Objetivo: Ayudar al jóven a saber que Dios es soberano y se
complace guiando a su pueblo al arrepentimiento.
Introducción: Jacob antes de morir, o como dice la Escritura, de
ser unido a su pueblo, reunió a sus 12 hijos que se convertirían en las “tribus
de Israel” y los bendijo declarándoles lo que habría de aconcontecer con cada
uno de ellos y su descendencia cuando Dios los regresara a la tierra de Canáan
que Dios le había prometido a Abraham y a su descendencia por medio de la
promesa.
Bosquejo:
Vs. 1-14. El juramento y la gracia
1 Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró
sobre él, y lo besó.
Una vez muerto Jacob,
José mostró con dolor, llanto y besos el profundo amor que tenía por él.
2 Y mandó José a sus siervos los médicos que embalsamasen a
su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.
3 Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días
de los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días.
Embalsamar es tratar a
un cadaver con ciertas sustancias para evitar su descomposición (las momias
egipcias son cadáveres embalsamados).
José mandó que
embalsamasen a Jacob, primero porque era una práctica en Egipto, que por cierto
no era para cualqueira, ya que costaba mucho dinero por emplear muchos aceites
y sustancias por 40 dias y solo la podían tener gente de la realeza, y segundo
porque había promedido que lo transportaría hasta Canaán. Vemos tambien que los
Egipcios lloraron a José 70 dias, sin duda por que apreciaban mucho a José y
veían que él apreciaba a su padre, y aún probablemente, esos 17 años que Jacob
vivió en Egipto, quizá pudo dar testimonio del hombre de Dios que se había
vuelto.
4 Y pasados los días de su luto, habló José a los de la casa
de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que
habléis en oídos de Faraón, diciendo:
5 Mi padre me hizo jurar, diciendo: He aquí que voy a morir;
en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás;
ruego, pues, que vaya yo ahora y sepulte a mi padre, y volveré.
6 Y Faraón dijo: Ve, y sepulta a tu padre, como él te hizo
jurar.
7 Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron
con él todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa, y todos los
ancianos de la tierra de Egipto,
8 y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su
padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus
vacas.
9 Subieron también con él carros y gente de a caballo, y se
hizo un escuadrón muy grande.
José pidió permiso al
Faraón de ir a sepultar a su padre a la tierra de Canáan junto con sus
hermanos, contándole que había hecho esa promesa antes de que muriera y
avisándole que volvería a Egipto, para lo cual y como garantía de ese regreso
dejaron en Egipto a los niños y al ganado, a lo que Faraón le dio permiso y al
parecer mandó o permitió también que sus otros jefes de la realeza acompañaran
a José, y haciendo una procesión funebre muy vistosa, dándole así mucha honra a
José y a Jacob.
10 Y llegaron hasta la era de Atad, que está al otro lado del
Jordán, y endecharon (cantar canciones en un
funeral) allí con grande y muy triste lamentación;
y José hizo a su padre duelo por siete días.
11 Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el
llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios; por
eso fue llamado su nombre Abel-mizraim <Llanto
de Egipto>, que está al otro lado del
Jordán.
El funeral fue muy
hostentoso que llamo la atención de los moradores del lugar.
12 Hicieron, pues, sus hijos con él según les había mandado;
13 pues lo llevaron sus hijos a la tierra de Canaán, y lo
sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham con
el mismo campo, para heredad de sepultura, de Efrón el heteo, al oriente de
Mamre.
14 Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que
subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo sepultado.
Jacob le habia hecho
prometer a José que lo enterraria en la cueva donde estaba sus abuelos paternos
Abraham y Sara, y sus padres Isaac y Rebeca, y donde el mismo Jacob había
puesto a su primera esposa Lea, pero también les hizo esa petición a sus otros
11 hijos, y todos cumplieron llevándolo a la cueva de Macpela.
Vs. 15-21. El ruego y el consuelo.
15 Viendo los hermanos de José que su padre era muerto,
dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le
hicimos.
