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Versículo a memorizar: “de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” Efesios 4:16
Introducción:
El capítulo 1 nos mostró 7 bendiciones espirituales: 1 Elección en Cristo, 2 Adopción como Hijos por medio de Cristo, 3 Aceptación en el Amado, 4 Redención por la sangre de Cristo, 5 Sabiduría e Inteligencia, 6 Herencia como anticipo, 7 Sello de propiedad, así como una oración de agradecimiento y de petición a: A) Conocer mas a Dios, B) Conocer la esperanza a la que fueron llamados y las riquezas de la herencia, C) Conocer la grandeza de Su poder:
El capítulo 2 nos mostró la abundante riqueza de la gracia de Dios producto de Su bondad en tres formas para con los hombres; “nos dio vida”, “nos resucitó” y “nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús” y el efecto que eso tiene en la comunión que hay en Cristo entre judíos y gentiles.
El capítulo 3 desarrollo la revelación de misterio, que los gentiles son beneficiarios de la misma herencia y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del Evangelio, y una oración pidiéndole a Dios fortaleza al hombre interior por medio del Espíritu para que habite cómodamente Cristo en nuestros corazones a fin de poder ir conociendo mas y mas el inagotable amor de Cristo.
El capítulo 4 (1ª parte) nos hizo un llamado a esforzarnos en mantener la unidad del Espíritu que tiene 7 características; un cuerpo, un Espíritu, una esperanza, un Señor, una fe, un bautismo y un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos y en todos.
Desarrollo:
7 Pero a cada uno de nosotros fue dada (repartida) la gracia (capacidades) conforme a la medida del don (regalo) de Cristo.
Pero. Los primeros 6 versículos fueron relacionados a la UNIDAD de la Iglesia que debemos preservar (guardar), unidad que no significa igualdad en la Iglesia, sino unidad aún en las diferencias; ahora, el Espíritu Santo por medio de Pablo, nos instruirá en la DIVERSIDAD de la Iglesia y al final de este capítulo sobre el CRECIMIENTO de la Iglesia.
A cada uno de nosotros fue dada la gracia. Cada miembro del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, ha recibido gracia de parte de Dios, no solo para salvación; además, gracia para recibir un don o regalo; es decir, esos dones o regalos que Dios da a Su iglesia no están relacionados a ningún merito o capacidad humana, son un regalo de gracia de Dios para Su Iglesia, por lo que cada uno de nosotros, debemos de saber cual es que el que nos ha dado y usarlo para el beneficio de la Iglesia, no para nuestra propia gloria, sabiendo que tenemos uno o varios dones de entre muchos que hay y que nos necesitamos unos a otros.
Conforme a la medida del don de Cristo. Cristo mismo es el que ha repartido esos dones (regalos) de acuerdo a la medida que Él quiere, el verdadero valor no está en el don, sino en el Dador de ese don; por lo tanto, los que han recibido algún don de mas notoriedad, no deben sobreestimar su importancia comparándose con otros dones menos visibles, y lo mismo pasa con los que reciben dones de poco visibles, no deben desalentarse al compararse con los dones mas visibles pensando que no son útiles en la Iglesia.
8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto (cielo), llevó cautiva la cautividad (consigo a los prisioneros), Y dio dones (capacidades) a los hombres.
Ahora el apóstol habla de ese Dador de dones, de Jesucristo, y se toma del Salmo 68:18a Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres… el contexto de este salmo es que a Dios se le presenta, como descendiendo del cielo para hacer guerra contra sus enemigos y asciende otra vez victorioso, cargado con despojos, como cuando los conquistadores regresaban a sus ciudades y entraban a ellos triunfantes y detrás de ellos los prisioneros y los despojos que habían conseguido.
Es muy interesante que, el Salmo hace referencia a Dios y Pablo lo usa aplicándolo a Cristo, confirmándonos una vez mas que Jesús es Dios.
Nosotros somos esos que estábamos cautivos por el pecado, y la paga del pecado era la muerte como dice Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte; es decir, la sentencia final era la separación o muerte eterna y este cautiverio también nos inhabilitaba espiritualmente como dice Hebreos 2:15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
Y dio dones a los hombres. “Tomó” dice el Salmo y “dio” dice Pablo; es decir, a estos cautivos, el Cristo ascendido tomo y dio a la iglesia como los dones con el propósito de darlos al reino (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros).
9 Y eso de (¿qué significa?) que subió, ¿qué es, sino que también había descendido (bajado) primero a las partes más bajas (profundas) de la tierra?
10 El que descendió (bajo), es el mismo que también subió por encima (a lo mas alto) de todos los cielos para llenarlo todo.
