Tuesday, July 16, 2024

Lucas 22:66-71 El Hijo del Hombre

 

El Hijo del Hombre

Lucas 22:66-71

Objetivo: Conocer la doctrina más importante de toda la Biblia, que tiene que ver con reconocer la identidad de Jesús como: El Hijo de Dios (divino) y El Hijo del Hombre (humano).

 

Ya que la correcta y coherente identificación del Mesías (El Cristo), es en sí misma la salvación de nuestras almas como dice Juan 20:30-31 30Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre, o como dijo Pedro: “Tu eres el Cristo” (Mt. 16:13-20), Natanael: “Tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel” (Jn. 1:49-51), Tomás: “¡Señor mío, y Dios mío!” (Jn. 20:27-29), etc.

 

Versículo a memorizar:Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios.” Lucas 22:69

 

Introducción: El consejo supremo (Sanedrín), se había reunido en casa de Caifás unos días antes para acordar el arresto de Jesús con la intención de matarle como dice Mateo 26:3-4 3Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás, 4y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle, pero no sabían cómo hacerlo, no lo querían hacer en la fiesta de la pascua para que no se hiciera un alboroto en el pueblo (Mt 25:5). Judas les facilitó el arresto, avisándoles donde se encontraría Jesús de noche y sin multitudes a su alrededor, por eso los llevó al huerto de Getsemaní, donde arrestaron a Jesús, y a partir de allí “simularían” los juicios, ya que habían determinado en su corazón matarle, esos juicios no tenían la intención de escuchar a las partes involucradas y hacer un juicio justo, solo aparentaron el juicio para llevar a cabo lo que habían ya planeado con anterioridad.

 

Que alejados estaban de lo que Dios les había ordenado cuando les instruyó en poner jueces para hacer juicios justos como dice Deuteronomio 16:18-20 18Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio. 19 No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos. 20La justicia, la justicia seguirás, para que vivas y heredes la tierra que Jehová tu Dios te da.

 

Desarrollo:

66 Cuando era de día (al amanecer), se juntaron los ancianos (líderes religiosos) del pueblo, los principales (jefes de los) sacerdotes y los escribas (maestros de la ley), y le trajeron al concilio (consejo supremo, Sanedrín), diciendo:

Lucas pone su relato al amanecer del día de la pascua, donde estaban reunidos para hacer el tercer juicio judío religioso a Jesús, pero este sería el primero “oficial”, por eso menciona que estaba reunido el Sanedrín, formado por los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, antes de este juicio, Jesús había pasado por otros dos juicios ante tribunales religiosos judíos:

 

El primero se llevó a cabo en la casa del saduceo Anás, quien era suegro de Caifás y quien había sido sumo sacerdote anteriormente, a pesar de no ser el sumo sacerdote oficial, tenía mucha influencia y respeto del pueblo, quien lo consideraban todavía como sumo sacerdote (Jn. 18:19), quizá él era el organizador primario del arresto de Jesús, y esa fuera la razón por la que llevaron a Jesús primero a su casa como dice Juan 18:12-14 12Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los judíos, prendieron a Jesús y le ataron, 13y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. 14Era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo.

 

Es entonces en casa de Anás, donde se hace el primer juicio judío religioso a Jesús con un interrogatorio por parte de Anás como se relata en Juan 18:19-24 19Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. 20Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto. 21¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho. 22Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? 23Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas? 24Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.

 

Después de allí, lo llevaron atado con Caifás al segundo juicio religioso judío, que se llevó a cabo en la madrugada; y es allí donde aparece Pedro, siguiéndolo del lejos, y Mateo relata que además de Caifás, también había allí esa madrugada, parte del concilio (Sanedrín) como dice Mateo 26:57-58 57Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 58Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin, no era solo Pedro el que le seguía, estaba también otro discípulo como dice Juan 18:15 Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote, algunos creen que era Juan, quien escribió el evangelio y nunca puso su nombre, sino que hacía referencia a él como “el discípulo a quien amaba Jesús”; sin embargo, otros creen que pudiera ser José de Arimatea, quien era más influyente por lo que tuvo fácil acceso al patio del sumo sacerdote, y por medio de él, Pedro consiguiese tener acceso al patio interior del sumo sacerdote como dice Juan 18:16 mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro, pero no sabremos con certeza quien era ese “otro discípulo”.

