Invirtiendo Sagazmente Lucas 16:1-13
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Versículos a memorizar: “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Diosa y a las riquezas.” Lucas 16:13
Introducción: Lucas viene de relatar la parábola triple que contó Jesús cuando los líderes religiosos le criticaban por recibir y comer con pecadores y publicanos, en la parábola hay tres cosas que se pierden y son halladas, y hay una progresión en ellas, en la primera se pierde una oveja de entre 100, que podría considerarse de poco valor, y aun así el pastor sale a buscarla, en la segunda se pierde una moneda de entre 10 que tenía una mujer, al parecer como parte de un collar, lo que tendría además un valor sentimental, y decididamente la busca hasta encontrarla y en la tercera, el que se pierde es uno de los 2 hijos que un padre tiene, en esta última es claro que ambos hijos estaban en pecado, solo que en el hijo menor era un pecado evidente de despilfarro de bienes y de vivir desenfrenadamente, y el del hijo mayor un pecado de orgullo, y a ambos el padre que representa a Dios, les ama incondicionalmente y está siempre en disposición de mostrarles misericordia. En los 3 relatos, cada personaje hace una fiesta de gozo por haber hallado lo que estaba perdido, y así es el gozo de Dios y de sus ángeles cuando un pecador se arrepiente de su pecado y restaura su comunión con Dios.
Desarrollo:
1 Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo (administrador), y este fue acusado ante él como disipador (derrochador, malgastador) de sus bienes.
Dijo también a sus discípulos. Jesús continua rumbo a Jerusalén y Lucas relata la serie de parábolas que el Señor enseñó en ese trayecto. La que aquí describe está dirigida a sus discípulos, ya que les hablará acerca del comportamiento que deben ellos como “hijos de luz” (Lc. 16:8), aunque en la audiencia también se encuentran escuchando los fariseos (Lc. 16:14) quienes amaban las riquezas y estaban apegadas a ellas, por lo que esta sería otra razón por la que el Señor les enseño esta parábola que tiene que ver con las riquezas y que la encontramos exclusivamente en el evangelio de Lucas.
Jesús va a enfatizar una virtud de un mal ejemplo, también lo hará con la parábola del juez injusto (Lc. 18), de un mal proceder del personaje, extrae una enseñanza.
Había un hombre rico. El primer personaje es un hombre rico que por lo que se cuenta en el relato, era una persona que tenía campos de cultivo, era un terrateniente, que bien podía haber cultivado y cosechado sus campos, y vendía la producción con lo que generaba ganancias.
Que tenía un mayordomo. El segundo personaje es un administrador, quien había sido contratado para supervisar y mantener en orden las riquezas de aquellas tierras, era un trabajo de que requería mucha confianza y que tenía mucha responsabilidad, pero también muchos privilegios.
Y este fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Este administrador fue acusado con el dueño de malgastar los bienes que no eran de él, bienes que le habían dejado solo para administrar. Dichas acusaciones podían ser falsas en forma de calumnia o verdaderas como parece que era el caso, ya que parece que el dueño se cercioró de que las acusaciones eran ciertas, y el acusado no se defendió, por lo que va a proceder a llamarlo para despedirlo de dicha función.
La palabra disipador del griego Strong 1287 <diaskorpízo>, es la misma palabra usada para el hijo prodigo que” desperdició sus bienes viviendo perdidamente” (Lc 15:13) que significa despilfarrar, malgastar, desperdiciar.
2 Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta (presenta un informe) de tu mayordomía (administración), porque ya no podrás más ser mayordomo (administrador).
Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía. El dueño llamó al administrador para confrontarlo y le hace una pregunta como de alguien que se siente decepcionado con la otra persona que le ha fallado a la confianza otorgada. La acusación era tan cierta que el mayordomo no justifica para nada su conducta, por lo que el dueño le pide una rendición de cuentas inmediata y le pide que haga un informe final de los balances, el estado en el que se encontraban los negocios y el listado de deudores, todo eso se le daría al nuevo administrador.
