|
Versículo a memorizar: “Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.” Lucas 6:19
Introducción: Lucas ha mencionado varias veces en su relato que el principal ministerio de Jesús era la enseñanza, que enseñaba tanto en las sinagogas como lugares abiertos, pero no ha mencionado que enseñaba, se ha enfocado en relatar acontecimientos que muestran que Jesús es quien dijo ser, el cumplimiento de la profecía de Isaías, cuando leyó en la sinagoga de Nazaret Lucas 4:18-19 18El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos, 19A predicar el año agradable del Señor, y Lucas nos relató que Jesús estuvo:
· Anunciando el evangelio del reino de Dios,
· Liberó a un endemoniado en la sinagoga de Capernaum,
· Sanó a la suegra de Pedro y a muchos enfermos que le trajeron aquella misma noche,
· Produjo la pesca milagrosa con la que llamó a Pedro y a los otros discípulos a seguirle,
· Sanó a un leproso en una de las ciudades donde predicaba,
· Le perdonó los pecados a un paralítico, además de sanarle y,
· Sanó al hombre de la mano seca.
Y es hasta ahora que Lucas comenzará a relatar las enseñanzas de Jesús.
Desarrollo:
Vs. 17-19. El Dios del Reino (Palabra y poder de Dios) (Jn. 18:33-37)
17 Y descendió con ellos (con los doce apóstoles), y se detuvo en un lugar llano (en la llanura), en compañía de sus discípulos (seguidores) y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón, que había venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades;
Y descendió con ellos. Recordemos que Jesús estuvo toda la noche orando en el monte (Lc 6:12), llamó hacia Él a sus discípulos (Mr 3:13) de entre ellos estableció a 12 (doce) como para que estuviesen con Él (Mr. 3:14), es posible que pasara un tiempo con ellos, explicándoles de que se trataba ese llamado de apóstol (mensajero), ya que los enviaría a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios (Mr 3:14-15).
Y se detuvo en un lugar llano. Es decir, en una llanura, en una meseta, debido a esta frase, es que algunos comentaristas bíblicos le han llamado a esta enseñanza, “el sermón del llano”, para diferenciarlo del “sermón del monte” (Mt 5-7), argumentando que las mismas enseñanzas de Jesús las iba compartiendo a los lugares donde predicaba, por otro lado, otros creen que, debido a la similitud tan fuerte con el sermón del monte, se trata del mismo sermón, de ser así, esta llanura que dice Lucas se encontraba en el monte mismo y no una llanura bajo la montaña, o simplemente bajo a la llanura, sanó a los enfermos, subió al monte de nuevo y allí dijo el “Sermón del monte”, no es difícil reconciliar las dos narrativas si se tratara del mismo evento.
En compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente. Aquí vemos tres grupos de personas; los 12 apóstoles (descendió con ellos), los discípulos, que cuando los mando de dos en dos eran por lo menos 70 (Lc 10:1), y en pentecostés dice que estaban allí 120 (Hech 1:15), por lo que los comentaristas bíblicos, calculan que esos discípulos eran alrededor de 200; y el tercer grupo era la gran multitud de gente.
De toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Esa gran multitud de gente estaba compuesta tanto de Judíos que venían de Judea (sur de Israel) y de Jerusalén, que técnicamente se encontraba en la región de Judea, pero muchas veces se menciona aparte por considerarla como un lugar especial, no solo por ser la capital, sino por ser el centro religioso y de adoración de Israel y donde se encontraba el Templo, pero dentro de esa multitud se encontraban gentiles (no judíos), que habían llegado desde la costa de Tiro y Sidón que eran provincias de Siria, lo que hoy sería el sur y el centro del país del Líbano, lo que no es raro, ya que la fama de Jesús se había extendido por muchos lugares y trascendido el territorio de Israel.
Que había venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades. El propósito de la multitud que venía en busca de Jesús era para oír sus enseñanzas y para ser sanados de sus enfermedades, se entiende que no todos estaban enfermos, y los que venían enfermos, quizá llegaban acompañados de familiares o amigos que los traían.
18 y los que habían sido atormentados (los que sufrían) de espíritus inmundos eran sanados.
Lucas, como buen médico, hace una distinción entre los que estaban enfermos y entre los que estaban poseídos de demonios, a los que llama espíritus inmundos (impuros, sucios), pero mencionando que también eran sanados por Jesús de esos sufrimientos.
19 Y toda la gente procuraba (quería) tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.
Y toda la gente procuraba tocarle. Se refiere a toda la gente que estaba enferma o que estaba atormentada por espíritus inmundos.
