Thursday, June 29, 2023

Lucas 9:51-56 ¿De qué espíritu somos?

 

¿De qué espíritu somos?

Lucas 9:51-56

 
 


Objetivo: Reconocer que, si Cristo vino a salvar las almas de los hombres y no a perderlas, nosotros como la iglesia de Cristo debemos procurar también lo mismo al ministrar y al orar por otros.

 

Versículo a memorizar:

Porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea. Lucas 9:56

 

Introducción:

Después de los eventos de Lucas 9, solo se mencionan en este evangelio dos días de reposo en los que el Señor continúa ministrando o enseñando (Lc. 13:10, 14:1), y un tercer día de reposo que viene después de la crucifixión (Lc. 23:54-56), por lo que es probable que los eventos de estos versos se encuentran solo a tres semanas de la crucifixión. El Señor Jesús se encamina a Jerusalén (Lc. 13:22, 17:11, 18:31) y probablemente ya no está quedándose en cada aldea el tiempo que solía para atender a todas las personas en necesidad.

 

Desarrollo:

V. 51. El mensaje completo

51 Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.

Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén. El tiempo se cumplía, no solo de que el Señor fuera a la cruz, y resucitara, sino que de fuera recibido arriba en gloria, ese es el énfasis que hace Lucas en su relato, de la misma forma que la hace Marcos 16:19 Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios y el mismo énfasis lo vemos en Pablo cuando escribe 1 Timoteo 3:16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria, regreso a la gloria y al trono que siempre tuvo.

 

Afirmó su rostro para ir a Jerusalén. Fijó su mirada, se encaminó, se empeñó, se propuso obedecer el plan de Dios manifestado en las Escrituras, aunque eso implicaba rechazo, maltrato y muerte. No había venido a reinar, eso pasará en su momento, había venido a cumplir el plan de Dios para la salvación de la humanidad.

 

Vs. 52-53. El mensaje rechazado

52 Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos.

No se nos dice quienes fueron esos mensajeros que entraron a una aldea de los samaritanos, pero si a que fueron, a hacerle preparativos a Jesús y con los que el iban (que casi con seguridad eran más de 12, y muy probablemente incluía mujeres), casi con seguridad para pasar la noche allí. Generalmente los judíos evitaban ir a Jerusalén por esa ruta, ya que judíos y samaritanos no se llevaban bien entre sí desde la muerte de Salomón, ya que los samaritanos eran hebreos que se habían mezclado con los asirios y por eso los judíos los rechazaban (relato en 2 Reyes 17), pero Jesús prefirió en más de una ocasión esa ruta para llevarles el evangelio e incluso presentarse ante ellos como el Mesías y pasar días con ellos, (Jn 4)

 

53 Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén.

Esta peregrinación de Galilea a Jerusalén era por la fiesta de la Pascua, y los asistentes pues iban vestidos en forma peculiar para esa fiesta, y como los samaritanos no la celebraban, ya que ellos tenían su propio sistema de adoración en el monte Gerizín y fechas de fiestas nacionales diferentes a las judías y las consideraban como las verdaderas, probablemente ese fue el motivo por lo que se comportaron hostiles y no quisieron recibirlos,

 

V. 54. El mensaje mal interpretado

54 Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?

Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Ese rechazo provocó reacciones entre los discípulos, Lucas relata lo dicho por los hermanos Jacobo y Juan, apodados como “hijos del trueno”, quizá por su carácter explosivo que tenían, del que se muestra en este relato un poco.

 

Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo … Lucas registró que los discípulos y la multitud fueron amonestados como una “generación incrédula” (Lc. 9:41), y ahora Jacobo y Juan se acercan a Cristo para plantear su pregunta y aparentemente lo hacen con fe, realmente creyendo que podían mandar que descendiera fuego del cielo. Pero esa fe que mostraron era contraria a el anhelo de Dios de establecer Su reino en misericordia.