Porque ya no podrás más ser mayordomo. Era claro que el mayordomo sería despedido si era un empleado, o si era un siervo, pues quitado de esa función y puesto en otra de mucha menor relevancia y sin beneficios. En ambas situaciones el mayordomo perdería su salario, su poder de autoridad y se cree que, hasta su casa, ya que se estilaba que los mayordomos vivían en la misma casa o propiedad que administraban, ya no habría la posibilidad de que alguien más lo contratara como mayordomo en toda aquella zona.
Debemos recordar que nosotros mismos solo somos administradores de las riquezas de nuestro Dios, que los bienes, el tiempo y las capacidades que nos ha dado son de Él y nosotros solo las administramos, y deberíamos hacerlo fielmente como dice 1 Corintios 4:2 Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.
3 Entonces el mayordomo (administrador) dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía (la administración). Cavar (trabajar la tierra), no puedo; mendigar (pedir limosna), me da vergüenza.
Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. El mayordomo empezó a pensar sobre la situación actual y sobre el futuro inmediato que le esperaba ahora que no fuera mas mayordomo. Ya no tendría autoridad, ingreso, comida ni hogar, de la misma manera que el hijo prodigo “volvió en sí” (Lc. 15:17) cuando se encontró en una situación muy lamentable, este mayordomo comenzó a pensar en su futuro cuando se le cambio todo de repente.
Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Las opciones en las que pensó para poder tener un ingreso y sustento fue; primero trabajar en el campo, pero el mismo dice que no puede, quizá nunca había hecho trabajos de esfuerzo y largas jornadas cavando zanjas en el campo, o quizá debido a su edad no tendría fuerzas para ello. La otra posibilidad era como hacían algunos, de pedir limosna, pero eso dice que le daba vergüenza, tenía un corazón orgulloso, después de haber tenido tanta autoridad e influencia, se le hacía vergonzoso depender de la misericordia que otros le dieran.
4 Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía (administración, me quede sin trabajo), me (haya gente que me) reciban en sus casas.
No tenía mucho tiempo para pensar, la solución que encuentre la tiene que ejecutar con rapidez, de repente, pensando en eso, le llega una idea de que debe hacer para su futuro inmediato ya que esta por ser removido de su trabajo actual, y cuando no tenga ni casa donde vivir, pueda conseguir morada en casa de alguien o algunos otros, aprovechando que los bienes de su Señor y los documentos de sus deudores estaban en su mano y él tenía hasta ese momento todavía autoridad sobre ellos y así poder asegurar su futuro.
5 Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo?
Y llamando a cada uno de los deudores de su amo. Su estrategia fue llamar a cada uno de los deudores de su amo a una reunión personal con él, y sin testigos presenciales para bajarles la deuda que tenían con el dueño, y así ganar el favor de cada uno de los deudores.
El dueño que era terrateniente, producía muchas cosas en sus campos, por ejemplo, tenía campos de olivos de donde producía aceite de oliva y lo almacenaba en barriles, tenía también tierras donde cosechaba cereales como el trigo, todo eso lo vendía a crédito y así sus compradores se volvían deudores hasta que pagaran lo adquirido.
Dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? Aunque el relato detalla el acuerdo con dos de esos deudores, el contexto nos da a entender que eran muchos mas y que esos dos solo quedaron de ejemplo de su estrategia.
El mayordomo les pregunta ¿Cuánto deben?, una cifra que sin duda él cómo administrador sabía, pero parece que parte de su estrategia es preguntarle a cada deudor valorase bien el descuento que le iba a realizar.
6 Él dijo: Cien barriles (4,000 Lts) de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta.
