Lucas 22:1-6 Mirad también por vosotros mismos (2ª Parte)

 

Mirad también por vosotros mismos (2ª Parte) Lucas 22:1-6

Objetivo: Continuar mirando por nosotros mismos, sometiéndonos a Dios y resistiendo al diablo para que huya de nosotros (Stg. 4:7).

 

Versículo del objetivo: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” Santiago 4:7

 

Introducción: Después de enseñar en el Templo, Jesús y sus discípulos salieron con rumbo al monte de los olivos, en el camino ellos admiraron los grandes y majestuosos edificios del Templo, y lo que Jesús les dijo que todo eso que veían iba a desaparecer, y que no quedaría “piedra sobre piedra” (Lc. 21:6), los discípulos quedaron inquietos con ese comentario del Señor y le preguntaron que “¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder?” (Lc. 21-7), a lo que Jesús les contesto que “cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado” (Lc. 21:20), lo que terminó sucediendo en el año 70 (setenta) cuando el ejército del Imperio Romano, comandadas por Tito Vespasiano, quién después se convirtiera en Emperador, rodearía primero y destruiría después a Jerusalén con todos sus majestuosos palacios, sus grandes construcciones y su Templo, no dejando piedra sobre piedra, y en seguida, Jesús les dijo lo que sucederá antes de que Él regrese “en una nube con poder y gran gloria” (Lc. 21:27), y les animó a que estén velando en todo tiempo para que fueran hallados dignos de escapar de esas cosas y de estar de pie delante de Jesús a Su regreso (Lc. 21:36).

 

Desarrollo:

1 Estaba cerca (se aproximaba) la fiesta de los panes sin levadura (los ázimos), que se llama la pascua.

Lucas menciona que estaba muy cerca las fiestas solemnes de Israel de primavera, Marcos es un poco más preciso y dice que faltaban dos días como se relata en Marcos 14:1a Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin levadura … , técnicamente son dos fiestas separadas, la pascua era de un día y la fiesta de los panes sin levadura se celebraba durante 7 días, pero al estar una pegada a la otra, era común que llamaran “La Pascua” a los ochos días de fiesta, ambas fiestas las estableció el Señor en Éxodo 12.

 

La pascua se celebraba seleccionando un cordero o un cabrito de edad de un año y sin defecto alguno el día 10 del mes de Nisán o Abib (que en nuestro calendario sería entre los meses de Marzo y Abril), y se sacrificaba el día 14 para cenarlo asado y acompañado de hierbas amargas.  La palabra “Pascua” es la palabra hebrea “Pésaj”, que significa saltar, pasar por alto o preservar, y conmemoraba la salida del pueblo de Isael de la esclavitud de Egipto cuando todo primogénito fue muerto excepto los primogénitos de aquellos que habiendo sacrificado un cordero de pascua, y habían pintado los dinteles y postes de las puertas con la sangre ese cordero del sacrificio (Ex. 12:1-28).

 

Seguido a la pascua, se celebraba la fiesta de los panes sin levadura del día 15 al 21 del mismo, establecida en la ley (Ex. 34:18). La levadura representa el pecado ya que esta infla la masa, así como el orgullo “infla" nuestras vidas. Esta semana se comían panes sin levadura, representando una vida libre de pecado.

 

Tres de las siete fiestas solemnes establecidas por Dios para su pueblo, eran de peregrinar, lo que significa que estaban obligados a ir a celebrarla al Templo, todos los varones mayores de 20 años, las mujeres podían participar en las fiestas, pero no estaban obligadas a hacerlo, y estas eran dos de esas tres fiestas (las otras 4 las podrían celebrar desde sus casas).

 

Cristo es Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, representado en ese cordero de pascua, quien, con Su sangre preciosa de su sacrificio en la cruz, nos libró de la muerte,

 

de la misma manera, Cristo representa nuestras vidas en el proceso de santificación. Mediante el cual después de haber sido librados de la paga del pecado que es la muerte, somos librados del poder del pecado en nuestras mentes en tiempo presente para finalmente un día ser librados de la presencia del pecado en nuestros cuerpos, como lo menciona Pablo en 1 Corintios 5:7-8 ⁷Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. ⁸Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.

 

2 Y los principales (líderes, jefes) sacerdotes y los escribas (maestros de la ley) buscaban cómo (algún modo de) matarle; porque temían al pueblo.

Jesús había incomodado demasiado a los líderes religiosos de ese tiempo que eran parte de Sanedrín, que era como la corte suprema de justicia en Israel. El sumo sacerdote llamado Caifás, reunió en su casa al resto de los líderes y planificaron matar a Jesús como lo relata Mateo 26:3-5 ³Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, ⁴y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle. ⁵Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo, porque temían al pueblo, no querían matar a Jesús durante la fiesta de la Pascua o la fiesta de los panes sin levadura, ya que como había muchas personas que habían llegado peregrinando por la celebración de esa fiesta.

