Monday, August 26, 2024

Lucas 24:13-35 Insensatos y tardos de corazón

Insensatos y tardos de corazón

Lucas 24:13-35

Objetivo: Recibir la oportuna exhortación que transformará toda decepción en disposición.

 

Versículo a memorizar:Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!” Lucas 24:25

 

Introducción: Lucas relató la resurrección del Señor y como las mujeres fueron al sepulcro el primer día de la semana y encontraron la piedra del sepulcro removida, y no hallaron el cuerpo del Señor, sino a un par de ángeles que les anunciaron que les preguntaron “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” y añadieron sobre Jesús “No está aquí, sino que ha resucitado”, ellas regresaron donde estaban reunidos los discípulos junto con los once apóstoles y les contaron estas cosas, a lo que Pedro y Juan fueron corriendo al sepulcro y hallaron como ellas habían dicho, la piedra removida, la tumba vacía, pero los lienzos con los que habían envuelto al Señor en su lugar y el sudario acomodado (Jn. 20:7)

 

Desarrollo:

Vs. 13-24. Decepción

13 Y he aquí, dos de ellos (discípulos) iban el mismo día a una aldea (pueblo) llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios (once kilómetros, siete millas) de Jerusalén.

Lucas continua con el relato el mismo día; es decir, el primer día de la semana, domingo, el mismo día cuando las mujeres fueron al sepulcro y no hallaron el cuerpo del Señor Jesús, pero sucede en el atardecer y en las cercanías de Jerusalén, Marcos menciona brevemente este acontecimiento en Marcos 16:12-13 12Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo. 13Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron, Lucas es más específico y dice que estos dos discípulos iban en camino a una aldea; es decir, un pequeño poblado llamada Emaús, que se encontraba a unos once kilómetros de Jerusalén (ya que un estadio equivalía a 125 pasos de soldado romano, conocido como paso doble que equivaldría como a 1.45 m), por lo que lo podrían recorrer caminando en un lapso promedio de dos horas.

 

No se tenía clara la ubicación de esta ciudad, pero excavaciones recientes del 2019, la han ubicado como la ciudad de Quiriat-Jearim, que fuera la misma ciudad donde permaneció el Arca de la Alianza cuando los filisteos la devolvieron y permaneció allí por veinte años (1 Sam 6.21-7.2).

 

Estos dos discípulos no eran parte de los once apóstoles, Lucas menciona el nombre de uno de ellos como Cleofas (Lc. 24:18), ese hecho aunado a que cuando llegan a Emaús le piden a Jesús que se quede en la casa de ellos, llevado a algunos a pensar que pudiera ser un matrimonio, incluso compuesto por Cleofas y María su mujer (Jn, 19:25), quien había estado junto a la cruz junto con María la madre de Jesús durante la crucifixión; otros piensan que estos discípulos podrían haber sido hermanos al haber llegado a la misma casa; y otros más que simplemente eran conocidos, todo esto es especulación, ya que no hay fundamento bíblico para tomar alguna postura. 

 

14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.

Estos dos iban hablando sobre todo lo ocurrido en Jerusalén, desde la aprensión del Señor en Getsemaní, los ilegales juicios judíos religiosos a los que fue sometido y los juicios romanos que terminaron en flagelarlo y finalmente condenarlo a la muerte de cruz, probablemente también mencionaban sobre las tres horas de tinieblas que cubrió aquella tierra (Lc. 24:45), lo que haría que su conversación fuera triste y dolorosa (Lc. 24:17), e incluso quizá iban comentando lo confundidos e incrédulos que se encontraban tras las declaraciones de lo que las mujeres afirmaban, que la tumba estaba vacía y que Jesús había resucitado (Lc. 24:10).

 

15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.

Parece que ambos tenían puntos de vista diferentes, ya que esa plática se convirtió en cierta discusión, quizá discrepaban en su opinión personal que cada uno tenía sobre Jesús en ese momento. Y cuando se encontraban en medio de esa confrontación, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos; es decir, apareció detrás de ellos, apuro el paso y les dio alcance para caminar a su lado, lo que no se les hizo extraño ya que, por las fiestas hebreas de primavera, habría muchos forasteros haciendo esos viajes.

 

16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen (reconocieran).

Al no poder reconocer al Señor debido a que sus ojos estaban velados, lo percibieron como un peregrino más de los muchos que había ido a Jerusalén a celebrar las fiestas de Pascua, Panes sin levadura y la de los primeros frutos. Marcos dice que se les apareció en “otra forma” (Mr. 16:12); es decir, que se manifestó en otro aspecto, con diferente figura a la que ellos estaban acostumbrados a verlo, y es que el Señor Jesús en este momento esta resucitado, y por consiguiente con un cuerpo glorificado, cuerpo físico, pero transformado, con condiciones diferente al que tenía antes de morir, como lo explica Pablo a la iglesia de Corinto en 1 Corintios 15:42-44 42Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 43Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 44Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

 

También a María Magdalena se le había aparecido ese mismo día por la mañana en un aspecto que no lo reconocía como relata Juan 20:14-16 14Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. 15Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 16Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).