Jesús descendió a la tierra y venció a nuestros captores como dice 1 Corintios 15:54-58 54Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 58Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano, despojándolos y exhibiéndolos públicamente triunfando sobre ellos en la cruz como dice Colosenses 2:13-15 13Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Jesús tuvo una gran victoria que incluso la anuncio a los espíritus encarcelados como dice 1 Pedro 3:18-19 18Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 19en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, y ha derramado Su gracia conforme a la medida del don de Cristo, sobre cada uno de nosotros, a fin de que subiendo por encima de todos los cielos tuviera toda potestad en los cielos y en la tierra (Mt. 28:18-20) para llenarlo todo.
11 Y él mismo constituyó (concedió) a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
La Biblia habla de diversidad de dones (Carismas), ministerios (diaoconías) y operaciones (energemas) en 1 Corintios 12:4-6 4Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.
Los brazos del cuerpo, carismas o dones los encontramos en Romanos 12:6-8, los dones son dados por Dios para que, rendidos voluntariamente al servicio y autoridad de Cristo, sirvan para la edificación de Su Iglesia. Estos dones son irrevocables, y son dados para alcanzar, como por medio de los brazos de Dios, a toda persona y son:
1. Profecía (declara la Palabra)
2. Servicio (demuestra la Palabra)
3. Enseñanza (define la Palabra)
4. Exhortación (demanda la obediencia a la Palabra)
5. Reparte con liberalidad (da de sus recursos con libertad)
6. Preside con solicitud (dirige y lleva a otros con buena actitud)
7. Misericordia con alegría (ayuda a los que menos tienen con contentamiento)
Las piernas del cuerpo, energemas u operaciones las encontramos en 1 Corintios 12:8-10 éstas son llevadas a cabo a través de algunos miembros del cuerpo, bajo circunstancias especiales, en las cuales el espíritu Santo, reparte a cada uno en particular, como el quiere (1 Cor 12:11), cuando el quiere, de la manera que el quiere, siempre para provecho del cuerpo de cristo y no para nuestra propia vanagloria y son:
1.
Palabra de sabiduría.
2. Palabra de ciencia.
3. Fe.
4. Dones de sanidades.
5. Hacer Milagros .
6. Profecía.
7. Discernimiento de espíritus.
8. Diversos géneros de Lenguas
9. Interpretación de lenguas.
Los órganos vitales del cuerpo, diaconías o ministerios se encuentran enlistadas en Efesios 4:11 y estas funciones son llevadas a cabo por aquellos que han recibido un llamado para servirle en la obra, y por lo tanto tienen la responsabilidad de estar al frente del liderazgo de la iglesia. Los cinco “órganos” o ministerios, encargados de equipar, discipular, preparar, habilitar y purificar son:
1. Apóstoles. En el sentido estricto de la palabra, “Enviados” o “Enviados con un mensaje” que serían los “plantadores de iglesias”. En la iglesia primitiva, el apóstol Pedro en su función apostólica, da inicio a la obra evangelizadora en hechos 2, entre los judíos, en hechos 8, entre los samaritanos, y en hechos 10 y 11, entre los gentiles el apóstol Pablo en su función apostólica, es enviado por Dios, para fundar las iglesias locales entre los gentiles (Hechos 9:15), en todo el mundo conocido en ese entonces, desde Antioquia de Siria, hasta roma (Hechos 13-28), siendo reconocido ministerialmente por la iglesia en (Hechos 13:1-3)
2. Profetas. El profeta del nuevo testamento es un instrumento inspirado por Dios para ministrar a la Iglesia, proclamando la revelación de Dios; aplicando la verdad del Evangelio, para edificar, alentar y consolar a los creyentes. (1 Cor. 14:1-3, Hechos 21:9-11, 15:32).
3. Evangelistas. Misioneros itinerantes cuya función es anunciar el evangelio, principalmente entre aquellos que no le conocen. En Hechos 8:12-15 y Hechos 21:8 vemos el ejemplo de Felipe y observamos que su ministerio inició, sirviendo las mesas de las viudas de los griegos, experiencia que le sirvió para formar en él, el carácter de cristo, necesario para cualquier servidor.
4. Pastores. Ministros de congregaciones locales, que, mediante la exposición de la Palabra y el modelo de la misma en sus vidas, ministran a la Iglesia, los pastores tienen además la responsabilidad de velar en oración por sus miembros. (Hch. 20:17,28, Jn. 21:15-17).
5. Maestros. Servidores de congregaciones locales, que, mediante la exposición de la Palabra y el modelo de la misma en sus vidas, enseñan a niños, jóvenes, y/o adultos.
Por lo tanto, como Dios los reparte como Él quiere, no debemos ni presumir ni despreciar el don que Dios te dio, no debemos envidiar el don que Dios le dio a otros, ni debemos exiguir en otros algún don que no se le ha dado ya que es Dios (Cristo) quien los da como el quiere, y esa decisión debemos honrarla.
