Monday, December 9, 2019

Marcos 2:13-17 El Escandaloso Amor de Jesús


Objetivo: Escandalizarnos como los fariseos “justos y sanos” o sentarnos a la mesa junto con los publicanos con Jesús como enfermos pecadores.

Versículo a memorizar: “Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.”  Marcos 2:17

Introducción:
Los tres evangelios sinópticos, registran que el evento anterior al llamado de Leví, fue la sanidad del paralítico en Capernaum que bajaron por el techo de la casa donde estaba enseñando, donde Jesús confirmo su autoridad en la tierra para perdonar pecados.

Desarrollo:
13 Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba.
Jesús estaba enseñando en una casa (quizá la de Pedro) llena de Gente (Mr 2:2), donde sanó también al paralítico, ahora se dirigiese al mar de Galilea donde había llamado a los primeros cuatro discípulos (Mr 1:16) a Simón/Andrés y Jacobo/Juan y de acuerdo al Evangelio de Juan (Jn 1:35-51) también había llamado a Felipe y a Natanael, pero tan pronto salió de la casa, la gente comenzó a juntarse otra vez a su derredor, y allí junto al mar, les enseñaba, ya que para eso había venido como dijo en Marcos 1:38

14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.
Leví. El llamado de este discípulo se encuentra tanto en Lucas como en Marcos quien le dan el nombre de Leví (que significa el “que une a los suyos”), mientras que el se llama a sí mismo Mateo (que significa “regalo de Dios”), en el evangelio que él escribe.

Publicano. Cobrador de impuestos, ellos eran “contratistas” que compraban el “derecho de recaudación” sobre importaciones y exportaciones mediante el pago de una suma de impuestos que el gobierno requería y a partir de allí, lo que recaudara era para él.

En la época de Juan el Bautista algunos publicanos se bautizaron en el arrepentimiento para perdón de sus pecados y confesaron sus pecados, Juan les avisó seriamente a cerca de los abusos que cometían como dice Lucas 3:12-13 12Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? 13Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. Con esto, Juan el Bautista enseñó que no había nada malo en la recaudación de impuestos a favor del poder imperial; el mal radicaba en el abuso, en el fraude y la extorsión que los publicanos practicaban generalmente, como Zaqueo, que de hecho era Jefe de los Publicanos (Lc 19:2) y que cuando Jesús lo alcanzó no dejó su profesión, sino que dejó las malas prácticas que hacía y mas bien promovió la restitución de lo dañado.

Los publicanos judíos eran considerados como traidores que se habían puesto al servicio del imperio Romano para cobrar tributos de sus mismos familiares y compatriotas, y además los consideraban como apóstatas, ya que habían renunciado a las promesas que Dios había dado a los padres. Como consecuencia, los rabinos los habían excluido de sus sinagogas y de la vida religiosa de Israel. Por esta razón se veían en la necesidad de buscar la compañía de otros notorios pecadores, y frecuentemente eran asociados con las prostitutas.

Leví/Mateo, era un publicano que tenía su banco (puesto) de tributos públicos en Capernaum, junto al mar de Galilea, al servicio de Herodes Antipas (Tetrarca de Galilea y Perea e Hijo de Herodes el Grande), Capernaum junto con Cesarea y Jericó eran los principales puestos de recaudación debido a su ubicación geográfica, siendo pueblos fronterizos y también centros aduaneros de comercio en caravanas entre Siria y Egipto, (Incluido el Mar Mediterráneo para transporte por barco a otros países).

Sígueme. Una sola palabra que transformó la vida de Leví/Mateo quien quizá desde su puesto de trabajo había observado en varias ocasiones a Jesús mientras predicaba o sanaba enfermos, desde allí, veía como las multitudes ansiosas venían a Capernaum con aquella gran variedad de enfermos y endemoniados, a los que Jesús concedía alivio inmediato.

Quien le hacía este llamado no era como los grandes rabinos, quienes rechazaban y menospreciaban a los publicanos. Leví/Mateo no se sentía rechazado por él, por el contrario, le cautivaba la persona de Cristo, de hecho, esa sola palabra de “sígueme”, le penetro en su corazón y su conciencia.

Y levantándose, le siguió. A pesar de todo el dinero que hubiera podido ganar, seguía habiendo un gran vacío en su corazón que necesitaba llenar, quizá lo había intentado llenar de muchas otras maneras, así que, cuando Jesús le llamó a seguirle, respondió inmediatamente, respondiendo a ese llamado de irresistible de Dios dejándolo todo como dice Lucas 5:28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.

Mateo/Leví abandonó su lucrativo negocio y tuvo que confiar en que Dios proveería para sus necesidades. Este “dejar todo” para él tenía mas implicaciones que lo que dejaron los 4 pescadores llamados anteriormente, ya que, si algo no salía bien, todavía era posible para Simón, Andrés, Jacobo y Juan dedicarse a la pesca otra vez, pero para Leví/Mateo, regresar a su trabajo anterior era imposible, por lo que su sacrificio fue total, quizá debido a eso, él fue el único de los escritores de los evangelios que registro la parábola del tesoro escondido como dice Mateo 13:44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

El llamado de Leví/Mateo muestra la gran misericordia de Dios, y nos enseña que nadie está fuera del alcance de la salvación. Leví/Mateo no fue solo uno de los apóstoles que siguió a Jesús y que escribió un evangelio, sino también era el mismo una evidencia de la gracia divina manifestada en Cristo.