 

… como hizo Elías, y los consuma? El relato bíblico en 1 Reyes 18, nos dice que Elías hizo caer fuego del cielo, pero sobre el sacrifico, para que todos supieran quien era el verdadero Dios, pero no pidió que cayera el fuego sobre las obre las personas, por lo que la pregunta que le hacen a Jesús que muestra su deseo fue más allá, quizá motivados por que lo habían visto en el monte de la transfiguración junto con Moisés (Lc. 9:30). Estos dos discípulos mostraron un celo por Jesús, pero un celo equivocado, ellos semanas atrás habían visto a Jesús transfigurado, mostrando su gloria, y ahora una aldea de samaria estaba rechazando a Jesús, y para ellos esa era una gran ofensa que merecía una disciplina divina como fuego desde el cielo.

 

Jesús aprovechará la pregunta para enseñarles y enseñarnos que las peticiones al Señor, aunque sea con confianza y con fe, debe llevarnos a buscar y a mostrar la misericordia y la gracia de Dios y nunca el juicio, ya que Cristo es el Juez, no nosotros.

 

Vs. 55-56. El mensaje correcto, ministrado con el espíritu correcto

55 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; Entonces volviéndose él, los reprendió. Jesús se volteó para poder tenerlos de frente y los reprendió (regaño) directamente a ellos dos, que no habían estado en la reprensión de la generación incrédula (pues ellos no estaban allí sino en el monte), ahora el Señor los reprende; no por incredulidad, sino por tener otro espíritu que no es el de Cristo, de la misma manera que Jesús “reprendió” al espíritu inmundo (Lc. 9:42).

 

Diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois.  No es un regaño a sus acciones, sino a sus emociones y actitud, a los deseos de su corazón, no estaban mostrando un espíritu de gracia, de amor y comprensión que era el que se mostraba siempre en el ministerio de Jesús, y más bien estaban mostrando un espíritu de venganza y destrucción, más parecido al de Satanás que vino para hurtar, matar y destruir (Jn. 10:10).

 

El fruto del espíritu de Cristo se ve manifestado en amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad (Ga. 5:22), en un espíritu de mansedumbre (Ga. 6:1), de sabiduría (Ef 1:17), de poder y amor (2 Tim. 1:7), un espíritu afable y apacible (1 Pe. 3:4).

 

56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.

Porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Jesús vuelve a usar para si el titulo mesiánico del “hijo del hombre (Dn. 7:13) y les insiste a sus discípulos que no había venido para destruir y perder a aquellas personas que le habían negado hospedaje, sino para salvarlas, esa era la lección para los discípulos, que lo que debería de mostrar era un espíritu de misericordia, más adelante enviará a discípulos que prediquen el evangelio de salvación en samaria (Hech. 1:8), mostrando así la misericordia que siempre caracterizó su ministerio.

 

Y se fueron a otra aldea. Ya había sido anteriormente rechazado en Nazaret, donde lo quisieron despeñar (Lc 4:29-30) y ahora es rechazado en Samaria, pero Jesús no fue a insistirles que les hospedaran, no discutió con ellos para explicar su plan o sus motivos, simplemente se fue a otra aldea, a buscar otro lugar donde todos pudieran pasar a noche, enfocado en el propósito principal de caminar resueltamente a Jerusalén donde se iba a llevar a cabo la salvación de los hombres.

 

Aplicación Práctica: Reconocer que, si Cristo vino a salvar las almas de los hombres y no a perderlas, nosotros como la iglesia de Cristo debemos procurar también lo mismo al ministrar y al orar por otros.

 

 

 

Monday, June 26, 2023

Lucas 9:46-50 El más pequeño, es el más grande

 

El más pequeño, es el más grande

Lucas 9:46-50

 
 


Objetivo: Comprender nuestra posición de dependencia y de servicio en el reino de los cielos.

