Tuesday, October 29, 2024

Romanos 1:8-17 No me avergüenzo del Evangelio

 

No me avergüenzo del Evangelio

Romanos 1:8-17

 
Objetivo: Hacer nuestro el sentir del siervo de Jesucristo.

Versículos a memorizar: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” Romanos 1:16-17

 

Introducción: En la introducción de la epístola de Pablo a los Romanos destacó su misión y llamado como apóstol, se presentó como siervo de Jesucristo, resaltando su sumisión completa y voluntaria al llamado a predicar el evangelio de salvación, que fue prometido desde el Antiguo Testamento por los profetas en las Santas Escrituras.

 

Pablo destacó la naturaleza de Cristo, que era al mismo tiempo Hijo de Dios, y hombre, descendiente del linaje de David y enfatizó que, la resurrección de Jesús, es la demostración final de su divinidad y poder, una prueba de su victoria sobre el pecado y la muerte.

 

Pablo recibió la gracia y el apostolado de Jesús para llevar el evangelio a todas las naciones, destacando que la verdadera fe conduce a la obediencia a Dios. También mencionó que todos los creyentes en Roma, tanto judíos como gentiles, son amados de Dios y llamados a ser santos, viviendo una vida apartada del pecado y alineada con la voluntad divina.

 

El llamado que Dios nos hace por medio de lo que le escribió Pablo a la iglesia en Roma es; a ser de Jesucristo, a ser santos y a ser mensajeros del evangelio de salvación que hay en Cristo Jesús.

 

Desarrollo:

Vs. 8-10. La intercesión

8 Primeramente doy gracias a mi Dios mediante (por medio de) Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga (se habla bien de su fe) por todo el mundo.

Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo. Pablo comienza su mensaje mostrando gratitud a Dios “mediante Jesucristo”, lo cual es un reconocimiento de que Jesús es el único medio para llegar al Padre, lo que nos enseña que cualquier agradecimiento y oración deben estar centrados en Cristo, ya que él es el único mediador entre Dios y los hombres como dice 1 Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.

 

Con respecto a todos vosotros. Pablo se dirige a toda la comunidad de creyentes en Roma, sin hacer distinción entre los miembros de la iglesia por su origen étnico o social, mostrando su énfasis en la unidad que quiere buscar entre ellos, tampoco agradece a Dios por los fundadores de la Iglesia en Roma, de los cuales no sabemos quiénes fueron, quizá los judíos cristianos que habían emigrado a la ciudad, tal vez después del evento de Pentecostés (Hech. 2), o por cristianos dispersos tras la persecución en Jerusalén, Pablo enfoca su agradecimiento a Dios.

 

De que vuestra fe se divulga por todo el mundo. El motivo de su agradecimiento era que la fe de los romanos había llegado a ser conocida más allá de su propia ciudad. En este contexto, “el mundo” se refiere al mundo conocido del Imperio Romano. El solo hecho de que, en Roma, que era la capital un imperio pagano, hubiera quienes adorasen al verdadero Dios, era sin duda un tema digno de conversación en las otras iglesias.

Aplicación práctica: La fe de los creyentes en Roma era tan notoria que su fama se había extendido. Nuestra fe también debe ser visible y evidente para quienes nos rodean. Debemos vivir de tal manera que nuestro testimonio inspire y anime a otros, mostrando la obra de Dios en nuestras vidas.

9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu (con todo mi corazón) en el evangelio (buenas noticias) de su Hijo, de que sin cesar (continuamente) hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,

Porque testigo me es Dios. Pablo invoca a Dios como testigo de su afirmación que muestra la seriedad y sinceridad de su oración por los romanos a pensar de conocerlos personalmente.

 

A quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo. Pablo declara que su oración estaba dirigida a quien servía genuinamente, proviniendo de su espíritu, que sería el equivalente a decir que servía de todo corazón, lo cual implica una entrega sincera y voluntaria. Este servicio se centra en el “evangelio de Su Hijo”, que es el mensaje de salvación a través de Jesucristo, por lo que era un mensaje Cristo-céntrico que comprende la vida, muerte, resurrección, exaltación de Jesús a la diestra del Padre y la promesa de Su venida.

 

De que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones. Pablo muestra su constancia en la oración por los creyentes en Roma. La frase “sin cesar” indica un compromiso continuo. Pablo como imitador de Cristo, oraba también en intercesión a favor de otros, como lo hizo Jesús por sus discípulos en la oración al Padre de Juan 17:9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son y oró también por los que habían de creer por la palabra de ellos como dice Juan 17:20 Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos.