 

17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?

La pregunta que les hace Jesús, al cual no reconocían, era precisamente sobre lo que venían platicando y que evidentemente les causaba tristeza, que se reflejaba en su desánimo y desilusión. Jesús no les pregunta porque lo desconociera, sino para ayudarles a entender por ellos mismos que su problema era el limitado concepto que tenían del Mesías.

 

18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero (visitante) en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?

La pregunta de Jesús les causó sorpresa, Cleofas se dirige al Señor con una pregunta, ellos no podrían comprender que hubiera algún forastero saliendo de Jerusalén que no hubiera escuchado los que los días anteriores había acontecido en esa ciudad.  

 

19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra (milagros) y en palabra (gran maestro) delante de Dios y de todo el pueblo;

Jesús abre el diálogo preguntándoles ¿cuáles cosas?, esta vez, la respuesta ya no vino solo de Cleofas, sino de “ellos”, los dos comenzaron a relatarle como veían ellos los acontecimientos que habían sucedido, de los que venían conversando y de los cuales estaban admirados de que el que preguntaba no supiera nada sobre ellos.

 

Comienzan mencionado que los acontecimientos están relacionados a Jesús nazareno; es decir, Jesús de Nazaret, esto debido a que el nombre de Jesús sería común en esa época, ya que derivaba del nombre de Josué (el líder de Israel, quien los metió a la tierra prometida), y como no había apellidos, la forma de ser más precisos era mencionado las ciudades de origen.

 

Prosiguen a decirle que Jesús de Nazaret “fue varón profeta”; al decir “fue”, refleja que eran de los que no habían creído las palabras de las mujeres sobre la resurrección del Señor, pero, por otro lado, el término profeta si se podía aplicar al Mesías, ya que era alguien que hablaba de parte de Dios, como también lo era Juan el Bautista, pero a Jesús lo describen como un profeta poderoso en obra; es decir, que había hecho muchos milagros de parte de Dios, que incluyeron un sin número de sanidades incluso de enfermedades como ceguera y lepra, liberaciones demoniacas, alimentación de multitudes, conversión de agua en vino, control de una tempestad con el puro poder de su boca, y hasta había revivido de muertos. Además, agregan que era poderoso en palabra delante de Dios y de todo el pueblo, queriendo resaltar que era un gran maestro de parte de Dios y que era admirado por el pueblo debido también a Sus enseñanzas.

 

20 y cómo le entregaron (condenaron)  los principales (jefes) sacerdotes y nuestros gobernantes (líderes) a sentencia de muerte, y le crucificaron.

Los dos discípulos relatan como los líderes de los sacerdotes y sus gobernantes que era el Sanedrín, había entregado a sentencia de muerte, misma sentencia que ejecutaron por medio de la muerte mas cruel que era la crucifixión.

 

21 Pero nosotros esperábamos (teníamos la esperanza) que él era el que había de redimir (rescatar, liberar) a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.

Estas frases reflejan el pensamiento judío de aquella época, que esperaban que el Mesías llegara a reinar (Is. 11 donde morara el cordero con el lobo), a establecer el reino de los cielos y a liberar a Israel de la opresión de sus enemigos, como el imperio Romano lo estaba siendo en ese momento, pero si a Jesús que consideraban como el Mesías enviado por Dios, había muerto tres días atrás, ya no podría cumplir ese reinado, por lo que estaban concluyendo que, si era un profeta de Dios, pero no el Mesías (ungido) de Dios.

 

Tenían su vista en un reino temporal, pero no podían comprender que, en la Cruz, Jesús proveyó para Su pueblo un reino eterno, si hubo una liberación, pero fue mucho más que de una esclavitud política, fue una liberación espiritual, una liberación del pecado que tenía cautivo a la humanidad entera, y sin tener la forma de poder liberarse o pagar por su libertad.

 

Los dos discípulos confiesan que su tristeza era porque ya habían pasado tres días, y es que, en la cultura judía, consideraban que el alma permanecía junto al cuerpo de un fallecido por tres días, y si alguien llegara a resucitar por intervención divina, sería en ese periodo, pero que después de eso, era imposible una resurrección (ese fue el motivo por el que Jesús espero hasta el cuarto día para resucitar a Lázaro, y pudieran ver Su deidad al levantarlo de entre los muertos).

 

22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros (discípulos), las que antes del día (muy temprano por la mañana) fueron al sepulcro;

23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive.

24 Y fueron algunos de los nuestros (discípulos) al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él (Jesús) no le vieron.

