Monday, April 1, 2024

Lucas 19:45-48 Mi casa es casa de oración

 

Mi casa es casa de oración

Lucas 19:45-48

Objetivo: Pedirle al Señor que nos limpie con Su Palabra de cualquier corrupción espiritual o moral, para poder anunciar el evangelio a todas las naciones (Mr. 11:17).

 

Introducción: Lucas relató la entrada de Jesús a Jerusalén montado sobre un burrito que cumplía la profecía escrita más de 500 años antes de Zacarías 9:9 que decía que entraría a Jerusalén su rey, justo y salvador, pero al mismo tiempo humilde montando un pollino; mientras la gente y los discípulos gritaban alabanzas con mucho gozo, Jesús lloraba amargamente, ya que en su función de profeta sabía que debido a que el pueblo no conoció el día de su visitación (Lc. 19:44); es decir, cuando Dios les había enviado a esa nación por gracia a Su Hijo, con todos los milagros como señales debían haberlos hechos reflexionar que Jesús era el Mesías que Dios les había prometido, sin embargo, no reconocieron la gracia divina, rechazaron al Mesías que era su Salvador, los llevaría a continuar con su pecado y sufrir en ellos mismos y en su ciudad, las consecuencias de no haber hecho la paz con Dios, cuando en el año 70 las fuerzas del imperio romano comandadas por Tito Vespasiano, quién después se convirtiera en emperador, devastaría Jerusalén con sus palacios, grandes construcciones y su templo, no dejando piedra sobre piedra.

 

Desarrollo:

45 Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él,

Y entrando en el templo. Esta limpieza del templo no ocurrió el mismo día de la entrada de Jesús sobre el burrito, ya que Marcos relata lo siguiente en Marcos 11:11 Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce, por lo que Jesús tuvo que regresar al Jerusalén al día siguiente, en ese camino de Betania a Jerusalén tuvo lugar la maldición de la higuera (Mr. 11:12-14), ese árbol de higos es una metáfora de la nación judía de ese momento (Os. 9:10, Jer. 24:3-7), que tenía una apariencia externa de grandeza divina (las hojas) son su templo y su liturgia, pero no producía ninguna cosa para gloria de Dios (la carencia de fruto), que es exactamente lo que el Señor se va a encontrar al entrar en el templo y no notar ningún cambio desde la anterior limpieza del templo (Jn. 2:13-17) y esta ocasión.

 

Después de lo de la higuera, Jesús entró junto con sus discípulos en el templo; debemos entender que no entro al interior del santuario donde se hacían los sacrificios, y donde se encontraba el lugar santo y el lugar santísimo, lo cual estaba limitado a los sacerdotes y levitas, Lucas usa la palabra Templo como un término general refiriéndose también los patios alrededor del templo que eran parte de la explanada, pero todo aquello había sido dedicado a Dios.

 

Comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él. En el relato de Lucas nos encontramos a días de la celebración de la fiesta de la Pascua, lo que da el contexto para entender que había comercio en el templo, es altamente probable que se llevaba a cabo en lo que se conoce como el “atrio (patio) de los gentiles”, donde podían acceder tanto judíos como gentiles.

 

Los historiadores relatan el tipo de transacciones que allí se llevaban a cabo:

 

1)    Había cambistas. Había un impuesto anual para el templo que la gente local podía pagar en cualquier momento, pero que los peregrinos pagaban cuando visitaban el templo en alguna de las festividades, como esta de la Pascua que estaba por llevarse a cabo, pero como en toda esa región había varios tipos de monedas de uso cotidiano además de la moneda local de Israel, primordialmente griegas y romanas (aunque también había persas, siria, egipcias, etc), que en su inmensa mayoría tenía imágenes paganas, por lo que no eran aceptadas para pagar el impuesto del templo, debido a eso se establecieron los lugares de cambio de monedas, que aprovechaban para tomar un tipo de cambio muy castigado, además de cobrar comisiones por el cambio muy exageradas, lo que generaba muchas ganancias, esas concesiones de las “mesas de cambio” eran otorgadas por los principales sacerdotes, casi siempre a familiares o amigos del sumo sacerdote. Es fácil imaginar que, al estar mucha gente en Jerusalén para la Pascual, estas transacciones eran muchas, que generaban bullicio de los que ponían el tipo de cambio y de los que negociaban con ellos quejándose de los altos costos de esos cambios.

 

2)    Compra venta de animales. Los sacrificios en el templo eran con animales vivos, como palomas, bueyes, y ovejas (Jn. 2:14), a los peregrinos que venían de lejos no les era práctico hacer el recorrido de días caminando trayendo su propio animal del sacrifico, era mejor llegar al templo y comprar uno allí, los que eran muy caros ya que tenían el certificado de los sacerdotes que dicho animal había ya sido inspeccionado y era apto para el sacrificio. La gente local o que habían traído su animal de su lugar de residencia o que había comprado el animal en algún lugar que no era en el templo, les exigían llevarlo a revisar con los sacerdotes para ver si era apto y darle su aprobación y emitir su certificado, lo que les costaba también dinero, sin embargo, con mucha facilidad, dichos sacerdotes desechaban a los animales que no habían sido comprados en el templo argumentando haberles encontrado algún defecto, lo que obligaba a la gente a comprar uno de los animales que allí vendían. También es fácil imaginar todas las discusiones que había entre los que llevaban sus animales y los sacerdotes abusivos que no se los aprobaban, los ruidos y los olores de los excrementos que producía los animales que vendían, lo que convertía ese lugar en un verdadero mercado.