 

Versículo a memorizar:

Y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese es el más grande. Lucas 9:48

 

Introducción:

Después de que los Pedro confesara que Jesús era el “Cristo de Dios”, y Jesús enseñara que esa confesión debe de ir acompañada de negarse a sí mismo, tomar cada día su cruz y seguirle, una semana después, Pedro, Juan y Jacobo verían a Jesús transfigurado; es decir, mostrando su gloria que siempre ha tenido, del que dieron testimonio, Moisés representando la Ley, Elías representando a los profetas, e incluso el Padre en forma audible diciendo “Este es mi Hijo amado; a él oíd”, al día siguiente descendieron los 4 (cuatro) del monte para encontrarse con una multitud que lo esperaba, entre los que estaba gente que al verlo corrió a su encuentro, los 9 (nueve) discípulos que no subieron al monte, unos escribas que discutían con los discípulos y un padre de un muchacho endemoniado que le pidió ayuda a Jesús, quien lo liberó aún cuando había falta de fe en todos los presentes.

 

Desarrollo:

Vs. 46-48. Di no a la competencia (proviene del orgullo)

46 Entonces entraron en discusión sobre quién de ellos sería el mayor (más importante).

Entonces entraron en discusión. Marcos relata que esa discusión se dio camino en Capernaúm (Mr. 9:33) y que Jesús, ya estando en casa les preguntó “¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?” (Mr. 9:33).

 

Sobre quién de ellos sería el mayor. Mateo registra que le preguntaron ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?, el contraste es escandaloso, Jesús viene de decirles por segunda vez que era necesario que el fuera a la cruz a morir, que es el acto mas grande de humildad que los hombres hayan experimentado como lo relata Filipenses 2:6-9 6el cual (Cristo Jesús), siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz, mientras los discípulos venían comentado quien sería el mayor, probablemente los 3 (tres) discípulos que estuvieron con Jesús en el monte de la transfiguración se sentían superiores a los otros 9 (nueve) que además habían fracasado en libertar al muchacho endemoniado, quizá aún entre esos 3, Pedro decía que el era el líder y que a él le había dado las llaves de los cielos (Mt 16:19), y Juan que era el amado, quizá Andrés decía que a el lo habían llamado Jesús antes que a Pedro y que además ya venía de ser discípulo de Juan el bautista, etc

 

Su discusión no era un asunto de santidad, sino de autoridad, de jerarquía; mientras Jesús está pensando en que será rechazado, en humillación, sufrimiento, y muerte, ellos están pensando la gloria humana, en una posición de privilegio que les permita ser servidos. El negarse a sí mismos y tomar su cruz, no estaba siendo su pensamiento en ese momento, sino en el beneficio personal que obtendrían por estar con Jesús.

 

47 Y Jesús, percibiendo (sabiendo) los pensamientos de sus corazones, tomó a un niño y lo puso junto a sí,

Y Jesús, percibiendo los pensamientos de sus corazones. Jesús conocía aún las intenciones de sus corazones, a la pregunta de Jesús de “¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?” (Mr. 9:33), Marcos relata que “ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor” (Mr. 9:34), callaron como niños regañados sabiendo que cometieron algo indebido, y sin atreverse a confesarle al Señor que sus discusiones eran sobre quien ocuparía el lugar de preminencia.

 

Jesús no procedió a regañarles o reprocharles sobre eso, sino que decidió instruirles, los que esperaban grandeza (del griego <mega>) iban a ser instruidos por la lección de un niño pequeño (del griego <micro>), que estaba en la parte más baja de la escala social, que eran considerados no solo inmaduros, sino ignorantes de las cosas de Dios.

 

Tomó a un niño y lo puso junto a sí. Marcos dice que tomo al niño en sus brazos (Mr. 9:36), por lo que podemos asumir que era un niño pequeño, y así todos lo pudieran ver bien, no se nos dice de quien era ese niño, ni más información de él, pero lo usará como referencia visible para darles una lección muy importante que necesitaban en ese momento.

 

48 y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño (insignificante) entre todos vosotros, ese es el más grande (importante).

Y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió. Los niños representan las personas más débiles y vulnerables de la sociedad, son dependientes a sus padres, hay que enseñarles lo que hay que hacer y lo que no. Además de los que biológicamente son niños, esta enseñanza también incluye a los niños espirituales sin importar que edad biológica tengan, Jesús les enseña a los discípulos que en lugar de menospreciarles y de sentirse superiores a ellos, hay que servirles, hay que recibirles, y al hacerlo, reciben a Jesús y al Padre que lo envió.