En aquella tristeza y desaliento que tenían, había algo que los inquietaba, pero que no terminaban de creer o entender, lo relatado por las mujeres que habían ido aquel mismo día sepulcro y ni habían hallado el cuerpo del Señor, pero que contaban que habían visto a ángeles que les comunicaron que Jesús vivía, y que incluso dos de los discípulos, refiriéndose a Pedro y Juan habían ido a comprobar lo que las mujeres decían, que los guardias romanos o estaban, a puerta estaba abierta, que los lienzos con los que envolvieron el cuerpo de Jesús allí se encontraban, pero que esos mismos dos apóstoles estaban confundidos porque “a Él no lo vieron”, como implicando que de haber Jesús resucitado, estaría allí, y no estaba.

 

Vs. 25-31. Declaración

25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos (necios, faltos de comprensión), y tardos de corazón (lentos) para creer todo lo que los profetas han dicho!

26 ¿No era necesario que el Cristo (Mesías, Ungido) padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria (antes de ser glorificado)?

Después de escucharlos hablar sobre lo que venían hablando y discutiendo, Jesús, en modo no revelado todavía, usa dos fuertes adjetivos que resumen su actual condición; primero les llama “insensatos” que significa necio o ignorante, que habla de la condición de intelecto, de la falta de información de la Escritura en sus mentes, como si les dijera que conocían la Palabra pero en forma parcial, que todo aquello que hablaban lo profetas donde decían que el Mesías iba a padecer, lo desconocían, y también los califica como “tardos de corazón para creer”; es decir, que tenían un corazón endurecido, incapaz de comprender las verdades espirituales, que aun teniéndolas en sus mentes, si no les gustaban o no encajaban con su manera de pensar, no las aceptaban y por consiguiente no las creían.

 

Un ejemplo de esto es Isaías 53, que es un capítulo que habla con mucha claridad de los sufrimientos que debía de pasar el Mesías de Dios como Isaías 53:3-7 3Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca, y en esa época, e incluso, hasta el día de hoy, interpretan que Isaías 53 habla de los sufrimientos de Israel como pueblo y no del Mesías, se siguen negando a creer que la misión de Jesús era doble, que primero era necesario salvar al pecador de la esclavitud del pecado donde se encontraba dando con Su propia vida en la cruz, para después resucitar, ser coronado y reinar por la eternidad, que primero vendría como un Cordeo sufriente y que regresará como un León reinante; primero padecer (morir) y luego entrar en Su gloria (resucitar para reinar).

 

27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba (explicaba) en todas las Escrituras lo que de él decían.

La única forma de salir de la insensatez y la dureza del corazón es por medio de la Escritura, y es lo que Jesús hace con ellos, comenzando con el Pentateuco (los cinco primeros libros de Moisés; Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) y después pasando por todos los profetas, les fue enseñando todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de Jesús, de la necesidad de Sus sufrimientos y muerte primero antes de Su reino, de tal manera que ellos comprendieran que la muerte de Jesús, no fue algo sorpresivo, que fue el plan de Dios desde el principio de los tiempos.

 

Hubiéramos querido saber cuáles fueron esos pasajes con los que Jesús los instruyó, pero no los sabremos, quizá usó Génesis 3:15 donde dice que el Mesías heriría a serpiente en la cabeza, pero que eso le causaría a Él también ser levemente herido en su talón, o Génesis 22:13 cuando Abraham iba a sacrificar a Isaac su hijo y Dios le dijo que no lo hiciera y en lugar de él, le proveyó de un carnero sustituto, que fue sacrificado en lugar de Isaac, de la misma manera que Jesús tomo nuestro lugar en la cruz, o quizá tomando Éxodo 12:6 les mostró como el pueblo de Israel en Egipto, en su primera pascua, fue librado del ángel de la muerte, pero que el costo fue tomar un cordero sin defecto, sacrificarlo y usar su sangre para cubrir el marco de sus puerta, y como Jesús era el verdadero cordero de pascua que fue sacrificado el día y la hora que ese cordero se sacrificaba, o quizá uso el Salmo 22 que con tanto detalle el rey y salmista David relata la crucifixión mil años antes de que sucediera, entre muchos otros pasajes, como Jonás dentro del gran pez. Pues tuvieron como dos horas para recorrer ese camino.

 

28 Llegaron a la aldea adonde iban (Emaús), y él hizo como que iba más lejos.

29 Mas ellos le obligaron (suplicaron) a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado (ya es de noche). Entró, pues, a quedarse con ellos.

Después de todos aquellos pasajes de las Escrituras explicados, sus dudas debieron haberse ido apagando, la Palabra trajo luz en medio de las tinieblas, ahora tenían ánimo y su esperanza estaba renovada, pero el recorrido había terminado, habían llegado a Emaús, y aunque Jesús no se autoinvitó a quedarse, ellos sí lo hicieron, de hecho, le obligaron a quedarse con el pretexto de que era tarde y pronto se oscurecería sin saber a dónde se dirigía, a lo que Jesús, aun no revelado ante ellos, accedió. Muy probablemente ellos querían seguir escuchando toda esa revelación de las Escrituras que mostraban el plan de salvación que Dios diseño desde el principio.

