Sunday, October 22, 2023

Lucas 13:1-9 Vengo a buscar fruto

 

Vengo a buscar fruto

Lucas 13:1-9

Objetivo: Atender el llamado urgente de Jesús al arrepentimiento de nuestros pecados y examinar si existen evidencias genuinas (frutos) de arrepentimiento en nuestras vidas.

 

Versículos a memorizar:Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” Lucas 13:3

 

Introducción: Jesús viene de enseñar que nos es necesario ver la vida como Dios la ve y no como el hombre la visualiza, las cosas temporales para Dios tienen un muy bajo valor y las cosas eternas para Dios tienen un muy alto valor, las riquezas terrenales de una persona pueden ser muchas, pero en eso no consiste la vida del hombre, finalmente partirá y las riquezas serán de otros , mientras que los tesoros en el cielo permanecen para siempre. De la misma manera los problemas cotidianos de la vida, pueden llevarnos a la ansiedad, y a quitarnos la paz de Dios en nuestras vidas, y a dejar de confiar en las ciertísimas promesas que nuestro Padre celestial ha hecho a sus hijos.

 

En lugar de eso, debemos tener nuestra mirada en la anhelada venida del Señor, para que no nos sorprenda como ladrón en la noche, sino que estemos preparados y con las lámparas encendidas esperando su regreso en su segunda venida, ya que, en la primera venida, vino como un fuego purificador a todos aquellos que pusieron su confianza en él, y será como un fuego consumidor a todos los que rechacen esa gracias de Dios que hay en Cristo Jesús.

 

Desarrollo:

1 En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos.

No queda claro si estos relatores estaban ya entre la multitud cuando Jesús estaba enseñando o recién se presentaron ante Jesús para narrarle lo acontecido en Jerusalén con algunos galileos, este relato no aparece en ninguna otra porción de la escritura, solo en Lucas, no se nos dice cuántos ni quiénes eran, solo que algo muy lamentable había recién sucedido el templo cuando ofrecían sacrificios.

 

El hecho es un crimen que realizó el gobernador Pilato, al parecer estos galileos habían llevados sus animales para el sacrifico a los sacerdotes del templo, en aquel lugar solo se permitían israelitas, y mientras esos sacrificios ocurrían, Poncio Pilato, siendo sanguinario y sin mostrar ninguna moralidad, autorizó que sus soldados, violando las leyes que les impedían a los gentiles entrar al templo, entrarán y mataran inmisericordemente a quienes estaban ofreciendo sus sacrificios.

 

2 Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos?

Los líderes religiosos habían puesto una mentalidad en los judíos en los tiempos de Jesús, que pensaban que los graves juicios o circunstancias tan adversas como esta, eran consecuencia del pecado, ya fuera de la misma persona o de sus antepasados, por lo que justificaban con eso dichos acontecimientos, y de allí se origina esta pregunta que Jesús les hace.

 

Esa enseñanza de que hechos trágicos les acontecen solo a personas muy pecadoras, ya que, si no fuera así, Dios no lo permitiría, no la encontramos en la Escritura, ciertamente Dios envió castigos importantes a personas o pueblos por su pecaminosidad, pero no siempre es así, muchas veces Dios extiende su misericordia y no permite que las personas o los pueblos reciban lo que merecen. Dios simplemente permite cosas que la mente humana no puede llegar a comprender, Esteban fue apedreado cuando anunciaba el evangelio (Hech. 7:58), Jacobo, hermano de Juan fue muerto a espada por predicar a Cristo (Hech. 12:2), y no eran hombres perversos sino instrumentos de Dios para anunciar su evangelio.

 

3 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

Jesús aprovecha el relato y hace un firme llamado al arrepentimiento, ya que el arrepentimiento es la única vía de escape para evitar el juicio de Dios sobre los hombres. Jesús no se refiere a que perecerían igualmente en una muerte trágica, sino que, como ellos asumían que aquellos que fueron muertos eran pecadores no arrepentidos, los oyentes perecerán igualmente como percadores no arrepentidos y enfrentarán el juicio de Dios como dice Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

 

4 O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén?

Jesús les relata otro acontecimiento catastrófico que había sucedido, una torre de la muralla que rodeaba Jerusalén, y que se encontraba frente al estanque de Siloé, se había desplomado y terminó matando a 18 personas, lo más seguro es que ellos no eran galileos, sino ciudadanos de Jerusalén, por lo que Jesús les hace otra pregunta con las mismas características de la primera, con la misma respuesta negativa, esos 18, por el hecho de haber muerto trágicamente, no eran más pecadores que el resto de sus conciudadanos.

 

5 Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.

Jesús utiliza las mismas palabras firmes de exhortación al arrepentimiento que había usado anteriormente, y es que, sin arrepentimiento, no hay salvación como dice 2 Corintios 7:10 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.