 

Como ese juicio en casa de Caifás no era legal, por hacerlo de noche y sin el concilio completo, esperarían a hacer un juicio durante el día, por lo que mandaron a Jesús como prisionero en algún lugar de la casa del sumo sacerdote, siendo custodiado por los alguaciles (guardias del Templo), quienes no solo se burlaban de Él, sino que lo golpeaban como dice Lucas 22:63-65 63Y los hombres (guardias) que custodiaban (vigilaban) a Jesús se burlaban de él y le golpeaban; 64y vendándole los ojos, le golpeaban el rostro (en la cara), y le preguntaban, diciendo: Profetiza (adivina), ¿quién es el que te golpeó? 65Y decían otras muchas cosas injuriándole (insultándole, blasfemando). Los alguaciles probablemente le pusieron algún paño que le tapara la visión, mientras le golpeaban inmisericordemente una y otra vez, incluso escupiendo sobre su rostro, en muestra de desprecio como dice Mateo 26:67-68 67Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros (los alguaciles) le abofeteaban, 68diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó, y así con el rostro golpeado, entumecido y amoratado, se burlaban de su función de profeta peguntándole, como si fuera un adivino, quien le había golpeado y sin decir nada, cumpliendo así la profecía de Isaías 50:6 Di mi cuerpo (espalda) a los heridores  (golpeadores), y mis mejillas a los que me mesaban (arrancaban)  la barba; no escondí mi rostro de injurias (burlas) y de esputos (escupitajos), los efectos de esos golpes en el rostro del Mesías fue tan grande que dice Isaías 52:14 Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres.

 

Parece ser de este mismo momento que escribe Pedro años después en 1 Pedro 2:23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente. Despreciado, acusado injustamente, golpeado, escupido, que a los maltratos no los respondía con amenazas, sino en oración silenciosa, encomendaba Su causa al Padre, quien resolvería todo aquello con Justicia, cumpliendo también la descripción que hizo de Él el profeta Isaías en Isaías 53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

 

Ya es durante el día que Lucas retoma el relato del tercer juicio religioso, el que sería el “oficial”, aunque completamente ilegal, ya que no buscaban justicia, sino el pretexto para matarlo, por eso es que nos relata Mateo que llevaron testigos pagados para mentir en el juicio como se describe en Mateo 26:59-63 59Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, 60y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, 61que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. 62Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? 63Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios, ciertamente Jesús había dicho eso, pero en relación a su cuerpo como dice Juan 2:19-22 19Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 20Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? 21Mas él hablaba del templo de su cuerpo. 22Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.

 

67 ¿Eres tú el Cristo? Dínoslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis;

La pregunta que le hacen a Jesús es sobre el título de “el Cristo”, título que significa “Ungido”, el equivalente en hebreo de “Mesías”, el ungido de Dios que el pueblo estaba esperando como Su enviado, ellos sabían que ese título tenía implicaciones religiosas y políticas, por eso le demandan una confesión concreta si era o no el Cristo, incluso le exigen que conteste bajo juramento (Mt. 26:63), para forzarlo a contestar.

 

Como ellos no creían que Jesús era el Cristo, la realidad es que solo estaban buscando una respuesta de Jesús que les permitiera acusarle de blasfemia, y con eso condenarlo a muerte en el aspecto religioso, pero como Roma les había quitado al Sanedrín la pena de muerte, ellos lo llevarían ante las autoridades romanas y lo acusarían que había dicho que si era el Cristo, y eso implicaba ser rey sobre Isael, y así lo podían acusar de sedición (querer hacer una revolución), por eso es que el haber dicho que destruiría el templo y lo levantaría al tercer día, les servía a ellos para acusar a Jesús de sedición, de querer crear una revuelta o un caos en el pueblo.

 

Jesús les contestó que, si se los dijere, no creerían, ya que ellos solo buscaban dar una apariencia de legalidad, a la sentencia a muerte que ya habían acordado y que solo buscaban como llevarla a cabo, y Jesús les mostró que Él estaba al tanto de sus malas intenciones.

 

68 y también si os preguntare (si les hago preguntas), no me responderéis (contestaran), ni me soltaréis.

Jesús ya les había hecho anteriormente la pregunta a los líderes religiosos ¿de quién es hijo el Cristo? (Lc. 20:41), y no le habían podido contestar, si ahora formulase alguna pregunta contundente que no le pudieran contestar, no serviría de nada, así que ¿para qué hacerla?

 

69 Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder (en el lugar de poder a la derecha) de Dios.

Pero Jesús les dejo claro que sí era el Cristo, ya que usó para sí mismo, el título mesiánico de “el Hijo del Hombre” de Daniel, a quien Dios le da el poder y autoridad sobre todas las naciones para establecer un reino eterno como dice Daniel 7:13-14 13Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido, además de citarles el salmo mesiánico que menciona que el Cristo ocuparía un lugar de poder y privilegio junto a Dios y aplicándoselo a Él, el Salmo 110:1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies, donde David escribe “Jehová le dijo a mi Señor”, que muestra que Jesús era Señor del Rey David, del que ya les había preguntado anteriormente (Lc 20:41), que es mismo salmo que usó Pedro en su predicación en el día del Pentecostés (Hech. 2:34).

 

Sentarse a la derecha del poder de Dios implica estar sentarse en el trono de gobierno universal, lugar que solo le corresponde a Dios, además con el mismo poder y autoridad como lo describe el apóstol Juan en Apocalipsis 5:1,5 1Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. 5Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra, eso implicaba claramente que Jesús dijo ser Dios, y mucho más sabiendo que Dios no comparte Su gloria con nadie como dice Isaías 42:8a Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria…, sino solo consigo mismo.