 

30 Y aconteció que estando sentado (reclinado) con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo (dio gracias a Dios), lo partió, y les dio.

31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista.

Jesús entró a la casa como huésped, pero tomó el puesto en la mesa como Señor, para ese momento Él había sido su maestro y ellos eran sus discípulos que aprendían de Él, por lo que no les pareció extraño, y quizá hasta le pidieron que tomara el pan, pronunciara una bendición de agradecimiento a Dios por él y lo repartiera, pero fue en ese momento que los ojos de esos dos discípulos fueron abiertos y reconocieron con quien habían estado todo ese tiempo, que era el Señor Jesús mismo pero resucitado.

 

No se nos dice que fue lo que los llevó a reconocer a Jesús en ese momento, algunos creen que al partir el pan y entregárselos, vieron sus muñecas horadadas por los clavos de la cruz (como se las mostró a Tomás en Juan 20:27), e inmediatamente después de que le reconocieron desapareció de su vista, el lugar donde estaba reclinado en la mesa quedo inmediatamente vacío, lo que nos muestra otra capacidad de ese cuerpo glorificado, la de aparecer y desaparecer aun con un cuerpo físico, lo que nos confirma que la remoción de la piedra del sepulcro por un ángel, no fue porque Jesús necesitaba que la quitaran para poder salir, sino que removieron la piedra para que las mujeres y los discípulos pudieran entran y confirmar que Jesús había resucitado.

                                           

Vs. 32-35. Disposición

32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría (explicaba) las Escrituras?

Extrañados por lo sucedido, comenzaron a intercambiar comentarios de cómo mientras caminaban y el Señor les explicaba las Escrituras sus corazones ardían, como su corazón que se había enfriado lleno de preocupaciones y tristeza, la Palabra de Dios había transformado su corazón a gozo, y es que la Palabra de Dios es viva como dice Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

 

33 Y levantándose en la misma hora (sin esperar), volvieron (regresaron) a Jerusalén, y hallaron a los once (apóstoles) reunidos, y a los que estaban con ellos (discípulos),

34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón (Pedro).

35 Entonces ellos (los dos de Emaús) contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.

No les importó que ya fuera de noche, ni que acababan de caminar once kilómetros para llegar a Emaús, en ese momento, ya con sus corazones transformados por la Palabra, decidieron regresar a Jerusalén, desde donde habían salido, para contarle a los discípulos que habían visto a Jesús resucitado, pero para sorpresa de ellos, antes de que pudieran contar lo que vivieron, se encontraron a los once apóstoles y al resto de los discípulos, que tenían una reunión llena de gozo, ya que decían “verdaderamente el Señor ha resucitado”, ya que contaban con el testimonio de Pedro, a quien para ese momento Jesús ya se le había aparecido, y quien fuera el primero de los apóstoles a quien se le apareció (1 Cor. 15:5), no tenemos registro bíblico con el detalle de ese encuentro de Pedro con el Señor resucitado, pero el hecho de que haya sucedido ese encuentro el primer día de la semana y antes de subir a Galilea, nos habla del amor del Señor en restaurar a aquel de Sus discípulos que le había negado tres veces.

 

Al escuchar de ese encuentro de Jesús resucitado con Pedro, fue que estos dos discípulos compartieron con el grupo lo que les había acontecido y como habían reconocido al Señor al partir el pan, lo que ha de haber incrementado en todos, la certeza de la resurrección de Jesús.

 

Conclusión:

19

 Recibir la oportuna exhortación que transformará toda decepción en disposición.

Wednesday, August 21, 2024

Lucas 24:1-12 Jesús ha resucitado

 

Jesús ha resucitado

Lucas 24:1-12

Objetivo: Confiar en Su resurrección, permanecer en las Escrituras, y comprometerse con Su mandamiento.

 

Versículo a memorizar:No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea.” Lucas 24:6

 

Introducción: Jesús había sido crucificado a las nueve de la mañana, pero a medio día, y durante tres horas hubo tinieblas sobre toda la tierra (Lc. 23:44), un evento sobrenatural de parte de Dios para manifestar lo que allí estaba sucediendo, el desamparo de Dios Padre a Jesús a causa del pecado que estaba siendo vertido en Él de todos los pecadores de todos los tiempos, en manifestación de un juicio divino sobre el pecado. Hubo también otro evento sobrenatural que sucedió en ese momento, la cortina que separaba el lugar Santo del lugar Santísimo en el Templo se rasgó de arriba abajo (Mt. 27:51), como un mensaje claro de Dios inaugurando el camino al Padre por medio de la muerte de Cristo, siendo el único mediador que nos da acceso al Padre por su sangre derramada como dice Hebreos 10:19-20 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.

