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Versículo a memorizar: “Él les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios.” Lucas 9:20
Introducción:
El reconocimiento de la correcta identidad de Jesús, es producto de una necesaria revelación de Dios, como dice Juan 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero, que no solo demanda una declaración verbal, sino una rendición incondicional a la verdad revelada en las Escrituras como dice Juan 7:37-38 37En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva, a cerca de quien es Jesús, quien soy yo y cuál es mi propósito, razón por la cual, todo nuestro patrón de vida se ve sujeto a un cambio de prioridades.
Contexto Escritural
¿Quién es Jesús?, es una pregunta recurrente que ha estado registrando Lucas en su tratado, se lo preguntaron los escribas y los fariseos cuando le perdonó los pecados al paralítico que bajaron del techo (Lc. 5:21) diciendo; “¿Quién es este que habla blasfemias?”, el Bautista cuando prisionero y con dudas, le mandó preguntar a Jesús (Lc 7:19) “¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?”, los que estaban a la mesa con Simón el fariseo cuando le perdonó los pecados a la mujer pecadora que derramó un frasco de alabastro a sus pies (Lc. 7:49) diciendo; “¿Quién es este, que también perdona pecados?”, se lo preguntaron sus discípulos al ver que con su palaba detuvo la tormenta en la que estaban en el mar de galilea (Lc. 8:25) diciendo; “¿Quién es este, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?”, así también el Hedores el tetrarca cuando oyó de todas las cosas que Jesús hacía (Lc. 9:9) diciendo; “¿quién, pues, es este, de quien oigo tales cosas?”, y es la misma pregunta que Jesús les hizo directamente a sus discípulos (Lc 9:20) “¿Y vosotros, quién decís que soy?” a lo que Pedro respondió correctamente diciendo; “El Cristo de Dios.”
Contexto Geográfico
Alimentación de los 5,000, va a Tiro y Sidon donde tiene un encuentro con la mujer sirofenicia y pasa a Decápolis donde alimenta a 4,000 y de allí a Cesarea de Filipo, se encuentra a veinticinco millas al norte del Mar de Galilea en una gran meseta, en la base del monte Hermón, donde hay un manantial de agua y convergen 2 rios que se unen al rio Jordán.
Contexto Histórico
El sitio es "Banias" que es una forma árabe del nombre anterior Panias ya que se adoraba allí a una deidad de la fertilidad llamada Pan (era mitad hombre y mitad cabra), a quien le hacían sacrificios y eran arrojados a la cueva para apaciguar, conocido como el dios de la naturaleza, los campos, los bosques, las montañas, las ovejas y los pastores; también era conocido como el dios del miedo (de ahí la palabra "pánico"), actualmente todavía se pueden ver los nichos excavados en la roca que se utilizaron para estatuas talladas en su honor.
Allí mismo Herodes el grande edificó un templo de adoración a Augusto Cesar, y Herodes Filipe el tetrarca continuo con ello y engrandeció la ciudad y la llamo Cesarea Filipo para diferenciarla de la Cesarea Marítima (Hech. 8:40), por lo que la ciudad se había convertido en un centro de adoración pagana muy prominente.
Este sería el lugar mas norte a donde Jesús llevo su ministerio, había discipulado a 12 (doce) hombres durante mas de 2 años, y Jesús los lleva hasta aquí, ya que su tiempo de estar con ellos está por terminarse, y en camino por alguna aldea cercana a Cesarea de filio (Mr. 8:27), les hace la pregunta de “¿Quién dice la gente que soy yo?”, Jesús sabía la respuesta, pero estaba preparando a sus discípulos para su siguiente pregunta.
Desarrollo:
Vs. 18-20a. La Pregunta
18 Aconteció (en una ocasión) que mientras Jesús oraba aparte (solo), estaban con él los discípulos; y les preguntó, diciendo: ¿Quién dice la gente que soy yo?
El evangelio de Marcos relata que este evento sucedió en la región de Cesarea de Filipo, la ciudad se encuentra a veinticinco millas al norte del Mar de Galilea en una gran meseta, en la base del monte Hermón, donde hay una gran gruta que fluye a las cabeceras del río Jordán, el sitio es "Banias" que es una forma árabe del nombre anterior Panias ya que se adoraba allí a una deidad de la fertilidad llamada Pan, a quien le hacían sacrificios y eran arrojados a la cueva para apaciguar a dicha deidad que era mitad hombre y mitad cabra, conocido como el dios de la naturaleza, los campos, los bosques, las montañas, las ovejas y los pastores; también era conocido como el dios del miedo (de ahí la palabra "pánico"), actualmente todavía se pueden ver los nichos excavados en la roca que se utilizaron para estatuas talladas en su honor.
Allí mismo Herodes el grande edificó un templo de adoración a Augusto Cesar, y Herodes Filipe el tetrarca continuo con ello y engrandeció la ciudad y la llamo Cesarea Filipo para diferenciarla de la Cesarea Marítima (Hech. 8:40), por lo que la ciudad se había convertido en un centro de adoración pagana muy prominente.
Este sería el lugar mas norte a donde Jesús llevo su ministerio, había discipulado a 12 (doce) hombres durante mas de 2 años, y Jesús los lleva hasta aquí, ya que su tiempo de estar con ellos está por terminarse, y en camino por alguna aldea cercana a Cesarea de filio (Mr. 8:27), les hace la pregunta de “¿Quién dice la gente que soy yo?”, Jesús sabía la respuesta, pero estaba preparando a sus discípulos para su siguiente pregunta.
19 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado.