 

Porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese es el más grande. Jesús les contestó su pregunta de quién era el más grande en el reino, el más pequeño, en el reino de Dios no se trata de subir jerarquías, se trata de servir a más personas, y ese camino no es hacía arriba, es hacia abajo, es un camino de humillación, no de exaltación.

 

Mateo registra que Jesús les dijo: Mateo 18:3-4 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos, volverse como uno de esos niños, y hacerse como uno de esos niños, no solo pensar, sino actuar como uno de ellos, es volverse dependiente al Padre celestial, lo que es indispensable para entrar en el reino de los cielos, una persona que se cree independiente, que cree que no necesita depender de Dios, no entrará en el reino, pero el que sabe que no tienen nada que aportar para su salvación, y que depende completamente de la obra redentora de Dios que Cristo Jesús, es la que entrará en el reino, por eso les sigue diciendo en Mateo 18:4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos, a su pregunta de quién sería el mayor en el reino, la respuesta fue que el que se humille como un niño que no solo es dependiente, sino se sabe inmaduro e ignorante de todas las cosas del reino.

 

Por otro lado, Marcos registra que la respuesta de Jesús fue: Marcos 9:35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos, a su pregunta de quién sería el mayor en el reino, la respuesta fue que no es el que va adelante dirigiendo, sino el que va atrás asegurándose que nadie se quede, el que sirve a todos, como Jesús mismo dijo de Él en Marcos 10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos, Jesús dijo que aprendiéramos de Él que era “manso y humilde de corazón” (Mt. 11:29), ese concepto de humildad lo vemos en toda la Biblia por ejemplo:

 

Jesús:

Juan 13:5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

Pablo:

Filipenses 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.

Pedro:

1 Pedro 5:6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.

Santiago:

Santiago 4:10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.

Salomón:

Proverbios 11:2 Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría.

David:

Salmo 8:3-4 3Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, 4Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,Y el hijo del hombre, para que lo visites?

 

El concepto bíblico de la humildad se refiere a tener un buen entendimiento sobre quién es Dios y quiénes somos nosotros. Esto nos lleva a reconocer la obra de Dios en nuestras vidas y el hecho de que él tiene un propósito para nosotros. La humildad en el cristiano debe impulsarle siempre a vivir en obediencia a Dios y a servir a los demás.

 

Sin duda es contrario a lo que el mundo dice, el sistema de valores de este mundo te empuja para que busques fama, riqueza y siervos, pero aquel que quiere ser grande en el reino, va a renunciar a la “grandeza” que el mundo ofrece para convertirse en un siervo de pequeños.

 

En ese entendimiento es que Pablo se presentaba en la mayoría de sus cartas como siervo (dóulos) de Cristo y no como al gran apóstol de los gentiles, porque entendió que el que quiera ser el mayor, será el siervo de todos.

 

Vs. 49-50. Di no a la exclusión

49 Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera (expulsaba) demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros.

 

Entonces respondiendo Juan. Juan, quizá tocado por las palabras de Jesús, le da un reporte de algo que había sucedido, no sabemos bien si un poco arrepentido de lo que hizo o tratando de quedar bien con Jesús.

 

Dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre. No se nos dice mucho mas de esa persona, parece muy claro que creía en Jesús, y que usaba su nombre para deshacer las obras del enemigo, quizá Juan y los discípulos tuvieron celos de que 9 (nueve) de ellos no habían podido con el muchacho endemoniado en la parte baja del monte y esta persona si estaba pudiendo.

 

Porque no sigue con nosotros. El problema de Juan y los otros discípulos, no era que ese hombre no siguiese a Jesús, sino que no le seguía con ellos. Juan muestra un celo por el Señor, pero es un celo equivocado, quizá estaban orgullosos de haber hecho eso, pero con la prohibición, no estaban siendo humildes, ni sirviendo a ese hombre, por el contrario, estaban siendo exclusivistas religiosos como los escribas y fariseos que consideraban percadores e indignos a todos los que no pensaban y se comportaban como ellos.

 

50 Jesús le dijo: No se lo prohibáis; porque el que no es (está) contra nosotros, por nosotros es (está a nuestro favor).