El primer deudor le debía 100 barriles (bato es la palabra en griego para barriles, equivalente a tinaja) de aceite de oliva, según los historiadores cada “bato” era de 40 litros, por lo que el total de la deuda sería de 4,000 litros de aceite de oliva, lo que requeriría la cosecha de 150 árboles de olivo, que equivaldría unos 1,200 denarios (más de 3 años de trabajo de un jornalero).
El mayordomo le pide al deudor que rescriba su deuda a la mitad, le da su recibo que equivaldría ahora a lo que es un “pagaré” (documento legal de compromiso de pago de una deuda), y con su puño y letra deja registrada uno nuevo y quitan el anterior.
Notemos el “siéntate pronto”, el mayordomo tiene premura de tiempo porque está haciendo esto con todos los deudores y quiere darse prisa.
7 Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas (coros, 30 tons) de trigo. Él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta.
El Señor menciona otro ejemplo del actuar de este mal administrador con otro deudor, en este caso debía 50 medidas de trigo, la palabra medida viene del griego Strong 2884 <kóros> que equivalía a 10 “batos”, la deuda sería como unas 30-35 toneladas, que sería la cosecha de 40 hectáreas de sembradío, que según los historiadores serían como 2,600 denarios (más de 7 años de trabajo de un jornalero).
También le manda al deudor que reescriba su recibo haciéndole un descuento del 20%.
El administrador había reducido las deudas de varias personas en cantidades importantes, con eso conseguía astutamente el favor futuro de cada uno de eso deudores.
8 Y alabó (elogió, felicitó) el amo al mayordomo (administrador) malo (deshonesto, injusto) por haber hecho sagazmente (astutamente); porque los hijos de este siglo son más sagaces (listos) en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente. De alguna manera el dueño supo de lo que había hecho su administrador, y a pesar de reconocerlo como un mal administrador, reconoció su sagacidad, no está elogiando su mal proceder, ni su pésima administración, sino su sagacidad que viene de la palabra griega Strong 5430 <fronímos>, que significa cauteloso, discreto, inteligente, sabio, precavido.
Porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz. Jesús hace una distinción de los no creyentes a quienes les llama “hijos de este siglo” o de esta época, contra los creyentes o discípulos a los cuales está dirigida esta enseñanza y a quienes le llama “hijos de luz” y menciona que los primeros son más “astutos”, “listos” o “audaces” con el trato a sus semejantes que los segundos.
La gente sin Dios, y por tanto sin límites morales, siempre trata de aprovechar lo que tiene para su propio beneficio, mientras que los hijos de Dios son llamados a vivir como dice Tito 2:12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.
9 Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas (dinero de injusticia), para que cuando estas falten (se acaben), os reciban en las moradas (viviendas) eternas.
Y yo os digo. Jesús ahora menciona la aplicación de esta enseñanza parabólica, y lo hace con mucho énfasis con este “yo os digo”.
Ganad amigos por medio de las riquezas injustas. Estas riquezas injustas son las riquezas temporales que este mundo ofrece, y son injustas porque por mucho que las trabajes y las tengas, no las podrás llevar a la eternidad, es en este sentido que Jesús dice que debemos usar las riquezas temporales en hacer amigos, no dice en “comprar” amigos, eso es imposible, sino en hacerlos; es decir, investir los recursos materiales e intelectuales para hacer amigos para la eternidad; en otras palabras, usar las riquezas temporales para obtener resultados eternos.
Los hijos de este siglo usan sus bienes temporales para sus deleites, temporales también, los cristianos deben de usar sus bienes temporales para la expansión del evangelio de salvación que hay en Cristo Jesús.
La riqueza no habla solo de dinero, sino de lo que la gente le da mucho valor, además del dinero, el tiempo, la salud y las habilidades o capacidades humanas, todas ellas deben de ser usadas en esta época para llevar almas a la eternidad.
Para que cuando estas falten. Jesús enseña que habrá un tiempo en que los bienes temporales ya no será posible usarlos, cuando llegue el término de la vida de cada quien, en este sentido, la muerte termina con las riquezas temporales de quien las poseía.