Los apóstoles respondieron lo que habían escuchado todos esos años de la gente alrededor del ministerio de Jesús, algunos como Herodes, decían que Jesús era Juan el Bautista resucitado (Mr 6:14), otros decían que era Elías, ya que el profeta Malaquías había anunciado que Elías vendría antes del Mesías (Jesús dijo que Juan el Bautista era ese Elías que había de venir en Mt 11:14),mientras que otros decían que quizá había resucitado alguno de los antiguos profetas. Y aunque sus ideas en torno a la identidad de Jesús eran realmente equivocadas, ya que ninguna lo apuntaba como el Mesías; sin embargo, su idea básica era absolutamente acertada; Jesús venía de parte de Dios, quizá la gente no le relacionaban con el Mesías porque los religiosos de la época estaban en contra de Él, porque lo habían acusado de hacer milagros por el poder de Beelzebú, o simplemente porque en su doctrina pensaban que el Mesías sería un rey triunfante y glorioso que les quitaría el yugo romano, y contrastaba con el Jesús manso y humilde que se le presentaba en ese momento.
20a Él les dijo: ¿Y vosotros, quién decís que soy? …
Ahora Jesús dirige la misma pregunta, pero a los suyos, a los que ha discipulado, a quienes les había encargado la predicación del reino de Dios y la respuesta correcta a esta pregunta era fundamental para poder dar el mensaje de salvación. Los discípulos en la tormenta (Lc 8:25), ya se habían preguntado “¿Quién es este, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?”, y ahora es el tiempo de responder esa pregunta por ellos mismos.
Esta es la verdadera pregunta a la que todas las personas algún día se van a enfrentar, es “¿quién decís que soy yo?” quien es Jesús para cada uno de nosotros, ¿una de las muchas deidades?, ¿un profeta, un maestro, un impostor? o ¿es verdaderamente nuestro Señor y Salvador?
V. 20b. La Respuesta
20b … Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo (Mesías, Ungido) de Dios.
Pedro tomó la iniciativa para dar la respuesta, la que fue directa y sin titubeos, “El Cristo de Dios”, es decir; el Mesías, el Ungido, el Hijo del único Dios, que había sido enviado para salvar a los hombres de su condición de pecado por medio de ir a la cruz y pagar así por ello. Que contraste con la gran idolatría a imágenes talladas en piedra que había en ese mismo lugar.
El Evangelio de Marcos registra las palabras de Jesús a esa respuesta de Pedro en Mateo 16:16-19:
16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
La respuesta extendida de Pedro registrada por Mateo dice que agregó “ el Hijo del Dios viviente”; es decir, el único Dios que vive y da vida, que contraste con la gran idolatría a imágenes talladas en piedra que había en ese mismo lugar.
17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Bienaventurado, feliz y dichoso le dijo a Pedro, ya que al hacer esa confesión mostraba que la había recibido como revelación de Dios mismo, ya que nadie puede creer si no es por el espíritu de fe que Dios da como dice 2 Corintios 4:13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,
18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Probablemente ese día como era habitual en ese lugar había mucha gente adorando a falsos dioses en ese lugar que era conocido como “Las Puertas del Hades” lo que hace más impresionante la declaración del Señor Jesús que edificaría Su Iglesia sobre “esta roca”, Mateo usa la palabra griega <Petra>, que habla de una roca firme, Jesús se estaba refiriéndo a Él mismo, como dice Pablo en 1 Corintios 10:4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
Muchos pasajes del Antiguo Testamento, hablan de Dios como la roca; “La roca de Israel” (Gn. 49:24), “La roca de salvación” (Dt 32:15), “La roca que te creo (creador)” (Dt. 32:18), “¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?” (Sal. 18:31), o como dice Deuteronomio 32:4 Él es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto.
Pero el más revelador es el Salmo 118:22 La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo. Es un pasaje profético, que habla sobre el Mesías que había de venir, mismo Jesús se lo aplica a sí mismo en Marcos 12:9-11 9¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará su viña a otros. 10¿Ni aun esta escritura habéis leído: la piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo; 11El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?, Pablo se lo aplica a Jesús en Romanos 9:33 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado, y Pedro también en 1 Pedro 2:7-8 7Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; 8y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Jesús le cambia el nombre a Simón por el de Pedro (Mt 16:18), Mateo usa la palabra griega <Petros> que es una piedra pequeña, a diferencia de la que usó para Jesús de <Petra>, piedra grande y sólida, y le dice que a él se le dieron las “llaves de los cielos” y recordemos que el fue el primero en predicar el Evangelio a Judíos (Hechos 2), a los samaritanos (Hechos 8) y a los gentiles en casa de Cornelio (Hechos 10) y la polémica declaración de atar y desatar, Pablo la pone de una manera mas clara en 2 Corintios 2:15-16 15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; 16 a éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?, por lo que habla sencillamente de la salvación de las personas cuando el evangelio les es predicado o su rechazo cuando lo escuchan.
Vs. 21-27. Las Implicaciones
Aunque la respuesta de Pedro fue correcta, de que Jesús era “el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, Jesús enseñara que esa declaración hecha en forma verdadera, tiene implicaciones; es decir, repercusiones o consecuencias como “negase a sí mismo”, “tomar su cruz cada día y seguirle” (Lc. 9:23), “perder su vida por causa de Cristo” (Lc. 9:24), y “no avergonzarse de Jesús y de Sus palabras” (Lc. 9:26), pero esas implicaciones las estudiaremos la siguiente semana.
Aplicación Práctica: Responder a la pregunta planteada por Jesús, considerando todas sus implicaciones.
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