 

Aplicación práctica: La oración de Pablo por los creyentes en Roma nos desafía a orar regularmente por otros, especialmente por aquellos que están en lugares donde no podemos estar físicamente. Si amamos a Cristo, naturalmente debemos amar a Su iglesia y orar por ella.

 

10 rogando (pidiendo) que de alguna manera tenga al fin (por fin), por la voluntad de Dios, un próspero viaje (la oportunidad) para ir a vosotros.

Rogando que de alguna manera. Pablo en sus oraciones por los romanos, también “rogaba”, implica un ruego profundo y repetido el poder ir a verlos, por lo que vemos que no solo tenía un deseo personal de ir a Roma, sino que lo acompañaba con oración constante.

 

Tenga al fin, por la voluntad de Dios. Pablo reconoce que, aunque su deseo es visitar a los hermanos en Roma, lo sujetaba a "voluntad de Dios". Estaba dispuesto a somete a la voluntad soberana de Dios por encima de sus propios deseos, finalmente se había presentado como siervo de Jesucristo, este mismo principio lo encontramos en Hebreos 6:3 Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.

 

Un próspero viaje para ir a vosotros. El deseo de Pablo era "un próspero viaje" para poder visitar a los creyentes en Roma. La palabra "próspero" implica que Pablo esperaba que Dios no solo le permitiera ir, sino que le proporcionara un viaje seguro y bendecido.

 

Aplicación práctica: Esta actitud de Pablo nos enseña a buscar siempre que nuestros planes y deseos se alineen con la voluntad de Dios, incluso cuando nuestros anhelos sean son buenos y legítimos, necesitamos someternos a la dirección de Dios, confiando en que Él sabe lo que es mejor.

 

Vs. 11-15. El deseo

11 Porque deseo veros, para comunicaros (impartirles, presentarles) algún don (ayuda) espiritual, a fin de que seáis confirmados (fortalecidos);

Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual. Pablo expresa su deseo personal de conocerlos, pero con un propósito espiritual importante, su motivación es un profundo anhelo de edificar a la Iglesia. Pablo quiere impartirles algún "don espiritual". La palabra "don" aquí proviene del griego <karisma>, que se refiere a los dones que provienen de la gracia de Dios. Estos dones los encontramos en Romanos 12:6-8, los dones son dados por Dios para que, rendidos voluntariamente al servicio y autoridad de Cristo, sirvan para la edificación de Su Iglesia. Estos dones son irrevocables, y son dados para alcanza servicio y ayuda mutua:

1.    Profecía (declara la Palabra)

2.    Servicio (demuestra la Palabra)

3.    Enseñanza (define la Palabra)

4.    Exhortación (demanda la obediencia a la Palabra)

5.    Reparte con liberalidad (da de sus recursos con libertad)

6.    Preside con solicitud (dirige y lleva a otros con buena actitud)

7.    Misericordia con alegría (ayuda a los que menos tienen con contentamiento)

 

A fin de que seáis confirmados. El propósito de impartir un don espiritual es "para que seáis confirmados"; esto significa fortalecer o dar firmeza en la fe. Pablo anhela que los creyentes en Roma se fortalezcan espiritualmente, se afiancen más en el evangelio y crezcan en su relación con Dios.

 

Aplicación práctica: Debemos anhelar, como Pablo, ser un instrumento de bendición para los demás, buscando oportunidades para compartir los dones espirituales que hemos recibido de parte de Dios. Esto puede implicar animar a otros, ofrecer apoyo espiritual o compartir la Palabra de Dios, o simplemente dar de gracia de lo que Dios nos ha dado de gracia.

 

12 esto es, para ser mutuamente confortados (alentados, animados) por la fe que nos es común a vosotros y a mí.

Esto es, para ser mutuamente confortados. El anhelo de Pablo en su visita es un tiempo de mutua edificación, lo que muestra el carácter humilde del apóstol, ya que la palabra "confortados" proviene del griego <sumparakaleō>, que significa aliento, consuelo y ánimo. Pablo no solo quiere impartirles algo a los creyentes de Roma, sino que también reconoce que él mismo puede ser animado y fortalecido por ellos.

