Wednesday, August 21, 2024

Lucas 24:1-12 Jesús ha resucitado

 

Jesús ha resucitado

Lucas 24:1-12

Objetivo: Confiar en Su resurrección, permanecer en las Escrituras, y comprometerse con Su mandamiento.

 

Versículo a memorizar:No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea.” Lucas 24:6

 

Introducción: Jesús había sido crucificado a las nueve de la mañana, pero a medio día, y durante tres horas hubo tinieblas sobre toda la tierra (Lc. 23:44), un evento sobrenatural de parte de Dios para manifestar lo que allí estaba sucediendo, el desamparo de Dios Padre a Jesús a causa del pecado que estaba siendo vertido en Él de todos los pecadores de todos los tiempos, en manifestación de un juicio divino sobre el pecado. Hubo también otro evento sobrenatural que sucedió en ese momento, la cortina que separaba el lugar Santo del lugar Santísimo en el Templo se rasgó de arriba abajo (Mt. 27:51), como un mensaje claro de Dios inaugurando el camino al Padre por medio de la muerte de Cristo, siendo el único mediador que nos da acceso al Padre por su sangre derramada como dice Hebreos 10:19-20 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.

 

José de Arimatea, quien era rico (Mt. 27:57), y que creía en Jesús como el Mesías, pero que no había hecho pública su fe, temor de ser expulsado del Sanedrín fue a pedir Pilato el cuerpo de Jesús, ya sin temor a que lo relacionaran con Él, y no fue solo, fue acompañado por otro miembro del Sanedrín llamado Nicodemo (Jn. 19:39), bajaron a Jesús de la cruz, lo envolvieron en un lienzo de lino, lo ungieron con ungüentos y especias aromáticas, y lo sepultaron en una tumba nueva cerca del lugar de la crucifixión.

 

Desarrollo:

Vs. 1-5a. La Resignación

1 El primer día de la semana (domingo), muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.

El primer día de la semana, sería el día domingo, por lo que ya habían pasado tres días y tres noches desde la crucifixión. Lucas menciona que un grupo de mujeres, que no sería muy numeroso, llevaban muy de mañana; es decir en la madrugada, cuando todavía estaba oscuro, pero en poco tiempo saldría el sol, especias aromáticas que habían mezclado con lo que habían preparado ungüentos para acondicionar el cuerpo del Señor Jesús, eso normalmente se hacía al sepultar, pero como todo había sido tan rápido, ellas no lo habían podido hacerlo en la sepultura, sino hasta este momento ya que se vieron imposibilitadas por los dos días de reposo que habían tenido.

 

Una de las preocupaciones que estas mujeres tenían era el de quien les movería la piedra como dice Marcos 16:3 Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?, la preocupación no sería tanto el peso de la piedra, ya que la piedra se podía rodar, sino que la tumba había quedado custodiada por una guardia romana que había puesto un sello del imperio (Mt. 27:64-66) y romperlo sería un acto de rebeldía contra Roma y les causaría un grave castigo, pero ni aún todo eso las desanimó a ir al sepulcro que se encontraba fuera de la ciudad, por causa del amor que sentían por Jesús.

 

2 Y hallaron removida (corrida a un costado) la piedra del sepulcro;

3 y entrando, no hallaron (encontraron) el cuerpo del Señor Jesús.

Cuando las mujeres llegaron hasta el sepulcro notaron que la piedra estaba corrida a un costado, por un lado, su preocupación que tenían de quien movería la piedra, ya no sería un problema, la entrada estaba libre, por otro lado, ya no estaba el sello imperial, ni tampoco estaba la guardia romana custodiando la tumba, quienes habían salido corriendo asustados por la presencia de un ángel que había descendido y removió la piedra (Mt. 28:2), lo que las mujeres ignoraba, solo les causó extrañeza y curiosidad ver la entrada de la tumba libre, por lo que entraron al sepulcro y al observar, claramente no hallaron dentro el cuerpo del Señor Jesús.

 

La piedra no había sido removida para que saliera Jesús, Su cuerpo glorificado no lo requería (Jn. 10:19,26), había sido removida para que los que fueran al sepulcro, vieran que el cuerpo del Señor no estaba allí, y les ayudara a comprender que había resucitado.

 

4 Aconteció que estando ellas perplejas (desconcertadas) por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;

5a y como tuvieron temor (llenas de miedo), y bajaron el (se inclinaron) rostro a tierra,

Las mujeres no comprendían lo que veían, estaban desconcertadas, no le hallaban alguna explicación, y fue en ese momento que dos varones, que eran ángeles (Mt. 28:2), que hablan con ellas, esa aparición angelical, con forma humana, pero con sus vestiduras resplandecientes, les causó tal temor, que llenas de miedo, no se atrevían a mirarlos, a pesar de que uno de ellos se encontraba sentado al lado derecho del sepulcro (Mr. 16:5), sino que se tiraron al suelo con su rostro en la tierra.