 

Jesús no hizo excepción, su indignación era tal que sacó del templo tanto a los que vendían como a los que compraban, todo eso mientras volcaba las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas (Mr. 21:12), las mesas quedaron tiradas al suelo y junto con ellas las monedas debieron rodar por el piso, lo mismo que hizo con las sillas de los que vendían palomas que probablemente las tenían en jaulas en el piso, los comerciantes debieron correr a la salida escapando de esta acción de Jesús, incluso quizá, algunas palomas hayan quedado libres y volaron.

 

Aquella acción de Jesús, además de confusión y temor en los comerciantes, ha de haber producido una gran molestia entre los sacerdotes que eran los más beneficiados de los que se vendía en el templo, principalmente al rico Anás y al su mañoso suegro Caifás que eran los sumos sacerdotes del templo en ese momento, su odio se incrementó tanto que después de este evento procuraban matar a Jesús (Lc. 19:47).

 

46 diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

Diciéndoles. Después de ese acto de ira santa que mostró Jesús que debió durar un tiempo, la gente ha de haber quedado asombrada, por lo que Jesús procede a mencionar la razón que lo llevó a hacer aquel suceso.

 

Escrito está: Mi casa es casa de oración. Jesús cita a Isaías 56:7 yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos, el templo debía ser un lugar donde la gente tuviera comunión con Dios, por medio de la oración, como en la parábola que Jesús conto de fariseo y el publicano (Lc. 18:10), ese fue siempre el propósito del Templo, así mismo lo dijo Salomón en la dedicación del primer templo en 1 Reyes 8:29-30 29que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar. 30Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona, y también un lugar donde viniera el pueblo en arrepentimiento a buscar a Dios como sigue diciendo Salomón en 1 Reyes 8:33-34 33Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa, 34tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres.

 

Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. En contraste al propósito del templo, aquellos líderes religiosos sin temor de Dios, lo había convertido en cueva de ladrones, citando lo que Dios le dijo a Jeremías que le dijera al pueblo de Israel cuando se habían alejado de Dios en Jeremías 7:11 ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová.

 

Mientras los judíos esperaban que el Mesías los liberara del imperio romano que los oprimía, que atacara el palacio de Herodes en Jerusalén, o la casa de Poncio Pilato gobernador de Judea, o derribar la fortaleza Antonia que se encontraba junto al Templo donde se encontraban el ejercito romano; Jesús limpió el Templo de la corrupción espiritual en la que se encontraba, para restaurar el propósito del templo que era para que tanto judíos como gentiles pudieran tener acceso a Dios, con eso, Jesús estaba mostrando que Jesús era el Señor del Templo como Jesús mismo dijo en Mateo 12:6 Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí.

 

47 Y enseñaba cada día (todos los días) en el templo; pero los principales sacerdotes, los escribas (maestros de la ley) y los principales (líderes) del pueblo procuraban matarle.

Los principales sacerdotes y escribas tenían tal odio por Jesús que querían matarle, no solo porque lo había rechazado como Mesías, sino también por toda la admiración que el pueblo tenía por Jesús y sus enseñanzas, y ahora más porque se había metido con su negocio de la fe que tenían montado en el Templo, a pesar de eso, Jesús enseñaba cada día en el Templo; aunque también hacía milagros como el de sanar a ciegos y cojos que venía a Él (Mt. 21:14). Además de las enseñanzas diarias en los atrios (patios) del Templo que había limpiado y donde llegaban las grandes multitudes que venían a la fiesta de la Pascua, también amaba anunciaba el evangelio de salvación como dice Lucas 20:1a Sucedió un día, que enseñando Jesús al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio.

 

Otro grupo que buscaba la muerte de Jesús eran los principales del pueblo, gente importante de la sociedad, quizá los concesionarios que se beneficiaban con los negocios del templo y que veían como peligraba su posición con la limpieza de Jesús en el templo y como las multitudes le escuchaban.

 

48 Y no hallaban nada que pudieran hacerle, porque todo el pueblo estaba suspenso oyéndole (muy atento a cada palabra que decía).

Los líderes religiosos, los principales sacerdotes, liderados por Caifás y los fariseos habían hecho un concilio después de que Jesús resucito a Lázaro, y habían determinado matarlo como dice Juan 11:53 Así que, desde aquel día acordaron matarle, después de la limpieza del Templo con más razón lo quieren hacer, pero no sabían de qué manera llevarlo a cabo, ya que temían a la reacción del pueblo como dice Lucas 22:2 Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarle; porque temían al pueblo, quienes en ese momento estaban muy atentos a las enseñanzas de Jesús.

 

Aplicación práctica: Cada uno de nosotros somos el templo de Espíritu Santo como dice 1 Corintios 6:19-20 19¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20Porque habéis sido comprados por precio (preciosa sangre de Cristo 1 Pedro 1:19); glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios, por tanto, es necesario pedirle al Señor que nos limpie con Su palabra de cualquier corrupción espiritual o moral, para poder anunciar el evangelio a todas las naciones (Mr. 11:17).

 

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