Objetivo: Ser guiados hacia Su gloria, a través del arrepentimiento, agradecimiento y
adoración, derivados de la gracia de Dios y su presencia misericordiosa en
nuestras vidas.
Introducción: El diálogo entre Dios y Moisés continua (Éxodo
32:34), y el Señor instruye a Moisés a seguir su camino a la tierra prometida
que juro a sus padres Abraham, Isaac y Jacob. Además, le dice que enviara a un
ángel para que le ayude a tomar posesión de la tierra habitada por enemigos
Este relato muestra la
tensión entre el justo juicio de Dios queriendo consumir al pueblo por su
pecado y la misericordia a la que ha sido movido al escuchar la oración de su
siervo Moisés.
Una y otra vez el pueblo
ha mostrado rebelión contra Dios, desde de salieron de Egipto se qujaban con
Moisés pensando que morirían antes de cruzar el mar rojo (Ex 14), cuando
murmuraron de Moisés depues de probar las aguas amargas (Ex 15), cuando se
quejaron por comida y Dios les dio maná y aún le desobedieron tomando el día
que no deberían de tomar (Ex 16), cuando más adelante hubo falta de agua y
altercaron con Moisés (Ex 17), y ahora la idolatría del becerro de oro (Ex 32).
Pero el Señor ha sido
movido una vez mas a misericordia, siendo esa su naturaleza como lo declara el Salmo 103:8 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y
grande en misericordia. No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el
enojo. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha
pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre
la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
Vs. 1-6 Guiados al arrepentimiento
1 Jehová dijo a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo
que sacaste de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham,
Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré;
2 y yo enviaré delante de ti el ángel, y echaré fuera al
cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo
Dios hace sentir su enojo por el episodio anterior
llamando a Israel; “el pueblo que sacaste de Egipto” pero su fidelidad al pacto
incondicional juramentado a Abraham, Isaac y Jacob, le obliga a cumplir con Su
promesa de dar a su descendencia la tierra del cananeo, el amorreo, el heteo,
el ferezeo, el heveo y el jebuseo; tierra que fluye leche y miel, y aún
asegurarse que gracias a Su ángel, éstos serán echados fuera de ella.
3 (a la tierra que fluye leche y miel); pero yo no subiré en
medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el
camino.
La tierra donde fluye leche y miel, es una frase que
habla de una tierra de abundancia aún en condiciones extremas como el desierto
en Israel, donde pueden vivir cabras que producen leche y donde crecen palmas
de dátiles que producen miel.
Aplicación
Práctica: Pregunta; ¿Qué es más importante, la tierra a poseer o la
presencia de Dios en medio de nosotros?, ¿Los beneficios temporales o la guía
de nuestro Señor para el cumplimiento de Su propósito en nosotros? Nosotros,
Israel, el pueblo de Dios; segumos viciendo con el cuello endurecido, deseando
lo temporal, es tiempo de que nuestras oraciones tegan más que ver con el deseo
de ver Su gloria y de llevar a cabo Su propósito en nuestras vidas, que el orar
para cubrir nuestras necesidades temporales.
4 Y oyendo el pueblo esta mala noticia, vistieron luto, y
ninguno se puso sus atavíos (adornos,
joyas).
La buena noticia es que iban a llegar a la tierra
prometida, que los habitantes de esa tierra serían destruidos para que Isrel la
poseyera y que un enviado de Dios les llevaría hasta allá, sin embargo la mala
noticia era que Dios no iría con ellos, eso produjo tristeza en el pueblo y que
vistieran de luto, mostrando el dolor de una grande perdida y no vistieran con
adornos de joyas.
5 Porque Jehová había dicho a Moisés: Di a los hijos de
Israel: Vosotros sois pueblo de dura cerviz; en un momento subiré en medio de
ti, y te consumiré. Quítate, pues, ahora tus atavíos (adornos, joyas),
para que yo sepa lo que te he de hacer.
6 Entonces los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos
desde el monte Horeb.
Dios dio la instrucción a Israel de quitarse sus
adornos como señal de luto (dolor por su pecado). Los atavíos (joyas, adornos)
muestran el enfoque del corazón del hombre.
Aplicación
Práctica: ¿Dónde tenemos puesta nuestra mirada?, ¿cuánto tiempo invertimos en nuestro
arreglo personal, en las cosas que deleitan a la vista y muestran al mundo nuestra
“belleza”?. Un corazón enfocado en el Señor no desperdicia el tiempo en cosas
de este mundo, sino que es consumido con el deseo de usar el tiempo teniendo
comunión con su Dios, por eso el apóstol Pedro escribio lo siguiente en 1 Pedro 3:3-4 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos,
de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el
incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima
delante de Dios
Más adelante, esos atavíos de ropa y de joyas se
convirtieron en ofrendas para el tabernáculo,
para la obra de Dios como indica Éxodo 35:22-23
Vs.
7-11 Guiados al agradecimiento y adoración
7 Y Moisés tomó el tabernáculo, y lo levantó lejos, fuera del
campamento, y lo llamó el Tabernáculo de Reunión. Y cualquiera que buscaba a
Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento.
Este
tabernáculo temporal no era el mismo que Dios estuvo instruyendo a Moisés
(Capítulos 25-31), sino una tienda temporal donde Moisés y el Señor se reunían
a tener comunión. El tabernáculo se construirá mas adelante (Capítulos 36 – 40)
y se le llamo también el tabernáculo de reunión ya Dios en realidad vino a
encontrarse con Moisés allí, el cual se mostraba por la columna de nube.