Ese llamado fue también una prueba también para los otros 6 discípulos, y en especial para Pedro, Andrés, Jacobo y Juan, que eran pescadores en esa zona, y seguramente tuvieron que pagar muchos impuestos injustos a Leví/Mateo.

Aplicación Práctica: El pasado de las personas no debe afectar el vernos como hermanos y obedecer el mandato de Dios de amarnos uno a otros, ya que como dice 2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido.
Mateo, en su Evangelio, no nos dijo nada sobre el hecho de que él fue quien ofreció un gran banquete al que invitó a sus amigos pecadores.

Aparentemente, en la lista de invitados no había ningún hombre calificado como bueno. Nadie perteneciente a la “élite” de la ciudad estaba presente en aquella casa.

Aplicación Práctica: Leví/Mateo puso su casa y su dinero a la disposición del Señor como medio de ganar para él a algunos de sus antiguos compañeros, organizó la comida, para tener una oportunidad de presentarle a sus amigos al nuevo Señor de su vida, con la esperanza de que ellos también le conocieran personalmente como Dios y Señor.

16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?

Los Escribas. Eran copistas de las Escrituras Hebreas, muy cuidadosos en su trabajo, que con el transcurso del tiempo se hicieron eruditos en doctrina bíblica y en interpretaciones rabínicas; la gente les tenía mucho respeto y los consideraba como “Maestros de la ley”, y eran quienes enseñaban en las sinagogas los días de reposo. Por lo general, pertenecían a la secta de los Fariseos aunque también había algunos de la secta de los Saduceos.

Los Fariseos. Eran una secta (partido religioso) muy importante del judaísmo en días de Jesús (otras sectas eran los Saduceos, los Esenios y los Celotes). La palabra, "fariseo", significa "separado", y al principio, la idea de estas personas era la de separarse de todo pecado, y de las cosas que eran impuras ante Dios. Sin embargo, con el tiempo se volvieron terriblemente legalistas. Inventaron una serie de "tradiciones" a las que llamaban "la ley oral". Supuestamente, el propósito de esta ley oral era aclarar cómo guardar la ley escrita dada por Moisés, pero con el tiempo, elevaron sus tradiciones al mismo nivel de la ley de Dios, volviéndose orgullosos; creyendo que ellos podían cumplir la ley y sintiéndose superiores a los demás, legalistas; acusando a todos los que no la cumplían e hipócritas; porque en realidad no la cumplían.

Viéndole comer con los publicanos y con los pecadores. Quizá los vieron por alguna ventana, quizá los encontraron al salir del banquete.

Dijeron a los discípulos. Estos Escribas y Fariseos estaban siempre listos y deseosos de encontrar fallas en Jesús, pero por lo general no era lo suficientemente valientes para criticarle cara a cara, y lo hacían por medio de la murmuración como dice Lucas 5:30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?

¿Qué es esto … ?. En aquellos días, los fariseos ejercían una tremenda influencia sobre la gente, y eran considerados los verdaderos líderes espirituales de Israel y en opinión de los fariseos, predicar a los publicanos era una cosa inútil, ya que creían que para pecadores como los publicanos no podía haber salvación, y comer con ellos era el colmo de una conducta reprobable.

Así que podemos imaginarnos lo que pensaron cuando Jesús escogió a un publicano llamado Leví como uno de sus discípulos y fue a comer a su casa a la que estaban también invitados todos sus colegas.

Los fariseos intentaron destruir la reputación del Señor llamándolo "amigo de publicanos y pecadores" como dice Mateo 11:19 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus hijos, y ciertamente era su amigo, ya que daría su vida misma en rescate por muchos de ellos (Mr 10:45).

17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Cuando Jesús intimaba con gente de mala reputación, no lo hacía como compañero de maldades. Su intimidad con ellos era más bien como la del médico que, sin contaminarse con las enfermedades de sus pacientes, se acerca a ellos a fin de traerles sanidad.

Aquella fue una gran respuesta. Nadie llamaría a un médico si todos se encuentran bien. El médico solo viene para atender a la gente enferma. El Señor Jesús afirmó que El no había venido para llamar a los justos, sino a los pecadores. En aquel día, solamente había allí una clase de personas, pecadores. De ninguna manera había allí algún justo; sin embargo, los fariseos pensabas que ellos sí eran justos.

El pasaje deja en claro que la invitación a la salvación, plena y gratuita, no se ofrece a “los justos”, es decir, a aquellos que se consideran dignos, sino a los que se consideran indignos y que están en gran necesidad. Fueron los pecadores, los perdidos, los desviados, los mendigos, los cargados, los hambrientos y los sedientos a quienes Jesús vino a salvar.

Aplicación Práctica: No ser un Fariseo que se cree “Justos y Sano”; más bien, ser un publicano que se reconoce como un enfermo pecador y así poder sentarnos a la mesa junto con Jesús, el médico espiritual que no vino a llamar justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

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