¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Lucas 23:1-25 |
Introducción: Jesús, después de haber sido arrestado en Getsemaní, fue pasado por tres juicios religiosos, el primero en casa de Anás, suegro de Caifás quien era el sumo sacerdote, el segundo en casa de Caifás, donde estaban varios miembros de concilio (Sanedrín), pero todo esto de manera irregular, ya que había sido en la madrugada, por lo que mandaron resguardar a Jesús mientras amanecía y llevaban a cabo el tercer juicio judío religioso con concilio completo, y que fuera de día, con la intención de darle validez a sus perversas intenciones, ya que no estaban buscando hacer un justo juicio, sino buscar un pretexto para culpar a Jesús, por eso llevaron falsos testigos que fracasaron, hasta que inculparon a Jesús por decir que Él era el Cristo, el Mesías, el Hijo del Hombre, el Hijo de Dios, y que se sentaría a la diestra del poder de Dios. El concilio entendió claramente que eso significaba decía ser Dios, por lo que lo acusaron de blasfemia, y querían proceder a matarlo, pero como los romanos les habían quitado el derecho de ejercer la pena de muerte, es que ahora llevarán a Jesús antes las autoridades romanas para que ellos le quiten la vida.
Desarrollo:
Vs. 1-5. La oportunidad
1 Levantándose entonces toda la muchedumbre (concilio, asamblea) de ellos, llevaron a Jesús a Pilato (gobernador romano).
Salieron de la casa de Caifás donde tenían preso a Jesús (Jn. 18:28), lo llevaron atado a Poncio Pilato, quien ejerció el poder en la provincia de Judea (Mt. 27:2) por 10 años, él se encontraba en el pretorio (Jn. 18:28), lugar donde se encontraba el gobernador romano, que podría ser en la fortaleza Antonia o en el palacio de Herodes, esta sería su cede cuando estaba en Jerusalén, ya que su residencia oficial se encontraba en Cesarea. Los líderes religiosos no quisieron entrar al pretorio, para no contaminarse, ya que ese día se celebraba la pascua (Jn. 18:28), que ironía, no tuvieron problema en acusar falsamente a Jesús, y al mismo tiempo no quisieron contaminarse entrando a lugares romanos, el hecho es que se quedaron afuera, por lo que el dialogo con Pilato fue a distancia.
El primer acercamiento con Pilato se registra en Juan 18:29-32 29Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? 30Respondieron y le dijeron: Si este no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado. 31Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie, la blasfemia por la que falsamente inculpaban a Jesús, según la Ley, debería de ser castigada por muerte a pedradas (Lv. 24:16), pero como no podían hacerlo, es que lo habían traído a Poncio Pilato.
2 Y comenzaron a acusarle, diciendo: A este hemos hallado que pervierte (alborota, agita) a la nación, y que prohíbe dar tributo (impuestos) a César (Emperador), diciendo que él mismo es el Cristo (Mesías), un rey.
Los líderes religiosos o no argumentaron que Jesús dijo ser Dios, ya que a los Romanos eso no les importaría nada, sino que lo acusaran de querer ser “el rey de los Judíos”, que alborotaba a la nación y que prohibía dar tributo al César, lo que eran acusaciones falsas, pero que asustarían a Pilato, ya que si el pueblo levantaba un rey que no fuera puesto por el imperio romano, el sería el responsable y quizá pagaría con su propia vida, sin embargo, Jesús cayó ante tales acusaciones como dice Mateo 27:12-14 12Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. 13Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.
3 Entonces Pilato le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y respondiéndole él, dijo: Tú (mismo) lo dices.
4 Y Pilato dijo a los principales (jefes) sacerdotes, y a la gente (multitud): Ningún delito (culpa) hallo (encuentro) en este hombre.