12 a fin de perfeccionar (capacitar, equipar) a los santos (a la Iglesia) para la obra del ministerio (siervo), para la edificación del cuerpo de Cristo (pueblo de Dios),
A fin de. Esos dones de Dios tienen una finalidad, un propósito y NO es usarlos para vanagloria o para beneficio personal sino para provecho como dice 1 Corintios 12:7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
Perfeccionar a los santos. El propósito es capacitarnos unos a otros, es equipar a la Iglesia, darle recursos espirituales para ser usados en 2 áreas:
Para la obra del ministerio. <Hacia afuera>. Para alcanzar a los no creyentes. Toda la iglesia, y no solo los “líderes”, están siendo capacitados con dones espirituales para llevar a cabo la tarea que Dios nos dio, para ser ministros (siervos) de Dios, para ir por todo el mundo, predicar el Evangelio a toda Criatura y bautizarles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 29:19)
Para la edificación del cuerpo de Cristo. <Hacia adentro>. Pero también esos dones son para edificar, para construir, para que la Iglesia vaya madurando.
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón (hombre) perfecto (maduro, adulto), a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Esa madurez terminará cuando todos lleguemos a la unidad de la fe (creer lo mismo) y del conocimiento del Hijo de Dios, Pablo mismo se incluyó en el “todos lleguemos”, el no creía que ya estaba suficientemente maduro. Sabía que necesitaba de los dones de los demás para seguir madurando y que todos como un cuerpo lleguemos a la madurez de un varón perfecto (maduro).
A la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Cristo es esa medida de madurez, y debe de ser nuestro anhelo llegar a esa madurez espiritual, aunque sabemos que tal excelencia de madurez no la podremos alcanzar en este cuerpo carnal, debemos ir caminando en esa dirección.
14 para que ya no seamos niños fluctuantes (cambiantes), llevados (arrastrados) por doquiera (de un lado a otro) de todo viento de doctrina (enseñanza), por estratagema (trampa) de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas (trampas) del error,
Para que ya no seamos niños fluctuantes. Ser un niño espiritual que cambia de opinión es normal mientras estamos en edad espiritual de niños, así que no se refiere a ellos, sino a aquellos que debiendo ser ya jóvenes o adultos espirituales, se siguen comportando como niños
Llevados por doquiera de todo viento de doctrina. Esa inmadurez espiritual los lleva como un barco que no pueden controlar en medio del mar agitado por las olas en la tempestad de falsas doctrinas.
Por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error. Estratagemas, artimañas, hablan de engaños o tretas que se usan en los juegos de azar para ganar ilegalmente, trampas de hombres que usan cualquier medio para hacer caer a los inmaduros en el error de sus enseñanzas.
15 sino que (al contrario) siguiendo (al vivir) la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es (para parecernos a ) la cabeza, esto es, Cristo,
Al contrario, todos debemos madurar juntos para que lejos de ser arrastrados por doctrinas del error, andemos en la verdad que encontramos en la Palabra de Dios, y andar en esa verdad en amor; es decir, conociendo lo que la Biblia dice y al mismo tiempo amando a los de nuestro alrededor, de tal forma que el verdadero conocimiento de Dios y de Su Palabra, no nos haga legalistas, religiosos y juiciosos, sino balancear ese conocimiento con amor los unos con los otros.
16 de quien (Cristo) todo el cuerpo, bien concertado (ajustado, en armonía) y unido entre sí por todas las coyunturas (uniones, ligamentos) que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro (y cuando todas sus partes funcionan bien), recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
De quien. Esta hablando de Cristo, quien es la cabeza del Cuerpo, quien además es Su autoridad.
Todo el cuerpo. Pablo uso una metáfora para hacer una similitud de Cristo como cabeza y la Iglesia como el cuerpo.
Bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas. Todos los miembros de la Iglesia debemos estar en armoniosamente ajustados, ya estamos unidos por el Espíritu, pero necesitamos crecer espiritualmente todos juntos siendo parte de un cuerpo que se encuentra unido por las uniones o ligamentos entre un miembro y otro.
Que se ayudan mutuamente. Cada miembro esta ligado a otros por esas uniones, por lo que uno a otro debe de ayudarse a crecer en forma normal.
Según la actividad propia de cada miembro. No todos los miembros del cuerpo tienen la misma función; por lo tanto, cada uno debe de ir llevando su función para la que fue creado, sin interferir en las funciones de los demás miembros, sino ayudándolos a que ellos también crezcan en fe.
Recibe su crecimiento. Cuando todos los miembros en forma individual cooperan, todo el cuerpo va recibiendo su crecimiento.
Para ir edificándose en amor. Edificarse, crecer es el objetivo del cuerpo (Iglesia), y no necesariamente en número sino en madurez espiritual, y la base de ese crecimiento de unos con otros es el amor, el amor que Cristo mostró a su Iglesia y que debemos reflejar unos a otros.
Aplicación Práctica: Prepararnos para tomar nuestro lugar en el concierto del cuerpo de Cristo, identificando los dones que hemos recibidos y usándolos para el crecimiento y edificación de la Iglesia.
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