 

Por la fe que nos es común a vosotros y a mí. Pablo enfatiza que la fe que comparten los creyentes romanos y él, era su vínculo y lo que les permitiría tener aliento mutuo, ya que eran parte de la misma familia en Cristo. Pablo no se presenta como alguien superior o con una fe más fuerte que la de los romanos. Reconoce que puede ser bendecido y animado por ellos de la misma manera que espera bendecirlos.

 

Aplicación práctica: La vida cristiana no es un viaje solitario, la iglesia es un cuerpo interdependiente donde cada miembro tiene un rol, pero ninguno es más importante que otro, todo creyente tiene la necesidad de apoyo y ánimo de la comunidad y todo creyente puede fortalecer y edificar a los demás y estar dispuestos a reconocer sus necesidades y recibir lo mismo de sus hermanos en la fe.

 

13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado (se me han presentado obstáculos)), para tener también entre vosotros algún fruto (cosecha espiritual), como entre los demás gentiles.

Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado). Pablo quiere que los creyentes romanos sepan que su deseo de visitarlos no ha sido un simple pensamiento pasajero, sino que ha intentado en repetidas ocasiones visitar Roma, pero algo siempre se lo ha impedido. El "estorbo" al que hace referencia posiblemente eran responsabilidades ministeriales, ya que más adelante Pablo comenta que había llevado el evangelio desde Jerusalén y los alrededores, llegando hasta el Ilírico (Rom.15:19), que la frontera natural con el mundo romano; siendo un territorio muy amplio, y que esa era la razón principal por la que se había visto impedido de llevar a cabo la visita a Roma como dice en Romanos 15:22:24 22Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros. 23Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, 24cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros.

 

Para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles. Pablo deseaba tener "fruto" entre los romanos; es decir, fortaleciendo a los creyentes existentes, lo y fruto espiritual entre los demás gentiles, lo que significa que Pablo anhelaba predicar el evangelio en la capital del imperio y llevar más personas a la fe en Cristo, finalmente ese había sido su llamado, la predicación a los gentiles.

 

Aplicación práctica: Los impedimentos que Pablo experimentó nos enseñan que Dios tiene un plan soberano y un tiempo perfecto para todas las cosas. Podemos confiar en que, aunque enfrentemos retrasos o cambios de dirección, Dios está obrando para bien, como el mismo Pablo escribirá más adelante en Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

 

14 A griegos (civilizados) y a no griegos (bárbaros, incultos), a sabios (instruidos) y a no sabios (ignorantes) soy deudor (me siendo en deuda, con una gran obligación).

A griegos y a no griegos. La expresión "griegos" se refiere a los pueblos de cultura griega, que hablaban el idioma griego y que eran considerados culturalmente avanzados y educados en ese tiempo. Los "no griegos" (también llamados "bárbaros"), eran aquellos eran aquellos que no hablaban griego, que además no compartían la cultura griega, y por consiguiente, eran considerados como incultos y vistos como inferiores en nivel social. Esta distinción enfatiza la misión universal del evangelio. Pablo está dispuesto a predicar tanto a aquellos que tienen conocimiento y prestigio cultural como a aquellos que no lo tienen.

 

A sabios y a no sabios. Aquí, Pablo se refiere a personas con diferentes niveles de conocimiento e intelecto. Los "sabios" son aquellos que poseen educación, filosofía y conocimientos profundos, probablemente Pablo aquí se refiera a los judíos que eran conocedores de la ley de Moisés, mientras que los "no sabios" son los que carecen de estas cualidades, como los gentiles que desconocían las escrituras hebreas. Pablo no discrimina a nadie; él ve a todas las personas como necesitadas del evangelio, y se siente responsable de llevar el mensaje a todos, sin importar su nivel de sabiduría o educación.

 

Soy deudor. Pablo usa el término "deudor" para expresar su responsabilidad y compromiso de predicar el evangelio. Esta deuda era netamente una obligación espiritual. Él entiende que la gracia de Dios que ha recibido, es algo invaluable, y siente la responsabilidad de compartir esa misma gracia con otros. Su misión es cumplir con el llamado que recibió de Dios, sin importar el tipo de persona a la que tenga que predicar, por eso es que sentía “profundamente obligado” a hacerlo como les dijo a la Iglesia de Corinto en 1 Corintios 9:16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!