Pilato sabía que las acusaciones que le hacían eran por envidia (Mt. 27:18), pero se enfoca es en la acusación política, en que se dijera rey de los judíos, ya que eso causaría una revuelta en la nación, el evangelio de Juan, describe a más detalle ese dialogó que sucedió en el interior del pretorio como dice: Juan 18:33-38 33Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? 34Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? 35Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? 36Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. 37Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. 38Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.
La conclusión del gobernador era la de haber encontrado a Jesús sin culpa de las acusaciones que le hacían.
5 Pero ellos (los acusadores) porfiaban (insistían), diciendo: Alborota (agita, produce disturbios) al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí (Jerusalén).
Los acusadores no se moverían fácilmente de su objetivo que era ver a Jesús muerto, por lo que insistieron en sus acusaciones, insinuando que el alboroto que causaba en la gente era muy grande, que abarcaba toda la zona sur llamada Judea y toda la zona norte llamada Galilea.
Vs. 6-12. La evasión
6 Entonces Pilato, oyendo decir, Galilea, preguntó si el hombre era galileo.
7 Y al saber (enterarse) que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió (envió) a Herodes (Antipas), que en aquellos días también estaba (se encontraba) en Jerusalén.
Debido a la insistencia de los líderes religiosos de que Pilato tome acciones y después de haber escuchado que Jesús era de Galilea, y como esa región que estaba al norte de Israel, no estaba dentro de su área de gobierno, determinó mandarlo con Herodes quien era el gobernador de Galilea, que ese día estaba en Jerusalén, muy probablemente debido a que la fiesta de la pascua judía desplegaba cientos de miles de personas y eso requería mucha supervisión.
8 Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle (conocerlo); porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal (algún milagro).
9 Y le hacía muchas preguntas, pero él nada le respondió.
Este era Herodes Antipas, uno de los hijos de Herodes el grande quien mandó matar a los niños de belén cuando no regresaron los sabios del oriente, este Antipas es quien había tomado por mujer a la esposa de su hermano Felipe, y quien, instigado por Herodías, mandó decapitar a Juan el Bautista.
Lucas no dice en donde estaba Herodes, pero se asume que en el palacio que tenía en Jerusalén, era un hombre inmoral, perverso y poco confiable, y por lo que leemos; estaba muy curioso de conocer a Jesús, pero por los motivos incorrectos, por verle hacer algún milagro, por eso, y porque tuvo a Juan el Bautista por profeta y no lo escuchó, es que Jesús no le respondió ninguna de sus preguntas.
10 Y estaban los principales (jefes de los) sacerdotes y los escribas (maestros de la ley) acusándole con gran vehemencia (mucha insistencia).
Los acusadores que habían estado muy insistentes con Pilato, ahora siguieron a Jesús con Herodes para seguir acusándole y lo hacían muy enérgicamente.
11 Entonces Herodes con sus soldados le menospreció (despreciaron) y escarneció (ridiculizaron), vistiéndole de una ropa espléndida (lujosas, como de rey); y volvió a enviarle a Pilato.
Herodes no ganaba nada en sentenciar a Jesús, no necesitaba quedar bien con los judíos, porque no eran de la jurisdicción que el gobernaba, por lo que hace lo más conveniente para él, devolver a Jesús a Pilato, no sin antes despreciar a Jesús y junto con sus soldados romanos, ridiculizarle al vestirle con ropas como de rey, probablemente como respuesta a que Jesús no le respondió ninguna de sus preguntas, y procedió a regresarlo con Pilato.
12 Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban enemistados entre sí.
No se sabe porque estaban enemistados, se presume que alguna razón política, algunos creen que por el incidente de la muerte de unos galileos cuando presentaban sacrificios en el templo (Lucas 13:1). El hecho es que, después de este evento, se reconciliaron.
Vs. 13-25. La sentencia
13 Entonces Pilato, convocando (llamó) a los principales (jefes de los) sacerdotes, a los gobernantes (líderes religiosos), y al pueblo,
14 les dijo: Me habéis presentado a este como un hombre que perturba (alborota) al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno (no lo he encontrado culpable) de aquellos de que le acusáis.
