Como el que sirve Lucas 22:24-38 |
Versículos del objetivo: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.” Efesios 4:11-12
Versículo a memorizar: “Mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.” Lucas 22:26
Introducción: Jesús viene de establecer un nuevo, o un más amplio entendimiento de la cena de Pascua, que a partir de ese mismo día, la cena ya no haría memoria de la sangre del cordero de pascua que liberó al pueblo de Israel del ángel de la muerte, sino que, ahora será para hacer memoria de Jesús, de su cuerpo que fue voluntariamente entregado en la cruz y de su sangre que derramó en favor de los suyos, como el cumplimiento perfecto de esa celebración de pascua, y que todas las veces que tomemos el pan, que representa a su cuerpo, y tomemos la copa de vino, que representa su sangre, la muerte del Señor anunciamos hasta que Él venga (1 Cor. 11:26).
Desarrollo:
Vs. 24-30. La grandeza del servicio
24 Hubo también entre ellos una disputa (discusión) sobre quién de ellos sería el mayor (más importante).
No hay referencia de este suceso cerca de la cena de pascua en los evangelios sinópticos, parece que, aunque ese evento sucedió tiempo atrás (Mt. 20:25-28, Mr. 10:42-45), Lucas, que ya hemos visto que no siempre redacta los eventos en forma cronológica, lo relata aquí como una introducción a la posición de jueces que tendrán los apóstoles en el reino venidero (Lc. 22:28-30).
Estas palabras de Jesús, vinieron como respuesta de cuando se acercaban a Jerusalén, y Juan y Jacobo (Mr. 10:35) con su madre (Mt. 20:20), le hicieron una petición, que pusiera a los dos apóstoles en lugares destacados en el reino, a lo que Jesús contestó; “No sabéis lo que pedís” (Mr. 10:38, Mt. 20:22) para enseguida deciles que; “el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre” (Mt. 20:23), y como esa petición la escucharon los otros diez apóstoles, se enojaron contra Juan y Jacobo (Mr. 10:41), lo que llevó a Jesús a enseñarles una lección, recordándoles cómo funcionan los puestos importantes en este mundo y explicarles que, en el reino de Dios, funcionan de manera contraria.
25 Pero él les dijo: Los reyes de las naciones (de este mundo) se enseñorean de (tratan con prepotencia o tiranía a) ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados (se auto llaman) bienhechores (benefactores, amigos del pueblo);
Por la manera que Jesús presenta esta enseñanza, parece que todos los discípulos comprendían que el reino de Dios, sería como los reinos de las naciones, donde los reyes de esas naciones, se creen los más importantes del país, y en lugar de servir al pueblo en sus necesidades, se enseñorean de ellos y los tratan con prepotencia. De la misma manera, no solo los reyes, sino cualquier puesto de liderazgo en el mundo, quieren tener poder y autoridad para ejercerlo sobre los que están bajo ellos como lo menciona Mateo 20:25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.
Lo sorprendente es que esos tiranos que se enseñoreen de la gente, se auto nombran “bienhechores”; es decir que, llenos de arrogancia y vanagloria, realmente creen, o por lo menos quieren hacer creer a la gente, que la forma en que mal ejercen su autoridad, es en beneficio del pueblo.
26 mas no así vosotros (entre ustedes será diferente), sino sea el mayor (más importante) entre vosotros como el más joven (el menor), y el que dirige (gobierna, liderar), como el que sirve (si fuera un sirviente).
Jesús les dice que, en el reino de Dios, es todo lo contrario a como lo hace el mundo, que la grandeza en el reino se gana sirviendo en amor, entregándose a los otros, que el mayor debe considerarse como el menor (el mas joven), y el que gobierna como si fuera un sirviente, y esto solo se puede hacer por medio del primer fruto del Espíritu Santo en la vida de los cristianos, el fruto del amor (Gal. 5:22).