 

Jesús le dijo: No se lo prohibáis. La respuesta de Jesús es clara, que no deberían de prohibírselo, un suceso parecido aconteció con Moisés cuando Dios le iba a dar de su espíritu a 70 varones para que le ayudaran a gobernar a Moisés y sucedió lo registrado en Números 11:26-29 26 Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban estos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento. 27 Y corrió un joven y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. 28 Entonces respondió Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos. 29 Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.

 

Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. Jesús les enseña que es necesario tener un espíritu de tolerancia con quienes no están en oposición contra Él, y contra la Iglesia, ya que en el “nosotros” incluyó a los discípulos, aunque no se comporten como ellos lo hacen, ese hombre echaba fuera demonios en abierta oposición a satanás, y como solo hay dos reinos, el reino de los cielos de luz y libertad y el de las tinieblas y esclavitud, por lo que ese hombre al estar en contra de uno de esos reinos, estaba a favor del otro.

 

Marcos registra la respuesta de Jesús más a detallen en Marcos 9:39-40 39Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. 40Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.

 

Ese mismo principio fue el que Pablo describió en Filipenses 1:15-18 15Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. 16Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; 17pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. 18¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.

 

Aplicación Práctica: Comprender nuestra posición de dependencia y de servicio en el reino de los cielos.

 

 

 

Monday, June 12, 2023

Lucas 9:37-45 Generación Incrédula

 

Generación Incrédula

Lucas 9:37-45

 
 


Objetivo: Pedirle al Señor que nos ayude a crecer en la fe y en el entendimiento.

 

Introducción:

Después de que los Pedro confesara que Jesús era el “Cristo de Dios”, y Jesús enseñara que esa confesión debe de ir acompañada de negarse a sí mismo, tomar cada día su cruz y seguirle, unos días después Pedro, Juan y Jacobo vieran a Jesús transfigurado; es decir, mostrando su gloria que siempre ha tenido, del que dieron testimonio, Moisés representando la Ley, Elías representando a los profetas, e incluso el Padre en forma audible diciendo “Este es mi Hijo amado; a él oíd”, ahora descienden los 4 (cuatro) del monte para encontrarse una situación muy especial.

 

Desarrollo:

Vs. 37-41 La falta de fe de los discípulos

37 Al día siguiente, cuando descendieron (bajaron) del monte, una gran multitud (mucha gente) les salió al encuentro.

Al día siguiente. Un día después de la transfiguración, la que debió haber sucedido de noche, Marcos registra que después de la transfiguración y la voz desde la nube, los discípulos se quedaron con Jesús para preguntarle el por qué los escribas enseñaban que era necesario que Elías viniera antes que el Mesías (Mr. 9:11), todo eso debío de llevar un tiempo, por lo que descendieron al día siguiente.

 

Cuando descendieron del monte. Marcos agrega que “llegó a donde estaban los discípulos” (Mr. 9:14); es decir; a la llanura donde estaban los otros 9 (nueve) discípulos que no habían subido con Jesús al monte.

 

Una gran multitud les salió al encuentro. Los discípulos no estaban solos, había una gran multitud y entre ellos estaban unos escribas que discutían con los discípulos (Mr. 9:14) que se asombraron de Jesús (Mr. 9.15), quizá porque llegó cuando no lo esperaban, o porque quizá todavía quedaba en su rostro algo de luz de la gloria que había mostrado en el monte.

 

38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo (dijo con voz fuerte): Maestro, te ruego que veas (ayudes) a mi hijo, pues es el único que tengo;

Y he aquí. Esta es una forma particular que Lucas a estado usando para llamar la atención del lector, como un ¡Mira! ó ¡De pronto!, había un hombre gritando en medio de la multitud.

 

Un hombre de la multitud clamó diciendo. Marcos registra que Jesús les había preguntado a los discípulos sobre ¿qué era lo que estaban discutiendo con los escribas? (Mr. 9:15), y no hubo respuesta, sino que apareció este hombre y fue el que respondió.

