Acercándose a Jesús Lucas 22:47-53 |
Versículo a memorizar: “Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?” Lucas 22:48
Introducción: Después de haber salido del aposento alto en Jerusalén, se fueron al huerto de Getsemaní que se encuentra en las faldas en el monte de los olivos, donde Jesús le pidió a sus discípulos que se mantuvieran despiertos, y que oraran para no caer en tentación, mientras Él oraba con ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte (Heb. 5:7), que no se refiere a la muerte física solamente, sino a la muerte espiritual principalmente, que es la separación de Dios al llevar el pecado de los hombres, por lo que sufrió el abandono del Padre (Mt. 27:46), y de allí que Jesús en su humanidad, le haya hecho esa petición al Padre de no tomar esa copa de juicio o de ira, pero sujetándolo a Su voluntad, y una vez que fue fortalecido por un ángel, fue con gozo a sufrir la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte (Heb. 12.2), para que quitando el pecado de en medio, ahora nosotros vivamos a la justicia (1 Pe. 2:24). Al terminar de orar, el Señor encontró a sus discípulos durmiendo, y los despertó, ya que se acercaba Judas con una multitud para aprenderle.
Desarrollo:
Vs. 47-48. Acercándose en hipocresía
47 Mientras él aún hablaba, se presentó una turba (multitud); y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle.
Jesús despierta a los discípulos que no habían estado orando como el Señor se los había pedido, Marcos lo registra de la siguiente manera en Marcos 14:41-42 41Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 42Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.
Los enemigos de Jesús habían decidido matarle (Lc. 22.2), pero no querían arrestarle durante la fiesta, ya que había mucha gente u le tenían temor al pueblo (Lc. 20:19), además de que no querían que se hiciera alboroto del pueblo (Mr. 14:2) que pudiera defender a Jesús si lo arrestaban en algún lugar público, pero Judas ya les había ofrecido entregárselo (Lc. 22:4) en un lugar apartado y de noche (Lc. 22:6), que es lo que ha procedido a hacer, una vez que salió del lugar de la cena de pascua, toda eso bajo el control divino, ya que Jesús les había dicho en esa misma cena que sería prisionero aquella misma noche (Lc. 22:22)
Es muy probable que Judas, que había sido por mucho tiempo, uno de los doce, y quien hasta ese momento había estado a cargo de la tesorería del grupo, haya ido por los que iban a arrestar a Jesús, y haya dirigido a esa turba (grupo grande de gente) al lugar de la cena de pascua, y al no hallarlo allí, supuso que estarían en Getsemaní, a donde los llevó, como dice Juan 18:2 Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos, y siendo de noche, y considerando que Jesús no vestía diferente a la generalidad de esa época, Judas había acordado con ellos que la manera que identificaría a Jesús entre todos los que allí estuvieran, sería con un beso, que era la manera de saludarse entre amigos y familiares y así lo hizo como relata Mateo 26:48-49 48Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle. 49Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó.
48 Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas (traicionas) al Hijo del Hombre?
Los besos que eran muestra de cercanía, afecto, familiaridad y amistad, se convirtieron en un acto de hipocresía de parte de Judas, ya que él lo hizo en esa ocasión para que identificaran entre los presentes quien era Jesús, pero lo impresionante es que Jesús no lo rechazó, permitió el beso del traidor, ya que era necesario para seguir el camino a la cruz, pero no se quedó en silencio, sino que le hizo un llamado mas a su conciencia que estaba cauterizada de si de esa manera hipócrita es la forma que había determinado entregarle.
Jesús usa para sí una vez más el título del “Hijo del hombre”, que era un título mencionado por el profeta Daniel, donde a uno como hombre se presentó delante de Dios y a ese hombre se le dio toda autoridad y poder en la tierra, así como un reino que jamás sería destruido como dice Daniel 7:13-14 13Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido; es decir, que ese hijo de hombre tendría toda la autoridad sobre la tierra como Dios mismo.
Vs. 49-50. Acercándose sin entendimiento
49 Viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le dijeron: Señor, ¿heriremos (peleamos, atacamos) a espada?
50 Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha.
Los discípulos piden a Jesús autorización para usar las dos pequeñas espadas que ellos tenían (Lc. 22:38), como preguntándole si era el momento de usar sus espadas, eso era algo temerario, dos pequeñas espadas contra una turba de soldados armados, no hace ningún sentido, quizá fue el mismo Pedro valiente pero impulsivo que no esperó la respuesta del Señor y se lanzó con su espada contra el siervo del sumo sacerdote.
El apóstol Juan nos da el nombre de aquel siervo y lo relata de la siguiente manera en Juan 18:10-11 10Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. 11Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? Es muy probable que Pedro, tratando de mostrar en forma práctica la promesa de fidelidad a Jesús que le había hecho unos momentos antes (Lc. 22:33), se lanzó contra ellos, y haya ido buscando el cuerpo o la cabeza de Malco, quien tratando de evitar el espadazo, cambio de postura y eso provocó que el corte fuera en la oreja derecha, el hecho de que fuera la oreja derecha, ha llevado a pensar a algunos que el ataque de Pedro fue por la espalda de Malco, eso es probable, pero no es algo que se podría afirmar.