 

José de Arimatea, quien era rico (Mt. 27:57), y que creía en Jesús como el Mesías, pero que no había hecho pública su fe, temor de ser expulsado del Sanedrín fue a pedir Pilato el cuerpo de Jesús, ya sin temor a que lo relacionaran con Él, y no fue solo, fue acompañado por otro miembro del Sanedrín llamado Nicodemo (Jn. 19:39), bajaron a Jesús de la cruz, lo envolvieron en un lienzo de lino, lo ungieron con ungüentos y especias aromáticas, y lo sepultaron en una tumba nueva cerca del lugar de la crucifixión.

 

Desarrollo:

Vs. 1-5a. La Resignación

1 El primer día de la semana (domingo), muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.

El primer día de la semana, sería el día domingo, por lo que ya habían pasado tres días y tres noches desde la crucifixión. Lucas menciona que un grupo de mujeres, que no sería muy numeroso, llevaban muy de mañana; es decir en la madrugada, cuando todavía estaba oscuro, pero en poco tiempo saldría el sol, especias aromáticas que habían mezclado con lo que habían preparado ungüentos para acondicionar el cuerpo del Señor Jesús, eso normalmente se hacía al sepultar, pero como todo había sido tan rápido, ellas no lo habían podido hacerlo en la sepultura, sino hasta este momento ya que se vieron imposibilitadas por los dos días de reposo que habían tenido.

 

Una de las preocupaciones que estas mujeres tenían era el de quien les movería la piedra como dice Marcos 16:3 Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?, la preocupación no sería tanto el peso de la piedra, ya que la piedra se podía rodar, sino que la tumba había quedado custodiada por una guardia romana que había puesto un sello del imperio (Mt. 27:64-66) y romperlo sería un acto de rebeldía contra Roma y les causaría un grave castigo, pero ni aún todo eso las desanimó a ir al sepulcro que se encontraba fuera de la ciudad, por causa del amor que sentían por Jesús.

 

2 Y hallaron removida (corrida a un costado) la piedra del sepulcro;

3 y entrando, no hallaron (encontraron) el cuerpo del Señor Jesús.

Cuando las mujeres llegaron hasta el sepulcro notaron que la piedra estaba corrida a un costado, por un lado, su preocupación que tenían de quien movería la piedra, ya no sería un problema, la entrada estaba libre, por otro lado, ya no estaba el sello imperial, ni tampoco estaba la guardia romana custodiando la tumba, quienes habían salido corriendo asustados por la presencia de un ángel que había descendido y removió la piedra (Mt. 28:2), lo que las mujeres ignoraba, solo les causó extrañeza y curiosidad ver la entrada de la tumba libre, por lo que entraron al sepulcro y al observar, claramente no hallaron dentro el cuerpo del Señor Jesús.

 

La piedra no había sido removida para que saliera Jesús, Su cuerpo glorificado no lo requería (Jn. 10:19,26), había sido removida para que los que fueran al sepulcro, vieran que el cuerpo del Señor no estaba allí, y les ayudara a comprender que había resucitado.

 

4 Aconteció que estando ellas perplejas (desconcertadas) por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;

5a y como tuvieron temor (llenas de miedo), y bajaron el (se inclinaron) rostro a tierra,

Las mujeres no comprendían lo que veían, estaban desconcertadas, no le hallaban alguna explicación, y fue en ese momento que dos varones, que eran ángeles (Mt. 28:2), que hablan con ellas, esa aparición angelical, con forma humana, pero con sus vestiduras resplandecientes, les causó tal temor, que llenas de miedo, no se atrevían a mirarlos, a pesar de que uno de ellos se encontraba sentado al lado derecho del sepulcro (Mr. 16:5), sino que se tiraron al suelo con su rostro en la tierra.

 

Vs. 5b-7. La Resurección

5b les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

Estando las mujeres con su rostro en tierra, es que los ángeles les dan el mensaje por lo que fueron enviados, el glorioso mensaje de la resurrección una pregunta que las hiciera reflexionar y al mismo tiempo les llenara de ánimo; “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?”, a una persona que está viva no se le busca en el lugar donde están los muertos.

 

6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,

7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.

Ellas se encontraban llenas de tristeza por la muerte de Jesús, su único deseo era cubrir su cuerpo por las especies y ungüentos que habían preparado y llevado hasta ese lugar, pero ahora los ángeles les estaban diciendo con claridad que Jesús había resucitado, y que ese había sido el plan de Dios desde el principio, ser entregad para ser crucificado y resucitar al tercer día, tan es así, que Jesús mismo ya se los había dicho con anterioridad cuando estaban en Galilea como les dijo en Lucas 9:22 y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día y se los repitió en Lucas 9:44 Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres.

