Objetivo: Escandalizarnos como los fariseos “justos y
sanos” o sentarnos a la mesa junto con los publicanos con Jesús como enfermos
pecadores.
Versículo a
memorizar: “Al oír esto
Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No
he venido a llamar a justos, sino a pecadores.”
Marcos 2:17
Introducción:
Los tres evangelios
sinópticos, registran que el evento anterior al llamado de Leví, fue la sanidad
del paralítico en Capernaum que bajaron por el techo de la casa donde estaba
enseñando, donde Jesús confirmo su autoridad en la tierra para perdonar
pecados.
Desarrollo:
13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a
él, y les enseñaba.
Jesús estaba enseñando en una casa
(quizá la de Pedro) llena de Gente (Mr 2:2), donde sanó también al paralítico,
ahora se dirigiese al mar de Galilea donde había llamado a los primeros cuatro
discípulos (Mr 1:16) a Simón/Andrés y Jacobo/Juan y de acuerdo al Evangelio de
Juan (Jn 1:35-51) también había llamado a Felipe y a Natanael, pero tan pronto salió
de la casa, la gente comenzó a juntarse otra vez a su derredor, y allí junto al
mar, les enseñaba, ya que para eso había venido como dijo en Marcos 1:38
14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco
de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.
Leví. El llamado de este discípulo se
encuentra tanto en Lucas como en Marcos quien le dan el nombre de Leví (que
significa el “que une a los suyos”), mientras que el se llama a sí mismo Mateo
(que significa “regalo de Dios”), en el evangelio que él escribe.
Publicano. Cobrador de impuestos, ellos eran
“contratistas” que compraban el “derecho de recaudación” sobre importaciones y
exportaciones mediante el pago de una suma de impuestos que el gobierno
requería y a partir de allí, lo que recaudara era para él.
En la época de Juan el Bautista
algunos publicanos se bautizaron en el arrepentimiento para perdón de sus
pecados y confesaron sus pecados, Juan les avisó seriamente a cerca de los
abusos que cometían como dice Lucas
3:12-13 12Vinieron
también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué
haremos? 13Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. Con esto, Juan el Bautista enseñó
que no había nada malo en la recaudación de impuestos a favor del poder imperial;
el mal radicaba en el abuso, en el fraude y la extorsión que los publicanos
practicaban generalmente, como Zaqueo, que de hecho era Jefe de los Publicanos
(Lc 19:2) y que cuando Jesús lo alcanzó no dejó su profesión, sino que dejó las
malas prácticas que hacía y mas bien promovió la restitución de lo dañado.
Los publicanos judíos eran considerados
como traidores que se habían puesto al servicio del imperio Romano para cobrar
tributos de sus mismos familiares y compatriotas, y además los consideraban
como apóstatas, ya que habían renunciado a las promesas que Dios había dado a
los padres. Como consecuencia, los rabinos los habían excluido de sus sinagogas
y de la vida religiosa de Israel. Por esta razón se veían en la necesidad de
buscar la compañía de otros notorios pecadores, y frecuentemente eran asociados
con las prostitutas.
Leví/Mateo, era un publicano que
tenía su banco (puesto) de tributos públicos en Capernaum, junto al mar de
Galilea, al servicio de Herodes Antipas (Tetrarca de Galilea y Perea e Hijo de
Herodes el Grande), Capernaum junto con Cesarea y Jericó eran los principales
puestos de recaudación debido a su ubicación geográfica, siendo pueblos
fronterizos y también centros aduaneros de comercio en caravanas entre Siria y
Egipto, (Incluido el Mar Mediterráneo para transporte por barco a otros
países).
Sígueme. Una sola palabra que transformó la
vida de Leví/Mateo quien quizá desde su puesto de trabajo había observado en
varias ocasiones a Jesús mientras predicaba o sanaba enfermos, desde allí, veía
como las multitudes ansiosas venían a Capernaum con aquella gran variedad de
enfermos y endemoniados, a los que Jesús concedía alivio inmediato.
Quien le hacía este llamado no era como
los grandes rabinos, quienes rechazaban y menospreciaban a los publicanos.
Leví/Mateo no se sentía rechazado por él, por el contrario, le cautivaba la
persona de Cristo, de hecho, esa sola palabra de “sígueme”, le penetro en su
corazón y su conciencia.
Y levantándose, le siguió. A pesar de todo el dinero que
hubiera podido ganar, seguía habiendo un gran vacío en su corazón que
necesitaba llenar, quizá lo había intentado llenar de muchas otras maneras, así
que, cuando Jesús le llamó a seguirle, respondió inmediatamente, respondiendo a
ese llamado de irresistible de Dios dejándolo todo como dice Lucas 5:28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
Mateo/Leví abandonó su lucrativo
negocio y tuvo que confiar en que Dios proveería para sus necesidades. Este
“dejar todo” para él tenía mas implicaciones que lo que dejaron los 4
pescadores llamados anteriormente, ya que, si algo no salía bien, todavía era
posible para Simón, Andrés, Jacobo y Juan dedicarse a la pesca otra vez, pero
para Leví/Mateo, regresar a su trabajo anterior era imposible, por lo que su
sacrificio fue total, quizá debido a eso, él fue el único de los escritores de
los evangelios que registro la parábola del tesoro escondido como dice Mateo 13:44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un
campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y
vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.
El llamado de Leví/Mateo muestra la
gran misericordia de Dios, y nos enseña que nadie está fuera del alcance de la
salvación. Leví/Mateo no fue solo uno de los apóstoles que siguió a Jesús y que
escribió un evangelio, sino también era el mismo una evidencia de la gracia
divina manifestada en Cristo.