V. 51. Cristo, acercándose a nosotros con misericordia
51 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Basta ya; dejad. Y tocando su oreja (del siervo), le sanó.
Jesús claramente se dio cuenta de lo que había acontecido y exhorta a Pedro en vista de todos como dice Mateo 26:52-54 52Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. 53¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? 54¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? Jesús no tenía necesidad de que lo defendieran, Él iba voluntariamente a la cruz, y ese arresto era el camino para llegar a ella.
Que admirable gracia mostró el Señor al hacer este último milagro antes de la cruz, y restaurar a vista de todos, la oreja de Malco, algo que ese siervo necesitaba, pero también lo hizo por amor a Pedro, para que no fuera arrestado también, ya que, al ser sanada aquella oreja, no habría delito que perseguir,
Vs. 52-53. Acercándose en contra de Cristo
52 Y Jesús dijo a los principales (jefes de los) sacerdotes, a los jefes (oficiales) de la guardia del templo y a los ancianos (líderes religiosos), que habían venido contra él (a llevárselo): ¿Como contra un ladrón (bandido, insurgente) habéis salido (a arrestarme) con espadas y palos?
Esa turba estaba compuesta por mucha gente, estaban los jefes de los sacerdotes, entre los que se encontraba Malco, siervo del sumo sacerdote, además de los alguaciles levitas que hacían la función de guardia del templo, y de una compañía de soldados lidereados por un tribuno (capitán) romano (Jn. 18:12), que fueron armados con espadas y palos (Mr. 14:43) y que habían ido llevando lámparas y antorchas (Jn. 18:3) a pesar de ser luna llena, e iban también en compañía de los líderes religiosos de Israel, se calcula entonces que eran por lo menos cuatrocientos hombres. Aquella acción tuvo que ser conocida por Pilato, ya que estaba involucrada la fuerza militar romana, dirigida por un oficial romano, lo que según los historiadores sería imposible sin la autorización del gobernador.
Jesús les confrontó recriminándoles que como contra un ladrón (bandido, insurgente) habían ido a arrestarlo con espadas y palos. Aquellos que se consideraban justos jueces para Israel, habían enviado contra un inocente un grupo grande y armado para aprenderle con el deseo de matarle. Sin darse cuenta estaban cumpliendo en la vida real, la parábola de los labradores malvados para matar al heredero y quedarse con la herencia que Jesús les había contado recientemente (Lc. 20:9-18), y la razón era que Jesús abiertamente se había opuesto al sistema religioso que ellos habían establecido.
El apóstol Juan relata ese momento, haciendo énfasis en que Jesús iba voluntariamente y no porque habían mandado toda una compañía de soldados como se relata en: Juan 18:4-9 4Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les dijo: ¿A quién buscáis? 5Le respondieron: A Jesús nazareno. Jesús les dijo: Yo soy. Y estaba también con ellos Judas, el que le entregaba. 6Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. 7Volvió, pues, a preguntarles: ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: A Jesús nazareno. 8Respondió Jesús: Os he dicho que yo soy; pues si me buscáis a mí, dejad ir a estos; 9para que se cumpliese aquello que había dicho: De los que me diste, no perdí ninguno.
53 Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí (no se atrevieron de arrestarme); mas esta es vuestra hora (este es el momento), y la potestad de las tinieblas (y cuando reinan las tinieblas).
Es probable que esos mismos líderes religiosos que van al arresto de Jesús, fueran los mismos que le estuvieron haciendo preguntas para tentarle en el templo los días anteriores, quien se había pasado las mañanas enseñando en el templo en forma pacífica, estos, quizá resentidos de no haber podido encontrar nada en su contra, estaban presentes en el huerto. El reclamo de Jesús es que mientras estuvieron en el templo, no habían intentado atraparlo durante la luz del día, sino que esperaron hasta ese momento de oscuridad de la media noche, mostrando con eso que lo estaban arrestando sin haber cometido ninguna transgresión.
Jesús termina de hablarles con una solemne advertencia, que aquella hora era la suya; es decir, la hora en que Dios permitiría que llevaran a cabo su plan de aprenderle y matarle, pero que actuaban bajo el poder de las tinieblas, convirtiéndose entonces en instrumentos de iniquidad.
Si ellos habían podido tomar prisionero a Jesús, no fue por la estrategia que usaron, ni por la cantidad de gente en la turba, sino que Jesús voluntariamente se estaba dejando arrestar con la finalidad de que se cumplieran la Escrituras como lo dice Mateo 26:56 Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron, siendo entonces que ataron a Jesús (Jn. 18:12), mientras los discípulos huyeron.
Algunas de las Escrituras que se estaban cumpliendo en ese momento eran:
Isaías 53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Isaías 53:9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Zacarías 11:12 Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata.
Aplicación práctica:
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