Objetivo: Enseñar al jóven a ser inspirados a contender
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Jud. 3
Introducción: Hebreos 11:1 Es, pues, la fe es la certeza
de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve; y siendo esta fe un regalo de Dios
como dice Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto
no de vosotros, pues es don de Dios, el capítulo de 11 Hebreos habla de
la fe que fue puesta en hombres y mujeres del antiguo testamento y que esa fe
dada por Dios les llevo a mostrar su fe en obediencia a Dios, Abel ofreciendo
un sacrificio por su pecado, Enoc caminando con Dios, Noé construyendo un arca
en la que se salvaría él y su familia, y ahora continua con Abraham y su
familia.
Versículo a memorizar:
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el
que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan.” Hebreos 11:6
Desarrollo:
Vs. 8-19 Recibiendo la Fe
8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había
de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.
Dios llamó a Abraham (Gn 12:1) cuando el vivía en Ur de los caldeos, dentro
de la región de Mesopotamia y hoy es lo que sería Kuwait – Irak, le pidió que
dejara esa tierra y a su parentela y saliera a una tierra que Dios le daría,
pero no le dijo ni donde estaba, ni que tipo de tierra sería y ni cuando se la
daría, y la fe que Dios puso en Abram hizo que el obedeciera a tal petición.
9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra
ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
Esa misma fe produjo que Abraham viviera como extranjero en esa tierra
que Dios le había dado, pero no quiso construir un lugar fijo, a pesar de que
tenía mucho dinero, sino que vivió en tiendas, sabiendo que su paso por allí
era temporal, y lo mismo enseño a su hijo Isaac y a su nieto Jacob, que fueron
también coherederos con Abraham ya que Dios también se reveló a ellos dándole
la misma promesa.
Cuando alguien vive como extranjero, se nota, porque habla diferente, su
fisonomía es diferente, sus costumbres son diferentes, así fue como vivió
Abraham en la tierra de Canaán, no se amoldo a como vivían sus vecinos, ni tomo
las costumbres paganas que ellos tenían, vivía bajo la autoridad de Dios y eso
lo hacia diferente a los otros pueblos.
10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y
constructor es Dios.
La razón por la que habitó en tiendas y como extranjero era porque
esperaba una ciudad mejor, una construida por Dios mismo, aquella ciudad de la
que habla Apocalipsis 21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva
Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada
para su marido.
11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para
concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era
fiel quien lo había prometido.
Génesis 17 nos relata cuando Dios le confirma a Abraham y Sara que
tendrán un hijo al que debían llamarle Isaac, en ese momento Sara tiene 90
años, ciertamente había pasado ya la edad fértil de Sara, pero como Dios lo
prometió y el es fiel con lo que promete, le dio fuerzas a Sara para concebir.
12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las
estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la
orilla del mar.
Abraham tenía 99 años cuando Dios le dijo que tendría un hijo con Sara y
de ese hijo tendría muchas generaciones.
13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido,
sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran
extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
Tanto Noé como Abraham, Isaac y Jacob murieron sin haber visto en sus
generaciones al Mesías y sin haber visto sus generaciones tan numerosas como
las estrellas de los cielos, sin embargo la fe que Dios puso en ellos los
mantuvo firmes, creyéndole a Dios y confesando que su ciudadanía no estaba en
la tierra; sino en el cielo mismo.
14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una
patria;
15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron,
ciertamente tenían tiempo de volver.
Si cuando decían que esa no era su patria y hubieran estado refiriéndose
a un lugar en la tierra de donde salieron, hubieran regresado, pero no se
referían a un lugar en la tierra, sino a un lugar en el cielo.
16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se
avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
Dios les ha preparado una ciudad donde habitar con Él y eso hace que Dios
mismo no se sienta avergonzado de llamarse Dios de ellos como cuando se
presento a Moisés y dios lo dijo Éxodo 3:6 Y dijo: Yo soy el Dios de tu
padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió
su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.
17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había
recibido las promesas ofrecía su unigénito,
18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;
Abraham paso un tiempo de prueba muy difícil, que es lo que nos relata
Génesis 22 cuando Dios le ordena a Abraham que sacrifique a su hijo Isaac,
aquel sobre el que Dios le había dicho que tendría la descendencia como la
arena del mar.
19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de
donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.
Abraham lo llevó al monte Moriah donde preparó todo para sacrificar a su
hijo, Abraham estaba convencido que lo sacrificaría, pero también estaba
convencido de que Dios le había prometido una descendencia por medio de Isaac,
y que Dios cumpliría lo que prometió, lo que pensó es que una vez que lo
sacrificara, Dios lo resucitaría para poder cumplir su promesa,
El relato nos dice que al tercer día de haber recibido esa instrucción de
sacrificar a Isaac, Abraham obedeció y lo llevo al lugar que Dios le dijo,
perparo el altar y cuando estaba por sacrificarlo, el Ángel del Señor lo
detuvo, le pidió que no lo hiciera y le proveyó un carnero para sustituir a
Isaac y realizar el sacrificio, lo que es en sentido figurado lo que Jesús
haría por ellos y por nosotros más adelante, siendo ese cordero que tomo
nuestro lugar en la cruz.
Vs. 20-22 Transmitiendo la Fe
20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.
Génesis 27 nos relata la historia de Jacob y Esaú peleando por la
bendición de Isaac, pero fue por la fe que Dios puso en Isaac que cuando oro
por cada uno de ellos y los bendijo, también les dijo lo que sucedería más
adelante con sus vidas.
21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y
adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.
Cuando Jacob ya estaba muy avanzado en años, vinieron todos sus hijos a
verle y Jacob aprovecho para bendecirles y decirles lo que sucedería con cada
uno, así también bendijo a sus 2 nietos, los hijos de José llamados Efraín y
Manasés, y aunque el primogénito era Manasés, Jacob invirtió sus manos sobre
las cabezas de los chicos y le dio la bendición del primogénito a Efraín que
era el menor y por la fe le bendijo diciendo que de el vendrían multitud de
naciones.
Y esa misma fe dada por Dios a Jacob lo hizo adorar a Dios aún en la
vejez, apoyado en su bastón o callado, pero adorando a Dios en toda
circunstancia.
22 Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y
dio mandamiento acerca de sus huesos.
José uno de los hijos de Jacob, conocido como José el soñador, el que
había sido vendido como esclavo por sus hermanos (Gn 37) y que de la mano de Dios
se volvió el segundo hombre mas importante de Egipto, solo debajo de Faraón,
antes de morir en Egipto Dios le mostró que el pueblo saldría de Egipto y la fe
puesta en él hizo que creyera lo que Dios le había dicho y pidió a sus hermanos
que sus huesos se los llevaran a la tierra de la promesa cuando el estuviera ya
muerto y ellos salieran de Egipto como dice Génesis 50:23-24 24 Y José dijo a sus
hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de
esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob. 25 E hizo jurar
José a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis
llevar de aquí mis huesos.
Aplicación práctica: La fe es un regalo de Dios, pero la fe que Dios da
siempre se mostrará en obediencia a Dios, esa fe produce obras de fe, como en
Abraham que salió sin saber a donde iba, como en Isaac que bendijo a sus hijos
de cosas venideras, como Jacob que adoró a Dios en su vejez bendiciendo a sus
nietos, o como José que le creyó a Dios que el pueblo saldría de Egipto y pidió
que se llevarán sus huesos, ¿Qué obra de fe esta produciendo en ti la fe que
Dios te ha dado?
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