 

Maestro, te ruego que veas a mi hijo. Mateo dice que ese hombre se arrodilló delante de Jesús (Mt. 17:14) y se dirige a Jesús llamándole “Maestro”, que era una forma habitual como muchos veían a Jesús en esos momentos.

 

Pues es el único que tengo. Este muchacho era el único hijo de este hombre, de la misma manera que el hijo de la viuda de Naín, que era su único hijo, al que Jesús resucitó (Lc 7) y la hija de Jairo, el principal de la sinagoga, que era hija única, a la que Jesús también resucitó (Lc 8).

 

39 y sucede que un espíritu le toma (lo agarra, lo posee), y de repente da voces (lo hace gritar), y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estropeándole (maltratándole), a duras penas se aparta de él.

Y sucede que un espíritu le toma. El padre le dice al Señor que ese demonio era un espíritu mudo (Mr. 9:17) y sordo (Mr. 9:25); es decir, que producía que su hijo no pudiera hablar ni escuchar.

 

Y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma. Marcos agrega que crujía o rechinaba los dientes y que se iba secando (Mr. 9:18). El padre consideraba que su hijo se comportaba como un lunático, ya que se muchas veces se aventaba al fuego y muchas en el agua (Mt. 17:15), por lo que vemos que la situación del muchacho era de extrema gravedad.

 

Y estropeándole, a duras penas se aparta de él. Era muy prolongado el tiempo donde el demonio le hacía tener al muchacho un tipo de convulsiones, por lo que cuando se “apartaba de él” o dejaba de manifestarse de esa forma, el muchacho quedaba físicamente destrozado.

 

40 Y rogué (pedí) a tus discípulos que le echasen (sacasen, expulsaran) fuera, y no pudieron.

El padre en su búsqueda por ayuda, fue a buscar a Jesús, pero no lo encontró, ya que había subido al monte con 3 (tres) de sus discípulos, por lo que les pidió ayuda a los otros 9 (nueve) discípulos que se habían quedado al pie del monte. Recordemos que Jesús ya los había mandado a predicar del reino de Dios, y les había dado poder y autoridad sobre las enfermedades y los demonios (Lc. 9:1), por lo que ya se habían enfrentado a situaciones parecidas y habían tenido éxito, pero esta vez, lo intentaron hacer, pero no pudieron, lo que parece que ocasionó la discusión que tenían con los escribas, probablemente burlándose de ellos o acusándolos de ser impostores.

 

Esa incapacidad de los discípulos, que quizá usaron el nombre de Jesús frente al demonio y que no tuvieron éxito, probablemente causo en el Padre del muchacho que su fe se debilitara, ocasionando que la esperanza de que su hijo fuera sanado se comenzara a perder.

 

Aplicación Práctica: Sin duda, Jesús tiene un poder transformador de vidas porque es “Poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Rom. 1:16), pero en ocasiones, las vidas de los cristianos no siempre son un ejemplo de ese poder transformador, y terminan siendo un mal testimonio para aquellos que los están observando y dudan del poder de Dios. Nuestro testimonio puede ser motivo de alabanza a Dios o de desprestigio del poder de Dios ante los hombres.

 

41 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula (sin fe) y perversa (malvada)! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu hijo.

Respondiendo Jesús, dijo. Son unas palabras que muestran un profundo desagrado del Señor Jesús, pero aún en el original griego no se sabe con certeza a quien está dirigida, si a los 9 (nueve) discípulos que habían fracasado en el ejercicio de su fe al no poder libertar al muchacho, a pesar de haber seguido a Jesús ya por un tiempo e incluso ya habían sido revestidos de poder y autoridad (Lc 9:1) y ya habían sido enviado de dos en dos y habían podido comprobar la eficacia de esa autoridad, si a los escribas que estaban discutiendo con los discípulos y muy probablemente, alegrándose de la impotencia de los discípulos, en lugar de mostrar compasión por el endemoniado, si al padre del muchacho que carecía de una fe suficiente en el poder sanador de Jesús, si a la multitud presente que generalmente se nos ha relatado que estaban siempre más ocupados en sí mismos que en el bienestar de otros; o simplemente, estas palabras que muestran un enojo natural, estaban dirigidas a toda esa generación, a todos los presentes.

