Wednesday, September 18, 2024

Salmo 17:1-15 Los que se refugian a Tu diestra

 

Los que se refugian a Tu diestra

Salmo 17:1-15

Objetivo: Observar e imitar el corazón que se presenta ante Dios en oración buscando refugio.

 

Versículo a memorizar:En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.” Salmo 17:15

 

Introducción: Este es uno de los 73 Salmos que escribió David, donde levanta una oración a dios pidiendo protección contra sus opresores, debido a eso se cree que pudiera haberlo escrito durante los seis a ocho años que el Rey Saúl lo estuvo persiguiendo injustamente para matarlo.

 

Veremos cómo a pesar de estar pasando por un momento muy difícil, David busca refugio en Dios y recuerda las hermosas promesas y derechos que le corresponden como hijo de Dios. Estas promesas son las que nos mantienen seguros y confiados en Dios a través de las circunstancias más difíciles de la vida.

 

Desarrollo:

Vs. 1-4. El corazón que ora al Señor

1 Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor (ruego). Escucha mi oración hecha de labios sin engaño (sinceros).

David derrama su corazón delante de su Dios. A primera vista, uno podría pensar que está diciendo que su conducta justa lo hace merecedor de la atención y la ayuda de Dios, pero cuando examinamos de cerca las palabras y frases utilizadas, eso no es en absoluto lo que está sucediendo. David no está alardeando de su carácter “moral”, sino que está describiendo el estado espiritual de un hijo de Dios. Está describiendo las características de quienes pertenecen a Dios y han nacido de nuevo espiritualmente en una nueva naturaleza (Gál. 5:22-23; Ef. 5:1; Rom. 8:5-9).

 

Encontramos pasajes que muestran que Dios no inclina su oído a los pecadores como Salmo 66:18 Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado, o como escribió Pedro en 1 Pedro 3:10-12. 10Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; 11Apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. 12Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal, de la misma manera que lo describe Juan 9:31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ese oye.

 

2 De tu presencia proceda mi vindicación (sentencia de inocente); vean tus ojos la rectitud (lo correcto, lo justo).

La palabra vindicación significa “ser declarado libre de culpa o ser declarado inocente”, lo que nos muestra que David está diciendo es que su justificación del pecado proviene de la presencia de Dios en su vida. Básicamente, lo que David está diciendo aquí es: “Señor, escucha mi clamor de ayuda porque soy tu hijo. Porque me has justificado y limpiado mi culpa de pecado y hay evidencias visuales de eso en mi vida”.

 

3 Tú has probado (examinaste) mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada inicuo (malo) hallaste; he resuelto (decidido) que mi boca no haga transgresión (diga cosas indebidas).

4 En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios (tus mandatos) yo me he guardado (alejado) de las sendas (los caminos) de los violentos (crueles, perversos).

David menciona que, al pasar por esta prueba, su corazón no se ha contaminado, que incluso ha decidido no responder ni verbalmente a los ataques y al odio de los demás, y que ha preferido obedecer los mandamientos de Dios que seguir el camino de los violentos o crueles, quizá se refiere a Saul quien lo perseguía, y a quien tuvo la posibilidad de matarlo en En-gadi, pero no lo hizo (1 Sam. 24), prefirió siempre humillarse y no tomar venganza de su propia mano, y eso es a lo que nos invita la Escritura como en 2 Crónicas 7:14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

 

Vs. 5-9. La petición hecha en oración al Señor

5 Sustenta (afirma) mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen.

David comienza las peticiones a Dios, sin embargo, la necesidad de David protección física contra sus enemigos no la pone como primera petición, primero pide por firmeza, pidiéndole a Dios que sustente sus pasos en ese camino de adversidad en que está pasando, que su fe no falte, que no quiere resbalar y dejar de confiar en Dios.

 

6 Yo te he invocado (a ti oro), por cuanto tú me oirás, oh Dios; inclina a mí tu oído (préstame atención), escucha mi palabra.

David, en segundo lugar, para por una intimidad con Dios, ya que dice que había orado, lo sigue haciendo y confía en que tiene un Dios cercado que inclina su oído a sus oraciones.

