El tiempo de tu visitación Lucas 19:28-44 |
Introducción: Jesús terminó su paso por Jericó donde le dio la vista a un ciego, busco, encontró y posó en casa de Zaqueo que era jefe de los publicanos, y enseñó a sus discípulos la parábola de las 10 minas que muestra claramente que el tiempo de reinar para Jesús no era de inmediato, que antes estaría el tiempo donde Jesús proveería a su Iglesia con recursos espirituales como Su Palabra, Su Espíritu y Su Iglesia, con la que los discípulos extenderían el reino de Dios antes de que Jesús regrese como el Rey Soberano. Ahora prosigue su camino a Jerusalén donde en los siguientes días morirá en una cruz para poder reconciliar a los hombres con Dios.
Desarrollo:
28 Dicho esto (después de contar la parábola), iba delante subiendo a Jerusalén.
Después de enseñar por parábolas que el tiempo de que Jesús reinara no sería de inmediato, sino que era necesario que primero padeciera (Lc. 9:22), para luego ir a recibir el reino y regresar a reinar, Lucas relata que Jesús continuó su viaje desde Jericó a Jerusalén donde sería entregado en manos de hombres (Lc. 9:44), para su crucifixión, muerte, sepultura y resurrección; por lo que con este relato comienza el ministerio final de Jesús que se lleva a cabo en Jerusalén.
Antes de llegar a Jerusalén, Jesús pasó por Betania donde vivía Lázaro, a quien anteriormente había resucitado (Jn. 11:43), Jesús tuvo una cena en casa de Simón el leproso y fue allí donde María, hermana de Lázaro, ungió al Señor con el perfume de nardo de gran precio (Jn. 12.3).
29 Y aconteció que llegando cerca de (las ciudades de) Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos,
30 diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino (burrito) atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo.
31 Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita.
Betania que significa “casa de frutos” se encuentra ubicada a 3 km de Jerusalén, donde Jesús se hospedaba cuando iba a Jerusalén en casa de la familia de Lázaro, María y Marta, mientras que Betfagé que significa “casa de higos” se encuentra más cerca aún de Jerusalén, Lucas relata que pasaron en por el camino que está entre esas dos ciudades y que lleva a la subida del monte de los olivos, con muchos árboles de olivo, por eso el nombre, desde la cima de monte se ve de frente la ciudad de Jerusalén, antes de subir al monte, Jesús mandó a dos de sus discípulos, no sabemos cuáles, a la aldea de enfrente, ósea Betfagé, para desatar a un pollino, una cría de burro que no había sido montado, Mateo registra que mandó tanto por la madre como por el burrito (Mt. 21:2), mismo que estaban solo tomando prestado, ya que los devolverían (Mr. 11:3).
Los discípulos y la gente no sabían que con ese evento estaba Jesús cumpliendo una profecía escrita en más de 500 años antes en Zacarías 9:9 Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.
32 Fueron los que habían sido enviados, y hallaron (encontraron todo) como les dijo.
33 Y cuando desataban el pollino (burrito), sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino (burrito)?
34 Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita.
Los dos discípulos hicieron como el Señor les mandó, y contestaron el como Él les dijo que contestaran a los dueños cuando les preguntó por lo que estaban haciendo.
35 Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino (burrito), subieron a Jesús encima.
36 Y a su paso (mientras Jesús avanzaba) tendían sus mantos (capas) por el camino.
Como el pollino fue traído como estaba; es decir, sin montura, los discípulos pusieron sus mantos sobre él para que Jesús pudiera montarlo y mientras avanzaba, la gente alrededor tendían sus mantos o capas sobre el camino para que el burrito que llevaba a Jesús pasara por encima en forma de reconocer a Jesús como rey, como en algún otro momento lo hizo el pueblo de Israel como el rey Jehú (2 R. 9:13); sin embargo, Jesús no estaba entrando sobre un caballo como entrarían los jefes militares o los reyes a las ciudades, sino sobre in pollino, si entraba como justo y salvador pero humilde, montado sobre un burrito, pero cuando Jesús regrese ya regresará como Rey y ahora si entrará sobre en caballo como dice Apocalipsis 19:11-13 11Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.
37 Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose (alegrándose), comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas (milagros) que habían visto,
Esas multitudes venían de muchos lugares a la fiesta de la pascua, y muchos de ellos sabiendo que Jesús estaría en Jerusalén, fueron a verlo (Jn. 12:9), ya que la fama de Jesús se había extendido muchísimo después de que un tiempo atrás había resucitado a Lázaro en Betania, esa multitud siguió a los discípulos en la algarabía, quienes no tenían mantos, cortaban ramas de árboles para ponerlas en el camino (Mt. 21:8) e iban gritando por los milagros que habían visto de Jesús.
