de piedad, pero en realidad menospreciaban las ordenanzas de Dios.

 

Entre sus muchos pecados estaba el abandono de sus cónyuges, muchos de ellos habían adoptado la interpretación de la escuela rabínica liberal de Hillel que permitía disolver el matrimonio por cualquier capricho personal. Dios había establecido el adulterio como un pecado dentro de los 10 mandamientos (Ex. 20:14), pero estos fariseos hipócritas argumentaban que Moisés había autorizado el divorcio cuando el marido encontraba alguna cosa que le parecía indecente como dice Deuteronomio 24:1-2 1Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. 2Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre, y comenzaron a argumentar como cosa indecente cualquier cosa, como la apariencia de la mujer, o que se le quemase la comida o cosas así, mostrando con eso como tergiversaban la Palabra de Dios para poder divorciarse y casarse cuantas veces les interesara hacerlo.

 

Jesús no está dando aquí una enseñanza sobre el divorcio, sino que está acusando a los fariseos permitían esa práctica de divorcio, esos religiosos que se burlaban de Jesús (Lc. 16:14) y que murmuraban de que Jesús recibiera y comiese con pecadores como los publicanos (Lc. 15:1-2), en realidad, delante de los ojos de Dios, estaban siendo unos adúlteros y promoviendo el adulterio en las esposas que divorciaban.

 

En otros pasajes donde Jesús si enseña sobre el divorcio, dejó claro que lo que Moisés permitió sobre el divorcio no era un mandamiento, sino una concesión debido al duro corazón que tenía el pueblo de Israel al que Moisés guiaba como dijo en Mateo 19:8 Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así, ya que la institución del matrimonio nació en el corazón de Dios y que el matrimonio es inseparable como dice Mateo 19:6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre, que la única excepción es que la separación fuera debido a la fornicación (impureza sexual)  como dijo en Mateo 5:32 Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio, y aún en ese caso Jesús nos manda perdonar 70 veces 7 (Mt. 18:22), e incluso permitir la restauración del matrimonio si en el ofensor hay un genuino arrepentimiento (1 Cor. 7:11).

 

Aplicación Práctica: Escapar de esta sublime abominación, pidiéndole a Dios que su ley nos redarguya mostrándonos el verdadero camino a su Reino.

 

 

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