 

7 Muestra tus maravillosas misericordias (inagotable amor), tú que salvas a los que se refugian (protegen) a tu diestra (en tu poder), de los que se levantan contra ellos (de sus enemigos).

En tercer lugar, y antes de pedirle a Dios seguridad y protección, le pide a Dios Su misericordia, que le muestra esa fuente de inagotable amor que Dios tiene, y ahora sí, le pide que le de seguridad, que lo refugie a su diestra que representa su poder, que lo proteja de todos aquellos enemigos que le quieren hacer mal.

 

8 Guárdame (cuídame) como a la niña de tus ojos; escóndeme (protégeme) bajo la sombra de tus alas,

9 De la vista de los malos que me oprimen (atacan), de mis enemigos que buscan mi vida.

David representa esa protección de los enemigos que lo atacan de dos maneras, que lo guarde como a la niña de los ojos; es decir, a la pupila, que es una parte dl cuerpo muy delicada, la cual se cuida y se protege más que otras partes del cuerpo por ser mas vulnerable. David usa una segunda analogía, pidiéndole a Dios que lo esconda bajo sus alas, como lo hace una gallina con sus polluelos, lo que nos recuerda las palabras de Jesús a Jerusalén en Lucas 13:34 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!, y aunque la gallina no es un animal muy fiero, como lo pudiera ser una leona, la gallina cuando protege a sus polluelos bajos sus alas, los cuida de tal forma que da su vida por ellos, primero muere ella, antes que sus polluelos, lo que nos recuerda el maravilloso amor de Jesús que dio Su vida en la cruz por nosotros.

 

Vs. 10-14. Aquellos que no se refugian en el Señor

10 Envueltos están con su grosura (engreídos); con su boca hablan arrogantemente (con altanería).

11 Han cercado ahora (han seguido de cerca) nuestros pasos; tienen puestos sus ojos (esperando el momento) para echarnos (tirarnos) por tierra.

12 Son como león que desea hacer presa (con deseo de despedazar), y como leoncillo que está en su escondite (agazapado).

13 Levántate, oh Jehová; sal a su encuentro (enfréntalos), póstrales (haz que caigan de rodillas); libra mi alma (sálvame, rescátame) de los malos con tu espada,

14 De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres mundanos (que buscan su recompensa en este mucho), cuya porción (sinceros) la tienen en esta vida, y cuyo vientre está lleno de tu tesoro (lleno de riquezas). Sacian a sus hijos, y aun sobra para sus pequeñuelos (que dejen herencia).

David describe a los que buscan su mal como personas engreídas, que hablar con arrogancia, que están distraídos por las cosas de este mundo, que su conducta es como los animales salvajes que acechan como fieras para devorar, hombres mundanos; es decir, que solo piensan en este mundo y no en las cosas eternas, y que por consiguiente, prosperan mucho, al grado de juntar riquezas para ellos, para sus hijos y para sus nietos, pero que es lo único que tendrán, vienes en esta vida.

 

V. 15. La certeza de los que nos refugiamos en el Señor

15 En cuanto a mí (Pero yo), veré tu rostro en justicia (en verdad te vere cara a cara); estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza (ante ti).

David termina su oración recordando la hermosa esperanza que tenemos en Cristo, que contrasta con la de los hombres mundanos y su herencia en esta tierra, David y nosotros, por el sacrificio de Cristo en la cruz, hemos sido cubiertos por Su justicia como dice 2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él, y ahora tenemos la certeza de que un día “despertaremos” y lo veremos cara a cara. Es entonces cuando seremos verdaderamente y completamente satisfechos.

 

David parece terminar su oración con someterse a la voluntad de Dios y reconocer que incluso si Dios elige no rescatarlo y permitirle morir, la confianza de David está en lo eterno, en la promesa de resurrección y en estar delante de la presencia del Señor viéndole cara a cara. Esta es la certeza y el anhelo para los que nos refugiamos a Su diestra. Sea lo eterno nuestra prioridad en nuestra oración y en nuestro diario vivir (Col. 3:1-15).

 

Conclusión:

19

 Observar e imitar el corazón que se presenta ante Dios en oración buscando refugio.

 

 

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