 

Vs. 5b-7. La Resurección

5b les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

Estando las mujeres con su rostro en tierra, es que los ángeles les dan el mensaje por lo que fueron enviados, el glorioso mensaje de la resurrección una pregunta que las hiciera reflexionar y al mismo tiempo les llenara de ánimo; “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?”, a una persona que está viva no se le busca en el lugar donde están los muertos.

 

6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,

7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.

Ellas se encontraban llenas de tristeza por la muerte de Jesús, su único deseo era cubrir su cuerpo por las especies y ungüentos que habían preparado y llevado hasta ese lugar, pero ahora los ángeles les estaban diciendo con claridad que Jesús había resucitado, y que ese había sido el plan de Dios desde el principio, ser entregad para ser crucificado y resucitar al tercer día, tan es así, que Jesús mismo ya se los había dicho con anterioridad cuando estaban en Galilea como les dijo en Lucas 9:22 y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día y se los repitió en Lucas 9:44 Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres.

 

Vs. 8-12. La Reacción

8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,

La falta de entendimiento en aquel momento en Galilea, más el tiempo que había pasado, quitó de la mente de esas mujeres e incluso de los discípulos esas palabras de Jesús, pero ahora que les fueron recordadas por los ángeles es que las recordaron, todo lo dicho por Jesús se había cumplido con exactitud, Jesús había sido entregado en manos de pecadores, lo habían crucificado,  y ya muerto, lo habían puesto en aquel sepulcro, pero ese mismo día que fueron al sepulcro, es que habían pasado ya esos tres días de los que el Señor Jesús había hablado.

 

9 y volviendo (regresando) del sepulcro, dieron nuevas de (contaron)  todas estas cosas a los once, y a todos los demás.

10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.

No teniendo más que hacer en el sepulcro, las mujeres, de las que Lucas nos da el nombre de tres de ellas, quizá por ser las más conocidas, María Magdalena; es decir de la ciudad de Magdala, cerca de Capernaúm, de la que Jesús había sacado siete demonios (Lc. 8:2), y quien estuvo todo el tiempo en la crucifixión (Lc. 23:49). También menciona a Juana, casi con seguridad sería la mujer de Chuza, intendente de Herodes Antipas (Lc. 8:3) y quien servía al Señor con sus bienes. Así como María la madre de Jacobo (Santiago el menor, uno de los apóstoles), quien era la mujer de Cleofás y quien estuvo al pie de la cruz en la crucifixión (Jn. 19:25) y la que también vio cómo y dónde colocaron al Señor en el sepulcro (Lc. 23:55). Además de otras mujeres que les acompañaban y de las que no se mencionan por nombre.

 

Lucas relata que estas mujeres regresan al lugar dentro de la ciudad donde estaban reunidos los discípulos, que hasta ese momento se han mantenido unidos con los once apóstoles (Judas ya no es contado entre ellos). Mateo relata que, en su camino de regreso, Jesús resucitado las encontró y les dio un mensaje para los once como se relata en Mateo 28:8-10 8Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, 9he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. 10Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.

 

11 Mas a ellos les parecían locura (tonterías) las palabras de ellas, y no las creían.

La incredulidad de los apóstoles y del resto de los discípulos es evidente, aun cuando las mujeres les recordaron las palabras dichas por Jesús en Galilea, todos habían olvidado esas palabras. El relato que escuchaban de las mujeres les parecía una locura, quizá pensaban que debido las emociones de tristeza que habían estado viviendo, en la visita al sepulcro habían imaginado todo eso.

 

12 Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose (admirado, extrañado) de lo que había sucedido.

Pedro tomó la determinación de verificar por su propia cuenta lo que las mujeres dijeron, por lo que se levantó (quizá estaba todavía recostado por ser muy temprano por la mañana) y corrió al sepulcro, pero no fue solo, Juan corrió junto con él (Jn. 20:3), y cuando Pedro entró en el sepulcro vio solos los lienzos (el sudario, las vendas y la sábana) que habían sido usados para envolver el cuerpo del Señor tres días atrás. Pedro se fue a casa maravillado, pero en el sentido de admirado, extrañado, sin comprender lo que había sucedido; los lienzos encontrados indicaban claramente que el cuerpo no había sido robado, nadie con la intención de robar el cuerpo, se hubiera dado a la tarea de quitar aquel sudario, las vendas y las sábanas, y mucho menos dejar el sudario bien acomodado en un lugar aparte (Jn. 20:7), pero tampoco comprendía aun el alcance de la resurrección de Jesús, a pesar de que se la había anunciado varias veces como en Lucas 18:31-33 31Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. 32Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. 33Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará.

 

Conclusión:


 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33

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