 

Vs. 8-12. La Reacción

8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,

La falta de entendimiento en aquel momento en Galilea, más el tiempo que había pasado, quitó de la mente de esas mujeres e incluso de los discípulos esas palabras de Jesús, pero ahora que les fueron recordadas por los ángeles es que las recordaron, todo lo dicho por Jesús se había cumplido con exactitud, Jesús había sido entregado en manos de pecadores, lo habían crucificado,  y ya muerto, lo habían puesto en aquel sepulcro, pero ese mismo día que fueron al sepulcro, es que habían pasado ya esos tres días de los que el Señor Jesús había hablado.

 

9 y volviendo (regresando) del sepulcro, dieron nuevas de (contaron)  todas estas cosas a los once, y a todos los demás.

10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.

No teniendo más que hacer en el sepulcro, las mujeres, de las que Lucas nos da el nombre de tres de ellas, quizá por ser las más conocidas, María Magdalena; es decir de la ciudad de Magdala, cerca de Capernaúm, de la que Jesús había sacado siete demonios (Lc. 8:2), y quien estuvo todo el tiempo en la crucifixión (Lc. 23:49). También menciona a Juana, casi con seguridad sería la mujer de Chuza, intendente de Herodes Antipas (Lc. 8:3) y quien servía al Señor con sus bienes. Así como María la madre de Jacobo (Santiago el menor, uno de los apóstoles), quien era la mujer de Cleofás y quien estuvo al pie de la cruz en la crucifixión (Jn. 19:25) y la que también vio cómo y dónde colocaron al Señor en el sepulcro (Lc. 23:55). Además de otras mujeres que les acompañaban y de las que no se mencionan por nombre.

 

Lucas relata que estas mujeres regresan al lugar dentro de la ciudad donde estaban reunidos los discípulos, que hasta ese momento se han mantenido unidos con los once apóstoles (Judas ya no es contado entre ellos). Mateo relata que, en su camino de regreso, Jesús resucitado las encontró y les dio un mensaje para los once como se relata en Mateo 28:8-10 8Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, 9he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. 10Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.

 

11 Mas a ellos les parecían locura (tonterías) las palabras de ellas, y no las creían.

La incredulidad de los apóstoles y del resto de los discípulos es evidente, aun cuando las mujeres les recordaron las palabras dichas por Jesús en Galilea, todos habían olvidado esas palabras. El relato que escuchaban de las mujeres les parecía una locura, quizá pensaban que debido las emociones de tristeza que habían estado viviendo, en la visita al sepulcro habían imaginado todo eso.

 

12 Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose (admirado, extrañado) de lo que había sucedido.

Pedro tomó la determinación de verificar por su propia cuenta lo que las mujeres dijeron, por lo que se levantó (quizá estaba todavía recostado por ser muy temprano por la mañana) y corrió al sepulcro, pero no fue solo, Juan corrió junto con él (Jn. 20:3), y cuando Pedro entró en el sepulcro vio solos los lienzos (el sudario, las vendas y la sábana) que habían sido usados para envolver el cuerpo del Señor tres días atrás. Pedro se fue a casa maravillado, pero en el sentido de admirado, extrañado, sin comprender lo que había sucedido; los lienzos encontrados indicaban claramente que el cuerpo no había sido robado, nadie con la intención de robar el cuerpo, se hubiera dado a la tarea de quitar aquel sudario, las vendas y las sábanas, y mucho menos dejar el sudario bien acomodado en un lugar aparte (Jn. 20:7), pero tampoco comprendía aun el alcance de la resurrección de Jesús, a pesar de que se la había anunciado varias veces como en Lucas 18:31-33 31Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. 32Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. 33Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará.

 

Conclusión:


 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33

Friday, August 16, 2024

Lucas 23:44-56 Y el velo se rasgó

 

Y el velo se rasgó

Lucas 23:44-56

Objetivo: Acercarnos confiadamente a Jesús por medio del camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo. (He. 4:16, He. 10:20)

 

Versículo a memorizar:Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad.” Lucas 23:45

 

Introducción: Dos malhechores fueron crucificados juntos Jesús uno a Su derecha y el otro a Su izquierda, ambos habían estado injuriando a Jesús; sin embargo, en uno de ellos pasó algo, la gracia de Dios llegó a su vida, que produjo temor de Dios que se nota cuando le reclama a su compañero de fechorías “¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?”, también reconoce su culpabilidad cuando dice “nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos.” Confiesa a Jesús como sin pecado diciendo “mas este (Jesús) ningún mal hizo”, y por último, reconoce a Jesús como Rey, cuando dice “acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” A esa fe dada por Dios mostrada por ese malhechor, Jesús le contestó “De cierto te digo (te aseguro) que hoy estarás conmigo en el paraíso.” Dejándonos una imagen muy gráfica de la condición humana, Jesús en medio y a Su lado, dos malhechores, ambos destinados a la muerte eterna, pero uno recibió la gracia de Dios que le dio acceso al paraíso y el otro recibió la justicia de Dios que lo mantendrá separado de Dios, lo que nos confirma lo que la Biblia enseña, que la salvación no es por ninguna obra que el hombre pueda hacer por Dios, sino por la pura misericordia y gracia de Dios al hombre.

