Tuesday, May 2, 2023

Lucas 9:1-6 Los Discípulos de Cristo

 

Los Discípulos de Cristo

Lucas 9:1-6

 

 
Objetivo: Salir a dar de gracia lo que de gracia recibimos (Mateo 10:8).

 

Versículo a memorizar:Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes.” Lucas 9:6

 

Introducción: El Señor Jesús escoge a los doce discípulos (seguidores) en Lucas 6:12-16, a quienes llama también apóstoles (enviados), pero antes de enviarlos en Lucas 9, les enseña durante un tiempo, empezando con la condición del corazón que Dios usa en las bienaventuranzas en Lucas 6:20-26, el propósito de servirle (ser imitadores de Dios) en Lucas 6:27-40, y la constante edificación de nuestra vida y casa sobre la Roca en Lucas 6:46-49.

 

Después, en Lucas 7, los discípulos ven cómo Jesús ministra a personas con distintos tipos de corazones, y en Lucas 8, el Señor Jesús enseña a los discípulos sobre tales corazones de quienes oyen la Palabra (en la parábola del sembrador), y les exhorta a “mirar” cómo oyen para poder mostrar la luz de Cristo, para hacer lo que está escrito y para confiar en Dios aún en las tempestades. Y, por último, les muestra una vez más Su poder sobre los demonios, sobre la enfermedad y sobre la muerte. Entonces, después de este periodo de enseñanza, los apóstoles son enviados.

 

Desarrollo:

1 Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.

Habiendo reunido a sus doce discípulos. Lucas nos dio sus nombres con anterioridad (Lc 6:14-16); Simón, a quien también llamó Pedro,  Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote, Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor. A través de las Escrituras conocemos el perfil de algunos de ellos: por lo menos 4 eran pescadores, un publicano, un zelote o revolucionario, también se nos dice un poco de su carácter, que eran arrebatados, cobardes, usureros, sin letras, del vulgo (Hech. 4:13), pero sobre todo eran faltos de fe, por lo que nos podemos identificar con ellos, ya que el Señor sigue llamando a Su reino a personas así, como dice 1 Corintios 1:26-31 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

 

Les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.

Poder. Viene del Griego <Dunamis> Strong 1411 que significa fuerza, de donde viene nuestra palabra en español “Dinamita”, un poder sobrenatural que necesitarían para sanar enfermedades, de la forma en la que Jesús lo había hecho.

 

Autoridad. Viene del Griego <exousía> Strong 1849; que habla de una influencia o autoridad delegada; es decir, como una carta poder que permite a una persona representar a otra, de allí que se entiende como derecho, jurisdicción, poder, potencia, potestad, lo que iban a necesitar para liberar a la gente de demonios, la misma autoridad que había mostrado Jesús sobre ellos.

 

 

 

Tal poder y autoridad no son exclusivos de los doce. El Señor usó también a Esteban (Hechos 6:8), a Felipe (Hechos 8:5-8), a Pablo (Hechos 19:11), a Bernabé (Hechos 14:3), a los setenta (Lucas 10:9,19), y a otros más (Lucas 9:49-50). Pero, tal poder y autoridad sí son solamente exclusivos de Cristo, quien reparte a cada uno en particular como Él quiere (1 Corintios 12:11).

 

2 Y los envió a predicar (anunciar) el reino de Dios, y a sanar a los enfermos.

Y los envió. Marcos agrega que los mando de dos en dos (Mr 6:7), quizá con el propósito de que se rindieran cuentas uno al otro, o también para que cuando dieran su reporte, hubiera como decía la ley, dos testigos que confirmaran los hechos, pero sobre todo, parece que para que se dieran apoyo uno al otro, tal como enseña Eclesiastés 4:9-10 Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. 10 Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

 

A predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. El propósito de enviar a los doce era para que predicaran del Reino, donde hay salvación para los hombres por medio de Jesucristo, mientras que la sanidad a los enfermos, era para que pudieran mostrar señales de que eran enviados de Dios, y eso respaldara su predicación.

 

3 Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón (bastón), ni alforja (mochila/bolsa), ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas.

Y les dijo. Otro propósito de Jesús al enviar a los apóstoles, era que ganaran experiencia y especialmente, aprendieran a confiar en Jesús estando alejados de él. Este tipo de entrenamiento los prepararía para el día cuando el Señor, una vez finalizada la Obra de la Cruz, regresara al cielo y ya no estuviera presente en medio de ellos, pero les habría enseñado dependencia a la provisión de Dios.

 

No toméis nada para el camino. Durante el tiempo que habían estado con Jesús, no les había faltado nada, habían tenido; enseñanza, alimento, techo, milagros, etc. Ahora les quiere enseñar a que aprendan a confiar en Él, aun cuando Jesús no este físicamente a su lado. Los discípulos de Jesús no debían llevar provisiones para el camino, sino confiar en Dios para todo. Era necesario que aprendieran a "vivir por fe".

 

Ni bordón. Es un bastón de peregrino,  ayudaba a apoyarse al caminar, y se usaba para cuando se recorrían caminos largos.

