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Versículo a memorizar: “Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.” Lucas 9:35
Introducción:
Jesús les había preguntado directamente a sus discípulos (Lc 9:20) “¿Y vosotros, quién decís que soy?” a lo que Pedro respondió correctamente diciendo; “El Cristo de Dios” y ahora; Lucas devela esa realidad, relatando el momento en que Jesús se muestra a (3) tres de sus discípulos por un momento, en toda Su gloria.
Desarrollo:
Vs. 28-29. La promesa cumplida
28 Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo (Santiago), y subió al monte a orar.
Aconteció como ocho días después de estas palabras. Jesús había dicho (Lc. 9:27) que algunos de los que estaban con Él, no morirían sin haber visto el reino de Dios, y 8 (ocho) días después, se estaría cumpliendo esa promesa.
Que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo. Entre sus 12 (doce) discípulos, escogió a 3 (tres), los demás se quedaron en el valle, estos 3 (tres) son los mismos que dejo entrar cuando resucito a la hija de Jairo (Lc. 8:51) y a los únicos que llevó consigo a Getsemaní (Mt. 26:37).
Esos 3 (tres) discípulos formaban el círculo mas cercano de Jesús, quizá les estaba dando una capacitación especial ya que ellos tres jugarían un papel muy importante en el desarrollo de la Iglesia, Pedro tomaría el liderazgo de los discípulos a la ausencia de Jesús, a Juan le estaba aguardando la revelación del apocalipsis, y Santiago (Jacobo) sería el primero de los discípulos en morir a causa de su fe en Jesús, y además así, podría cumplir la ley de los testigos (Dt. 19:15), ya que 2 (dos) o 3 (tres) testigos eran suficientes confirmar algún evento como verdadero, lo que también confirmó Jesús en Mateo 18:16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.
Y subió al monte a orar. Ni Lucas, ni los otros evangelios precisan a que monte se refieren, la tradición apunta a que sucedió en el monte Tabor, lo que si queda claro es que fue allí a orar, no se nos dice cuanto tiempo estuvo orando, ni tampoco se nos dice que oró, pero estaba cerca el tiempo de su “partida” y es de lo que dialogará con Moisés y Elías, por lo que de eso pudo haberse tratado su oración.
29 Y entre tanto (mientras) que oraba, la apariencia de su rostro (cara) se hizo otra, y su vestido (ropa) blanco y resplandeciente (brillante, radiante).
Y entre tanto que oraba. Los eventos mas relevantes del ministerio de Jesús, siempre se ven precedidos por un tiempo de oración al Padre.
La apariencia. Mateo y Marcos usan la frase “se transfiguró delante de ellos” (Mt. 17:2, Mr. 9:2); es decir, cambiar de figura; en otras palabras, cambiar su apariencia externa; fue un cambio de aspecto, hasta ese momento se había mostrado ante sus discípulos en condición de siervo, en semejanza de hombre, pero ahora muestra su identidad divina, llena de gloria, de resplandor.
La apariencia de su rostro se hizo otra. Su rostro tomo otro aspecto, literalmente “se hizo distinto”, Mateo dice que “resplandeció su rostro como el sol” (Mt. 17:2); es decir, que tenía un brillo con luz propia, que superaba el brillo del sol, o como Pablo lo dice cuando relata su conversión ante Agripa (Hech. 26:12) “vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol”, o como Juan describe a Jesús en gloria en Apocalipsis 1:14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego.
Es muy probable que este evento, es el que llevara a Juan a escribir en Juan 1:14b … y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre… y a Pedro escribir en 2 Pedro 1:16b sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
Y su vestido blanco y resplandeciente. Lucas se limita a los hechos, pero Marcos añade algo más en Marcos 9:3 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos, esa misma gloria luminosa será la que ilumine la Santa ciudad en los nuevos cielos y la nueva tierra como dice Apocalipsis 21:23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera (lámpara).
La divinidad de Jesús, había estado velado bajo su humanidad como dice Colosenses 2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, pero en ese acontecimiento, aunque fuera por unos momentos, la gloria del Rey se develó antes los ojos de estos tres discípulos, si los discípulos y judíos en general, esperaban a un rey poderoso y glorioso, aquí lo vieron, solo que aún le era necesario padecer muchas cosas, ser rechazado por los líderes religiosos y políticos de su tiempo, morir, resucitar (Lc. 9:22), y ascender, para un día regresar con esa gloria como dirá mas adelante Lucas 21:27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.
Vs. 30-33. El testimonio de la ley y los profetas
30 Y he aquí (de pronto) dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
Y he aquí. Lucas conecta lo anterior con un “de pronto” o “mira aquí”, para llamar la atención del lector a otro evento sin precedentes.
Dos varones que hablaban con él. En medio de la manifestación de la gloria de Jesús, vieron que estaba teniendo un diálogo con 2 (dos) personas importantes del Antiguo testamento.
