Monday, December 2, 2019

Marcos 2:1-12 El Milagro Más Trascendente


Objetivo: Atestiguar el milagro más trascendente que el Hijo de Dios realizó, el cual suple la necesidad más apremiante del hombre de manera permanente y eterna, manifestando la correcta identidad de Jesucristo.

Versículo a memorizar: “Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.” Marcos 2:10-11

Introducción: El Señor había comenzado su ministerio público en Capernaum, ciudad a la que se había trasladado a vivir desde Nazaret. Allí en la sinagoga dejó a todos admirados por su autoridad en la enseñanza de la Palabra y también por su poder para echar fuera espíritus inmundos. Unas horas después demostró también su poder sanando a todos los enfermos que le llevaron hasta la casa donde se hospedaba. Al día siguiente, acompañado por sus nuevos discípulos, comenzó un primer viaje de evangelización por toda Galilea, regresando nuevamente a Capernaum, donde había establecido su base de operaciones.

Ese fue un viaje muy intenso, en el que el Señor visitó muchas sinagogas presentándose como el Mesías esperado, sin embargo, de todas las cosas que el Señor hizo durante ese viaje, Marcos sólo detalla la sanidad de un leproso.

Desarrollo:
1 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó (se supo) que estaba en casa.
Vemos que, después de unos días de predicar en las sinagogas de Galilea, Jesús entró en el pueblo de Capernaum, lo más probable es que este pueblo siguió siendo el centro de actividades del ministerio del Señor en esta tierra durante 3 años.

Cuando regresó se difundió la noticia de que estaba en la casa, se asume que era la casa de Pedro que se mencionó en el capítulo anterior

2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra.
A diferencia de lo relatado en el capítulo anterior donde la gente se amontonaba en la casa en busca de sanidades, ahora esta igualmente llena la casa, pero ahora para escuchar a Jesús predicar.

Aplicación práctica: El ministerio de nuestro Señor era predicar la Palabra de Dios y ése es el énfasis que la Iglesia debe tener en la actualidad recordando lo que dice Isaías 55:11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico (hombre que no puede caminar), que era cargado por cuatro.
Paralítico. Hombre con una enfermedad lo deja privado de toda capacidad de acción, necesitado de la ayuda de los demás.


Pareciera que el paralítico estaba plenamente de acuerdo con sus cuatro amigos cuando decidieron ir a Jesús, porque sin esa fe habría sido imposible que el Señor declarase que sus pecados le eran perdonados.

Aplicación práctica: Esa enfermedad sirve para ilustrar cómo el pecado nos debilita y paraliza. El apóstol Pablo describió bien nuestra situación como hombres pecadores en Romanos 5:6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

Cuatro amigos. Vale la pena considerar a estos cuatro amigos anónimos del paralítico. Estos sí que demostraron ser amigos de verdad, ya que la tarea que llevarían acabo no sería fácil, ni se desanimarían cuando vieran lleno el lugar donde Jesús estaba, y más bien superarán todos los obstáculos.

Aplicación práctica: Esos son los verdaderos amigos que debemos tener o debemos ser, aquellos que ponen su tiempo y esfuerzo para acercarnos a Jesús y no para alejarnos de Él, aquellos que son portadores de camillas para traer a los necesitados a Jesús.

Así pues, la forma en la que introdujeron al paralítico hasta la presencia de Jesús no era lo que podríamos decir muy ortodoxa. Realmente estaban corriendo ciertos riesgos. ¿Qué pensaría el dueño de la casa cuando viera que se la estaban destrozando? ¿O qué pensaría el Señor cuando fue interrumpido de esa manera en su predicación de la Palabra? La fe nos puede llevar a hacer cosas poco convencionales.

4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron (quitaron) el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho (camilla) en que yacía (estaba acostado) el paralítico.
Descubrieron el techo. En cuanto a la construcción de las casas en Israel, hay un detalle que debemos conocer para entender bien el pasaje. En aquel tiempo las casas normalmente tenían una techumbre plana, como una terraza, a la que se subía por medio de una escalera exterior. Esta cubierta estaba formada por vigas que iban de una pared a otra, separadas por un metro entre sí. Este espacio entre las vigas se llenaba de cañas y de tierra.

Una vez llegados a la casa, no podían entrar a causa de la multitud, que bloqueaba las puertas y ventanas, así que acometieron la tarea de levantar parte del techo encima de donde Jesús estaba y descendiendo por allí llegaron ante Jesús y debieron avergonzarse por haber perturbado la reunión bajando al paralítico de una forma muy poco convencional; y aunque no sabemos qué estaba enseñando Jesús en ese momento, imaginémonos el impacto producido sobre los numerosos asistentes a aquella reunión, bruscamente interrumpida.

5 Al ver Jesús la fe (confianza) de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
El Señor elogió la fe de ellos por haberse tomado tanto esfuerzo en traerle a aquel hombre necesitado, y por su actitud han llegado a ser también un ejemplo para cuantos se esfuerzan en llevar almas a Jesús.

