Wednesday, September 4, 2024

Lucas 24:36-53 Mensajeros de paz

 

Mensajeros de paz

Lucas 24:36-53

Objetivo: Recibir toda provisión para cumplir con nuestra gran comisión.

 

Versículos a memorizar:Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.” Lucas 24:46-47

 

Introducción: El primer día de la semana, cuando las mujeres fueron al sepulcro y lo encontraron vació, dos discípulos, que no eran de los 11 apóstoles, iban de camino a un pequeño poblado llamado Emaús que se ubicaba a 11 kilómetros de Jerusalén, iban tristes platicando y discutiendo sobre todo lo que había sucedidos esos días con Jesús, y es cuando el Señor se aparece con ellos en una forma que ellos no lo pudieron reconocer y les acompaño hasta su destino, mientras les enseñaba por las Escrituras que era necesario que el Cristo (Mesías) padeciera, muriera y resucitara al tercer día, que todo lo que había pasado con Jesús no fue sorpresivo, que era parte del plan de Dios para rescatar a la humanidad de la esclavitud del pecado en la que se encontraba.

 

Cuando a estos dos discípulos les fueron abiertos los ojos, de que era Jesús en un cuerpo resucitado el que había estado con ellos todo ese tiempo, el Señor desapareció de su vista e inmediatamente decidieron regresar a Jerusalén en esa misma hora para contarles a los apóstoles y a los demás discípulos de este evento; pero para su sorpresa, ellos ya estaban muy contentos, ya que el Señor ya se le había aparecido también a Pedro y él le había dado testimonio a los demás, por lo que, cuando estos dos discípulos llegaron y les contaron lo acontecido en camino a Emaús, todos quedaron contentos y convencidos de que el Señor había resucitado.

 

Desarrollo:

Vs. 36-44. Paz

36 Mientras ellos (los dos de Emaús) aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo (los saludó): Paz a vosotros.

Lucas ubica su relato en algún lugar de Jerusalén, sería la noche del domingo al lunes, donde estaban los apóstoles reunidos junto con más discípulos que estaban con gran gozo debido al testimonio de Simón (Pedro) de que el Señor resucitado se le había aparecido y en el momento en el que los dos discípulos estaban contándoles lo que habían experimentado en camino a Emaús y como habían estado con Jesús ya resucitado, Jesús se puso en medio de ellos, este evento Juan lo relata de la siguiente manera en Juan 20:19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros, donde hace un énfasis de que las puertas estaban cerradas, lo que ha llevado a algunos a pensar que ese cuerpo resucitado que tiene Jesús, y que tendremos los que resucitemos en Él, ciertamente será un cuerpo físico, pero que no estará limitado al tiempo o al espacio, ya que aquí, las puertas y las paredes no fueron un obstáculo.

 

Las palabras de Jesús a los suyos en ese momento fueron “Paz a vosotros”, y aunque era común ese saludo entre los judíos de aquella época, es muy significativo que Lucas nunca registro antes un saludo así del Señor sino hasta este momento, donde ellos pueden acceder a la paz de Dios por la muerte y resurrección del Señor, que con Su justicia, cubrió el estándar de santidad que un Dios santo requería como dice Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

 

37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu (fantasma).

38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados (asustados), y vienen a vuestro corazón estos pensamientos (estas dudas)?

39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad (tóquenme), y ved; porque un espíritu (fantasma) no tiene carne (cuerpo) ni huesos, como veis que yo tengo.

40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.

Todos ellos creían que el Señor había resucitado, pero cuando se puso en medio de ellos, se llenaron de espanto, sus corazones y sus pensamientos estaban turbados, creían estar viendo un espíritu, en algunas traducciones lo ponen como un fantasma, en el sentido de tener una visión de algo con apariencia de cuerpo humano, pero que no era nada físico. Debido a eso es la pregunta del Señor y la invitación no solo a que lo vieran bien de las manos y de los pies donde quizá se mostraban las marcas de los clavos, como le diría más adelante a Tomas (Jn. 20:27), sino que incluso, a que lo tocaran, para que ellos mismos comprobaran que no se trataba de una visión colectiva, sino de una aparición física de Jesús resucitado con un cuerpo espiritual, pero físico con carne y huesos, ciertamente no era el cuerpo que tenía antes de la resurrección con el cual ellos le conocían, era ahora un cuerpo glorificado, no solo un espíritu, sino un cuerpo, como lo explica Pablo a la iglesia de Corinto en 1 Corintios 15:42-44 42Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 43Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 44Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

 

41 Y como todavía ellos, de gozo (alegría), no lo creían (no terminaban de creer), y estaban maravillados (asombrados), les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?

42 Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel.

43 Y él lo tomó, y comió delante (en presencia) de ellos.

Los presentes estaban llenos de alegría, pero no salían de su asombro, no terminaban de creer la grandeza de lo que les estaba aconteciendo, quizá esos tres días desde la muerte del Señor había producido en ellos tal desánimo que su fe se había debilitado tanto que ahora les costaba mucho trabajo creer que el Señor estaba resucitado y frente a ellos, por lo que Jesús les ayudará en fortalecer su fe al pedirles algo de comer y que lo vieran comérselo, para que pudieran ellos seguir comprobando que tenía un cuerpo físico, quizá sin la necesidad de comer, pero con la capacidad de poder hacerlo, Como fue el caso de los ángeles que comieron con Abraham (Gn. 18:6-8) o de los ángeles que comieron con Lot (Gn. 19:3).

 

Tenemos otro relato donde Jesús resucitado espera a algunos discípulos a la orilla del mar de Galilea con un pez asado (Jn. 21:9). El panal de miel no aparece en algunos códices, debido a eso, tampoco aparece en algunas traducciones, pero no es relevante para el punto que Lucas quiere resaltar, el hecho de que Jesús con su cuerpo glorificado, lo comió en presencia de ellos mostrándoles que había resucitado en cuerpo físico.