 

La palabra arrepentimiento viene de la palabra en griego Strong 3341 <metánoia> (de 3326 / Meta, "cambió después de estar con", y 3539 / Noiéō, "pensar"), lo que significa un “Cambio de mente”, "pensar de manera diferente después de”, corregirse de una opinión o actitud, caminar hacia delante dejando el pasado atrás, pensar diferente, reconsiderar, revertir; es decir, que cuando nos arrepentimos del mal que hemos cometido, lo confesamos delante del Señor, y como consecuencia, cambiamos nuestra manera de conducirnos.

 

6 Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló.

Jesús enfatizará la necesidad de arrepentimiento del pueblo de Israel que le escuchaba para que no perezcan, y que lo hicieran ya, porque el tiempo de la gracia estaba por terminárseles, y lo hace por medio de una parábola.

 

Un hombre, que bien puede representar a Dios en la parábola, es dueño de una viña, que es un terreno donde se plantan las vides, que son los arbustos que producen las uvas comestibles, de donde se extrae el jugo de uva y con lo que se puede producir vino.

 

Esa viña representa al pueblo de Israel que fue sacado de la esclavitud de Egipto y plantado en la tierra prometida como dice el Salmo 8:8-9 8Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la plantaste. 9Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra y de la misma manera aparece en Isaías 5:7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.

 

Dentro de esa viña hay una higuera, que es un árbol muy típico en la zona del mediterráneo y que produce higos, notemos que esa higuera no había crecido dentro de la viña en forma silvestre, de alguna semilla que hubiera caído sobre la tierra, sino que había sido cuidadosamente plantada, era un árbol que el dueño había puesto allí bajo el cuidado del viñador (encargado del cultivo de las viñas productoras de uvas), esta higuera podría representar a Jerusalén que era el centro de adoración a Dios dentro de Israel, ya que los higos en la Escritura también representan a Israel como en Jeremías 24:4-6 4Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 5Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. 6Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré.

 

7 Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra?

El dueño de la viña, había plantado la higuera con la intención que diera fruto, había sido plantada en un buen lugar y recibía los cuidados del viñador.

 

La higuera había crecido y el tiempo de que diera fruto había pasado, los higos en la higuera no se alcanzan a distinguir de lejos, porque generalmente están escondidos entre las hojas, de modo que el dueño fue a buscar su  fruto, no mando a nadie a hacerlo, fue el mismo, y durante tres años seguidos, encontró la misma situación, la higuera no producía su fruto, por lo que determinó cortarla, ya que no solo no daba fruto, sino que estaba utilizando los nutrientes de la tierra que otras plantas necesitaban, por lo que le pide al viñador que la quite.

 

Si la higuera representa a Jerusalén, donde se encontraba la elite de los líderes religiosos del pueblo, ya llevaban ya tres años desde el comienzo del ministerio de Juan el Bautista que no reconocían a Jesús como el Mesías enviado de Dios, no había ningún fruto de arrepentimiento en ellos y por consiguiente en el resto del pueblo, quizá la higuera estaba muy grande y frondosa, con muy buena apariencia, pero no tenía fruto.

 

8 Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone.

El viñador intercede por un año más de gracia, este viñador puede representar a Jesús como el intercesor entre Dios y el pueblo como dice 1 Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, y Juan añade en 1 Juan 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

 

El viñador le suplica al dueño que la deje un año más todavía, donde él personalmente tendrá un cuidado especial y personal sobre la higuera, protegiéndola y abonándola para esperar que eso le ayude a dar fruto el siguiente año. En la parábola ese año de gracia, puede representar lo que resta del ministerio de Jesús en Jerusalén y el comienzo del ministerio del Espíritu Santo que vendría en Pentecostés, donde inmediatamente después Pedro se levantaría a predicar y se convertirían como tres mil personas y desde donde comenzaría, allí en Jerusalén, la Iglesia de Cristo.

 

9 Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.

El viñador no pidió al dueño que dejara la higuera permanentemente, sino que aplazara en forma temporal el castigo que ya había determinado para ella que era cortarla, con la esperanza de que, si daba fruto, pudiera seguir plantada en ese lugar, pero si continuaba estéril, entonces seria cortado y arrojado al fuego.

 

La parábola resume el doble y fuerte llamado al arrepentimiento que Jesús le hizo al pueblo, el tiempo de la gracia para ellos se había extendido en forma magnánima, de forma muy generosa a pesar de su incredulidad, pero ese tiempo de gracia tenía una fecha límite y de allí la urgencia de arrepentirse.

 

Aplicación Práctica: Atender el llamado urgente de Jesús al arrepentimiento de nuestros pecados y examinar si existen evidencias genuinas (frutos) de arrepentimiento en nuestras vidas.

 

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