 

Aplicación práctica: Todos debemos sabernos “deudores” de la gracia recibida, llevar el mensaje de Cristo a todas las personas, sin importar su origen cultural, social o nivel de conocimiento, quitando cualquier prejuicio que nos impida entregar el mensaje de salvación que hay en Cristo Jesús, ya que no hay personas "más dignas" o "menos dignas" de recibir la gracia de Dios. Todas las personas tienen la misma necesidad de la salvación.

 

15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a (tengo gran anhelo de) anunciaros (predicarles) el evangelio (las buenas noticias de Cristo) también a vosotros que estáis (viven) en Roma.

Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también. La expresión "pronto estoy" refleja que Pablo estaba dispuesto y ansioso para llevar las buenas nuevas de Cristo a Roma, lo cual muestra su corazón misionero y la pasión que tenía por el evangelio.

 

A vosotros que estáis en Roma. Pablo se dirige tanto a los judíos como a los gentiles que componían la iglesia en Roma. Su deseo de predicar en Roma refleja su entendimiento de que el evangelio era para todos, sin importar su trasfondo étnico o cultural.

 

Aplicación práctica: Esta actitud de Pablo nos debe animar a estar siempre dispuestos a compartir el evangelio. La disposición no depende de las circunstancias, sino del llamado de Dios y del amor hacia aquellos que aún necesitan escuchar las buenas nuevas.

 

Vs. 16-17. El evangelio

16 Porque no me avergüenzo del evangelio (las buenas noticias de Cristo), porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree (para salvar a todos los que creen); al judío primeramente, y también al griego (gentiles, no judíos).

Porque no me avergüenzo del evangelio. Pablo comienza afirmando que no se avergüenza del evangelio, de hecho era algo de lo que se sentía orgulloso, como dijo en Gálatas 6:14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Esto es significativo, ya que el evangelio era considerado escandaloso y hasta ofensivo en la sociedad de su tiempo.

 

La crucifixión de Cristo era vista como un símbolo de humillación, y muchos consideraban la predicación de un Salvador crucificado como una locura como Pablo escribió en 1 Corintios 1:18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Sin embargo, Pablo declara valientemente que no tiene vergüenza del evangelio, pues reconoce que es el único plan de salvación de Dios para los hombres.

 

Porque es poder de Dios para salvación. Pablo describe el evangelio como el "poder de Dios" que trae "salvación". La palabra "poder" proviene del griego <dynamis>, de donde surgen las palabras en español "dinamita" y “dínamo”, lo que indica que el evangelio tiene un poder inmenso y transformador de movimiento constante, que es capaz de cambiar la vida de una persona, pero, sobre todo, de salvarla de las consecuencias del pecado. La salvación implica la liberación de la condena eterna, la reconciliación con Dios y poder tener una vida eterna en Cristo.

 

A todo aquel que cree. La salvación a través del evangelio está disponible para todos aquellos que creen en Cristo como salvador como dice Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. No se trata de obras, linaje o méritos propios, sino de la fe en Jesucristo. La fe es el único medio para adquirir la salvación y esa fe viene como un regalo de Dios para los hombres, como le diría el mismo Pablo a la Iglesia de Éfeso en Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.

 

Al judío primeramente, y también al griego. Pablo enfatiza la prioridad histórica de los judíos en el plan de salvación. Dios escogió al pueblo de Israel para revelar Su ley y Sus promesas. Jesús vino primero a los judíos, pero la salvación no se limita a ellos. El evangelio también es para los gentiles ("griegos" es una forma de referirse a todos los que no son judíos). Esta frase refleja el plan de Dios de alcanzar a todas las naciones, cumpliendo la promesa hecha a Abraham en Génesis 22:18

En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.

 

Aplicación práctica: Como el evangelio tiene un poder real que transforma vidas, debemos proclamarlo, aun sabiendo que, en nuestra sociedad, habrá personas que lo pueden rechazar, o incluso, que se burlaran de nuestras creencias cristianas, pero el desafío que nos deja este pasaje es vivir con valentía y proclamar la verdad del evangelio sin temor ni vergüenza.

 

17 Porque en el evangelio (las buenas noticias de Cristo) la justicia de Dios se revela por fe y para fe (se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin), como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá (es por medio de la fe que el justo tiene vida).

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe. La "justicia de Dios" en este contexto se refiere a la justicia que Dios concede a los creyentes por medio de la fe en Jesús, cuando confían que en la Cruz, Cristo murió por sus pecados, sustituyéndolos al ocupar el lugar que ellos merecían como dice 1 Pedro 3:18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu, cancelando con ello la pena del pecado que es la separación eterna de Dios.