Ese llamado fue también una prueba
también para los otros 6 discípulos, y en especial para Pedro, Andrés, Jacobo y
Juan, que eran pescadores en esa zona, y seguramente tuvieron que pagar muchos
impuestos injustos a Leví/Mateo.
Aplicación Práctica: El pasado de las personas no debe
afectar el vernos como hermanos y obedecer el mandato de Dios de amarnos uno a
otros, ya que como dice 2
Corintios 5:17 De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas.
15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él,
muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y
sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido.
Mateo, en su Evangelio, no nos dijo
nada sobre el hecho de que él fue quien ofreció un gran banquete al que invitó
a sus amigos pecadores.
Aparentemente, en la lista de
invitados no había ningún hombre calificado como bueno. Nadie perteneciente a
la “élite” de la ciudad estaba presente en aquella casa.
Aplicación Práctica: Leví/Mateo puso su casa y su dinero
a la disposición del Señor como medio de ganar para él a algunos de sus
antiguos compañeros, organizó la comida, para tener una oportunidad de
presentarle a sus amigos al nuevo Señor de su vida, con la esperanza de que ellos
también le conocieran personalmente como Dios y Señor.
16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los
publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él
come y bebe con los publicanos y pecadores?
Los Escribas. Eran copistas de las Escrituras
Hebreas, muy cuidadosos en su trabajo, que con el transcurso del tiempo se
hicieron eruditos en doctrina bíblica y en interpretaciones rabínicas; la gente
les tenía mucho respeto y los consideraba como “Maestros de la ley”, y eran
quienes enseñaban en las sinagogas los días de reposo. Por lo general,
pertenecían a la secta de los Fariseos aunque también había algunos de la secta
de los Saduceos.
Los Fariseos. Eran una secta (partido religioso) muy
importante del judaísmo en días de Jesús (otras sectas eran los Saduceos, los
Esenios y los Celotes). La palabra, "fariseo", significa
"separado", y al principio, la idea de estas personas era la de
separarse de todo pecado, y de las cosas que eran impuras ante Dios. Sin
embargo, con el tiempo se volvieron terriblemente legalistas. Inventaron una
serie de "tradiciones" a las que llamaban "la ley oral".
Supuestamente, el propósito de esta ley oral era aclarar cómo guardar la ley
escrita dada por Moisés, pero con el tiempo, elevaron sus tradiciones al mismo
nivel de la ley de Dios, volviéndose orgullosos; creyendo que ellos
podían cumplir la ley y sintiéndose superiores a los demás, legalistas; acusando
a todos los que no la cumplían e hipócritas; porque en realidad no la
cumplían.
Viéndole comer con los publicanos y
con los pecadores. Quizá los vieron por alguna ventana, quizá los
encontraron al salir del banquete.
Dijeron a los discípulos. Estos Escribas y Fariseos estaban
siempre listos y deseosos de encontrar fallas en Jesús, pero por lo general no
era lo suficientemente valientes para criticarle cara a cara, y lo hacían por
medio de la murmuración como dice Lucas 5:30 Y
los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por
qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
¿Qué es esto … ?. En aquellos días, los fariseos
ejercían una tremenda influencia sobre la gente, y eran considerados los
verdaderos líderes espirituales de Israel y en opinión de los fariseos,
predicar a los publicanos era una cosa inútil, ya que creían que para pecadores
como los publicanos no podía haber salvación, y comer con ellos era el colmo de
una conducta reprobable.
Así que podemos imaginarnos lo que
pensaron cuando Jesús escogió a un publicano llamado Leví como uno de sus
discípulos y fue a comer a su casa a la que estaban también invitados todos sus
colegas.
Los fariseos intentaron destruir la
reputación del Señor llamándolo "amigo de publicanos y pecadores" como
dice Mateo 11:19 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He
aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Pero la sabiduría es justificada por sus hijos, y ciertamente era su amigo, ya que daría su vida misma
en rescate por muchos de ellos (Mr 10:45).
17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen
necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a
pecadores.
Cuando Jesús intimaba con gente de
mala reputación, no lo hacía como compañero de maldades. Su intimidad con ellos
era más bien como la del médico que, sin contaminarse con las enfermedades de
sus pacientes, se acerca a ellos a fin de traerles sanidad.
Aquella fue una gran respuesta.
Nadie llamaría a un médico si todos se encuentran bien. El médico solo viene
para atender a la gente enferma. El Señor Jesús afirmó que El no había venido
para llamar a los justos, sino a los pecadores. En aquel día, solamente había
allí una clase de personas, pecadores. De ninguna manera había allí algún justo;
sin embargo, los fariseos pensabas que ellos sí eran justos.
El pasaje deja en claro que la
invitación a la salvación, plena y gratuita, no se ofrece a “los justos”, es
decir, a aquellos que se consideran dignos, sino a los que se consideran indignos
y que están en gran necesidad. Fueron los pecadores, los perdidos, los
desviados, los mendigos, los cargados, los hambrientos y los sedientos a
quienes Jesús vino a salvar.
Aplicación
Práctica: No
ser un Fariseo que se cree “Justos y Sano”; más bien, ser un publicano que se
reconoce como un enfermo pecador y así poder sentarnos a la mesa junto con Jesús,
el médico espiritual que no vino a llamar justos, sino a pecadores al
arrepentimiento.
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