Porque poder salía de él y sanaba a todos. La razón es que, con ese toque, obtenían la sanidad o liberación que estaban buscando, Marcos relata a detalle uno de esos encuentros de una mujer que padecía flujo de sangre y Marcos 5:27-28 27cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 28Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva, y ciertamente fue sanada al instante por el poder que salió de Jesús, como el mismo lo menciona en Marcos 5:30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?, esta idea de tocarle, no era solo una idea supersticiosa que se había generalizado, más bien parece ser, casi con seguridad, que era el cumplimiento de la profecía de Malaquías 4, en el último capítulo del Antiguo Testamento donde se promete que vendría el Mesías y que traería sanidad como dice Malaquías 4:2 Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas (Strong 3671, alas, extremidades, esquinas, bordes) traerá salvación (Strong 4832 sanidad, cura, salud); y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
Vs. 20-23. El Reino de Dios (precioso y eterno)
20 Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados (Dichosos) vosotros los pobres, porque vuestro es (les pertenece) el reino de Dios.
Reino de Dios. El mensaje de Jesús se refiere al reino de Dios, de hecho, las primeras palabras al comienzo del ministerio de Jesús fueron acerca del reino de los cielos y están registradas en Mateo 4:17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado, con la llegada de Jesús a esta tierra, el reino de Dios se había acercado a los hombres, este reino es diferente al reino de este mundo; incluso podríamos decir que son contrarios, eso fue lo que Jesús le dijo a Pilato en su encuentro en el pretorio Juan 18:36 Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí, Jesús mencionó un contraste entre la paz del reino de Dios y la del mundo en Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
El reino del mundo se trata de cosas temporales, mientras que el reino de Dios de las cosas eternas como dice Romanos 14:17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo, en este mundo las cosas materiales se destruyen y se pierden, mientras que en el reino de Dios permanecen como dice Mateo 6:19-21 19No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. 21Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía. La enseñanza de Jesús que Lucas desarrollará a detalle, estaba dirigida a sus discípulos, no a las multitudes, Mateo menciona la misma idea en el Sermón del Monte cuando dice en Mateo 5:1-2 1Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. 2Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo, con las multitudes tenía compasión, pero la enseñanza sobre el reino de Dios, no es una enseñanza de como entrar en el reino de Dios, sino de como andar en el reino, no son pasos para ser salvo, sino caminos donde andan los que ya son salvos.
Bienaventurados vosotros los pobres. La palabra “bienaventurados” viene del griego Strong 3107 <makários> que significa supremamente bendecidos, más que feliz, dichoso, glorioso.
La palabra “pobre” viene del griego Strong 4434 <ptojós> que significa mendigo, pordiosero; es decir, un pobre con mendicidad absoluta; aquel que no tiene lo mínimo para vivir y depende de los que le proporcionan limosnas, es misma palabra usada para el mendigo (Lc 16:20) de la historia de Lázaro.
En el pasaje paralelo de Mateo en el sermón del monte, Mateo deja claro que esta pobreza a la que se refiere el Señor Jesús, no es de cosas materiales sino “en espíritu” (Mt 5:3), por lo que habla de una condición de humildad, más que de indigencia, de saberse en bancarrota espiritual delante de Dios, de reconocer la completa incapacidad espiritual que el hombre tiene para entrar al reino de Dios, que sin importar cuanto tenga en el mundo material, debe ser un mendigo ante los ojos de Dios, que ni en bienes materiales, ni es sus capacidades intelectuales, ni en sus justicias personales, tiene algo que aportar para entrar en el reino de Dios, que depende completamente de la misericordia de Dios para eso.
Jesús, en el mismo sermón del monte lo mencionó de la siguiente manera en Mateo 5:20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos, los escribas y fariseos que enseñaban y guardaban la ley de Dios, creían que por su comportamiento podían entrar en el reino de Dios; es decir, por obras, esa era su propia justicia, y Jesús les dice que para entrar requieren algo más que esa justicia humana, se requiere la imputación de la justicia de Cristo a nuestras vidas, que nos es dada solo por gracia, justicia que Jesús ganó para nosotros; viviendo una vida sin pecado y muriendo en la cruz como dice Pablo 2 Corintios 8:9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.