 

Desarrollo:

44 Cuando era como la hora sexta (como a medio día), hubo tinieblas (oscuridad) sobre toda la tierra hasta la hora novena (las tres de la tarde).

Habían pasado ya tres horas desde la crucifixión (Mt. 15:25), por lo que Lucas relata lo que aconteció en las siguientes tres horas, de medio día a las 3:00 pm que es cuando Jesús entrega Su Espíritu (Jn. 19:30).

 

45 Y el sol se oscureció (se ocultó, dejó de brillar), y el velo (la cortina del santuario) del templo se rasgó por la mitad.

El sol se ocultó durante tres horas, no se puede determinar, si sobre Jerusalén, sobre Judea, sobre Israel, o sobre todo el mundo; pero sin duda fue un evento sobrenatural, en el momento donde debía haber mayor luz, había oscuridad, y era más allá de un simple eclipse solar, ya que, siendo Pascua, había luna llena, y eso imposibilitaría que fuera un eclipse, además de que los eclipses duran días, no tres horas como este suceso. Quizá el Señor quiso graficar el desamparo de Dios Padre a Jesús a causa del pecado que estaba siendo vertido en Él de todos los pecadores de todos los tiempos

 

La oscuridad en la Escritura ha significado de juicio divino (Is. 5:30, Is. 60:2, Sof. 1:14-18, Hech, 2:20, Ap. 6:12-17), por lo que aquí pudiera representar lo mismo, el Hijo de Dios estaba sufriendo el desamparo como registra Marcos 15:34 Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? y recibiendo en Él la maldición por el pecado (Ga. 3:13) y así poder ser el sustituto de los que creyeran en Él.

 

Una segunda manifestación sobrenatural que sucedió en ese momento fue que se rasgó la cortina que separaba el lugar Santo del lugar Santísimo en el Templo, misma que fue rasgada de arriba abajo (Mt. 27:51). Según historiadores como Josefo, era un velo de más de 20 metros de altura, tejida en lino fino en colores azul y rojo, y que su grosor correspondía a su altura, lo que se estima que podía ser de unos 25 cm, eso hacía imposible que ese rasgado hubiera sido producido por los hombres, fue un mensaje claro de Dios inaugurando el camino al Padre por medio de la muerte de Cristo, siendo el único mediador que nos da acceso al Padre por su sangre derramada como dice Hebreos 10:19-20 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, el acceso al lugar Santísimo que estaba reservado para el Sumo Sacerdote una vez al año y el cual entraba con temor de no ser consumido por la Santidad de Dios; pero ahora con la muerte de Cristo, los que hemos sido salvos por Él, podemos entrar confiadamente a ese lugar Santísimo (trono de Dios) al cual podemos entrar confiadamente como dice Hebreos 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro, el Trono que era un trono de Juicio; ahora, con la sangre derramada sobre él, se convirtió en un Trono de gracia, por eso es que ahora podemos, con toda libertad, entrar confiadamente, pero no por nuestros méritos, sino únicamente por los méritos de Cristo.

 

46 Entonces Jesús, clamando a gran voz (gritó con fuerza), dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró (dio el último suspiro).

El apóstol Juan registró que antes de estas palabras, Jesús dijo “Consumado es” (Jn. 19:30); es decir, que ya todo estaba pagado, que ya no había deuda para los pecadores que confiaran en Jesús como su sustituto, la obra de salvación había sido completada, y Lucas registra las palabras siguientes a esas, cuando Jesús ora a Dios Padre y le entrega Su Espíritu, dando Su último aliento en ese cuerpo humano y murió.

 

Juan hace notar que Jesús inclinó la cabeza (Jn. 19:30) antes de entregar el Espíritu, lo que nos indica que tomo la posición de muerte antes de que la muerte hiciera su efecto, en los crucificados llegaba primero la muerte y luego la cabeza se inclinaba, pero con Jesús no, Él tuvo control no solo de cuando entregaba Su Espíritu, sino hasta de la forma en la que lo entregaba, confirmando lo que había dicho en Juan 10:18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

 

47 Cuando el centurión (capitán romano) vio lo que había acontecido, dio gloria (adoró) a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo (inocente).

Este centurión que estuvo a cargo de los soldados durante la crucifixión, presenció de cerca todos los acontecimientos, probablemente escucho todas las frases de Jesús en la cruz, incluyendo cuando oró a Dios pidiendo que no se les tomara en cuenta a sus quienes le crucificaban por ese pecado, presenció las tinieblas; siendo el experto en crucifixiones, esta le causó tal impacto, que exclamó en forma audible estas palabras de gloria a Dios declarando que Jesús era Justo; Marcos amplía lo declarado por el Centurión diciendo en Marcos 15:39 Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.

 

48 Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho (con tristeza sintiéndose culpables).