Pero no fue la de los amigos la que salvará al paralítico, es cierto que fue la fe de ellos la que le trajo al lugar donde pudo conocer al Señor Jesús, quien trató con él individualmente, a nivel personal.

Tanto el paralítico como sus amigos pensaban que la necesidad mas grande que el tenía era su sanidad y poder tener movilidad en su cuerpo, sin embargo, Jesús ataca su verdadero problema, el perdón de sus pecados, lo que no cambiaría su condición temporal de inmovilidad, pero cambiaria su destino eterno.

A veces pensamos muy parecido, pensando que los verdaderos problemas son la pobreza, las guerras, la violencia o cosas como esas que hacen que la vida en este mundo sea cada vez más difícil. Pero según el diagnóstico divino, todas estas cosas son consecuencias del pecado y ese problema afecta tanto a pobres, como ricos, a los cultos e incultos, incluso los paralíticos.

Jesús le perdonó los pecados y luego el Señor también le sanó, pero en este punto es interesante notar que el paralítico aceptó que el Señor sólo le perdonara sus pecados. Parecía entender que eso era lo que realmente necesitaba, más que ninguna otra cosa.

6 Estaban allí sentados algunos de los escribas (maestros de la ley), los cuales cavilaban (pensaban) en sus corazones:
7 ¿Por qué habla éste así? Blasfemias (ofensas contra Dios) dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
Allí estaban también los religiosos de esa época, que más adelante se volvería sus abiertos enemigos, que no expresaron su desaprobación, sino que simplemente lo pensaron. En sus razonamientos y en cuanto a su primera pregunta, estaban equivocados, pero estaban acertados en su segunda pregunta. Este hombre no estaba hablando blasfemias. Pero era cierto que solamente Dios podía perdonar pecados.

Nunca cometamos el error de pensar que El nos perdona porque tiene un gran corazón. El nos perdona porque Cristo pagó el castigo por nuestros pecados. Por eso, el Señor no estaba pronunciando blasfemias, porque El era y es Dios.

8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban (pensaban) de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis (piensan) así en vuestros corazones?
Aquellos hombres no hablaron; más bien lo pensaron interiormente. El trató de que expresasen lo que sentían, pero ellos ya habían tenido un enfrentamiento con El y resultaron perjudicados. Así que, en esta ocasión, decidieron que lo más prudente era permanecer en silencio y así lo hicieron, sin embargo, el hecho de que Jesús supiera lo que ellos pensaban, muestra el atributo de Omnisciencia, que solo le pertenece a Dios y confirma la identidad de Jesucristo como Dios.

9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho (camilla) y anda?
Los fariseos estaban en silencio, y tampoco iban a contestar en absoluto esta nueva pregunta. Aunque ellos no respondieron, lo más seguro es que pensaron que era más fácil decir que los pecados eran perdonados, ya que eso no podía comprobarse y sanar el enfermo tenía que evidenciarse.

Cuando pensamos en qué resultaba más fácil para Jesús, tenemos que concluir que perdonar sus pecados era realmente mucho más difícil, porque eso implicaba ir a la Cruz.

10 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad (autoridad) en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):
11 A ti te digo: Levántate, toma tu lecho (camilla), y vete a tu casa.
A pesar de la forma irregular en la que el paralítico fue presentado interrumpiendo la enseñanza de Jesús, el Señor le recibió con amor. Notemos cuán tiernamente se dirige a él como "hijo". Pero no sólo eso, como ya hemos visto, hizo con él una obra completa de sanidad que consistió en perdonar sus pecados primero y restaurar su cuerpo después.

Cuando el Señor sanó a alguien, lo hizo bien y completamente, y este fue el caso con el paralítico, no fue una sanidad de poco a poco, no lo mando a terapias, ni nada de eso, fue completa y de inmediato.

12 Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho (camilla), salió delante de todos, de manera que todos se asombraron (admiraron), y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
Cuando Jesús le mandó que se levantara y tomara su camilla, su obediencia a este mandato, evidenciaba su fe en Jesús, esa fe en Jesús cambió de forma radical la vida del paralítico, el cambio fue asombroso; había entrado como un pecador y paralítico llevado por cuatro amigos, pero había salido un hombre justificado por su propio pie.

Aplicación práctica: La obediencia a los mandamientos muestran la fe dada por Dios para creer en Jesús, el Espíritu nos impulsa a anhelar obedecer lo que Dios ha dicho.

Todos los que presenciaron aquel milagro quedaron asombrados. Muchos de ellos ya habían visto otros milagros con anterioridad, pero aquí descubrieron que Jesús también tenía poder para perdonar pecados. Así que, glorificaron a Dios y exclamaron "Nunca hemos visto tal cosa".

Conclusión:
¿Quién es Jesús en este pasaje?

1. Dios omnisciente. Ya que conocía los pensamientos de los fariseos.
2. Dios que perdona pecados. Perdonó los pecados del paralítico actuando en su propio nombre.
3. Dios sobre las enfermedades. Demostrando su poder para sanar al paralítico.
4. El Mesías prometido. Jesús uso ese título de “El Hijo del Hombre” dado para el Mesías en Daniel 7:13

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