Este mismo principio lo ampliará Jesús en la parábola del fariseo y el publicano (Lc 18:9-14), donde el fariseo se presenta delante de Dios con un orgullo espiritual, creyéndose mejor como los ladrones, injustos, adúlteros o como ese publicano de la historia y haciendo alarde de las obras que a él le parecían que lo hacían justo delante de Dios como ayunar o diezmar hasta del más mínimo detalle, mientras que el publicano, de vergüenza no quería ni acercarse al altar, ni siquiera quería alzar sus ojos al cielo, y más bien con mucho dolor, le pedía a Dios que interviniera siendo propicio a él; es decir, cubriendo su pecado, ya que se reconocía como pecador. Jesús termina la historia diciendo que el publicano pecador que mostró su pobreza en espíritu y que no teniendo nada para justificarse delante de Dios, regreso a su casa justificado, mientras que el fariseo regresó como llegó, sin ser justificado, por lo que la enseñanza de Jesús concluyó como dice Lucas 19:14b porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
La bienaventuranza está en caminar en el reino no teniendo un alto concepto de nosotros mismos, como le dijo Pablo en Romanos 12:3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura (moderación), conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Dios no desprecia a nadie que llega a Él con humildad como dice el Salmo 51:17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado (hecho pedazos); Al corazón contrito (dolido) y humillado no despreciarás tú, oh Dios, de hecho vive con él como dice Isaías 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
Porque vuestro es el reino de Dios. La bienaventuranza está en que los pobres en espíritu son los que acceden al reino, los que no confían en su propia justicia, sino en recibir la justificación de Dios por medio de la obra de Cristo.
21 Bienaventurados (Dichosos) los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados (satisfechos). Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis (habrán de reír).
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Si la pobreza de la pasada bienaventuranza era la pobreza en espíritu, el hambre de esta bienaventuranza no puede ser física, sino hambre espiritual, en el pasaje paralelo Mateo dice que es hambre y ser de justicia como dice Mateo 5:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados, por lo que habla de nuestra verdadera necesidad; la justicia de Dios en nuestras vidas, y esa justicia solo se obtiene por medio de Cristo como dice Romanos 3:22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él.
El mundo hace énfasis en lo que uno tiene, la ley inclusive hace énfasis en lo que uno hace, pero las bienaventuranzas tratan con lo que uno es, el hambre y la sed por la justicia, nos es saciada en Cristo como dice 1 Corintos 1:30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención, la necesidad más profunda de nuestra vida solo puede ser saciada a través de una relación con Dios por medio de su hijo Jesucristo, quien es la justificación de Dios que todos debiéramos anhelar.
Esa justicia la debemos de buscar preminentemente; es decir, sobre todas las cosas como dijo Jesús en Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas, pero también apasionadamente, la palabra “hambre” viene del strong 3983 <peináo> que significa un hambre intensa, punzante, sentir que se muere de hambre. Cuando una persona se encuentra en esa condición, solo está interesada en comer o beber para saciar su hambre y sed, no puede pensar en nada más, ni se distrae en la forma en que le dan la comida, ni incluso en el sabor de la comida como dice Proverbios 27:7 El hombre saciado desprecia el panal de miel; Pero al hambriento todo lo amargo es dulce y por último se debe de buscar permanentemente, así como en lo físico comemos y después de un tiempo volvemos a tener hambre, aunque hayamos tenido una espléndida comida anteriormente, de la misma manera cada vez que nos saciemos del Señor Jesucristo, tendremos más hambre de su justicia, por eso la bienaventuranza es a los que “ahora” tienen hambre.
Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Este lloro viene de sabernos en bancarrota espiritual, de tener hambre de Justicia y de saber que tenemos una naturaleza con continua tendencia al pecado, esa es nuestra devastadora condición delante de Dios sin Cristo. Lucas dice que ahora lloramos, pero que en el futuro reiremos, Mateo lo dice así; Mateo 5:4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
La tristeza y el lloro por nuestra condición produce arrepentimiento como dice 2 Corintios 7:10 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte y ese doloroso arrepentimiento nos lleva a pedir al Señor que nos limpie como lo hizo el salmista en el Salmo 51:7 Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.
Esa tristeza de nuestra condición natural de pecado que nos lleva a entristecernos y llorar, y a arrepentirnos produce en nosotros un anhelo de servir al Señor como dice Pablo en 2 Corintios 7:11 Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto.
22 Bienaventurados (Dichosos) seréis cuando los hombres os aborrezcan (odien), y cuando os aparten de sí (discriminen), y os vituperen (insulten, burlen), y desechen (desprestigien) vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
Notemos que esa bienaventuranza por ser aborrecidos, discriminados, insultados y perseguidos es por causa de Cristo, y no por nuestra conducta o pecado; es decir, cuando vivimos en la justicia de Dios y reflejamos a Cristo en nuestra vida, eso en este mundo caído siempre producirá persecución como dice 2 Timoteo 3:12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución, la palabra “quieren” viene del griego Strong <edsélo> que significa escoger, preferir, determinar, desear, anhelar, deleitarse.