Los cuales eran Moisés y Elías. No se nos dice como supieron que eran ellos, quizá Jesús se los presentó, quizá en el reino de Dios nos vamos a poder identificar con facilidad, quizá los discípulos lo dedujeron cuando escucharon su conversación.
Moisés quien había sido usado por Dios para sacar al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, y a quien se le dio la Ley en el monte Sinaí, mientras que Elías fue uno de los mas grandes profetas que el pueblo de Israel tuvo, quien a pesar de ser perseguido, permaneció fiel en un tiempo de idolatría y rebeldía contra Dios.
La mas posible razón por la que vinieron solo estos dos varones de los muchos del Antiguo Testamento, era para representar la Ley (Moisés) y los profetas (Elías), ambos estaban dando testimonio que la muerte y resurrección de Jesús en Jerusalén, estaba en conformidad con lo que se profetizó en el Antiguo Testamento.
31 quienes aparecieron rodeados de gloria (luz, resplandor), y hablaban de su partida (muerte), que iba Jesús a cumplir en Jerusalén.
Quienes aparecieron. De repente se hicieron visibles, no los vieron llegar de algún lado o descender del cielo, o irse manifestando poco a poco, simplemente relatan que de un momento a otro allí estaban.
Rodeados de gloria. Notemos que no tenían gloria propia como la de Jesús, sino que la gloria los rodeaba.
Y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. El tema de la conversación solo es relatado por Lucas y no por los otros 2 (dos) evangelios sinópticos, no se nos dice hasta donde escucharon los discípulos la conversación, pero si de que era, del tiempo de la partida de Jesús, literalmente de su salida, su “éxodo”, refiriéndose a la cruel muerte que tenía que afrontar en Jerusalén, pero a la que le seguiría la resurrección de entre los muertos al tercer día (Lc. 9:22), para después volver a tener la gloria que tuvo con el Padre antes que el mundo fuese (Jn. 17:5)
32 Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño (muy cansados); mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él.
Y Pedro y los que estaban con él. Lucas regresa a lo que en ese momento estaban pasando los 3 (tres) discípulos que Jesús dejó que le acompañaran a aquel monte, Pedro, Juan y Jacobo (Santiago).
Estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos. Estaban ellos muy cansados y el sueño estaba por vencerles, no se nos dice que fuera de noche, quizá era de día aún, pero si nos dice que se esforzaban por no caer dormidos.
Vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él. Y es cuando están somnolientos que ven a Jesús transfigurarse y mostrar toda su gloria y a los dos varones que estaban con Él rodeados de gloria, sin ellos percatarse por completo de lo que estaba pasando, en ese momento se juntaron con Jesús, los representantes del Antiguo Testamento, con los representantes del tiempo de la Iglesia, el antiguo Pacto y el nuevo unificados, todos como parte del reino de Dios, donde conviven los unos y los otros.
33 Y sucedió que apartándose (alejándose) ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es (que bien es) para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas (chozas, cabañas), una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía (hablaba sin pensar).
Y sucedió que apartándose ellos de él. Todo ese tiempo que los discípulos vieron la escena, al parecer se mantuvieron en silencio, sorprendidos y con temor reverente, hasta que vieron que Moisés y Elías se comenzaron a alejar de Jesús y fue en ese momento que deciden acercarse.
Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí. Pedro se acerca a Jesús primero para expresarlo como se sentía; lo bueno que es para ellos estar allí, y haber podido presenciar a Jesús con toda su gloria y ese encuentro con Moisés y Elías.
Y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías. Pedro le siguiere al Señor construir tes chozas, una para cada uno de ellos, esas cabañas serían muy rusticas, hechas con ramas de los árboles del lugar donde se encontraban, pero quizá su intención era que les sirviera de resguardo para no estar a la intemperie, o quizá lo sugirió con la finalidad de prolongar mas tiempo aquella experiencia que estaban teniendo, quizá al ver a Moisés y a Elías alejarse, pensó que esa oferta los detendría.
No sabiendo lo que decía. Marcos agrega que lo que Pedro decía era debido a que, tanto él como Juan y Jacobo estaban espantados (Mr. 9:6), su propuesta no era buena, primero porque con eso Pedro los estaba poniendo al mismo nivel a Jesús con Moisés y Elías, y segundo, porque la voluntad de Dios no era que se quedaran allí, sino que tomaran el camino a Jerusalén para llevar a cabo el plan de redención creado por Dios por medio de Jesucristo en la Cruz.
Vs. 34-36. El testimonio del Padre
34 Mientras él decía (hablaba) esto, vino una nube que los cubrió (envolvió); y tuvieron temor al entrar (estar) en la nube.
Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió. Pedro estaba apenas haciendo su propuesta de las enramadas, cuando una nube los cubrió, no era una nube de lluvia, sino una nube de luz (Mt. 17:5), llena de esplendor, luminosa, como Dios se había manifestado muchas veces en el Antiguo Testamento como al pueblo de Israel en el desierto donde “la gloria de Jehová apareció en la nube” (Ex. 16:10) o cuando estando Moisés en el tabernáculo con los 70 (setenta) ancianos del pueblo (Nm. 11:25) “Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló”, entre muchas otras referencias bíblicas.
Y tuvieron temor al entrar en la nube. Sin duda se dieron cuenta de que estaban en la presencia de Dios, ya no estaban solo como espectadores, sino ahora estaban dentro del a nube, siendo parte de ese acontecimiento.
35 Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado (elegido); a él oíd (escúchenlo).
Y vino una voz desde la nube. Mientras todos callaban, Dios habló audiblemente para dar testimonio a cerca de Su Hijo, ya lo había hecho cuando Jesús fue bautizado en el Jordán como dice Lucas 3:21-22 21Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, 22y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia, y hablaría audiblemente una tercera vez en la crucifixión como dice Juan 12:27-28 27Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. 28Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.
Que decía: Este es mi Hijo. A la pregunta de ¿Quién es Jesús?, Dios la respondió clara y audiblemente, era Su Hijo, no era solo el gran maestro que sus discípulos escuchaban, no era ningún profeta del Antiguo testamento resucitado como algunos decían, no era solo un gran hombre, es el Hijo de Dios, el Mesías, el Rey prometido de la casa de David, el que renovaría el pacto de Dios con los Suyos, quien como le dijo el ángel Gabriel a María cuando le anuncio su nacimiento, el que sería llamado Hijo del Altísimo (Lc. 1:32)
Mi Hijo amado. En algunos manuscritos antiguos aparece como mi escogido o mi elegido, pero tiene el mismo sentido, Moisés y Elías habían sido elegidos para misiones muy específicas, pero no pueden compararse con Jesús quien es el único que podía hacer la obra de salvación planificada por Dios desde antes de la creación del mundo como dice 1 Pedro 1:18-20 18sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.
A él oíd. La voz de Dios desde la nube concluye con este mandamiento que es muy concreto, el verbo en griego tiene la idea de escuchar con atención con la intención de obedecer, las palabras de Jesús que eran despreciadas por sus enemigos, pero deberían de ser oídas y obedecidas por sus discípulos, Jesús mismo lo dijo en Juan 13:17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.
Moisés y Elías representaban la manera en que Dios hablo en otro tiempo, pero ahora solo habla por el Hijo quien es heredero de todo como dice Hebreos 1:1-2 1Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, 2en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.
36 Y cuando cesó (después de oírse) la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos callaron, y por aquellos días (por un tiempo) no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.
Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo. Mateo agrega mas de que pasó con los discípulos cuando la Dios terminó su audible mensaje, dice Mateo 17:6-8 6Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. 7Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. 8Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo, los discípulos cayeron de frente ante la presencia de Dios en ese lugar, como le pasó a Juan (Ap 1:17). Los discípulos se llenaron de gran temor, por lo que tuvieron que ser consolados y animados por Jesús, quien permaneció en ese lugar, ya no estaban Moisés ni Elías, pero no necesitaban a nadie mas, tenían con ellos al Hijo amado, lo tenían todo, aunque estuviera una vez mas en apariencia humana, en su condición de siervo, pero en sus mentes y en sus corazones ya estaba claro que Jesús era el Rey de reyes y el Señor de señores (Ap 17:14).
Y ellos callaron. La experiencia vivida en ese monte fue demasiada para ellos, no solo estaban atemorizados, sino que se quedaron sin decir alguna palabra.
Y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto. Los discípulos no le contaron a nadie de esta experiencia, a petición expresa de Jesús como lo registra Marcos 9:9-10 9Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos. 10Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos, y ellos obedecieron a las palabras que escucharon de Jesús, debieron permanecer callados hasta el tiempo indicado; es decir, hasta después de que Jesús se les mostró presencialmente ya resucitado.
2 Pedro 1:16-19 El testimonio de los apóstoles
No solamente dio testimonio el Padre en forma audible, también dieron testimonio con su presencia la Ley representada en Moisés y los profetas, representados por Elías, sino que los apóstoles representados por Pedro también, cuando escribió refiriéndose a este evento de la transfiguración, treinta años después en 2 Pedro 1:16-19 16Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. 17Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. 18Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo. 19Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.
Aplicación Práctica:
¿Qué es lo que Jesús dijo que debemos oír para obedecer? Pues cosas como “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mt. 28:18), “ámense unos a otros como yo los he amado” (Jn. 13:35), “perdones de todo corazón cada uno a sus hermanos sus ofensas” (Mt. 18:35), “ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Mr. 12:30), y también dijo “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jn. 14:15).
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