Esa palabra “amor” es la palabra en griego Strong 26 <agápe> que habla de un amor incondicional, que es aquel que da sin esperar nada a cambio, mientras que en hebreo es la palabra Strong157 <ahava> cuyo significado en su raíz es “yo doy”. El amor de Dios en el corazón del creyente, lo capacita y lo impulsa a servir a su prójimo por amor, pero también se necesita un espíritu humilde, sin importar la cantidad de dones o capacidades, las pone al servicio de la Iglesia de Cristo para su edificación como dice 1 Pedro 4:10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios, y es hasta entonces cuando seremos el primero como dice el pasaje paralelo en Mateo 20:26-27 26Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo.
El “liderazgo” en la Iglesia, como pastores, coordinadores, servidores de célula, etc, ciertamente ejercen la autoridad, pero no son ellos autoridad, la autoridad de la Iglesia es solo de Cristo como dice Efesios 1:21 (Cristo es) sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero, los “líderes” son servidores de Cristo, quienes simplemente forman parte de la grey (el rebaño) de Dios que necesita ser pastoreada, como lo describe el apóstol Pedro en 1 Pedro 5:1-4 1Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: 2Apacentad la grey (el rebaño) de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza (no de mala gana), sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta (sin buscar un beneficio personal), sino con ánimo pronto (deseo de servir); 3no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 4Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible (que jamás se marchita) de gloria.
27 Porque, ¿cuál es mayor (quién es más importante), el que se sienta a la mesa (a comer), o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas (En cambio) yo estoy entre vosotros como el que sirve.
Para dejar más clara su enseñanza, Jesús hace una pregunta que el mismo contesta, ciertamente el que está sentado a la mesa es mayor que el que sirve. Jesús en esa mesa tenía en lugar de mayor honor, y aun así un poco antes, les había lavado los pies a todos los discípulos (Jn. 13:1-17).
La grandeza en el reino de Dios está en ser un siervo, porque ninguno puede aspirar a ser más que su Señor, quien vino a servir con su propia vida como dice Mateo 20:28 Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido (estado) conmigo en mis (tiempos de) pruebas.
A pensar de los muchos defectos de carácter y falta de fe de los discípulos, Jesús les elogia la fidelidad que han mostrado al estar con Él hasta ese momento, ya que muchos lo habían dejado (Jn. 6:66), estos once ha permanecido a pesar las muchas pruebas. Quizá estas palabras de aliento llegaron para darles ánimo o reconocimiento, ya que, ellos sin saberlo, en pocas horas ellos pasarían por la gran prueba, cuando en Señor sería traicionado, entregado a las autoridades, mal enjuiciado y colgado de una cruz.
29 Yo, pues, os asigno (concedo) un reino (reinado), como mi Padre me lo asignó (concedió) a mí,
30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
Los discípulos no siempre serían siervos, ya que, en recompensa a su fidelidad, (fidelidad que muestra su condición de ser salvos), se les asignaría un reinado, y ese será el tiempo para que ejerzan autoridad sobre las doce tribus de Israel, y aunque en la nueva Jerusalén habrá doce cimientos con los nombres de los doce apóstoles (Ap. 21:14), esta promesa de reinar con Cristo es para todos los creyentes como dice Apocalipsis 3:21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono, por lo que, los doce apóstoles (sin contar a Judas y contando a Matías o a Pablo), junto con los creyentes, comerán y beberán de la mesa del Señor en su reino, donde comeremos la Pascua y beberemos el vino del que Jesús dijo que no comería y bebería hasta que el reino de Dios venga (Lc. 22:16,18).
Vs. 31-34. La fe para confirmar
31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido (a cada uno) para zarandearos (sacudirlos) como a trigo;
Lucas y Juan (Jn. 13:37-38) parecen identificar el lugar de estas palabras durante la cena de pascua, mientras que los evangelios paralelos las ubican en camino a Getsemaní (Mt. 26:30, Mr. 14:26), probablemente Jesús se los dijo en la cena y se los repitió en el camino.