Y cualquiera que Buscaba... La invitación
de buscar la Señor era para todos como dice Isaías 55:1-2 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que
no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin
precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro
trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará
vuestra alma con grosura.
8 Y sucedía que cuando salía Moisés al tabernáculo, todo el
pueblo se levantaba, y cada cual estaba en pie a la puerta de su tienda, y
miraban en pos de Moisés, hasta que él entraba en el tabernáculo.
9 Cuando Moisés entraba en el tabernáculo, la columna de nube
descendía y se ponía a la puerta del tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés.
10 Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a la
puerta del tabernáculo, se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y
adoraba.
11 Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla
cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento; pero el joven Josué hijo
de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del tabernáculo.
La expresión “Cara a cara”, no significa que Dios se
apareció a Moisés en forma humana, (de la forma que Él lo hizo con Abraham en
Génesis 18). Por lo que la frase de cara a cara sería simplemente una forma
figurativa, la cual significa un compañerismo abierto y sin censura; como la de
un amigo y nos recuerda la relación que Jesús tiene con los suyos en Juan 15:14-17 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os
mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor;
pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he
dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a
vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto
permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Josué servía a Moisés pero adorodaba a Dios,
vemos que nunca se apartaba de en medio del tabernáculo, no cabe duda de que
Dios estaba preparando a Josué servidor de Moisés, para ser su sucesor.
Vs.
12-17 Guiados por Su Presencia y Su Gracia
12 Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: Saca este
pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú
dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos.
“No me has declarado a quién enviarás conmigo” … Ciertamente Dios ya le
había dicho en 2 ocasiones que el ángel iría delante de ellos, pero
probablemente Moisés hace esta declaración porque no ha obtenido la respuesta
que quiere, el anhelo; la petición de su corazón es la misma presencia del
Señor.
Si bien Romanos 3:11 dice que no hay quien busque a Dios, esto es en los
no nacidos de nuevo, pero para aqeullos que ya hemos sido regenerados, la
gracia de Dios produce en Sus hijos el anhelo de buscarle mas cada vez, como
los expresó David en el Salmos 27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su
templo.
13 Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego
que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus
ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo.
La petición de Moisés (apelando a la Gracia misma del Señor) es que le
muestre Su camino para caminar en obediencia y seguir hallando gracia sobre
gracia, que resultará en la gloria del Nombre del Señor.
14 Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.
15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo,
no nos saques de aquí.
Dios le dice que irá con Moisés, pero no le dice que
irá también con el pueblo, debido a eso es la respuesta de Moisés de perdir en
“plural” que no los sacara del monte Sinaí.
16 ¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus
ojos, yo y tu pueblo, sino en que tú andes con nosotros, y que yo y tu pueblo
seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?
“Yo y tu pueblo”, “que andes con nosotros” … Moisés
le pide a Dios que vaya no solo con él, sino con todo el pueblo también, y que
la presencia de Dios en medio de ellos es lo que los haría verdaderamente
diferentes de las otras naciones.
17 Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho,
por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre.
Dios le concede a al intercesor Moisés su
petición de ir también con el pueblo.
Aplicación
Práctica: La presencia del Señor en
nuestras vidas hace que seamos un pueblo diferente, que vayamos en contra de la
corriente de este mundo que solo busca la vanagloria y los placeres temporales,
la presencia de Dios nos hace que caminemos mostrando en nuestras vidas los
atributos de Aquel que nos salvó.
Vs.
18-23 Guiados hacia Su Gloria
18 El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.
Solo después de tener la más intensa comunión con Dios por 40 días y 40
noches escuchando Su Palabra y estando en Su presencia, admirando Su
misericordia; es que se produjo en Moisés un deseo aún mayor de conocerle más
íntimamente.
La primera petición de Moisés fue que perdonara al pueblo de su
idolatría, la segunda fue que Dios fuera en medio de ellos y la tercera es esta,
el ver la gloria de Dios. Recordemos que la Gloria de Dios es la acumulación de
todos Sus atributos, por lo que Moisés le esta pidiendo a Dios que le permita
conocerlo completamente.
19 Y le respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu
rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia
del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.
20 Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá
hombre, y vivirá.
Dios le contesta su petición, pero solo le dejará ver algunos de sus atributos
de su Gloria, a decir; Su bondad (Gracia) y Su soberanía dándo misericordia a
quien Él quiere.
Aplicación
Práctica: Inconsciente y a veces conscientemente, tendemos a reducir al Dios
creador del Universo a una figura moldeable, manipulable, a la cual queremos
ocupar de nuestras cosas, de nuestros intereses, de nuestras necesidades. ¡Que Dios
tan misericordioso que no consumes cada vez que abusamos de Su misericordia!
21 Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú
estarás sobre la peña;
22 y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de
la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.
23 Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se
verá mi rostro.
Protegido por Dios, Moisés pudo soportar su
gloria al pasar ante él. Isaías tuvo un destello de la gloria de Dios, y esto
le movió a estar de luto por su propio pecado e indignidad (Isaías 6). Juan
experimentó algo de la gloria de Dios y cayó a los pies de Jesús como un hombre
muerto (Apocalipsis 1:17). Pablo experimentó la gloria de Dios en el camino a
Damasco (Hechos 9), pero también en la experiencia descrita en 2 Corintios 12.
Tan sorprendente que apenas y la pudo describir.
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