Los hermanos de José
pensaban que el favor que habían recibido solo era como consecuencia de la
honra de José con su padre Jacob, y que ahora que no estaba mas con ellos, ya
no los quisiera cerca de él.
16 Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su
muerte, diciendo:
17 Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la
maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te
rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José
lloró mientras hablaban.
No aparenta ser cierto
que su padre dejo dicho eso, lo que si es verdad es que por primera vez estan
confesando su maldad y pecado a su hermano José, lo que conmovió de nuevo a
José que lloró al escucharlo.
18 Vinieron también sus hermanos y se postraron delante
de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos.
19 Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en
lugar de Dios?
Parece que José manda
traer a sus hermanos para que esuchen de el mismo que no tiene nada contra
ellos, lo primero que les reitera es que no tengan temor, ya que el temor
siempre estará presente en los pecados no confesados, y además José tiene claro
que solo Dios tiene la capacidad de Juzgar o vengar y no él.
20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo
encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho
pueblo.
José reconfirma que
entendió claramente el propósito de Dios en todos estos años, que ciertamente
sus hermanos habían tratado de hacerle mal, pero Dios tomo todo eso y lo
conviertió en algo bueno, al ponerlo como un instrumento de mantaner con vida
tanto a los Egipcios, a los Cananeos y a toda la familia de su padre.
21 Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a
vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón.
José les confirmo que
continuaria teniendo favor para con ellos, por lo que ellos quedaron
consolados.
Vs. 22-26. La promesa y el juramento.
22 Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y
vivió José ciento diez años.
23 Y vio José los hijos de Efraín hasta la tercera
generación; también los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron criados sobre
las rodillas de José.
Dios le permitió a José
no solo ver, sino criar cerca de él a sus nietos y bisnietos, que serían
aquellos que saldrían años después junto con Moisés rumbo a la tierra
prometida.
24 Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios
ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a
Abraham, a Isaac y a Jacob.
25 E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo:
Dios ciertamente os visitará, y haréis llevar de aquí mis huesos.
José les recordo a sus
hermanos la promesa de Dios a Abraham en Génesis 15:13-14,16a13 Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu
descendencia morará en tierra ajena (Egipto), y será esclava allí, y será
oprimida cuatrocientos años. 14 Mas también a la nación a la cual
servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 16 Y en
la cuarta generación volverán acá (a Canaán). José sabe que Dios
cumplira esa promesa en el tiempo perfecto y les pide que cuando eso suceda, no
dejen sus huesos en Egipto, sino que lo lleven con ellos cuando salgan.
26 Y murió José a la edad de ciento diez años; y lo
embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto.
A José también lo
embalsamaron como a Jacob, y puesto es un ataúd en Egipto, que al final era un
lugar temporal ya que años más adelante cuando el pueblo de Israel salga de
Egipto, lo tomarán y lo llevarán con ellos durante los 40 años en el desierto
para finalmente sepultarlo en Siquem (Josué 24:32), ya no quedaría en la cueva
de Macpela que fué la que compro su bisabuelo Abraham, sino en la tierra que
compro su padre Jacob en Siquem (Génesis 33:19).
Aplicación Práctica:
1)
Aprender que Dios es Soberano, es decir; que tiene
autoridad sobre toda su creación, que aún cuando los hermanos de José le
pensaban hacer mal, Dios cambio ese resultado para bien y para llevar a cabo Su
propósito en José.
2)
Que tenemos necesidad de arrepentirnos constantemente
delante de Dios, un pecado con confesado siempre traera termor en nuestras
vidas como los hermanos estaban temerosos hasta que confesaron su maldad y
pecado y recibieron palabras de consuelo.
3)
Identificarnos con el pueblo de Dios donde pertenecermos.
José podría haber quedado sepultado en alguna piramide de Egipto con mucha
fama, oro, etc, pero prefirió ser enterrado en la tierra que Dios había
prometido a sus ancestros, ya que a pesar de que vivió la mator parte de su
vida en Egipto, se identificaba mas con el pueblo escogido de Dios de donde
pertenecía.
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