 

El ser declarado por Dios como justo por medio de la obra de Cristo en la cruz, que es la manera en la que Dios justifica al pecador como dice 2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

 

Pablo dice que esa justicia de Dios, o el hecho de que Dios justifique a un pecador se hace accesible y visible "por fe y para fe", esto quiere decir que la justificación se origina y culmina en la fe; en otras palabras, que, desde el comienzo hasta el final, la vida del creyente se fundamenta en la fe; no en alguna obra humana que pueda traer la justicia de Dios; solo la fe en Cristo permite que alguien sea justo ante Él como le escribiera Pablo a la Iglesia de Filipos en Filipenses 3:9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.

 

Como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Pablo usa la cita de Habacuc 2:4, para demostrar que la justificación por la fe no es un concepto nuevo, sino algo que ya había sido revelado en las Escrituras, mismo concepto que encontramos cuando Dios declaró como justo a Abraham cuando creyó como dice Génesis 15:6 Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.

Doctrina Fundamental: Este versículo es un recordatorio de que nuestra justificación ante Dios no se basa en nuestras obras, sino en la fe en Jesucristo. Es un mensaje que nos libera de la carga de intentar ser justos a través de nuestros propios esfuerzos, y nos lleva a poner toda nuestra confianza únicamente en el sacrificio de Cristo en la cruz, ya que la justicia no es algo que podamos alcanzar por nosotros mismos, la justicia que necesitamos proviene de Dios y se recibe solamente por la fe.

Conclusión: Hacer nuestro el sentir del Pablo; no avergonzarnos del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.

Thursday, October 24, 2024

Romanos 1:1-7 Llamados a ser de Jesucristo

 

Llamados a ser de Jesucristo

Romanos 1:1-7

 
Objetivo: Responder al llamado del Evangelio, obedeciendo a la fe por amor de Su Nombre.

 

Autor y contexto histórico:

El autor es el apóstol Pablo, quien escribió la carta alrededor del año 57 d.C. probablemente mientras estaba en la ciudad de Corinto en su tercer viaje misionero, y muestra su intención de preparar su visita a Roma (Rom. 1:10-13) con el propósito de que ellos fueran la Iglesia base de su ministerio para evangelizar España (Rom. 15:24,28). Viaje a Roma que no pudo hacer en libertad, ya que llego a Jerusalén llevando una ofrenda que había levantado entre las iglesias de Macedonia y Acaya para los hermanos pobres en Jerusalén (Rom. 15:26), donde fue arrestado (Hech. 21:33) y llevado a Roma (Hech. 28:16) y tratado como prisionero mientras esperaba su juicio por parte del César (Hech. 28:30-31), (Se cree que fueron dos periodos separados de dos años de encarcelamiento en Roma, con un total de 4 años).

 

La comunidad cristiana en Roma había surgido sin la intervención directa de Pablo, y probablemente fue fundada por judíos cristianos que habían emigrado a la ciudad, tal vez después del evento de Pentecostés narrado en Hechos 2, o por cristianos dispersos tras la persecución en Jerusalén.

 

Roma era la capital del Imperio Romano, la ciudad más grande y poderosa del mundo en esa época, con una mezcla de culturas y religiones. La iglesia en Roma estaba compuesta tanto por judíos convertidos como por gentiles (no judíos). Sin embargo, habían surgido tensiones entre ambos grupos. Los judíos (incluyendo los cristianos de origen judío) habían sido expulsados de Roma durante un tiempo bajo el emperador Claudio (alrededor del 49 d.C.), entre ellos se encontraban Aquila y Priscila como dice  Hechos 18:2b Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma, cuando los expulsados regresaron después de la muerte de Claudio (54 d.C.), encontraron una comunidad cristiana mayoritariamente gentil. Esto provocó conflictos sobre la observancia de la ley judía, y quizá eso fue lo que motivó a Pablo a escribirles esta epístola a los romanos para aclarar su comprensión del evangelio y cómo la salvación por la fe en Cristo unifica a judíos y gentiles bajo un mismo mensaje de redención.