Jesús llama la atención de Pedro llamándole dos veces por su nombre de Simón, ya que lo que le va a decir es muy importante, y le comunica que; de la misma manera que Satanás pidió permiso a Dios para atacar a Job (Job 1:12, 2:6), de la misma manera hizo otra diabólica petición, la de tomar a los once discípulos que quedaban y zarandearlos como al trigo; es decir, sacudirlos fuertemente que es la manera con la que los manojos de trigo se trataban cuando querían separar los granos de trigo de la paja.
Las palabras de Jesús ha de haber sorprendido a Pedro, como nos sorprenden a nosotros hoy, ya que implican que Dios si le dio permiso a Satanás para sacudir a los once discípulos, que, en unas horas, cuando Jesús fuera arrestado, saldrían despavoridos de aquella situación. Jesús no menciona cual fue la razón por la que Dios lo permitió, pero Pedro más adelante escribiría que esas pruebas sirven para afirmar y afinar nuestra fe como escribió en 1 Pedro 1:6-7 6En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
32 pero yo he rogado (en oración) por ti, que tu fe no falte (falle); y tú, una vez vuelto (arrepentido), confirma (fortalece, ayuda) a tus hermanos.
Lo que Jesús si le dice a Pedro es que había orado por él, y no solo por él, había orado también por todos los discípulos antes, en el lugar de la cena (Jn. 17:9). Jesús había hecho una petición al Padre intercediendo por Pedro, y su petición había sido concedida, que a pesar de que su fe sería puesta a la máxima prueba, su fe saldría victoriosa, ciertamente tropezaría, pero habría una restauración, por lo que le da indicaciones muy precisas, que una vez vuelto; es decir, una vez que se hubiera arrepentido de lo que estaba por hacer (negar al Jesús), que su misión sería la de confirmar, fortalecer la fe de sus hermanos, no solo a os otros diez discípulos sobre los que Satanás sacudiría también su fe, sino que esta experiencia de restauración que Jesús haría en él, le iba a servir para fortalecer a los otros creyentes que comenzarían a formar parte de la Iglesia más adelante.
33 Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no solo a la cárcel, sino también a la muerte.
La reacción de Pedro a las palabras de Jesús, fue contradecirlo, el sentía que su fidelidad a Jesús era firme, que estaba dispuesto a ser encarcelado o hasta morir, y le dijo “Mi vida pondré por ti” (Jn. 13:37), sin duda eran palabras sinceras, pero para ello solo contaba con sus propias fuerzas, y pronto se dará cuenta que eso no alcanza para ser fiel al Señor, que es necesario el Espíritu Santo en la vida de los hombres, para poder permanecer.
34 Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.
Cuando Jesús observó que Pedro estaba confiando es sus propias fuerzas y determinación, ya que incluso Pedro había dicho lo que registra Mateo 26:33 Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti (te abandonen), yo nunca me escandalizaré (te abandonaré), y que estaba siendo engañado por su propio corazón, fue cuando le contestó de una manera muy contundente, dándole detalles de cómo aquella misma noche, le iba a negar, no una, sino tres veces, incluso le dijo cuando sería, antes del amanecer, cuando cantara el gallo. Eso fue exactamente lo que sucedió horas más tarde (Lc. 22:55-63).
Y no solo fue Pedro quien insistió que no negaría a Jesús, a pesar de que con detalle le dijo como y cuando sería, sino todos los discípulos que habían escuchado esta conversación, todos dijeron lo mismo, como dice Marcos 14:31 Mas él (Pedro) con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.
Pedro, en su afán de esforzarse en tratar de no negar a Jesús, dejo de lado las palabras de Jesús, que le aseguraban que iba a ser zarandeado, que iba a negar a Jesús tres veces, pero que el Señor había intercedido por él, que ese fracaso no sería permanente, que sería restaurada su relación con Jesús, y que ya restaurado, debería se fortalecer los a otros discípulos que también serían zarandeados como trigo. Que su liderazgo lo ejercería sirviendo en amor a sus hermanos.
Vs. 35-38. La oposición del mundo
35 Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa (dinero), sin alforja (mochila de provisiones), y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada.