Andar en la justicia de Cristo es una manifestación de los hijos de Dios como dice 1 Juan 3:9-10 9Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios, y es que se nos ha sido concedido creer en Cristo, pero también padecer por Él como dice Filipenses 1:29 Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en él, sino también que padezcáis por él.
El pasaje paralelo de Mateo agrega que parte del ataque será levantar toda clase de mentiras contra nosotros como dice Mateo 5:11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen (insulten) y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
23 Gozaos (Siéntanse felices) en aquel día, y alegraos (salten de alegría), porque he aquí vuestro galardón (premio) es grande en los cielos; porque así hacían (trataron) sus padres con los profetas.
La alegría y gozo de padecer por Cristo, no está, obviamente, en el padecimiento en sí, sino en la esperanza del galardón en los cielos que Dios le dará a los Suyos, puede estar sufriendo en ese momento, pero también puede “saltar de alegría”, sabiendo que Dios ha dispuesto un premio para los que le hayan servido en medio de la tribulación como dice 2 Corintios 4:17-18 17Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; 18no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Y la segunda motivación, es parecerse a los profetas de Dios que también padecieron por causa de Cristo, como pasó con Pedro y Juan, cuando fueron encarcelados, azotados, amenazados y puestos en libertad como relata Hechos 5:40-41 40Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. 41Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre.
Vs. 24-26. El Reino del Mundo (vano y temporal)
24 Mas ¡ay de vosotros (que mal les va a ir), ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo (alegría).
Mas. Esta conjunción es un sinónimo de, “pero”, “sin embargo”, “por el contrario”, y es que ahora Lucas detalla la contra enseñanza de Jesús, así como hubo 4 (cuatro) bienaventuranzas, ahora habrá 4 (cuatro) “malaventuranzas”, conocidas como ayes, lamentos o simplemente como advertencias solemnes de algo que puede suceder.
¡Ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. Estos ricos serían el contrario al pobre en espíritu (Lc 6:20), serían los arrogantes espirituales como los fariseos en el tiempo de Jesús, que les encantaba mostrar su falsa espiritualidad orando en sinagogas y en las esquinas de las calles, pero para ser vistos de los hombres, a lo que Jesús les dijo; “de cierto os digo que ya tienen su recompensa” (Mt 6:5), ese es su consuelo actual, no deben esperar nada más en el futuro.
Si alguien cree orgullosamente que puede aportar algo para su salvación, ya sea por su educación, sus recursos, sus habilidades, sus “buenas obras” o cualquier cosa, esa es toda la alegría o consuelo que va a tener.
25 ¡Ay de vosotros (que mal les va a ir), los que ahora estáis saciados (satisfechos)! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros (que mal les va a ir), los que ahora reís! porque lamentaréis (entristecerán) y lloraréis.
¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. Estos son los mismos ricos del versículo anterior, están saciados, que como se creen muy espirituales, no tienen necesidad de nada, no aceptan algo de alguien porque piensan que lo tienen todo o que todo lo saben, pero la realidad es que viven una vida de hipocresía, aparentan tener una vida piadosa, pero es realidad tienen hambre de justicia, en su interior nunca están seguros si sus obras o religión será suficiente para salvarse.
¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. Estos que ahora ríen, es porque disfrutan de una vida tranquila, donde aparentemente no hay problemas, disfrutan de sus “éxitos”, pero eso es solo temporal, “por ahora”, ya que en el futuro era risa se convertirá en lamento y lloró cuando se presenten delante de Dios y su “espiritualidad” o “buenas obras” no sean suficientes.
26 ¡Ay de vosotros (que mal les va a ir), cuando todos los hombres hablen bien de vosotros (los alaben, elogien)! porque así hacían (trataron) sus padres con los falsos profetas.
El mundo aborreció a Cristo, por tanto, aborrecerá a los que se identifican con Él como dijo en Juan 15:18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros, el mundo ama a los suyos, pero los cristiano no son ya de este mundo como dice Juan 15:19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece y de allí es que viene la persecución de la que Jesús hablo en la cuarta bienaventuranza. Debido a eso, es que viene esta advertencia, que mientras a los verdaderos profetas de Dios los perseguían o hasta los mataban por hablar de parte de Dios, de los falsos profetas hablaban bien, porque no hablaban de parte de dios, sino que les decían lo que ellos querían oír y a ellos los alababan.
Cuando el mensaje del predicador no es conforme a la Palabra de Dios, recibe muy buena aceptación de parte del mundo, la advertencia parece muy clara “desconfía que lo estás haciendo bien, cuando todas las personas te elogien.”
Aplicación Práctica: Aprender la doctrina del evangelio del Reino de Dios que contrasta con las enseñanzas del reino de este mundo.
No comments:
Post a Comment