 

Desarrollo:

V. 1. El Apóstol

1 Pablo, siervo (esclavo) de Jesucristo, llamado (elegido por Dios) a ser apóstol, apartado (separado) para el (anunciar) evangelio (las buenas noticias) de Dios,

Pablo. Pablo se presenta primero por su nombre, anteriormente era conocido como Saulo de Tarso (nombre hebreo), el apóstol adoptó el nombre Pablo (un nombre romano) o quizá tenía dos nombres, uno hebreo y uno romano, lo que era común en esa época (ejemplo Juan Marcos). Pablo significa pequeño, y fue el que comenzó a utilizar cuando comienza su ministerio con los gentiles (Hech. 13:9).

 

Siervo de Jesucristo. La palabra griega usada para "siervo" es <doulos>, que literalmente significa "esclavo". Pablo, al identificarse como "siervo de Jesucristo", destaca su completa sumisión a Cristo, no usa la palabra como una esclavitud forzada, sino como una entrega voluntaria, como la de un esclavo por amor. Para Pablo, este título es superior a cualquier otro, ya que indica su completa entrega al servicio de Dios en la predicación de Su evangelio.

 

Llamado a ser apóstol. La palabra “apóstol” significa “enviado” o “mensajero”; es decir, aquel qué es enviado a dar un mensaje. Pablo enfatiza que su apostolado no es algo que él haya escogido o para lo cual se haya preparado de manera personal, sino que fue llamado por Jesucristo para esa función. Este llamamiento sucedió en el camino a Damasco (Hch. 9:5-6), y cuyo llamado fue especialmente a llevar el evangelio a los gentiles.

 

Apartado para. La palabra griega para "apartado" es <aphŏrizō> que significa ser “separado” o “consagrado” para un propósito específico. Pablo fue elegido por Dios mismo para llevar a cabo la misión de proclamar el evangelio. Este "apartamiento" no es solo una llevar a cabo una función, sino de identidad, su vida entera estaba dedicada al evangelio.

 

El evangelio de Dios. Pablo no se refiere al evangelio como algo suyo, o de los hombres, sino que el mensaje que predica proviene directamente de Dios, que el origen del evangelio de salvación es Dios, que fue diseñado por Él desde antes de la fundación del mundo (Ef. 1:4).

 

Aplicación práctica: Podemos ver en Pablo humilde y con autoridad al mismo tiempo, se presenta como un siervo, pero también un apóstol llamado por Cristo. Esto nos enseña que la verdadera autoridad en el servicio a Dios, no se trata de exaltación personal, sino de sumisión a la voluntad de Dios y la exaltación de Jesucristo.

 

Vs. 2-6. El Evangelio

2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras,

Que él había prometido antes. El evangelio de salvación en Cristo Jesús no era algo nuevo, sino que fue prometido por Dios desde Génesis, Dios prometió que traería redención, como se ve en promesas como la simiente de la mujer que aplastaría la cabeza de la serpiente (Gn. 3:15), y después en las promesas hechas a Abraham (Gn. 12:3; 22:18), en las que Dios promete bendecir a todas las naciones a través de su descendencia, etc. Pablo les dice que el evangelio de Jesucristo es el cumplimiento de estas promesas.

 

Por sus profetas. Esas promesas fueron reveladas por medio de los profetas. A lo largo del Antiguo Testamento, los profetas de Israel anunciaron la venida de un Salvador, el Mesías, quien traería redención (salvación) y restauración. Algunos ejemplos son:

 

·      Isaías habló del "siervo sufriente" que sería herido por nuestras transgresiones y aplastado por nuestras iniquidades (Is. 53).

·      Jeremías profetizó sobre un “Nuevo Pacto” que Dios haría con Su pueblo (Jr. 31:31-34).

·      Ezequiel habló de un tiempo en que Dios limpiaría a Su pueblo y les daría un “Nuevo Corazón” (Ez. 36:26-27).

·      Daniel predijo la venida de un “Reino Eterno” (Dn. 2:44; 7:13-14).

 

El Evangelio de salvación en Cristo, es la continuación y cumplimiento de lo que los profetas profetizaron.

 

En las santas Escrituras. En ese momento, Pablo se refiere a lo que hoy conocemos como el Antiguo Testamento. Pablo con esto muestra dos cosas; primero que el evangelio no es una doctrina inventada recientemente, sino que se encuentra arraigado en las Escrituras inspiradas por Dios; y segundo, añade peso y legitimidad para los gentiles que tal vez no estaban tan familiarizados con las Escrituras.

 

Aplicación práctica: Así como Dios cumplió sus antiguas promesas de salvación, podemos confiar en que Él cumplirá las promesas de salvación que nos ha hecho en Cristo Jesús, ya que Su fidelidad no cambia, y Su Palabra sigue siendo igual de segura que lo fue anteriormente.