15 Y ni aun Herodes, porque os remití (envié) a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre.
16 Le soltaré, pues, después de castigarle (disciplinarle, enseñarle una lección, azotarle).
Como ni Pilato ni Herodes habían encontrado nada contra Jesús, Pilato llama a los líderes religiosos que acusaban a Jesús, y también convocó al pueblo, quizá pensando que el pueblo apoyaría su decisión que sería contraria a los envidiosos líderes religiosos, y procedió a decirles no hallaba ningún delito en Él, por lo que le soltaría.
La sentencia estaba dicha, Jesús era inocente, sin embargo, con la finalidad de ceder un poco a los caprichos de los religiosos, Pilato decidió azotar a Jesús antes se soltarlo, quizá para que ellos se fueran sintiendo que consiguieron algo contra Jesús, ya que, si era inocente, no hace ningún sentido el castigarlo, este castigo también es injusto.
Juan detalle ese castigo en Juan 19:1-6 1Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó. 2Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura; 3y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas. 4Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él. 5Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre! 6Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él.
17 Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta (de Pascua).
18 Mas toda la multitud dio voces a una (grataban juntos), diciendo: ¡Fuera con este, y suéltanos a Barrabás!
19 Este había sido echado en la cárcel por sedición (una rebelión, levantamiento) en la ciudad, y por un homicidio.
20 Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús;
21 pero ellos volvieron a dar voces (a gritar), diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale!
22 Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho este? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré (le azotaré), pues, y le soltaré.
23 Mas ellos (la multitud) instaban a grandes voces (gritaba cada vez más alto), pidiendo (demandando, exigiendo) que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron (consiguieron lo que querían).
Pilato no conocía bien a los líderes judíos que no desistirían hasta ver muerto a Jesús, y quienes incitarían al pueblo a pedir la muerte por crucifixión como lo relata a más detalle Marcos 15:6-15 6Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen. 7Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta. 8Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. 9Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? 10Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes. 11Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás. 12Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? 13Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! 14Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! 15Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado, el mismo evento es relatado también en Mateo 27:15-26 15Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. 16Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. 17Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? 18Porque sabía que por envidia le habían entregado. 19Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. 20Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. 21Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. 22Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! 23Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! 24Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. 25Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. 26Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.
Barrabas, cuyo nombre significa “hijo de papá”, era un hombre rudo, quizá del grupo de los Zelotes, que había intentado un motín en la ciudad, tratando por la fuerza la liberación del pueblo judío de la opresión romana; es decir, una insurrección y en ella probablemente había matado a algún romano por lo que se le acusaba de homicida, por lo que era considerado por el pueblo como un verdadero patriota y por lo tanto famoso.
Es interesante observar que Barrabas que estaba condenado a muerte fue liberado cuando fue sustituido por Jesús, de la misma manera que nosotros estábamos condenados espiritualmente, hasta que Jesús tomó nuestro lugar al recibir en Él la paga del pecado que nos correspondía y morir en lugar nuestro, para encones nosotros poder ser llamados Hijos de Dios como dice Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
24 Entonces Pilato sentenció que se hiciese (decidió hacer) lo que ellos pedían;
25 y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición (rebelión) y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
Con una clara debilidad moral como dirigente y buscando quedar bien con el pueblo por encima de sus convicciones, ya que no había una sola prueba en contra de Jesús, Pilato terminó cediendo a las demandas de los líderes religiosos, que deshonraban su Ley y a su Dios, líderes que para este momento, ya tenían incitado a el pueblo que allí estaba reunido, quienes gritaban enloquecidos por la muerte de cruz para Jesús y Pilato cedió a la voluntad de ellos, es decir; pediría a los soldados romanos que llevarán a Jesús a la crucifixión.
Aplicación práctica:
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