 

Ese proceso es el que detalló más adelante Pablo en Filipenses 2:6-11 6el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

 

70 Dijeron (gritaron) todos: ¿Luego (afirmas que) eres tú el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros  (mismos) decís que lo soy.

La respuesta de Jesús debió impactar a los presentes, no solamente se estaba autonombrando como el Cristo, sino sentado en el trono de Dios con el mismo poder y autoridad, por lo que estaba implicando ser realmente Dios, y de allí parece venir esa pregunta de su era “el Hijo de Dios”. No fue la pregunta echa por una persona, sino por todos; es decir, por muchas voces al mismo tiempo o echa por Caifás pero que todos los presentes tenían, a la que Jesús contestó positivamente, que si tenía la condición divina, que Él era el Hijo de Dios, el Mesías de Israel, lo que llevaría a los líderes religiosos a acusarle de blasfemia como se describe en Marcos 14:60-64 60Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? 61Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? 62Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. 63Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? 64Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte.

 

El Título “Hijo de Dios” o “Hijo del Bendito”, estaba reservado para el rey eterno de la tribu de Judá, de la descendencia de David y Salomón, cuyo reino no tendría fin, era un título que los líderes religiosos lo entendían bien ya que estaba profetizado por el rey David en 1 Crónicas 22:8-10 8Mas vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí. 9He aquí te nacerá un hijo, el cual será varón de paz, porque yo le daré paz de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su nombre será Salomón, (pacífico) y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días. 10Él edificará casa a mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré por padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre.

 

La mayoría del concilio estuvo de acuerdo con la sentencia de muerte, aunque no todos, como fue el caso de José de Arimatea quien esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo, ni en los hechos de ellos (Lc. 23:51).

 

71 Entonces ellos dijeron: ¿Qué más testimonio (testigos) necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca  (de sus propias labios).

A ellos, Lucas se refiera al Sanedrín, pero que presidía Caifás quien era el que estaba haciendo las hipócritas preguntas, que no buscaban respuestas, sino condena, los falsos testimonios que habían llevado no pudieron prosperar, pero al entender de Caifás ya no se necesitaba ninguno, todos habían entendido claramente lo que Jesús declaró, que era el Cristo.

 

Hay muchos pasajes donde Jesús muestra que es Dios, como cuando dijo que Él tenía la autoridad de perdonar pecados (Lc. 5:24), o calmando una tormenta con un mandato de su voz (Lc. 8:24), o resucitando con sus palabras de entre los muertos a la hija de Jairo (Lc. 8:54), al hijo de la viuda de Naín (Lc. 7:14) o a su amigo Lázaro (Jn. 11:43), o al multiplicar cinco panes y dos peces para alimentar multitudes (Lc. 9:16), sanar a los enfermos de inmediato, sin necesidad de una rehabilitación, como al paralítico que le bajaron por el techo (Lc. 5:24), o al ciego de Jericó (Lc. 18:42), incluso la enfermedad de la lepra, y no solo a uno (Lc 5:13), sino al diez leprosos en Galilea (Lc 17:14), lepra que era considerada incurable, cosas que solo Dios podía hacer, o en sus declaraciones cuando dijo “El  Padre y yo uno somos” (Jn. 10:30), “toda potestad (autoridad) me es dada en los cielos y en la tierra” (Mt. 28:18), y muchos más, pero ningún otro pasaje como pasaje este donde declara ser el Hijo del Hombre, el Mesías, (el Cristo, el Ungido), el Hijo de Dios, el Hijo del Bendito, el “Yo soy” (Mr. 14:62).

 

Fue el mismo Caifás que en un hecho simbólico, rasgó sus vestiduras mostrando un aparente dolor intenso de desconsuelo por lo que acababa de escuchar de Jesús que siendo un hombre se hacía Dios, lo que para ellos era un blasfemia, como si en verdad le hubiera abrumado, siendo que en realidad, lo estaba haciendo como un acto de triunfo, ya que con eso conseguiría que el concilio lo declarara como culpable de muerte como dice Mateo 26:64-66 64Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. 65Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. 66¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte! Ellos basaron su decisión a la instrucción de Levítico 24:16 Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera, pero como ellos se le había quitado el derecho a la pena de muerte, es que llevarán a Jesús a juicios civiles con Pilato y Herodes para poder conseguir matar a Jesús, pero no argumentarán que Jesús dijo ser Dios, ya que a los Romanos eso no les importaría nada, sino que lo acusaran de querer ser “el rey de los Judíos”, que alborotaba a la nación y que prohibía dar tributo al César (Lc. 23:1).

 

Aplicación práctica:

19

 Conocer la doctrina más importante de toda la Biblia, que tiene que ver con reconocer la identidad de Jesús como: El Hijo de Dios (divino) y El Hijo del Hombre (humano).

 

 

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