 

¡Oh generación incrédula y perversa! Esa incredulidad en Jesús no era por falta de evidencias en Él, lo había mostrado de muchas maneras, esa incredulidad venía de la perversión moral y espiritual que los llevaba a rechazar a Jesús como el Cristo (Mesías) de Dios, un corazón endurecido y la presencia de pecado, los tenía sin poner su confianza en Jesús. Algo parecido a lo que declaró Moisés en Deuteronomio 32:4:5 4Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto. 5La corrupción (perversidad) no es suya; de sus hijos es la mancha, Generación torcida y perversa.

 

¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Esta pregunta doble, muestra el cansancio de Jesús ante la incredulidad y perversión del pueblo, una expresión parecida a la de una persona cansada al final de una jornada de un trabajo físico y desgastante, o a la de un maestro agotado de tratar de enseñar a alumnos incapaces y rebeldes, quizá deberíamos de entender esta expresión como un “¿cuánto tiempo más necesitan para entender que si soy yo el Mesías que esperaban?”

 

Trae acá a tu hijo. Aún sobre su natural molestia de la falta de fe de esa generación, Jesús va a mostrar su infaltable misericordia y resolverá el problema deshaciendo las obras del diablo (1 Jn. 3:8), y le da una orden clara al padre de traer al muchacho a donde Él está, donde estaba toda la multitud, donde estaban todos los discípulos y los escribas.

 

V. 42 La infaltable misericordia de Jesús

42 Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó (tiró al suelo) y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo (impuro, demonio), y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.

Y mientras se acercaba el muchacho. El muchacho comenzó a acercarse a Jesús, probablemente siendo llevado de la mano por su padre, Marcos agrega que el espíritu vio a Jesús (Mr. 9:20) y fue entonces cuando comenzó a actuar nuevamente.

 

El demonio le derribó y le sacudió con violencia. Además de que echaba espumarajos (Mr. 9:20), por lo que la manifestación de este espíritu fue muy evidente para todos los presentes.

 

Antes de reprender al espíritu y hacerlo salir del muchacho, Marcos registra siguiente dialogo entre Jesús y el padre del muchacho en Marcos 9:21-23 21Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 22Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. 23Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.

 

Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Jesús sin duda sabía desde cuando este muchacho estaba en esa condición, la pregunta ayudó al Padre a recordar todo el tiempo que había vivido esa situación que estaba por terminar, quizá eso le ayudaría a tener un corazón más agradecido por lo que Jesús va a hacer por él.

 

Y él dijo: Desde niño. No nos dice cuanto en tiempo, pero, por la respuesta sabemos que eran años en lo que como familia padecían por la situación del muchacho.

 

Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle. El demonio poseyendo al muchacho, lo había llevado al fuego, lo que ha de haberle producido marcas en su piel y lo llevaba a aguas, ambas cosas con la intención de matarle.

 

Pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Aquel hombre conocía y creía en Jesús, pero no creía en su poder para liberar a su hijo de esa agonía que estaba viviendo, lo notamos cuando dice “si puedes”, que muestra que no está seguro del poder sanador de Jesús, que diferencia con el Leproso que relató anteriormente Lucas en Lucas 5:12 Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

 

Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. Jesús le contestó de la misma manera, el hombre había dicho “si puedes”, y ahora Jesús le dice que “si el puede” creer que Jesús puede libertar a su hijo, porque al que cree, todo le es posible.

 

E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. El padre del muchacho, entendiendo que, si él creía, su hijo sería sanado, inmediatamente contestó “Creo”, pero al parecer, en ese momento se dio cuenta de que no creía por completo, que creía en Jesús, pero había perdido la esperanza de que su hijo sanara y no estaba seguro que Jesús pudiera hacerlo, por lo que en seguida le pidió a Jesús “ayuda mi incredulidad”, y aunque no está registrada la respuesta de Jesús a esa petición, claramente le ayudó en su incredulidad al libertar a su hijo y entregárselo sano.

 

 

Pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho. Marcos registra la forma en que Jesús se dirigió al espíritu en Marcos 9:25-27 25Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 26Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. 27Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó.