 

Ni alforja. Es una tira de tela fuerte o de cuero que forma dos grandes bolsas en sus extremos, se echa al hombro y sirve para transportar cosas, principalmente comida para los viajes largos, su forma ayuda a balancear el peso.

 

Ni pan, ni dinero. No deberían de llevar comida o dinero para poder comprarla, iban a comprobar la constante ayuda de Dios. Ellos deberían mirar hacia arriba, esperando en Dios para la provisión de las cosas necesarias, y evitar la tentación de mirar a los hombres o de fijarse en las circunstancias.

 

Ni llevéis dos túnicas. Solo debían llevar la túnica que llevaban puesta, no debían llevar una extra.

 

La Escritura dice en Mateo 10:10 que "el obrero es digno de su alimento"; es decir, que Dios sostiene a sus obreros. Eso mismo les explico Pablo a los corintios en 1 Corintios 9:9-11 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? y terminó diciendo en 1 Corintios 9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

 

Aplicación Práctica: Todos los cristianos debemos de aprender a confiar en la provisión divina, así cuando haya abundancia o escases, sepamos que nuestra provisión siempre viene de Dios y no de los hombres o de las circunstancias.

 

4 Y en cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid (hasta que se salgan).

Ellos debían estar en la misma casa hasta que salieran de la ciudad. Tendrían que evitar, por lo tanto, cambiar de una casa a otra, tal vez buscando mejores casas o mejores comodidades, pero eso daría lugar a rivalidades y chismes que debían ser evitados, más bien, deberían de caracterizarse por la sencillez en todo tiempo.

 

En el relato paralelo de Mateo nos dice así Mateo 10:11 Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis, los dignos, serían aquellos que con un corazón contrito y humillado, recibieran el evangelio.

 

5 Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.

Y dondequiera que no os recibieren. Existía la posibilidad, como había pasado incluso con Jesús, de que hubiera personas, casas o poblados que los rechazaran, pero ese rechazo no debería de llevarlos a dejar la misión encomendada, solo a cambiar de lugar.

 

Salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. Era una forma gráfica de manifestar su rechazo, había una tradición rabínica, que cuando un judío entraba en Israel viniendo de un país gentil, debería sacudirse todas las partículas de polvo de la tierra inmunda, por lo tanto, era acto que simbolizaba que aquella ciudad que rechazara el anuncio del evangelio, sería considerada como un lugar pagano.

 

Marcos 6:11 agrega que “Será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad”,  por lo que podemos entender que a discípulos no se les mandó ejecutar ningún juicio sobre aquellos que rechazaran el Evangelio, pero era importante que estuvieran plenamente conscientes de que hay un día de juicio para aquellos que rechazan el evangelio, y en ese juicio se llevará a cabo con un criterio; a mayor revelación, mayor responsabilidad.

 

Aquellos que escucharan el evangelio predicado por el Señor y sus discípulos tendrían una luz mucha más clara que la que tuvieron los habitantes de Sodoma y Gomorra, por lo tanto, la dureza del juicio también sería mayor.

 

Aplicación Práctica: El rechazo a los que predicamos, no debe sorprendernos, especialmente en nuestros tiempos, cuando las personas no aprecian la verdad, cuando hablan de “tolerancia” a todas las religiones y mucho menos les gusta lo que el mensaje de la Biblia dice; que son pecadores y que necesitan arrepentimiento, pero aquellos que lo acepten, vendrán a ser verdaderamente libres y pasaran de muerte a vida eterna, no dejemos de predicar a Cristo aun cuando la gente nos rechace.

 

6 Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes.

Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio. Obedecieron lo que se les encargo, la predicación del reino de los cielos, que incluía el llamado a arrepentirse (Mr 6:12), ellos no inventaron el mensaje, no predicaron lo que a ellos les parecía, ni sus propias opiniones, sino lo que Jesús les había encargado, como lo habían visto y escuchado de Jesús desde el inicio de su ministerio como dice Marcos 1:15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

 

El arrepentimiento es indispensable porque no hay otro camino para entrar en el Reino de Dios, el pecado deshorna a Dios (Lc 15:21), y nos pone en deuda con Él (Lc 11:4), y la única manera para poder disfrutar del perdón que nos ofrece en Cristo Jesús, es mediante el arrepentimiento.

 

Y sanando por todas partes. Esto venía a ser una demostración de la realidad y la naturaleza del Reino de Dios que anunciaban y al mismo tiempo, acreditaban a los discípulos de Jesús como Sus mensajeros; es decir, predicaban lo mismo que Jesús y hacían las mismas obras que Él.

 

No debemos pensar que la misión era sólo para aquellos 12 discípulos, ya que después envió a 70 discípulos, tampoco debemos pensar que era solo por poco tiempo, la misión está vigente todavía y todos los discípulos de Jesús somos llamados a participar en ella como dice Mateo 28:19-20 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

 

Aplicación Práctica: Salir a dar de gracia lo que de gracia recibimos (Mateo 10:8).

 

 

 

 

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