Os reciban en las moradas eternas. Las moradas eternas son el lugar que el Señor a preparado para los suyos como dice Juan 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros, a primera instancia parecería que Jesús está diciendo que cuando lleguemos al cielo, nos recibirán aquellos que se vieron favorecidos en la tierra por el evangelio de salvación que les llegó por medio de haber invertido nuestras riquezas temporales en el reino eterno, pero no hay ningún otro pasaje en la Escritura que diga algo parecido, pero sí que quien los recibirá es Cristo mismo como le dijo Jesús al malhechor convertido en Lucas 23:43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Lo que si encontramos en la Biblia es este mismo concepto de usar los bienes temporales en beneficio del reino venidero como Pablo le dijo a Timoteo que le enseñara a los ricos de su iglesia en 1 Timoteo 6:17-19 17A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 18Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; 19atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.
10 El que es fiel (digno de confianza) en lo muy poco, también en lo más es fiel (digno de confianza); y el que en lo muy poco es injusto (deshonrado), también en lo más es injusto (deshonrado).
Parece que Jesús menciona esto para no mal interpretar la parábola del mayordomo malo, un verdadero discípulo nunca usará el método del infiel administrador que fue injusto en lo poco y por consiguiente injusto en lo mucho, sino que los hijos de luz, juzgan las cosas a la luz de la Palabra, y se dan cuenta que las riquezas temporales son muy poco, comparado con lo mucho que son las riquezas eternas.
11 Pues si en las riquezas injustas (deshonestas, que valen tan poco) no fuisteis fieles (dignos de confianza), ¿quién os confiará lo verdadero (las verdaderas riquezas)?
La conclusión de Jesús está dirigida a sus discípulos (Lc. 16:1), animándonos a ser fieles en las riquezas temporales, en esas que son transitorias mientras estamos en esta tierra, usándolas para invertir en el reino de Dios, y es entonces cuando Dios nos confiará lo verdadero; es decir, las riquezas eternas, Dios nos dará responsabilidades para ser administradores de la gracia de Dios como dice 1 Pedro 4:10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
12 Y si en lo ajeno (de otra persona) no fuisteis fieles (digno de confianza), ¿quién os dará lo que es vuestro (les pertenece)?
Jesús vuelve a hacer un contraste entre lo que es ajeno, y lo que es propio. Lo que es de otro se refiere a las riquezas terrenales que administramos pero que no son nuestras, sino de Dios que los las dio, lo que sí es nuestro son las riquezas eternas.
13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá (menospreciará) al uno y amará al otro, o estimará (amará) al uno y menospreciará (aborrecerá) al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (dinero).
Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. Notemos que no dice que no se debe servir a dos señores, sino que no se puede, es una imposibilidad, no es posible que un siervo sirva a dos amos que no solo son distintos, sino que son contrarios. Como los amos tienen intereses opuestos, el siervo tendrá que elegir voluntariamente a uno y rechazar al otro, no es posible amar a ambos a la vez.
No podéis servir a Dios y a las riquezas. Dios que tiene los tesoros celestiales es incompatible con las riquezas o tesoros terrenales, por lo que solo se le puede servir a uno de ellos, la palabra riqueza usada aquí es la palabra griega Strong 3126 <mamón> que habla de la riqueza idolatrada, de hecho, era una deidad griega, era la riqueza personificada en un ídolo, y muestra como las cosas materiales se pueden convertir en un dios para los que le sirven.
¿A quién servimos? ¿Servimos a Dios o a las riquezas? Debemos tener a Dios como amo, quien nos compró a precio de sangre y quien le debemos dar todo nuestro servicio y a las riquezas temporales tenerlas como siervo, a quien le mandamos que haga cosas.
Versículo de cierre: Apocalipsis 14:13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.
Aplicación Práctica: Aprender de la misma boca de nuestro Salvador que: No podemos Servir a Dios y a las riquezas.
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