La única opción Lucas 16:19-31
|
Introducción: Los fariseos, que eran avaros, se burlaron de Jesús cuando le escucharon enseñar a sus discípulos la parábola del mayordomo infiel, que les enseñaba que debían invertir las riquezas temporales de este mundo en el reino eterno, por lo que Jesús se dirigió a ellos y les dijo que vivián una vida de apariencias, tratando de quedar bien con la gente que los admiraba, pero delante de Dios que conocía sus corazones, lo que hacían era abominable, por lo que les dirigió esta parábola de Lázaro y el rico, ellos de identificarían rápidamente con el rico ya que eran avaros (Lc. 16:14) y que pensaban que la abundancia de bienes era una evidencia de ser “bendecidos” por Dios y que el hecho de ser hijos biológicos de Abraham, les garantizaba el acceso al cielo.
Desarrollo:
19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura (elegante) y de lino fino (ropa fina), y hacía cada día banquete con esplendidez (comidas muy caras).
Esta parábola es la única donde usa un nombre propio, el de Lázaro, lo que ha llevado a pensar a algunos comentaristas que podría no ser una parábola, sino el relato de una historia real.
Jesús presenta al primer personaje, un hombre rico, del que no menciona su nombre, pero su nueva condición social la mostraba de tres maneras, primero por sus ropas exteriores, el color púrpura en las vestimentas de lana de esa época se producía por un molusco (caracol) llamado múrice, lo que hacía que fuera muy caro y por consiguiente solo lo podían pagar los reyes y gente de la nobleza. Y segundo sus ropas interiores, que estaban tejidas de lino fino, que generaba una textura muy agradable y que era originaria de Egipto, por lo que lo hacía también muy caro.
La tercera forma de mostrar su riqueza era hacer fiestas con abundancia de comida, fiestas que no eran en forma esporádica, sino en forma diaria, lo que muestra que este hombre vivía para satisfacerse, vistiendo lujosamente y ocupándose de la diversión diaria.
20 Había también un mendigo (hombre muy pobre) llamado Lázaro, que estaba echado (tirado) a la puerta de aquel, lleno de llagas,
21 y ansiaba saciarse (quería llenarse) de las migajas (sobras) que caían de la mesa del rico; y aun (hasta) los perros venían y le lamían las llagas.
Jesús presenta al segundo personaje y le pone nombre, Lázaro, que es nombre hebreo derivado de Eleazar que significa ayudado por Dios o Dios es mi ayuda. El contraste con el rico es muy evidente, este hombre pobre se encuentra tirado en el suelo a la puerta de la casa del rico y lleno de llagas o ulceras que le llenaban el cuerpo, lo que hacía que su aspecto fuera muy desagradable, se encuentra desesperadamente hambriento, deseando por lo menos comer las migajas de pan que los ricos usaban para limpiarse las manos cuando comían, migajas que usualmente tiraban a las calles y eran comidas por los perros, que aprovechaban para lamer las heridas del mendigo lo que quizá le causaba un poco de alivio.
22 Aconteció que murió el mendigo (hombre muy pobre), y fue llevado por los ángeles al seno (lado) de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.
Los fariseos a los que Jesús les habla, pensaban que las riquezas eran resultado de la bendición de Dios, mientras que la pobreza era todo lo contrario, Jesús en seguida les enseñará cuando ambos personajes dejan esta vida, que eso estaba fuera de la realidad, ciertamente uno murió enfermo y el otro disfrutando de los placeres de esta vida, pero ambos murieron, en eso no hubo distinción, la diferencia comienza a notarse cuando del rico solo se menciona que fue sepultado, seguramente su entierro fue con mucho glamour, muy ostentoso, pero en el terreno humano, todas sus riquezas se quedaron en este mundo, mientras que Lázaro, cuya sepultura quizá fue muy simple, fue llevado por ángeles al seno de Abraham en el terreno espiritual.
El seno de Abraham es una figura lingüística para referirse al cielo en donde los creyentes en Cristo están con Dios después de la muerte física. Lázaro se encontraba ahora disfrutando de ese lugar en forma permanente, lo que para él el cambio fue glorioso.
23 Y en el Hades (lugar de los muertos, infierno) alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno (junto a él).
Ni Lázaro ni el rico estuvieron en un lugar intermedio, sino que ambos al morir fueron enviados a su lugar de destino eterno como también dice Hebreos 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, Lázaro en el cielo y el rico en el Hades, que sería el lugar de los muertos sin salvación, conocido también como el infierno, que es descrito como un lugar de miseria, de continuo tormento y sin la posibilidad de arrepentimiento.
La Escritura nos muestra que el acceso al cielo es por fe, no fue por el hecho de ser pobre, ni el rico al infierno por ser rico, de hecho, Abraham también fue muy rico y estaba en el cielo, ya que le creyó a Dios en fe como dice Génesis 15:6 Y creyó (Abram) a Jehová, y le fue contado por justicia.
Los fariseos consideraban que solo por el hecho de ser judíos o descendientes de Abraham, estaban destinados para ir al cielo, el relato de Jesús los ha de haber sorprendido mucho, cuando dice que el hombre rico estaba en el hades y que desde ese lugar de tormento levantó sus ojos y no solo vio a Abraham y a Lázaro junto a él, sino que los pudo reconocer aun dejando la temporalidad de esta vida, de la misma manera que Pedro, Juan y Jacobo reconocieron a Moisés y a Elías en el monte de la transfiguración (Lc. 9:33).