 

44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé (les dije), estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

Después de comprobarles la realidad de Su resurrección física, el Señor hace con todos los discípulos allí presentes, incluyendo los apóstoles, lo mismo que había hecho con los dos discípulos en camino a Emaús, mostrarles todo lo que la ley de Moisés, los profetas y los salmos decían de Él, y les recordó que se los había estado diciendo con anticipación como en Lucas 9:22 y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día, así como en otros pasajes (Lc. 9:44, 18:33).

 

Vs. 45-49. Entendimiento

45 Entonces les abrió el entendimiento (la mente), para que comprendiesen las Escrituras;

El Señor les retiró el velo que les impedía ver que el padecimiento, muerte en la cruz y resurrección del Señor, había sido siempre el plan de Dios para la salvación de los hombres, y fue entonces cuando pudieron comprender esas Escrituras, de la misma manera que el Espíritu Santo hace con nosotros hoy para alumbrar nuestro entendimiento de las cosas espirituales como dice Efesios 1:18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, así ahora si seguimos a Jesús, ya no andaremos en tinieblas sino en luz, como dice Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

 

46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese (sufriera, muriera), y resucitase de los muertos al tercer día;

Ellos pudieron entender lo que el Señor les mostró en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos no sabemos que pasajes les mostró, pero eran aquellos que mostraban que el Mesías debía padecer, morir, y resucitar al tercer día, antes de reinar, todo eso como parte del plan divino de Dios, establecido de esa manera desde antes de la fundación del mundo.

 

47 y que se predicase (anunciara) en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

A Jesús ya resucitado, recibió el Nombre que es sobre todo nombre (Fil. 2:9) y se le dio toda autoridad en el cielo y en la tierra, y en esa autoridad es que mandó a sus discípulos y a nosotros por consecuencia a predicar en Su Nombre el evangelio de arrepentimiento para perdón de pecados a todas las naciones como lo registra Mateo 28:18-20 18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

 

Jesús comenzó su ministerio con ese mismo llamado al arrepentimiento como dice Marcos 1:14-15 14Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio, y nos ha encargado ese mismo ministerio, que predicando en Su nombre, anunciemos a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan como dice Hechos 17:30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan, y que pongan su fe en Jesús, ya que en ningún otro hay salvación como dice Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

 

Ese evangelio de salvación en Cristo Jesús comenzaría en Jerusalén, pero se iría extendiendo a todo el mundo como les dijo en Hechos 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

 

48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.

La palabra testigo viene de la palabra griega Strong 3144 <mártus>, de donde viene nuestra palabra en español mártir, por lo que ser testigo de Cristo para ellos implicaría ser mártires, padecer por dar testimonio de haberlo visto resucitado y haberlo vista ascender al cielo. Los doce (incluyendo Matías, Hech. 1:26) darían testimonio visible de la resurrección del Señor, ya que harían señales y prodigios que respaldarían su predicación a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento, como vemos que sucedió en el libro de los Hechos de los Apóstoles y como dice Hechos 20:21 testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.

 

49 He aquí (Ahora), yo enviaré la promesa de mi Padre (el Espíritu Santo) sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos (reciban) de poder desde lo alto (el cielo).

Durante el ministerio de Jesús cuando estaba con ellos, les había prometido varias veces que enviaría al Espíritu Santo como en Juan 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre y en Juan 16:7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré, pero ahora les da instrucciones muy precisas de cuando es que eso ocurriría, sería en la fiesta del Pentecostés, como detalla Lucas en Hechos 1:4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí, cumpliendo así en la realidad, la simbología de las cuatro fiestas de la primavera, Jesús ya había cumplido en su muerte la fiesta de la Pascua, en su sepultura la fiesta de los Panes sin Levadura, en su resurrección, la fiesta de las Primicias o Primeros Frutos, y ahora, enviando al Espíritu Santo, cumpliría en significado por el que se estableció la fiesta del Pentecostés y relatado por Lucas a mucho detalle en Hechos capítulo 2.

 

Vs. 50-53. Bendición

50 Y los sacó (levó) fuera (de la ciudad) hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.

51 Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos (los dejó), y fue llevado arriba al cielo.

Jesús sacó a sus discípulos (los apóstoles y otros discípulos) de Jerusalén y los llevó al Monte de los Olivos (Hech. 1:12), ese monte de un lado ve hacia Jerusalén y del otro lado ve hacía Betania, por lo que Lucas ubica la ascensión del Señor en el mismo Monte de los Olivos, pero en la parte que da hacia Betania. Y fue allí que se despidió de ellos, alzando sus mandos, bendiciéndoles, y mientras les bendecía, se separó de ellos y ascendió al cielo, en esta ocasión, el Señor no desapareció de su vista de inmediato, sino que les permitió verle irse en una nube de gloria, para que aprovecharan dos ángeles y les dijeran que así como se fue en gloría, así regresara por los Suyos como dice Hechos 1:10-11 10Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

 

52 Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo (muy contentos);

53 y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo (adorando) a Dios. Amén.

Los discípulos se postraron ante Jesús en adoración, mostrando claramente que entendieron que no era hombre, no era profeta, sino que era Dios hecho hombre y resucitado al tercer día. No teniendo más que hacer en el Monte de los Olivos, regresaron a Jerusalén como el Señor les encargo, pero no en forma pasiva, sino activamente asistiendo al templo, alabando y bendiciendo a Dios.

 

Conclusión:

19

 Recibir toda provisión para cumplir con nuestra gran comisión.

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