 

3 (Buena noticia) acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje (descendiente) de David según la carne (en su vida terrenal).

Acerca de. Pablo deja claro que el tema principal de las Escrituras es Jesucristo, el Hijo de Dios y que Jesús es, tanto el centro del evangelio, como la razón de nuestra salvación.

 

Su Hijo. Al mencionar Pablo a Jesús como el “Hijo de Dios”, está afirmando la deidad de Cristo. No lo presenta como un profeta o un maestro, sino el Hijo eterno de Dios, destacando Su naturaleza divina, en quien habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad (Col. 2:9).

 

Nuestro Señor Jesucristo. Pablo utiliza tres títulos importantes para referirse a Jesús:

 

Señor, del griego <Kurios> que significa dueño o amo, que era el título que se aplica a Dios en el Antiguo Testamento, por lo que el título de Señor es una declaración tanto de su poder supremo como de su deidad.

 

Jesucristo. El nombre Jesús, que significa "Yahvé salva”; es decir, Dios es su función como Salvador, mientras que Cristo viene del griego <Cristos>, que significa Mesías o Ungido, y señala que Él es el Ungido de Dios, el Mesías prometido. Jesucristo junta el nombre de Jesús con su misión: salvar al mundo y cumplir las promesas del Antiguo Testamento como el Mesías prometido

 

Que era del linaje de David según la carne. Aquí Pablo resalta la humanidad de Jesús. Aunque Jesús es el Hijo de Dios y, por lo tanto, divino, también fue plenamente humano. Pablo subraya que Jesús vino "del linaje de David", lo que es muy importante dos razones; primero porque Dios había prometió que el Mesías vendría del linaje de David (2 Sam. 7:12-13), por lo que Pablo está confirmando que Jesús es el cumplimiento de esta promesa, y segundo, porque la frase "según la carne" enfatiza la humanidad de Jesús, ya que, aunque Jesús es el Hijo de Dios, también tomó forma humana, encarnándose en la descendencia de David.

 

Doctrina básica: Esta doble naturaleza de Cristo —que es al mismo tiempo Dios y al mismo tiempo hombre— fue indispensable para permitir que Jesús fuera el único representante adecuado el sacrificio perfecto para los pecados del mundo, ya que vivió como hombre, pero sin pecado (Heb. 4:15), cumpliendo así, las demandas de la ley de Dios. Como hombre, Jesús puede identificarse con nosotros; y como Dios, tiene el poder para salvarnos.

 

4 que fue declarado (designado, quedó demostrado que era) Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad (Espíritu Santo), por la resurrección de entre los muertos.

La palabra griega para "declarar" es <horizo> que significa “definido” o “marcado”, y es que la resurrección de Jesús es el evento más importante en la historia de la humanidad, sin la resurrección, nuestra fe sería vana (1 Cor. 15:14). Fue en la resurrección de Cristo, que llevó a cabo el Espíritu Santo con poder, donde se validó todo lo que Jesús enseñó y proclamó acerca de sí mismo, fue en esa resurrección de entre los muertos donde dónde se determinó la supremacía de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte, y donde quedó demostrado al mundo, de manera concluyente, Su deidad.

 

Doctrina básica: La resurrección de Cristo no solo es una declaración de Su poder, sino una promesa de nuestra futura resurrección. Aquellos que estamos en Cristo también seremos resucitados a una vida nueva y gloriosa, como Dios lo prometió (1 Cor. 15:20-22) y como Jesús lo dijo en Juan 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

 

5 y por quien recibimos la gracia (privilegio) y el apostolado (autoridad), para la obediencia a la fe (la obediencia que viene de la fe) en todas las naciones por amor de su nombre.

Y por quien recibimos la gracia y el apostolado. En el “por quien”, Pablo se refiere a Jesucristo (Rom. 1:3), de quien recibió la gracia; es decir, el regalo inmerecido de Dios de la salvación, pero también, por gracia y sin ningún mérito personal, el privilegio del llamado al apostolado (función de apóstol), mismo que recibido de Dios y no de los hombres (Gal. 1:1).