 

Y se lo devolvió a su padre. Una vez libre, el muchacho podía regresar a casa con su padre, quien había venido con la esperanza de que Jesús le sanará a su hijo, esperanza que se fue desvaneciendo hasta el grado de pedirle a Jesús ayuda con su incredulidad.

 

Mateo y Marcos registran que los discípulos estando ya aparte, al entrar en casa le preguntaron “¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?” Mateo registra que Jesús les contestó que fue “por su poca fe” (Mt. 17:20), mientras que Marcos registra que les dijo: “Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno” (Mr. 9:29); es decir, con comunión con Dios, ya que la oración tiene el propósito de conectarte con Dios y el ayuno de desconectarte del mundo; en otras palabras, como no saben cuándo se enfrentarían a ese género de demonios, les era necesario siempre estar en constante comunión con Dios.

 

Vs. 43-45 La falta de entendimiento de los discípulos

43 Y todos se admiraban (asombraban) de la grandeza de Dios. Y maravillándose (en medio de tanta admiración) todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:

Y todos se admiraban de la grandeza de Dios. Jesús volvió a mostrar su poder y autoridad, ante el padre, ante la multitud, ante los discípulos que habían fracasado y ante los escribas que buscaban el desprestigio de Jesús, por lo que todos quedaron asombrados del poder de Dios, solo Dios podía haber ayudado a ese muchacho y fue lo que Jesús hizo, por lo que reiteraba delante de todos con sus hechos, que era Dios encarnado.

 

Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos. Marcos registra que las siguientes palabras se las dijo en algún camino por Galilea (Mr. 9:30), no fue inmediatamente después de la liberación del muchacho endemoniado y por lo que todos, se refiere a los discípulos que continuaban conversando de ese evento.

 

44 Haced que os penetren bien en los oídos (pongan mucha atención de) estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres.

Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras. No cabe duda que, aunque Jesús les ordenaba que hicieran que les penetraran bien sus palabras, era como metiendo profundamente la semilla, a fin de que cuando llegara el Espíritu Santo las hiciera germinar, ya que les permanecieron veladas para que no las entendieran hasta que todo lo Escrito acerca de Jesús se cumpliera primero (Lc. 9:22).

 

Porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres. El registro más detallado de lo que Jesús les dijo, está en Marcos 9:31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. Judas sería en encargado de entregarlo “en manos de hombres”; es decir, de los soldados romanos,  de los miembros del sanedrín, de los dos sumos sacerdotes, de los gobernadores romanos, etc.

 

45 Mas ellos no entendían estas palabras, pues les estaban veladas para que no las entendiesen (aún no había llegado el momento para que las entendiesen); y temían preguntarle sobre esas palabras.

Los discípulos se entristecieron en gran manera, pero sin comprender lo que les decía, si escucharon, pero no entendían, quizá porque esas declaraciones iban contrarias a la enseñanza tradicional, pero incompleta de que el Mesías vendría a reinar, y eso no se podía conciliar en sus mentes son su muerte y eso generaba una barrera en su entendimiento de lo que Jesús les estaba diciendo, pero tenían miedo de preguntarle, en otras ocasiones si les pidieron que les explicara cosas, pero en esta ocasión prefirieron no preguntar y se quedaron sin entender.

Quizá porque hacía muy poco tiempo que Jesús había reprendido a Pedro cuando le reconvino que no fuera a la Cruz y Jesús le dijo “¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (Mr. 8:33), muy probablemente eso les limitó a preguntarle.

 

Recordemos que Jesús fue voluntariamente a la cruz llevando a cabo el plan de salvación establecido por Dios como dice Hechos 2:23 a este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole, aunque eso no le quita la responsabilidad a los hombres. Jesús quería que ellos comprendieran que la aparente derrota que se avecinaba en Jerusalén, era en realidad una victoria de Dios sobre el pecado.

 

Aplicación Práctica: Pedirle al Señor que nos ayude a crecer en la fe y en el entendimiento.

 

Romanos 3:21-31 Justificados por la fe

  Justificados por la fe Romanos 3:21-31   Objetivo: Exal...