Jesús se dirige a los once discípulos con esas preguntas sobre cuando los había mandado a predicar a los doce de dos en dos (Lc. 9:1-6), ya que Jesús los había mandado a aquella primera misión sin que se provisionaran de nada.
En ese viajo no llevaron bolsa, que era un monedero que se colocaba debajo del cinturón en el vestido, para que no estuviera a la vista de todos, en él se guardaba dinero que se usaría para comprar provisiones, víveres o pagar algún hospedaje, pero como les pidió no llevar dinero, no necesitaron llevar bolsa, tampoco llevaron alforja que es una tira de tela fuerte o de cuero que forma dos grandes bolsas en sus extremos, se echaba al hombro y servía para transportar cosas, principalmente comida para los viajes largos, e incluso algún cambio de ropa, su forma ayudaba a balancear el peso, pero como no los dejó llevar comestibles ni ropa adicional, no era necesaria la alforja. En esa ocasión también les pidió no llevar ningún calzado de repuesto, estos calzados eran unas sandalias delgadas con cuerdas de cuero, que con el caminar diario y los caminos irregulares, se rompían con facilidad, pero Jesús les dijo que no las lleven, que Él se encargaría de proveerles todo lo que fueran a necesitar.
36 Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa (de viaje), tómela, y también la alforja (dinero); y el que no tiene espada, venda su capa (manto, abrigo) y compre una.
Así como ellos habían podido vivir en experiencia personal la dependencia a Jesús en ese viaje misionero mientras Jesús estaba con ellos, ahora que les sería quitado, y que la relación con Jesús ya no sería físicamente, sino solo sería espiritual, comenzarían una nueva experiencia y una nueva etapa, no los dejaría desamparados, les enviaría el Espíritu Santo para seguir predicando el reino de Dios, pero en un mundo hostil, donde incluso les será más útil una espada corta para defensa personal que un abrigo.
Estas palabras no significan que Jesús no cuidara de ellos, ya que prometió hacerlo (Mt. 28:20), sino que, a partir de ese momento, las provisiones llegarán, pero no de la manera que había ocurrido en aquel viaje misionero. Jesús les está haciendo notar que estaba ocurriendo un cambio significativo. Pablo enfrentó la oposición del mundo al predicar el evangelio como lo relató en 2 Corintios 11:26 en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos.
37 Porque os digo que es necesario (ha llegado el tiempo) que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito (la profecía a cerca de mí): Y fue contado con los inicuos (transgresores, pecadores); porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento.
Esa hostilidad del mundo contra los discípulos de Cristo, viene porque Jesús sería considerado como un pecador o transgresor, no lo reconocerían como el Mesías esperado, que lo acusarían de blasfemia y que lo crucificarían en medio de malhechores, como si fuera uno de ellos, lo que causaría que fuera despreciado y desechado por los hombres, menospreciado y sin estima como dice Isaías 53:3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Jesús les dice esto con anticipación, para que puedan entender que era parte del plan de redención de Dios, quien lo había profetizado por medio del profeta Isaías (Is. 53:12), que el Justo seria contado por injusto, el Santo sería contado como impío, el Cordero inocente tratado sería como un criminal, y que esa profecía estaba por cumplirse en las siguientes horas.
38 Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay (contamos con) dos espadas. Y él les dijo: Basta.
Claramente los discípulos no habían entendido bien todas las palabras de Jesús, muy probablemente se quedaron pensando más en lo de la espada corta que les había mencionado, por lo que hicieron un recuento de las espadas que tenían en ese momento; y le informan al Señor que tienen dos de ellas, una está en posesión de Pedro, quien la usará contra Malco (Jn. 18:10), el siervo del sumo sacerdote en Getsemaní, y de la otra no se sabe en posesión de quien, pero eso llevó a Jesús a contestarles que ya era suficiente de esa platica, y con eso dio por concluido el tema.
Aplicación práctica:
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Versículos del objetivo: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.” Efesios 4:11-12
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