Las multitudes que habían salido de la ciudad a ver las crucifixiones fuera de la ciudad, sin duda se habían asombrado de las tres horas de oscuridad, y a pesar de que la luz del día había regresado, y las comenzaban a regresar a la ciudad, lo hacían goleándose el pecho, que es una forma de expresar que tristes y sintiéndose culpables, ya que habían sido ellos (o la mayoría), los que habían pedido a Pilato la crucifixión de Jesús horas antes, y ahora se daban cuenta, de la misma manera que el centurión, que Jesús era Justo (inocente). Quizá eso produjo que cuando Pedro predica en el Pentecostés (50 días después de este evento), tres mil personas se convirtieron y se bautizaron ese mismo día.

 

49 Pero todos sus conocidos (de Jesús), y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.

Esas mujeres eran; su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena (Jn. 19:25), quienes antes de las tinieblas estaban junto a la cruz, y muy probablemente durante las tres horas de tinieblas, el centurión o los soldados tratando de poner orden en el caos que causaría la oscuridad, debió alejar a la gente de los crucificados, y es en ese momento que Lucas relata que ella y otros conocidos de Jesús, como el apóstol Juan, se encontraban en ese momento mirando de lejos.

 

50 Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio (Sanedrín, concilio supremo judío), varón bueno y justo.

51 Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos,

52 fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.

Lucas pasa ahora a relatar sobre la sepultura de Jesús, mencionando a un discípulo llamado José, que era de una ciudad vecina de Jerusalén llamada Arimatea, quien era rico (Mt. 27:57), y que creía en Jesús como el Mesías, pero que no había hecho pública su fe, quizá por temor de ser expulsado del Sanedrín o consejo supremo al que pertenecía como uno de los setenta miembros. El ya se había opuesto a la sentencia de muerte que el Sanedrín había hecho contra Jesús, pero ahora toma valor, y probablemente usando su influencia política y/o monetaria, fue al pretorio (donde residía le gobernador) a pedir Pilato el cuerpo de Jesús, ya sin temor a que lo relaciones con Él, y no fue solo, fue acompañado por otro miembro del Sanedrín llamado Nicodemo (Jn. 19:39), cumpliendo así la profecía de Isaías que Jesús serían contado en su muerte y en su sepultura, con los impíos (malhechores), pero también con los ricos; Isaías 53:9

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.  

 

53 Y quitándolo (bajando el cuerpo de Jesús), lo envolvió en una sábana (largo lienzo de lino), y lo puso en un sepulcro abierto (excavado) en una peña (roca), en el cual aún no se había puesto (sepultado) a nadie.

54 Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo (pascua).

Juan relata más detalles de este suceso, donde Nicodemo se involucró, y entre ambos compraron el lienzo (sábana), y una cantidad muy abundante ungüentos (45 Kg) como dice Juan 19:38-41 38Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús. 39También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. 40Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos. 41Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno. 42Allí, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús, ambos, quizá con ayuda de asistentes, tuvieron que bajar la cruz, quitar los clavos, limpiar el cuerpo, cubrir lo con el lienzo, y cargarlo al lugar del sepulcro; algunos creen que ese sepulcro era de José de Arimatea de tiempo atrás; sin embargo, otros creen que lo compró en ese mismo momento, buscando algo que estuviera cerca del lugar de la crucifixión, por la premura que tenían de sepultarlo antes de que comenzara la pascua, lo que hace mucho sentido, pero ninguna postura tiene fundamento bíblico, ambas serían especulativas.

 

55 Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo.

56 Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento.

Las mujeres que vieron de lejos donde habían puesto el cuerpo de Jesús, querían ungirle con especias aromáticas y ungüentos, que era la forma en que los judíos enterraban a sus muertos, pero se vieron imposibilitadas en hacerlo ya que había dos días de reposo casi seguidos, uno era la pascua y el otro el sábado semanal, debido a eso solo les dio tiempo de comprar las especias y preparar los ungüentos el viernes, reposar el sábado semanal, e ir al sepulcro el domingo, que para sorpresa de ellas, se encontrarán que Jesús había resucitado, para mayor compresión de los eventos por día, se puede analizar el siguiente gráfico.

 

 


 

 

 

 

Conclusión:


 Habiendo cumplido en Él todas las profecías, Jesús entregó su espíritu (Jn. 10:18) y, finalmente, fue roto de arriba abajo el velo que nos separaba de Dios. El Justo, muriendo por los injustos, abrió un camino nuevo y vivo a través de Su carne, quitando de en medio el pecado (He. 9:26) y dándonos entrada franca a Su presencia. Ya nunca más un solo hombre con miedo a ser muerto y una vez al año (He. 9:7), sino todos los llamados de Su Nombre, confiadamente y cada día (He. 4:16).

 

 

Romanos 3:21-31 Justificados por la fe

  Justificados por la fe Romanos 3:21-31   Objetivo: Exal...