38 diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas (en el cielo)!
39 Entonces algunos de los fariseos de (que estaban) entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende (prohíbe) a tus discípulos.
Además de esas exclamaciones, iban gritando; “¡Hosanna al Hijo de David!” (Mt 21:9), hosanna significa Sálvanos hoy”, por lo que estaban reconociendo a Jesús como el Mesías, y también gritaban; “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!” (Jn. 12.13), que era parte de un salmo profético que anuncia al Mesías (ungido de Dios), el Salmo 118:26 Bendito el que viene en el nombre de Jehová; desde la casa de Jehová os bendecimos. Eso produjo molestia en los líderes religiosos como los fariseos que no habías reconocido a Jesús como el Mesías que esperaban, es más, lo despreciaban al grado que había hecho un complot para matarlo (Mr. 14:1), por lo que le comenzaron a ordenar a Jesús que hiciera callar a sus discípulos.
40 Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si estos callaran, las piedras clamarían (gritarían).
Ese era el día de su visitación (de su salvación), era el día que Dios le había revelado a Daniel 483 años antes (Dn. 9:25-26), cuando llegaría y sería muerto a favor de los pecados del pueblo, quizá es por eso la respuesta de Jesús, que aún si callara a los discípulos, las piedras hablarían ya que era el día que Dios había planeado desde la fundación del mundo, de ese mismo modo había dicho Juan el Bautista que Dios podía levantar hijos de Abraham de las mismas piedras (Lc. 3:8).
41 Y cuando llegó cerca de la ciudad (de Jerusalén), al verla, lloró sobre (por) ella,
Mientras las multitudes y los discípulos iban gritando frases se alabanza con mucha alegría, en tremendo contraste Jesús iba llorando, y era un llanto profundo ya que la palabra griega que usa Lucas es la Strong 2799 <klaío> que significa gemir, llorar a gritos, en contraste con la palabra que Juan usó en Juan 11:35 Jesús lloró, que fue cuando Jesús llegó a resucitar Lázaro a Betsaida, donde se usa la palabra griega Strong 1145 <dakrúo> que significa derramar lágrimas o llorar en silencio.
42 diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses (entendieras), a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto (escondido) de tus ojos.
El profundo llanto de Jesús mientras entraba a Jerusalén, era porque no estaba entrando solo como Mesías, sino también como profeta, y con palabras entrecortadas pronuncio la causa de su tristeza, Jesús hubiera deseado que todos comprendieran, por lo menos ese día que Jesús es el único camino para hacer la paz con Dios, pero no era así, ya que Él mismo dice que esa revelación estaba escondida de sus ojos.
La mayoría de las personas que estaban presentes, pensaban que el reino de Jesús se manifestaría inmediatamente (Lc. 19:11), si entender que era necesario que en los siguientes días, fuera muerto en una cruz para poder perdonar los pecados de la humanidad, eso ni sus mismos discípulos lo habían podido comprender, y a ellos se sumaban los líderes religiosos que eran quienes estudiando las escrituras, debían de haber podido identificar a Jesús como el Mesías, y por el contrario desanimaban a la gente que comenzaba a ver a Jesús como el Salvador.
43 Porque vendrán días (malos) sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado (murallas), y te sitiarán (rodearan), y por todas partes te estrecharán (atacarán),
44 y te derribarán (destruirán) a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación (cuando Dios te visitó).
Como profeta, Jesús se refería a los eventos que sucederían 40 (cuarenta) años después, ya que en el año 70 (setenta) cuando las fuerzas del imperio romano comandadas por Tito Vespasiano, quién después se convirtiera en emperador, devastaría Jerusalén con sus palacios, grandes construcciones y su templo, no dejando piedra sobre piedra, y no solo la ciudad, sino también los habitantes quienes no podrían escapar y serían asesinados, según el historiador Josefo más de 1 millón de personas murieron por ese suceso.
Todo aquello vino como consecuencia que de “no conocieron el día de su visitación”; es decir, Dios les había enviado a esa nación por gracia a Su Hijo, con todos los milagros como señales debían haberlos hechos reflexionar que Jesús era el Mesías que Dios les había prometido, sin embargo, no reconocieron la gracia divina, rechazaron al Mesías que era su Salvador, lo que los llevo a continuar con su pecado y sufrir en ellos y en su ciudad las consecuencias de no haber hecho la paz con Dios.
Aplicación Práctica: Identificar nuestra realidad espiritual para que podamos conocer el tiempo de nuestra visitación, no sea que por apatía y por no querer dejar de vivir a nuestra manera, dejemos pasar la oportunidad de recibir la gracia de Dios para nosotros.
19 |