24 Entonces él, dando voces (gritó), dijo: Padre Abraham, ten misericordia (compasión, lástima) de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado (sufriendo mucho) en esta llama (fuego).
El rico era judío, ya que llama a Abraham como padre (ancestro), a quien le pide que se compadezca de su situación de tormento, ese mismo rico que nunca mostró misericordia por el mendigo que estaba fuera de su casa, ahora le ruega por misericordia a Abraham y le pide que envié a Lázaro para que con una gota de agua en su dedo, mitigue el sufrimiento en el que se encuentra en medio de esa llama permanente para aquellos que no se reconciliaron con Dios como dice 2 Tesalonicenses 1:8-9 8en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.
En el relato podemos ver que el rico de alguna manera entiende la razón por la que se encuentra allí, ya que no le pide a Dios misericordia, no a Abraham que le ayude a salir de allí, solo que le mitigue su paladar sediento.
25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes (te iba muy bien) en tu vida, y Lázaro también males (le iba muy bien); pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado (sufres).
Abraham le contestó de inmediato, si lo reconoció como hijo (descendiente), para confirmarle a los oyentes que el solo hecho de ser judíos no los pondría en el seno de Abraham, ya que solo se salvan los que son hijos de Abraham por la fe como dice Gálatas 3:7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham, a quienes están destinada la promesa y los pactos, mostrando que el hecho de ser rico (bendecido por Dios como ellos creían) y descendiente biológico de Abraham no sería suficiente para estar en el cielo.
Abraham le recuerda que contraste de la vida de ambos en la tierra, el rico había recibido muchos bienes y había disfrutado grandemente, mientras que Lázaro en esa vida terrenal recibía males; es decir, una vida llena de penalidades para hacer, el punto es que esas posesiones del rico eran intransferibles para la vida eterna, todo su dinero que tuvo en la tierra no podía usarlo ahora para tener un poco de agua, y de la misma manera los males de Lázaro tampoco se transfirieron a la vida eterna, ya que ahora tenía consuelo.
26 Además de todo esto, una gran sima (abismo) está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
Además de que las posesiones o males terrenales eran intransferibles, la situación eterna de ambos era irreversible, un abismo infranqueable separaba a los justificados de los perdidos, lo que contradice la enseñanza no bíblica de un lugar temporal (purgatorio) donde después de un tiempo se puede salir y llegar al cielo, ya que la condenación no es temporal sino eterna.
27 Entonces le dijo: Te ruego (suplico), pues, padre, que le envíes (mandes a Lázaro) a la casa de mi padre,
28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique (advierta), a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento (sufrimiento).
El rico entendía que su situación no cambiaría ahora que estaba en la eternidad, y comprendió que era en la vida terrenal donde se tomaban las decisiones que tendrían trascendencia eterna, por lo que le hace un ruego mas a Abraham, que envíe a Lázaro a su casa paterna donde tiene cinco hermanos, ya que, en su afecto fraternal, no quiere que ellos vayan a aquel lugar de tormento.
Su petición es que Lázaro regrese al mundo de los vivos y les dé testimonio de cómo es la vida eterna con Dios y sin Dios, para que en vida puedan ellos arrepentirse. Sin duda esos cinco hermanos vivían una vida semejante a la que el rico tenía, por lo que sus destinos serían igual al de él.
29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos (háganle caso).
Abraham le contesta de una forma muy concreta, que a los que deben de hacerle caso es a Moisés y a los profetas; en otras Palabras, que la Escritura (Antiguo Testamento) a la que ellos tenían acceso, traza claramente el plan de salvación por fe, que vendría por medio del Mesías (enviado) de Dios, el cual era Cristo Jesús.
30 Él entonces dijo: No (no les harán caso), padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán (volverán a Dios).
El rico se opone a la respuesta de Abraham, como diciéndole que está equivocado, que su idea es mejor, que, si manda a Lázaro a alguien que se levantara d entre los muertos, sus hermanos temerían tanto que los llevaría a creer la verdad de cómo es la vida después de la muerte. Con esta respuesta sigue mostrando que nunca creyó en la Palabra de Dios, ni lo hace ahora que está en el Hades, piensa que una manifestación sobrenatural tendría más efecto que la Palabra de Dios en la vida de ellos.
31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán (convencerán) aunque alguno se levantare de los muertos.
Jesús pone en el relato unas palabras de Abraham que son muy contundentes, que solo la Palabra de Dios puede producir arrepentimiento como dice Romanos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios, ni un mensaje motivador, ni eventos sobrenaturales que impacten a la gente, ni ningún tipo de experiencia espiritual como oír voces o tener sueños pueden producir que la gente conozca la verdad que Dios reveló en Su Palabra, la cual es la única opción para conocer el plan de salvación Dios que es en Jesucristo y proceder al arrepentimiento para ser salvos.
El ejemplo más claro de eso es que esos líderes religiosos supieron de la resurrección de otro Lázaro (el de Betania, hermano de Marta y María) y lejos de convencerlos, lo querían matar a él también (Jn. 12:10), y ni aun cuando supieran de que Jesús se levantó de entre los muertos, los llevaría a creer.
Aplicación Práctica: Una vez más ser exhortados a tiempo a escuchar con atención y de manera personal la Palabra de Dios.