 

Para la obediencia a la fe. La fe en Cristo no es solo una creencia intelectual o una aceptación de ciertos hechos históricos, o una confesión de algunas frases con las cuerdas vocales; sino que la verdadera fe puesta en Jesucristo, siempre conduce a una vida de obediencia a Dios, ya que transforma el corazón de las personas, y esa transformación se manifiesta en una vida que obedece a Dios.

 

En todas las naciones. Esta fe puesta en Jesucristo que conduce a la obediencia a Dios, no era solo para una sola nación o cultura como los judíos, incluía también a todos los gentiles que eran parte de la Iglesia en Roma, y se extendía para todas las naciones donde el evangelio sería predicado (Mt. 28:19).

 

Por amor de su nombre. Pablo no buscaba fama o reconocimiento personal con la predicación del evangelio, sino que el nombre de Jesucristo fuera glorificado, todo eso lo hacía por amor del nombre de Jesús.

 

Aplicación práctica: Las religiones piden que obedezcas cosas con la promesa de que eso te dará más fe, pero en evangelio de salvación de Cristo no es así, la obediencia a Dios viene como resultado de una fe genuina puesta en Cristo como Salvador. Esto significa que nuestra fe debe transformarse en acciones diarias de obediencia a Su Palabra.

 

6 entre las cuales (esas naciones) estáis también vosotros , llamados a ser de (pertenecer a) Jesucristo;

Pablo le dice a la Iglesia de Roma, que estaba compuesta tanto de creyentes judíos como gentiles, estaban incluidos en el plan de Dios de traer obediencia a la fe en todas las naciones. Desde este momento Pablo comienza a dejar claro lo que desarrollará más adelante, que no hay distinción entre judíos y gentiles en el evangelio, ya que todos son llamados a "ser de Jesucristo"; es decir, a pasar a ser de Su propiedad, este llamado no solo los invita a la fe, sino a una relación íntima y permanente con Cristo. Los creyentes ya no viven para sí mismos, sino para Jesús, quien los ha salvado y les ha dado una nueva identidad.

 

Aplicación práctica: Los creyentes ya no somos dueños de nuestras propias vidas, sino que vivimos para Cristo, lo que es algo bueno, porque el Señor siempre tendrá mejores planes para nosotros, que nuestros propios planes; por eso, el mismo Pablo le escribía a la Iglesia de Galacia de la siguiente manera en Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

 

V. 7. Llamados

7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

A todos los que estáis en Roma. Aunque Pablo aún no había visitado Roma cuando escribió esta carta, les muestra un profundo amor y aprecio y resalta el "a todos" para reforzar la idea de la unidad dentro de la iglesia que incluía tanto a judíos como a gentiles, que ahora forman parte de un solo cuerpo en Cristo.

 

Amados de Dios. Los creyentes somos “amados de Dios”, y Su amor no es condicional, ni está basado en ningún mérito humano o en alguna obra o comportamiento, sino que nos amó ya, enviando a su Hijo a morir por nosotros, como dice Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

 

Llamados a ser santos. Todos los amados de Dios, hemos sido llamados a ser santos; es decir “apartados” para Dios. Santidad no se refiere a la perfección moral de una persona, sino a una vida alineada a la voluntad de Dios expresada en Su Palabra y separada del pecado; es decir, a reflejar el carácter de Dios de manera cotidiana en nuestras vidas.

 

Gracia y paz a vosotros. Dios nos ha provisto de gracia, que es Su favor inmerecido, tanto para salvarnos, como para vivir una vida cotidiana en santidad, pero también nos ha dado la paz con Dios, ya que, a través de Jesucristo, hemos sido reconciliados con Dios, y esa reconciliación trae paz (Rom. 5:1).

 

De Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Esta gracia y paz provienen de dos fuentes, que en realidad es una sola: de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo, ya que en unidad ha planeado y ejecutado la obra de salvación para la humanidad. Al mencionar a Jesucristo junto con el Padre, Pablo remarca una vez más, la autoridad, señorío y deidad de Jesús.

 

Aplicación práctica: Sabernos amados de Dios, nos debe proporcionar confianza y paz, especialmente en medio de las pruebas y dificultades. El amor de Dios es el fundamento de nuestra identidad y nos debe de llevar a vivir una vida en santidad, ya que hemos sido llamados a vivir de manera diferente al mundo, mostrando el amor, la justicia y la pureza de Dios en todo lo que hacemos.

 

Conclusión: Responder al llamado del Evangelio, obedeciendo a la fe por amor de Su Nombre.

 

 

Romanos 3:21-31 Justificados por la fe

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