 

La duda que tenían Caifás y el resto de los líderes que desecharon a Jesús, no era respecto de si matarle o; sino de cómo y cuándo hacerlo,  ya que Jesús se había tornado demasiado popular y temían que una revuelta pudiera hacer que el gobierno romano optara por quitar sus privilegiadas posiciones. Recordemos que las autoridades judías estaban bajo el régimen romano y lo que estos pedían es que no hubiera alboroto. Por otro lado, ellos mismos había estado escuchando a Jesús enseñar en el Templo cada día, y trataron de buscarle alguna razón para acusarle, pero como no la encontraban, planificaron aprenderle con mentiras como dice Marcos 14:1b … y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle.

 

Este acontecimiento lo relata el apóstol juan de la siguiente manera en Juan 11:45-53 ⁴⁵Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él. ⁴⁶Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho. ⁴⁷Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. ⁴⁸Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. ⁴⁹Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ⁵⁰ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. ⁵¹Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; ⁵²y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. ⁵³Así que, desde aquel día acordaron matarle. Caifás sin saberlo ni pretenderlo profetizó acerca de la obra redentora de Cristo.

 

3 Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce (discípulos);

Satanás ya había tentado a Jesús al comienzo de su ministerio en el desierto (Mt. 4:1-11), y ahora irrumpe nuevamente contra Jesús, pero haciéndolo por medio de Judas Iscariote, el sobrenombre de “Iscariote”, sugiere que provenía de la aldea de Queriot en la región del extremo sur de Israel, eso lo convierte en el único de los doce apóstoles que no era de Galilea. Satanás lo usaría como un instrumento para entregar a Jesús a los líderes religiosos, lo que no era desconocido para el Señor, ya que con mucha anticipación Jesús había dicho en Juan 6:66-67 ⁷⁰Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? ⁷¹Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque este era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.

 

Judas, quien a pesar de haber caminado con Jesús por mucho tiempo y haber sido de los enviados a proclamar el reino Dios (Lc. 9:1), nunca creyó en Jesús como el Mesías de Dios; como tesorero robaba parte del dinero se usaba en el ministerio de Jesús como dice Juan 12:6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella; quizá pensaba como los demás, que Jesús reinarían en Jerusalén, y él podría obtener un beneficio político o económico de eso, pero recientemente había estado escuchando de que Jesús iba a morir, quizá eso lo llevó a pensar que ya no podía esperar nada mas de Jesús, que era tiempo de dejarlo y ganar dinero en eso.

 

4 y este fue y habló con los principales (líderes, jefes) sacerdotes, y con los jefes de la guardia (capitanes u oficiales del Templo), de cómo se lo entregaría.

5 Ellos se alegraron, y convinieron (acordaron) en darle dinero.

Por un lado Judas determino entregar a Jesús, y por el otro lado, los líderes religiosos querían prenderlo pero no sabían cómo ni cuándo, por lo que la aparición de Judas delante de ellos les produjo una grata sorpresa, ya que les resolvería su dilema de cómo hacer para arrestar a Jesús a espaldas del pueblo, ya que de no ser por Judas, que conocía todos los movimientos del Señor, no hubieran podido llegar a Él de noche, y hacerlo de noche y en un lugar solitario, evitaría el alboroto de la gente que lo seguía, a lo que le tenían mucho miedo, así podrían juzgarle en secreto, condenarle a muerte y pedir a los romanos que lo ejecutarán (ya que ellos no podían en ese momento matar a ningún reo sentenciado a muerte).

 

El relato paralelo de Mateo relata un poco como fue dicha negociación como dice Mateo 26:14-15 ¹⁴Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, ¹⁵y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Los historiadores y la aceptación general creen que se esa moneda de plata hace referencia a un “tetradracma”, que equivalía a 4 dracmas o 4 denarios, si lo que le acordaron entregar eran 30 de esas monedas, equivaldría a 120 días de salario de un jornalero. Es interesante observar que es la misma cantidad que se exigía por la muerte de un esclavo como dice Éxodo 21:32 Si el buey acorneare a un siervo o a una sierva, pagará su dueño treinta siclos de plata, y el buey será apedreado, por lo que podemos observar que 30 monedas de plata era el valor legar de un esclavo.

 

Sin darse cuenta esa evaluación que esos líderes religiosos hicieron por Jesús, cumplía la profecía de Zacarías 11:12-13 ¹²Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. ¹³Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro, de la misma manera que esa traición de Judas, también había sido profetizada en el Salmo 41:9 NVI “Hasta mi amigo cercano, en quien yo confiaba y que compartía el pan conmigo, se ha vuelto contra mí.”

 

6 Y él se comprometió (aceptó), y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo (cuando no hubiera gente).

El contrato homicida se había establecido, Judas ya estaba comprometido, ya tenía un trato, tenía que cumplir con su parte de acuerdo, y ya nada impediría lo que después realizó, con un beso en un lugar alejado y de noche traicionaría a Cristo, mientras los detractores de Jesús cumplirían su parte, le pagarían a Judas el precio de un esclavo, 30 monedas de plata (Mt. 27:3)

 

Judas no fue una víctima de Satanás, ya que la Biblia nos enseña que cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido (Stg. 1:14); y aun en la traición de Judas podemos observar la soberanía del Señor manifestada en el cumplimento de Su Palabra (Sal. 41:9; Zac. 11:12) en el tiempo preciso.

 

Aplicación práctica:

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 Continuar mirando por nosotros mismos, sometiéndonos a Dios y resistiendo al diablo para que huya de nosotros (Stg. 4:7).